Capítulo 5 - Nuevos Horizontes

368K 13K 1K
                                    

A la mañana siguiente, Mia se despertó desorientada y con un terrible dolor de cabeza. ¿Realmente había sucedido la noche anterior? Se había quedado dormida casi inmediatamente después de su conversación con Leo. Debe haber sido toda la adrenalina. Miró el reloj junto a su cama, recordando que era viernes. 08:20am. Tenía que darse prisa.

Corrió a la ducha y notó algunos moretones en sus brazos y piernas. Por desgracia, sí había sido real. Muy real. Después de inspeccionarlos por unos momentos, decidió que era mejor no mirarlos y rápidamente salió de la ducha y se secó con una toalla.

Se miró en el espejo y no pudo reconocer su propio reflejo. Parecía como si un tren le hubiese pasado por encima. Sus ojos de color castaño claro estaban demasiados emocionados, su rostro pálido, y su expresión sombría. Su cabello rubio oscuro normalmente lacio era un caos absoluto de nudos enredados. Pero lo que más le molestó fue una cicatriz enorme cruzando su mejilla izquierda.

Estupendo. Lo último que necesito es que la gente me haga preguntas, pensó.

No quería que nadie se enterara de lo que había pasado, y ciertamente no quería ser el centro de atención o de chismes. Sacó una bolsa de cosméticos y encontró un corrector escondido en la parte inferior. Casi nunca usaba maquillaje pero hoy iba a ser una de esas ocasiones necesarias.

Terminó de vestirse rápidamente y salió corriendo de su edificio, sólo para helarse ante la gloriosa imagen que se le había aparecido por delante.

"Buenos días, corazón." Leo estaba parado casualmente enfrente de su Peugeot Coupe color azul oscuro, recargándose casualmente en la puerta con los brazos cruzados, pareciéndose a la foto de James Dean que llevaba en el cuaderno de su bolsa, pero sin la chaqueta de cuero. El cuaderno había sido el más barato que había encontrado en una tienda y no pudo resistir comprarlo cuando lo vio.

"Leo, ¿qué haces aquí?" Trató de mantener un tono casual, pero instantáneamente reconoció que su voz salió un poco más alta que lo normal. Espero que no haya notado eso, pensó.

Se reenfocó a la imagen tentadora frente a ella, tratando de mantenerse calmada.

"Pensé que te daría un aventón a la universidad. No quería ver que alguien te tratara de secuestrar o algo así. What do you say?"

Mia empezó a mascullar. "Yo...eh...no creo que algo así fuera posible que pasara dos días seguidos, pero supongo que es mejor que no me arriesgue."

"Mis pensamientos exactos. ¿Vamos?" Leo la acompañó al otro lado del coche y le abrió la puerta. Con una mano señaló para que se subiera. "Tu carruaje te espera, señorita."

¿Podría ser más encantador?

Al sentarse y ver su entorno, Mia notó dos tazas de café puestas en el soporte de vaso a su lado. El aroma que emitía de ellos no podría haber sido más dulce.

Leo pronto se unió con ella en el coche y prendió el motor. "Tomé la libertad de conseguir café en el camino. Espero que te guste el café con leche."

"¿Es broma? Esto es increíble. Normalmente estoy corriendo hacia la parada de autobús por la mañana y siendo aplastada entre desconocidos. Por lo general, son desconocidos olorosos, podría añadir."

Leo se rio ante su comentario. "Sé lo que quieres decir... nada como un desconocido apestoso ¿eh?"

"Exactamente." Mia se ajustó en el asiento de cuero. Tomó un sorbo de su café y al instante sintió como si estuviera en el cielo. "A esto me podría acostumbrar fácilmente," suspiró. "Te juro que me siento como realeza en este momento."

Leo se rio de nuevo quedando con una sonrisa en la cara. "Me alegra que te sientas así. Pero todavía no has visto nada."

"Jaja. Seguramente sueno como una cita barata."

Enseñando A MiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora