Capítulo 30 - Reconquistando

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Mia y Leo entraron a su cuarto en el Hotel W en el centro de la ciudad. Ella todavía no podía creer que él en verdad estaba en Nueva York con ella y nunca se imaginó que estaría regresando con él esa noche. Después de que Leo se había aparecido en su fiesta, lo único en que podía pensar era en salir corriendo desesperadamente con él, pero sabía que tenía que actuar civil.

Ella había pasado el resto de la noche presentando a Leo a su hermana y a sus amigos. Resultó ser que Leo ya había estado en contacto con Teresa por email, así que ella ya sabía sobre su plan de sorprenderla y ellos habían actuado como si ya se conocieran.

Leo también había sido muy amistoso con los demás y habló con la gente sin esfuerzo. Eso la hizo feliz. Pero tan pronto como decidió que era una hora decente de irse, Mia lo había arrastrado fuera de ahí. Había un negocio serio que tenía que atender. Ella era una mujer en una misión y no dejaría que nada se interpusiera en su camino.

Apenas habían entrado al cuarto, cuando Mia lo empezó a besar y a jalar su camisa para quitársela.

"¿No quieres hablar un poco o algo?" Leo se rió mientras la alejaba ligeramente.

"De ninguna manera, hablamos todo el tiempo. Pero esto...nunca podemos hacer," Mia dijo señalando con un dedo entre ellos.

"Pero ni siquiera te he dado tu regalo," Leo tentó.

"Por lo que a mí me concierne, estoy mirando directo a él," Mia lo miró seductoramente. "No puedo esperar a desenvolverlo," ella dijo rastreando sus dedos contra su pecho.

"¿Quién eres y qué has hecho con mi novia?"

"Vamos Leo, ¿me vas a hacer rogar?"

"Depende...me tienes que decir que quieres primero," Leo dijo jalándola hacia él.

Mia dio un paso atrás y rápidamente se quitó su ropa, dejándolo correr sus ojos con entusiasmo bajo su cuerpo vestido de lencería. Ella luego se apretó contra él y susurró un par de cosas traviesas en su oreja. No tuvo que esperar mucho más después de eso porque él inmediatamente la recogió y la trajo a la cama, re-actuando cada último detalle de su solicitud.

*****

Se despertaron temprano el domingo en la mañana, mayormente debido al jet lag de Leo, y pasaron las siguientes horas rodando en la cama completamente sumergidos en conversación de almohada.

"La estás usando," Leo dijo alcanzando la pulsera en su muñeca.

"Claro. Te dije que la usaría," ella dijo sonriendo.

"Me encanta verte con sólo mi camisa puesta. Es demasiado sexy," él dijo, jalándola cerca de él.

"Me gusta porque huele a ti. ¿Te importa si me la quedo? Tal vez dormiré mejor en la noche."

Él la miró en asombro. "Es tuya," él dijo besándola en los labios. "¿Me darás algo a mí?"

"Bueno, ¿qué quisieras?" preguntó curiosamente.

"Uno de tus negligés. El negro y beige," dijo casi inmediatamente.

"Así que has pensado sobre esto antes. ¿Te gusta ese?"

"No tienes idea."

Mia se rió. "Está bien. Es tuyo entonces. Con suerte no abrirán tu maleta en el aeropuerto."

"Deja que lo abran," él se rió. "Te extrañé tanto, bebé," Leo dijo rastreando sus dedos contra su espalda. "Realmente no sé cómo sobreviví todo esto tiempo sin ti. Hasta mi familia constantemente me pregunta por ti...especialmente los mellizos."

Enseñando A MiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora