Capítulo 68.

131 5 0
                                    

Tu: ¿Quieres que me vaya? –Preguntaste con cierta aprensión- 

Niall: No... -Respondió con un hilo de voz.
Tu: ¿Entonces por qué me dejarías ir?
Niall: Porque no puedo obligarte a estar conmigo.

Mirabas sus ojos. Deseando adivinar qué pensaba. ¿Sería acaso que pensaba en que ninguno de los dos sabía lo que estaba pasando?
¿Después de esto todo estaría mejor? ¿Después de esto se olvidaría lo ocurrido?

Tu: Mereces todo lo que te he dado de mí. –Regresaste al tema.
Niall: Es que no...
Tu: ¡Es que sí!
Niall: ¿Merezco tu atención a pesar de que te esté negando a millones de personas? ¿Merezco tanto siendo que no me permiten presumir a lo maravilloso que me encuentro? Tengo que cuidarte, y no me lo permiten...
Tu: ¿Cuidarme de qué? –Respondiste sollozando.
Niall: De esto. Evitar peleas, evitar que borres esa divina sonrisa que se asoma en tus labios.
Tu: Yo simplemente te trato como me nace Niall. Me siento tan afortunada de que sea yo quien esté contigo, que de millones sea yo, que a pesar de todo... sea yo. –pusiste las manos en tu pecho- pero no estoy conforme con que tú no estés feliz. No puedo...
Niall: ¿Qué no puedes? ¿Estar conmigo? Si no puedes, ¿Por qué seguimos juntos?

Esa pregunta tan de golpe, tan rápida y con sentimientos encontrados te hizo callar.
Sonó el teléfono interminables veces, o eso creíste. Él se acercó a contestar, y mientras distraído estaba saliste de la sala. Te dirigiste a la habitación de Niall y cerraste la puerta sin hacer tanto ruido. Te dejaste caer a un lado de la ventana, ya que no prendiste la luz, y las luces de afuera iluminaban ese pequeño pedazo. Comenzaste a llorar más.

"¡Deja de llorar! –Te gritabas por dentro- ¡No seas débil! ¡Dale la cara y dile que te duele su indiferencia! ¡Déjalo ir!"

No supiste cuanto tiempo pasó, pero mirabas tus pies reflejados por la luz. Estabas ida. Pensativa y dolida. Tus ojos no soportaban más lágrimas. Dieron todo de sí.
Creíste que te iría a buscar enseguida, pero supiste que después de una hora o dos te buscó. Te habías quedado dormida sentaba en el suelo, recargada de la pared. Tus rodillas estaban dobladas, y entre tus rodillas tenías a tu celular, que se había descargado.
Se abrió la puerta, era él. Abriste los ojos con dificultad. Estaban hinchados y algo lagañosos. Encendió la luz, y te vio ahí sentada. Al instante apagó la luz, al ver que tu reacción con la luz fue molestia.
Caminó vacilante hacia ti, y se sentó a tu lado. Te rodeó con su brazo y sin fuerzas te dejaste dominar por sus brazos. Te llevó hacia él, te recargaste en su pecho y las ganas de llorar regresaron.

"¡Esta vez aguanta las lágrimas!" –reprimiste.

Niall acariciaba tu brazo, y recargó su cabeza sobre la tuya. No dijo ninguna palabra, sólo te abrazaba.
Necesitabas palabras de sus labios, de su alma. ¡No decía nada!
Volviste a cerrar los ojos y quedaste dormida.
Un aire frío corrió por tus pies, estaban desnudos. Abriste los ojos y viste diferente vista a la que recordabas esa noche. Estabas acostada en la cama. –Niall fue-
Cuidadosamente viste hacia tu derecha y no estaba nadie. Te levantaste, tomaste ropa para ducharte y entraste al baño. Al Salir, te dirigiste a la cocina. Comenzaste a preparar un cereal en un lindo Bol de "MCdonalds" como dibujitos.
Te sentaste en el comedor, y comenzaste a desayunar.
Mirabas hacia la puerta y al segundo de comenzarla a ver, se abrió. Era Niall. Llevaba lentes oscuros Rayban, una camiseta blanca y unos jeans. Al verlo, sentiste tus mejillas arder.

"Hombre, ¿No hace otro efecto en mí?"

No te vio, pero veías como entraba y dejaba una bolsa de compras en el sofá. Caminó hacia ti sin levantar la mirada, y al verte se acercó a ti y besó y mejilla. Seguías sentada en el comedor, y tenías tus rodillas dobladas y sobre la silla. Su beso fue tierno, y besó ambas mejillas. Pasó sus manos por tus hombros. Acariciándote los hombros, bajando a tus clavículas. Donde ahí te abrazó, y tenía su mejilla junto a la tuya.

"Olvidó ya lo de anoche."

Niall: Buenos días. –Dijo suavemente.

Olía a dentista. Seguro fue al dentista.

Tu: Buenos días. –Respondiste sin ánimos.
Niall: ¿Cómo te sientes? –preguntó inexpresivo.
Tu: Bien. ¿Tú? –Lo miraste-
Niall: Bien. –Sonrió- ¿Me harías un favor?
Tu: Claro, dime.

El perfume que llegaba a tus fosas te hizo los mandados. ¿Dónde quedaba la dignidad de la pelea de anoche? ¿Dónde quedaba el "ME IRÉ" de hace horas?
"Hombres..." –Susurró tu subconsciente.

Niall: Ve a la habitación, y busca un suéter.
Tu: ¿Para qué?
Niall: Iremos por Greg al aeropuerto, y de ahí iremos a hacer unas compras. Y bueno, no puedes hacerme falta hoy. –Aseguró con una sonrisa.
Tu: Bien. –Sonreíste.

Te levantaste y te dirigiste a su habitación.
"Suéter bonito... ¿Bonito? Él. ¿Suéter?... creo que no"
Tomaste el primero que viste. No tenía botones, era simplemente un suéter que tenía caída en picada. Color rojo tinto, que combinaba con los converse's blanco que llevabas. Te miraste al espejo una... y otra... y otra vez. Denominabas qué tan importante sería verte este día, tal vez sea sólo Greg, pero es familia de Niall, algo que aunque anoche odiases las raíces de este chico, al final terminaste aceptando que con él, no podrás enojarte.
Al salir de la habitación Niall te soprendió...

...


You'll never love yourself Half as much as I love you | n.h.Where stories live. Discover now