Lo que un día fue » Justin Bieber ➳Editando.

✖5. {Parte dos}

¿Se pasan por mis adaptaciones? ✖Speak Now. ✖Prohibida. Las dos son de Justin & una de ellas está finalizada. 

{Justin} 

—Ángel —susurré casi inaudible, la apreté contra mi cuerpo llenándome de una increíble ansiedad. Apenas podía reaccionar a la situación que enfrentaba. 

Sentí como todo a mi alrededor se congelaba, así como una fotografía y todo pasaba en cámara lenta, el tiempo se detuvo a nuestro alrededor. Nuestras miradas están fijas, no quise apartar mi vista de sus preciosos ojos grises que tanto extrañé. Es inexplicable la sensación que estoy sintiendo en éste momento, porque siento como si todo el miedo de jamás volverla a ver desapareciera y tenerla entre mis brazos me hace querer todos mis estribos. 

Y demonios, estoy jodidamente feliz de volverla a ver. 

No me resistí ni un minuto más y la estreché en mis brazos, fuertemente, sin querer despegarme de su cuerpo, el mundo volvió a tener sentido para mí. Incluso no me importa nada ni nadie, ni siquiera me interesa que en ese momento se acabe el mundo, pues moriría feliz entre sus brazos. Inconscientemente mis ojos se cerraron y enterré mi nariz en su cabello oliendo el olor jazmín, amaba ese delicioso perfume. 

Sus pequeños brazos me rodearon con la misma necesidad que yo, estoy seguro que se sentía de la misma manera y que solo nosotros dos importamos. Dos malditos años sin verla, extrañándola, añorando volverla a tener acurrucada en mis brazos y besarla hasta que no hubiese un mañana, en esos dos años estuve tan jodido que llegué a un cierto límite en mi vida. 

Varias personas nos estaban mirando pero no me importa una mierda, no me importa absolutamente nadie, y si ee atrevían a interrumpir nuestro momento, no dudaría en romperles las caras. Y que de lo único que estoy consciente es que la he vuelto a tener entre mis brazos y se siente malditamente bien. Tengo a mi ángel conmigo.

Dos miserables y asquerosos años sin tan siquiera saber dónde estaba, sin escuchar su voz, sin ver su preciosa sonrisa, sin tenerla. Fue una jodida tortura. 

Poco a poco me fui separando lentamente para poder mirarla a los ojos, aún teniéndola contra mi cuerpo por supuesto. Busqué su mirada y volví a encontrar aquellos preciosos ojos grises, éstos tenían un brillo tan especial y conocido, nadie podría imaginar cuanto la extrañé porque nadie jamás la ha extrañado como yo. Eso de soñar todos los días con la última vez que estuvimos juntos... ha sido bastante doloroso. 

Acaricié su rostro con suma delicadeza, como si fuese un pedazo de cristal valioso, pasé mis dedos pulgares por sus mejillas con lentitud, coloqué un mechón de cabello detrás de su oreja y bajé mis manos a su barbilla, levantándola despacio para que pudiese mirarme mejor a los ojos. Ella lo hizo con cierta timidez pero aún así mantenía mi mirada, no podía describir la expresión de su rostro. 

Mis manos envolvieron su cuello sin hacerle daño, ni presión, simplemente sosteniéndola... pegué nuestras frentes y volví a cerrar mis ojos, ninguno de los dos hablaba. El único ruido que se escucha eran nuestras respiraciones irregulares, algunas personas que pasaban por nuestro lado y la música en el fondo. 

Esto se sentía como la primera vez. La primera vez que nos conocimos y todos nuestros sentimientos se hicieron compatibles. 

Nos encontrábamos parados en los últimos escalones, muy pocas personas podían vernos desde aquí y no me preocupé por Natalie, la verdad ella no importa demasiado, ni siquiera había pensado en eso cuando vi a Kelsey. 

Mucho menos ahora, joder, se me hacía difícil aguantar las ganas de llorar. Sí, de llorar de felicidad y puede que suene malditamente cursi, pero me volví loco cuando la perdí definitivamente.