Capítulo 14 - Cenicienta

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"Mia, te he estado buscando por todas partes. ¿Dónde has estado?" Leo preguntó, al encontrarla finalmente en el campus.

"Me quedé atorada con mi grupo de estudio. Tengo un millón de cosas para hacer esta semana. Te juro, a veces me siento como una sirvienta bajo contrato," ella dijo exhausta.

"Una muy sexy diría yo." Leo bajó su cabeza para darle un beso en los labios.

Los ojos de Mia volaron abiertos. "Leo, estamos en público," dijo golpeándolo en el brazo.

"¿So?"

"¿Acaso no hablamos de esto? Sabes que no me gustan todos los chismes."

"Bueno, ya es demasiado tarde para eso. Todos saben sobre nosotros a este punto, la gente por aquí habla mucho ¿sabes?"

"Sí, es un locura. Siento que todo lo que hacen es preguntarme por ti ahora."

Leo encogió los hombros. "Sólo no les hagas caso. No importan. Lo único que importa es tú y yo." Envolvió sus brazos alrededor de ella y la jaló contra él. Se dio cuenta que ella se sintió incómoda, y la soltó.

"Okay, okay. Lo siento. No lo puedo evitar. ¿Me puedes culpar? Tengo una novia increíblemente guapa."

¿Novia? ¿Cuándo pasó eso? Sólo hemos estado saliendo por un par de semanas, Mia pensó.

"De cualquier modo, quería ver si quieres venir a mi casa esta noche. ¿Qué dices?"

"No lo sé, Leo. Tengo mucho trabajo que hacer," Mia dijo inmediatamente.

"Vamos Mia, ¿vas a hacer que repita todo esto de nuevo? Necesitas relajarte. Va a ser divertido. Te prometo que te tendré de vuelta antes de la medianoche, estilo Cenicienta."

"Leo, es entre semana y mañana tengo un examen y una presentación," Mia insistió.

"La vida se mueve bastante rápido. Si no paras y miras alrededor de vez en cuando, te lo podrías perder," Leo citó.

"¿Eso no es de Un Experto en Diversión?" Mia preguntó incrédula.

"Ya lo sabes," Leo repitió con una sonrisa.

"Está bien, punto entendido. Sólo porque me encanta esa película. Pero si saco mala nota, va a ser tu culpa."

"Con tal que seas tú la que estás castigando," Leo dijo con una sonrisa.

Más tarde ese día, ella llegó a su casa de la universidad y el portero la saludó a la entrada.

"Ey Carlos, ¿cómo estás?" Mia preguntó.

"Nada, que tenéis un paquete."

¿A package? "¿Para mí?"

"Sí, ha llegado esta tarde." Él le pasó una caja.

Qué raro. No recuerdo haber pedido nada, Mia pensó. Pero al mismo tiempo tenía su nombre así que era destinado a ella.

"Gracias, Carlos," ella dijo, al caminar hacia el elevador.

"¡Venga!" gritó detrás de ella.

Caminó dentro de su apartamento y se dio cuenta que estaba hecho un desastre. Tendría que limpiarlo después. Puso el paquete sobre la mesa de la cocina y no pudo controlar la anticipación de su contenido. Cuando finalmente lo abrió, se quedó mesmerizada.

¿Tela de gasa blanca? Sacó la prenda para encontrar un vestido sorprendente de Carolina Herrera. Tenía un escote de un hombro, una cintura negra tipo imperio, y olanes verticales bajando por la falda. Era perfecto. Miró dentro de la caja y encontró una nota.

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