Capítulo 17 - ¡Shanghái, Baby!

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Pronto aterrizaron y el resto del día fue bastante frenético. Llegaron al Swissotel en Shanghái y Mia estaba bastante impresionada. Era un hotel de lujo de cinco estrellas, muchas gracias. Habían estado comiendo un rico desayuno en uno de los comedores privados del hotel cuando anunciaron que sus habitaciones no estarían listas por otras dos horas. Apenas eran las 10am. En vez de esperar, decidieron seguir adelante con la visita de ciudad planeada de Shanghái.

Shanghái era realmente especial. Edificios modernos de gran altura, tiendas gigantescas y rascacielos súper altos. Le recordaba a las representaciones que Ridley Scott había creado en Blade Runner. Era como South Beach en esteroides.

Hicieron una parada en la exhibición de planificación urbana de Shanghái. En el interior había un modelo impresionante de la ciudad hecho a escala, que mostraba las viejas calles de Shanghái de la década de 1930 a su actual planificación. Incluso tenía futuras versiones de la tecnología de la ciudad que parecía pura fantasía. Hasta ahora, Mia apenas sentía como si estuviera en China.

Procedieron a hacer un recorrido por el barrio histórico de Shanghái para visitar el Jardín Yuyuan, el más grande de los jardines antiguos de Shanghái. Caminaron por las calles llenas de gente y tiendas locales de comida.

Ahora bien, esto era más parecido. Ella pasó la tarde tomando fotos increíbles, pero después de sudar bajo el sol durante varias horas, sentía como si realmente podría usar una ducha. Miró a su alrededor y podía ver que la mayoría de la gente se sentía de la misma manera. Alguien finalmente convenció al guía turístico que era hora de volver al hotel.

Hicieron el registro de vuelta en el hotel a las 5pm y estaba feliz de saber que ella estaría compartiendo una habitación con Victoria. Ella no había hablado mucho con ella desde esa vez que habían salido a Gabana, por lo que sería agradable pasar algún tiempo con ella y ponerse al día.

Lo primero que hizo Mia al entrar en su habitación fue dirigirse a la ducha. Ella no podía creer que había estado usando la misma ropa por dos días desde que había dejado su apartamento en Madrid.

Cuando ella entró a la regadera y el agua fresca finalmente golpeó su espalda, no pudo dejar de pensar, "Nunca subestimes el poder de un buen baño". Ella sacudió la cabeza al recordar quien le había dicho esa frase una vez. Pensó en Leo y esa noche surrealista que habían pasado juntos, a pesar de toda la locura del antro. La forma en que él la había apoyado, preocupándose por ella como si no hubiera nada más importante en el mundo. Apoyó la frente contra la puerta de la regadera y suspiró. Las cosas no podrían ser más diferentes ahora.

Más tarde esa noche tenían una cena y presentación sobre Negocios en China en una sala de conferencias en el hotel. Mia estaba tan exhausta que apenas podía seguirla. Ella seguía imaginándose a su cama plumosa del hotel y no podía esperar a caerse en un sueño profundo en ella.

Una vez que terminaron la cena, Mariela corrió hacia Mia con un sonrisa gigante en su cara.

"Mia, prepárate. ¡Vamos a salir!"

"¿Ahora?"

"¡Claro! Todavía es mi cumpleaños, ¿recuerdas?"

"No sé, Mariela. Estoy muy exhausta y nos tenemos que despertar temprano mañana."

"Tonterías. Tienes que venir. Vamos a ir este lugar Bar Rouge, dicen que es increíble y que la vista es espectacular. ¡Va a ser súper divertido!"

¿Bar Rouge? ¿Ese no era el lugar que Leo había mencionado? "Está bien, ¿por qué no? Sólo vives un vez, ¿verdad?"

"Exactly!" Mariela gritó emocionada.

Llegaron a Bar Rouge y el lugar era en verdad asombroso. Tenía un bar interior que circulaba alrededor del antro. Camareros del bar estaban preparando tragos exóticos y Mia hasta vio el bar encendiéndose en fuego.

Enseñando A MiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora