d o c e

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Cuando Iris despertó aquella mañana en la cama de Erik, se sintió extraña. Estaba sola y era algo que en el interior no le sorprendía. Aun así, no podía evitar sentirse feliz. Erik era... Erik.

Y aunque no sabía lo que significaban los besos que se habían dado la noche anterior, no tenía ninguna duda en que no le importaría volver a repetirlo. En unos solos minutos, él había conseguido hacerle sentir cosas que nunca antes había sentido y recordaba que en aquel momento se había sentido completamente plena.

Se levantó de la cama y salió de aquella habitación para luego entrar en la suya. Una vez allí se dio una ducha rápida y se puso algo cómodo, ya que sabía que tenía que entrenar como todos los demás. Y también se figuraba que llegaba tarde y que todos ya habían empezado.

Bajó y desayunó algo mientras que por la ventana veía cómo Hank y Charles corrían. Escuchó cómo Alex se metía con él y rodó los ojos. Se alegró de que los demás mutantes hubiesen afrontado lo que había pasado el día anterior tan bien. Estaban muy centrados en entrenar para conseguir destruir a Sebastian y eso era lo que más les unía.

—¡Iris! —oyó que Moira la llamaba y se acercaba a ella—. Estás aquí. He estado buscándote toda la mañana. ¿Sabes lo que significa "levantarse pronto"? —preguntó, poniendo los brazos en jarra.

—Sí, lo sé, lo siento. Me he quedado dormida.

Se levantó de la silla y acompañó a Moira fuera de la casa, accediendo al gran jardín que había. Saludó a Charles con la mano cuando volvió a pasar por su lado y paró de andar cuando Moira lo hizo.

—Bien, te voy a enseñar a pelear —le avisó.

—¿No crees que primero tendría que terminar de aprender a disparar? —sugirió Iris.

—Ya sabes disparar —Iris frunció el ceño—. Bueno, no eres una profesional. Pero los chicos nos contaron lo que le hiciste a Sebastian. Si no supieses disparar no le habías dado ni una vez.

Iris pestañeó varias veces y acabó asintiendo.

—¿Por dónde empezamos? —le preguntó a Moira y ésta sonrió.

Sin saber cómo, se había acercado a Iris rápido y con un movimiento había conseguido tumbarla en el suelo. Iris gimió de dolor y miró hacia Moira.

—Empieza parando ese ataque.

Se levantó del suelo y se puso delante de Moira, esperando a que volviese a atacarla. Cuando lo hizo, intentó anticiparse a sus movimientos, pero volvió a estar tumbada en el suelo. Se levantó y miró a Moira desafiante, sin rendirse.

—Otra vez —le pidió.

Tras varios intentos en los que acabó en el suelo, consiguió parar su ataque. Y no solo eso. Sin saber cómo, consiguió moverse de la manera correcta para hacer que esta vez Moira acabase en el suelo. Sonrió y ayudó a Moira a levantarse.

—Parece que ya entiendes como va esto... —dijo y miró unos segundos a Iris antes de sonreír—. Voy a enseñarte varios movimientos, intenta repetirlos.

Iris asintió y observó cómo Moira se movía. Cuando ésta le dijo que la siguiese, ella intentó hacerlo lo mejor que pudo, guardando en su cabeza todos los movimientos. Cuando finalmente acabaron, Iris suspiró y pensó que ya habían acabado por hoy, sin embargo cuando había empezado a andar hacia la casa, Moira la paró.

—¿Qué pasa? —preguntó.

—Ahora, intenta parar todos mis ataques —le dijo Moira—. Que no te de ninguno.

Y entonces Moira empezó a lanzar patadas y puñetazos. Los primeros pudo pararlos, pero entonces recibió un puñetazo en el estómago que la hizo doblarse de dolor. Levantó una mano para que Moira parase y ésta lo hizo al instante.

Destruction ◇ Erik LehnsherrWhere stories live. Discover now