q u i n c e

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Desde el suelo, Iris miró a aquel chico. 

Era la primera vez que lo veía, pues cuando conoció a Apocalipsis, él no los acompañaba. Eso era porque se suponía que Iris iba a ser el cuarto jinete y no él. O al menos eso era lo que ella creía.

Fuese como fuese, ahora él se encontraba delante de ella suspendido en el aire, mientras sus alas de metal se batían levemente, pero con la fuerza suficiente como para hacer que el pelo de Iris se apartase de su cara y se fuese hacia atrás.

La miraba con una sonrisa, del mismo modo que un cazador observaría a una presa. Sabiendo que no tenía escapatoria y que no terminaría demasiado bien para ella.

Temerosa, Iris se levantó del suelo.

—¿Dónde ibas? —le preguntó él. Levemente se posó en el suelo y dio varios pasos hacia ella. Iris intentó salir de allí pero una de sus alas le cortó el paso—. Ah, ah —negó él con su dedo—. No vas a ir a ninguna parte.

Iris respiró hondo. Estaba muy nerviosa.

No por el hecho de tener a Arcángel delante, sino por lo que le estaba pasando a Charles en esos momentos. La última conversación que habían tenido había dejado claro que Apocalipsis ya había empezado con la transferencia, por lo que ahora mismo Charles podría haber desaparecido. Mientras ella tenía delante a aquel chico, Charles podría haber perdido la batalla y haberse perdido para siempre.

El simple hecho de no saber lo que había pasado estaba matándola.

Por ello, desesperada por salir de allí y buscar a Charles decidió elevar una mano, la cual quedó rodeada de humo lila, al igual que una de las alas de Arcángel. Iris cerró su mano en un puño, lo que hizo que el ala se doblase sobre sí misma. Aunque solo consiguió hacerlo levemente, pues Arcángel, al ver lo que hacía, tomó partido. Con la ala libre golpeó a Iris por la espalda, haciendo que ella cayese hacia delante. Posó las manos en el suelo al tiempo, por lo que cayó sobre sus rodillas y el mayor impacto de la caída fue recibida por éstas. 

Iris respiró hondo unos segundos y luego elevó la cabeza justo a tiempo para ver cómo el pico de una de las alas iba directa a ella. Giró sobre sí misma y consiguió esquivarla por los pelos, pues ésta casi la rozó.

El pico del ala quedó enterrado en el suelo debido a la fuerza que había llevado. Iris aprovechó ese momento para, aún tumbada, estirar el brazo y hacer que el ala se enterrase aún más. Arcángel intentó darle una patada en su mano para que cesase, pero ella se incorporó con rapidez y con el otro brazo hizo que el ala restante quedase rodeada de humo y luego bajase con mucha velocidad hacia el suelo, donde se enterró también.

Arcángel gruñó e Iris hizo más fuerza, lo cual provocó que se enterrase más. Él casi estaba de rodillas mientras intentaba escapar de allí. 

Iris se acercó a él y le dio una patada en el estómago, lo que hizo que Arcángel se doblase hacia delante. Ella aprovechó ese momento para darle otra patada en la cara. Él la echó hacia atrás y empezó a salir un poco de sangre de su nariz. 

Entonces fue cuando Iris empezó a correr. No podía perder más tiempo allí, pues necesitaba encontrar a Charles con urgencia.

Comenzó a correr tan rápido que llegó un momento donde no sentía sus piernas. Estaba cansada y luchaba contra su deseo de mirar hacia atrás y ver si Arcángel la seguía. Pero apenas podía pestañear. Lo único que podía hacer era correr.

Hasta que llegó un momento donde no podía más. Sentía que le faltaba el aire y que sus piernas estaban entumecidas, por lo que dejó de correr y se escondió detrás de unos escombros, mientras intentaba recuperar el aliento.

Destruction ◇ Erik LehnsherrWhere stories live. Discover now