2. Sospechas

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Justin Bieber.

—Venga tío. ¿Mala follada la de anoche con tu jefa? —bromeé mirándolo burlón.

—Ryan, últimamente está con una cara de mal follado —carcajeó Chaz acompañado de mi risa.

—Que mala follada, joder. El trabajo me tiene hasta los cojones, no he dormido en dos noches —bufó. Arqueé una ceja tratando de no reírme de su expresión facial.

—¿Tu jefa no te ha dejado dormir? La mujer tiene energías eh —solté una pequeña carcajada por el burlesco comentario de Chaz, negué con la cabeza y tomé un sorbo de la cerveza.

—Ya no me tiro a la jefa, joder —gruñó. —La nueva secretaria está muchísimo mejor. Bah, cambiando de tema, Chris estará en una hora por acá.

—¿Cúando su vuelo aterrizó? —pregunté algo desconcertado.

-A las tres y ya son las cuatro, así que supongo que debe estar en camino. Y no se olviden de que hoy saldremos, ya saben, a pasar el rato.

-Hay que celebrar la llegada de Chris. El cabrón de seguro se la pasó de coña en Alemania, las tipas de allá son calientes -añadió el castaño sonriendo pícaro.

-Si Camila te escuchara estoy seguro que te pegaría una patada en las bolas -reí bajo. -Y por cierto, ¿no estaría aquí contigo? -fruncí levemente el ceño.

-Está en el aeropuerto buscando una amiga. No me dijo quién era, solo sé que es una amiga muy cercana o algo así, no me dijo su nombre -se encogió en hombros.

Inmediatamente la imagen de Kelsey apareció en mi cabeza e inconscientemente me estremecí, ¿ella estará aquí? Oh por favor Justin, no seas idiota, podría ser cualquiera.

Debo dejar de pensar en tantas estupideces, ¿por qué razón volvería aquí? Han pasado dos años desde su partida y en mi punto de vista es muy poco probable que regrese.

-Yo me tengo que ir -me levanté del sillón tomando mi saco. -Pasaré a buscar a Natalie, estaremos esta noche.

-Vale. Ahí nos veremos, adiós -movieron sus manos en forma de despedida. Abrí la puerta del departamento de Ryan y salí bajando las escaleras, los ascensores son mi pesadilla.

Saqué las llaves de mi bolsillo y entré en mi Audi, encendí el auto y le subí el volumen a la radio, sonaba la canción Forever de Chris Brown, empecé a cantarla en voz baja y golpeaba con mis dedos el volante.

Manejé unas cuantas cuadras más y estacioné el auto en el pequeño estacionamiento, tomé los tulipanes que hacía un rato había comprado y bajé del auto.

Caminé hasta adentrarme a la academia, la música resonaba en todo el lugar y una hermosa voz angelical que tanto conocía estaba indicando unas cosas que no llegué a entender.

Coloqué las flores detrás en mi espalda ocultándolas bien y al parecer, capté la atención de las chicas que estaban bailando, eso solía suceder casi siempre.

Natalie se dio cuenta que no le estaban prestando atención y volteó en dirección mía, sonreí abiertamente y me acerqué a ella, se veía preciosa con esos pantalones de chándal y su blusa de tirantes. Sencilla, como me gusta.

Su cabello estaba recogido en una coleta y una fina capa de sudor bajaba por su sien.

-Hola cariño -sonreí agachando un poco mi cabeza y capturando sus labios en un suave beso. Unos silbidos se escucharon detrás de nosotros.

-Justin -sonrió al separarse un poco de mi. -¿Qué haces por acá? Aún no he terminado las clases.

-Pues le he traído esto señorita Harrison -saqué las flores de su escondite posicionándolas enfrente de ella.

Lo que un día fue » Justin Bieber ➳Editando.Where stories live. Discover now