Acostumbrarse, otra forma de morir...

58 5 0
                                    

Porque al final acabas entendiendo que esperar a alguien es como callarse, y que sólo cuando uno va entonces dices: te quiero. Porque al final, la soledad es como un prólogo que dura hasta que dejamos de cerrar la puerta, con la intención de que alguna persona se atreva a llamar.

Porque, a veces, y casi siempre, hay mucha gente que se queda en el umbral, con el miedo impidiéndoles acercarse del todo. Y uno entiende que la vida también sigue sin nadie, y que el sol brilla, y que el cielo vuelve a vestirse de azul, aunque nos sintamos tristes. Que nuestro peor enemigo somos nosotros mismos cuando no nos importa salvarnos, o al menos intentarlo.

Que de nada sirve amar las cicatrices del otro, si ni siquiera podemos aguantarnos la mirada. O que de nada sirve pedir que nos acepten si vamos juzgando a los demás sin conocerlos. Porque las personas son más de lo que dicen, y, con el tiempo, hay que aprender a escuchar lo que callan.

Con el tiempo uno entiende que acostumbrarse es otra forma de morir, y que hasta lo sano resulta dañino si no aceptamos que hasta lo bueno termina. Porque también hay que aprender a irse, al igual que aprender a dejar marchar y a no llegar a ningún sitio.

El error más grande del mundo es cometer un error y no ver que estamos más cerca del acierto. Caemos y pensamos que el dolor no nos cura. Se vive sintiendo, no hay otra forma. Ojalá nos demos cuenta de eso antes de que vivir nos sea más difícil. Ojalá amemos lo máximo posible antes de que no tengamos un cuerpo al que mirar cada mañana, y una boca a la que vestir con cada beso, y una mano a la que encajar con nuestra mano.

Sentimientos CompartidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora