Destruction ◇ Erik Lehnsherr

t r e c e

—Se te da mejor que hace dos días —le dijo Moira a Iris y ella sonrió.

—He estado practicando para mejorar —contestó y Moira asintió.

—Vamos a entrenar un poco más y luego te dejaré libre.

Y así lo hicieron, aunque aquel "poco más" que parecía ser corto, se convirtió en casi una hora más. Pero esta vez Iris no se quejó. Estuvo parando y lanzando golpes a Moira, centrándose en mejorar cada vez más. Lo necesitaba porque estaba segura de que les quedaba muy poco tiempo. No sabía cuando sería el día, pero estaba tan cerca que podría ser incluso hoy.

Cuando acabaron, se sentaron en el suelo y miraron hacia delante, suspirando.

—¿Crees que llegaré a estar preparada? —le preguntó Iris a Moira.

—Has mejorado mucho, pero no te prometo que llegues a ser una profesional luchando para cuando llegue el día. Al menos sabrás defenderte —Iris asintió.

—¿Y los demás? —Moira se encogió de hombros.

—Charles y Erik se están esforzando mucho en que estén preparado, pero no sé si podrán. Solo son unos niños, no deberían estar haciendo esto...

—Ya no son niños, Moira. Desde el ataque de Sebastian en la División X, todos cambiaron de alguna manera. Además, ellos quieren hacer esto. Están muy implicados.

—Lo sé —se pasó las manos por la cabeza y suspiró—. Sebastian Shaw quiere que los mutantes dominen el mundo. Ve a los humanos como una raza inferior y sus medios para conseguir lo que quiere no son los mejores.

—Así que estamos jodidas —comentó Iris.

—Para sen sinceros, tengo un poco de miedo por lo que pueda pasar ese día.

—Yo también —susurró Iris.

A lo lejos aparecieron Erik y Charles. En silencio y junto a Moira, Iris vio cómo Charles le ponía una pistola a Erik en la cabeza. Iris aguantó el aire, mientras observaba atentamente lo que estaba pasando. ¿Charles iba a disparar a Erik? Obviamente, sabía que Erik sería capaz de evitar que la bala entrase en él, pero aquella pistola estaba demasiado cerca de su cabeza. ¿Podría pararlo?

Finalmente, Charles bajó la pistola y no disparó. En vez de eso, andaron hacia delante y se pusieron de cara a un gran satélite que había allí. Erik intentó moverlo, pero no fue capaz. Charles le dijo algo e Iris vio cómo la expresión de Erik cambiaba. Nunca lo había visto así, tan vulnerable.

Sin embargo, no se movió de donde estaba. Se quedó allí observando cómo Erik se daba la vuelta y volvía a intentar girarlo hacia donde ellos estaban. Todos se quedaron en silencio, mientras esperaban expectantes a lo que estaba a punto de pasar. Un fuerte ruído se oyó, seguido de un leve movimiento del satélite. Consiguió girarlo hasta que estuvo mirando hacia ellos y luego Erik rió, dejando de usar su poder.

Lo había conseguido.

Iris se levantó del suelo y siguió a Moira dentro de la mansión. La perdió de vista cuando se fue hacia otra habitación e Iris fue a la cocina a beber un poco de agua. Se sentó en la silla y suspiró, cerrando los ojos. Se sentía cansada al igual que todos los demás. No habían dejado de entrenar durante estos tres días, y lo habían hecho casi sin descanso.

Hank había creado un prototipo para Alex para que pudiese controlar sus rayos y, sorprendentemente, lo consiguió. Ahora Alex podía dirigir sus rayos hacia donde quisiese y eso era una gran ventaja con la que jugaban. Además, desde el día anterior había estado trabajando en las alas de Sean, para que le ayudase a mantenerse bien en el aire.