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{Voten y comenten, no me gustan las lectoras fantasmas¬u¬}

Narrador Omnisciente:

Camila sintió una satisfacción al decirle todas esas palabras a Justin ¿por qué? Porque le dolieron muy en el fondo aunque no lo demostró, en sus ojos se delataba el miedo profundo de perder a ______ y en lo general, ya la había perdido, se alejó de aquella tensión que se encontraba en ambas miradas, entre Justin y Camila. Caminó chocando con algunas personas que bailaban evitando caerse o echarse arriba la bebida que traía en la mano, salió por la puerta de vidrio que daba entrada al gran jardín verde y lleno de hermosas rosas, muy bien cuidado. Por otro lado mas alejada, estaba la gran piscina y el jacuzzi, en esta se encontraban personas dándose un chanpuzón, bebiendo y besándose unos a otros, ignoró todo eso y siguió caminando mas adentro del jardín, donde este tenía unos columpios.

Acercándose a aquel chico de cabellera rubia y espalda ancha, en su mano derecha sostenía una botella casi vacía de vodka y en la izquierda un cigarrillo de mentol recién encendido.

Su mirada se encontraba perdida viendo a la nada, mirando un punto fijo muerto y sin ningún gesto en la cara, pareciera una estatua sin vida.. Camila sintió un revuelto en el estómago al verle así, porque sentía un gran aprecio por él, se conocían desde los once años ¿cómo no dolerle verlo tan... destrozado? Camila mejor que nadie conocía aquella triste y cruel realidad, aquel viejo secreto que sólo ellos conocían y jamás tocaban ese tema, excepto en los momentos casuales si se puede decir así, sin decir nada se sentó en el otro columpio empujándolo despacio.

-Hola de nuevo -murmuró- ¿estás bien...? -colocó su mano libre en su hombro.

-Hola -masculló bajo- no, no lo estoy. ¿Por qué Camila? ¿Por qué jamás se fijó en mí? ¿Nunca tomo en cuenta como la miraba? -cerró los ojos fuertemente bebiendo el último trago de la botella. Ya el efecto de todo ese alcohol recorría por sus venas, perdiendo la capacidad de algunos sentidos.

-Debiste demostrarle tus sentimientos, decirle lo que sentías y no quedarte callado. En estos últimos meses tuviste la oportunidad de conquistarla y ya te arrebataron el lugar. -mirando las pocas estrellas que se encontraban en el cielo.

-No quería perder su amistad, no la quería perder maldita sea -suspiró frustrado- ¿cómo la sacaré de mi cabeza? ¡Debo superarla! -exclamó tomando una bocanada de aire, expulsando el humo de la boca.

-Tú no fumas, ¿tan pésimo te sientes? Aunque, ni se pregunta, estás bastante mal. -acariciando sus rizos rubios mirándolo entristecida.

-Enserio la quiero y no es sólo eso, es el hecho de que que jamás me verá con otros ojos -suspiró- desde que la conocí quedé encantando, pasó un largo tiempo y entonces caí en la conclusión de que me gustaba, ahora.. creo que estoy enamorado. -apretando los labios-

-Quizás. Pero no te haz dado la oportunidad de conocer a alguien mas, ¿no se te ah cruzado por la cabeza? -buscando sus ojos que aún estaban viendo a la nada.

-Lo pensé una vez y su maldita sonrisa jodidamente perfecta no me deja hacerlo, lo juro -riendo estúpidamente con dolor- dudo que pueda superarla a menos que, le dijera todo lo que eh sentido por ella.

-¿Por qué no lo haces de una buena vez? No es por ser cruel contigo pero.. dudo que te vea con otros ojos. -murmuró la última pequeña frase. Sin rodeos, sin pausas, directamente como debía ser y eso es lo que hacen los buenos amigos.

-Soy un maldito cobarde, no me creo tan valiente de hacerlo. -sus ojos estaban en blanco.

-¡No lo haz intentado maldita sea! -exclamó un poco molesta- te quiero muchísimo y lo sabes ¿no? Estoy harta de verte sufrir, de que nunca hiciste un esfuerzo para ganarte a _______, ¡te ofrecí mí ayuda y no quisiste! -se mordió la lengua para no decir nada mas.

Lo que un día fue » Justin Bieber ➳Editando.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora