d i e c i o c h o

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El lugar entero se sumió en un completo silencio, interrumpido por el sonido que hacía la suave brisa al elevar la tierra del suelo.

Ninguno de los dos bandos podía creer lo que acababa de pasar. Aquello había sido tan inesperado que todos tuvieron que tomarse unos segundos para asimilar la situación y comprender lo que estaba pasando en aquel momento.

Erik se había vuelto contra Apocalipsis. Había dejado atrás sus ideas de crear un mundo donde los mutantes gobernasen, las cuales había creído durante años, y había tomado otro camino. Otro con el que él sabía por seguro que no conseguiría nada de eso. Que lo que hasta hace poco había ansiado con tanta fuerza no se produciría.

Había dejado atrás sus deseos más oscuros para rendirse al deber.

Había dejado atrás a Magneto para convertirse en Erik. Para volver a ser quien siempre había sido cuando no había estado dominado por el odio, la rabia y el miedo.

Así que Iris, desde el suelo aún, al verle allí en el aire sintió que una gran bocanada de aire salía de sus pulmones y todos sus músculos se relajaban. Bajó un momento la cabeza, escondiéndola entre su pelo y dibujando una sonrisa en su cara.

Luego, volvió a subirla y contempló la expresión de Apocalipsis.

Él, lejos de estar enfadado, estaba sorprendentemente dolido.

—¿Vas a traicionarme? —le preguntó entonces, aunque su voz no había perdido la fuerza anterior. Erik negó con la cabeza y señaló a Peter, Raven e Iris, que se encontraban delante de él.

—Les traicioné a ellos —le corrigió. 

Erik elevó su mano un poco hacia delante e incontables trozos de metal se elevaron para quedar alrededor de él al instante. Estos danzaron durante unos segundos a su lado hasta que Erik volvió a mover su mano y entonces todos los trozos de metal fueron con rapidez hacia Apocalipsis. Éste consiguió crear un campo de fuerza a su alrededor a tiempo, parando todo lo que Erik le lanzaba. 

Aun así, él no paró. Siguió atacando a Apocalipsis de la misma forma aunque sabía que era inútil porque ahora había tomado una decisión de verdad.

No había elegido lo que su odio y deseo de venganza le había hecho escoger. Esta vez hizo lo que debió haber hecho hace mucho tiempo. 

Así que siguió atacando al mismo tiempo que Apocalipsis avanzaba hacia él sin ninguna dificultad, sabiendo que no podría hacerle daño. El campo de fuerza que él había creado se acercó a donde Iris se encontraba, por lo que tuvo que rodar hacia un lado para que no le alcanzase.

Al hacerlo cayó justo al lado de donde se encontraba Peter, quien aún estaba intentando liberar su pierna. Lo hacía acompañado de pequeños quejidos de dolor, pues tenía la otra pierna rota.

Ella puso las manos sobre las suyas, provocando que él elevase la mirada hacia ella.

—Voy a ayudarte —le dijo y él asintió, algo asustado.

Ella con cuidado movió sus manos de lugar y las bajó hasta llegar a donde se encontraba su pierna enterrada. Miró antes de empezar a Peter para asegurarse de que estaba preparado para ello y, tras un asentimiento de su parte, Iris hizo que la tierra comenzase a moverse. Tras unos segundos temblando, la tierra se desquebrajó hasta que acabó rompiéndose. 

Al estar liberado por completo, Peter cayó al suelo al no poder sostener todo su peso en la otra pierna. Iris con rapidez fue hacia él y lo incorporó un poco para posar su cabeza sobre su regazo.

Iris elevó la cabeza y buscó con la mirada a Raven, pues recordaba que solo unos instantes atrás ésta había estado junto a ella. La vio en el suelo, con los ojos cerrados, aunque todavía respiraba.

Destruction ◇ Erik LehnsherrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora