Capítulo 60.

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Niall cubrió tu reflejo. Lo miraste confundida y él te sonrió.

Niall: Te ves hermosa. –Dijo sin quitarse del reflejo- no necesitas ver tu reflejo.
Tu: -Sonreíste- gracias.

Hace tiempo había hecho lo mismo, y no recordabas lo lindo que se sentía que te dijera.
Al llegar a tu casa, tu madre ofreció dos habitaciones para que ellos durmieran cómodamente. Una de ellas, era tu habitación. Tú no dormirías en tu habitación, pero estabas feliz de ofrecérsela unos días a la familia de Niall.
Niall y Greg dormirían en tu habitación, pero Greg sólo dejó su equipaje y se dirigió a conocer la casa. Niall estaba contigo en la habitación, y él desempacaba cómodamente algunas cosas.

Niall: Te he traído algo. –Decía al buscarlo entre la ropa.
Tu: ¿Enserio?
Niall: Sí, -Te miró y sonrió- Espero te guste. –Dijo al volverse enfocar a buscar.
Tu: ¿Qué es? –Preguntaste al sentarse en la esquina de la cama.
Niall: Es... -Te miró- mira, acércate.

Te acercaste a él.

Niall: Más...

Soltaste una risita y te acercaste más. Viste hacia dentro de la valija y lo primero que hizo fue robarte un beso.

Niall: Listo. –Sacó una cajita, al instante supiste que era joyería.
Tu: Ay... -Dijiste al ver la cajita- No debiste. –Le sonreíste. Pero la verdad te daba un "no sé qué" que gastara en joyería para ti.
Niall: Ábrelo. –Estaba ansioso de ver tu reacción.

Tomaste la cajita en tus manos, lo miraste y ansiabas saber qué tenía dentro, pero aún no podías pensar en otra cosa más que en el dinero que habrá gastado en ti. ¿Por qué? Tú no querías eso. Pero un regalo y menos de él podrías despreciar. A abrirlo viste que era un hermoso brazalete. Era como si estuviese tejido en forma de trenza, y entre cada tejido hubiese un tesoro. Había perlas cada cierto centímetro que tejidas en el listón se veía una excelente combinación de colores tan elegantes como lo era el color de la perla y el listón rojo rubí en tono pastel. Se veían increíbles, tanto que miraste unos minutos el brazalete. Recordando tiempo atrás, recordaste haber deseado un brazalete de este tipo, pero nunca tuviste la suerte de encontrarlo más que en fotografías. Seguro alguien le dijo que lo querías, y él había cumplido ese deseo.

Tu: ¿Cómo sabías que quería uno? –Sonreíste.
Niall: Tal vez haya preguntado... -Dijo sonriéndote.
Tu: Muchísimas gracias, enserio. –Dijiste mientras te acercabas a abrazarlo.

Unas gracias no era nada, pero era algo de lo que podías pensar por el momento. Había pasado el cumpleaños de Niall y aún no le has regalado nada, aunque ya esté por terminar el año. Tal vez podías usar esa excusa para regalarle algo, o tal vez podrías decirle que a pesar de todo, merece un regalo por lo excelente que ha sido contigo. Tenías tiempo para pensarlo, pero por el momento deberían sacar provecho del tiempo.

Tu: Hay muchos lugares para visitar hoy... -No te dejó terminar
Niall: Ya tengo planes.
Tu: Ah, yo... -Dijiste al creer que no eran contigo.
Niall: Contigo, amor. –Sonrió.
Tu: Me asustaste. –Dijiste al tocar tu pecho- bueno, ¿Qué planes tenemos?
Niall: Investigué sobre los parques de diversiones... ¿Te parece si vamos?
Tu: ¡Claro!
Niall: Bien. –Sonrió.

Le dijiste a tu madre que querían ir al parque de diversiones, tu padre los acompañaría también y Maura, Bob y Greg no podían faltar. Esa misma tarde, iban todos en cambio hacia aquel parque de diversiones del cual Niall investigó. Hicieron unos grandes minutos por el tráfico y la ubicación, fácil fue una hora de camino.
Al llegar, todos estaban esperando que los más jóvenes; Tú y Niall, escogieran a donde ir primero. El clima estaba soleado y hacía un aire helado, así que no sufrieron con mucho calor.
Era una parte de juegos de diversiones y en otro lado era una pequeña feria, con juegos y premios. Primero se enfocaron en lo extremo, las montañas rusas, los mini recorridos de los pequeños lugares interesantes, y los carritos chocones.
Después se enfocaron en el área de los premios, dónde habían pequeños puestos de comida y algunas mesas tan al estilo del parque. Algunas personas lograron identificar a Niall, y le diste un espacio para que disfrutara de esa atención. Aunque él no se permitió más de diez minutos sin ti, y la convivencia con los fans.
Se acercaron a un pequeño puesto dónde se tenía que atinar a ciertos orificios con una pistolita de agua pegada a la madera del puesto. Los premios eran entre caramelos, peluches y si se obtenía el premio mayor podría tener un bono económico respectivo a las ventas del día.

Niall: ¿Jugamos? –Te preguntó con una sonrisa.
Tu: Sí, ¿Por qué no? –respondiste mientras te acercabas al puesto.
Niall: Déjame decirte que soy muy malo en esto, ¿Tú eres buena?
Tu: -Te encogiste en hombros- no lo sé, te apuesto a que sólo conseguiré los caramelos.
Niall: Yo apuesto a que gano ese de allá. –Dijo al apuntar un gran peluche de un leopardo.
Tu: Vale. –Sonreíste-

Ambos se sentaron frente a las pistolillas, y comenzaron a disparar. Algo te decía que Niall era bueno atinándole a los orificios, pero no logró ganar siquiera un peluche chiquito. Al igual tú, lo único que obtuviste fueron los caramelos. Ambos escogieron aquellas gomas de mascar que se veían de colores, y se veían deliciosas.
De regreso a casa, tus padres y los de Niall habían optado por salir a un lugar para "ADULTOS". Greg, Maura, Bob y Niall eran adultos. Tú eras... bueno, una joven a punto de serlo.
No pensaban dejarte a solas con Niall, por lo que tu madre se ofreció a quedarse. Lo único que estabas pensando era repetidas veces un "Por favor, ve"
Después de unos minutos de convencimiento, pudiste persuadirles para que te dejaran en casa, al cabo sólo verían películas y comerían los caramelos que habían ganado.
Cuando ya solos, Niall abría los caramelos mientras tú preparabas el DVD. Comenzó a reír, y no sabías por qué lo hacía.

Tu: ¿Qué pasa? –Decías con una sonrisa, por su risa tan provocadora.
Niall: Tienen... -Decía al abrir una goma de mascar- ¡Tatuajes!
Tu: -Soltaste una risita- ¿Enserio?
Niall: ¡Sí! –No paraba de reír.

Cuando comenzaron a ver la película, sentiste como Niall colocaba algo en tu brazo, no le diste importancia hasta que sentiste como humedecía tu brazo. ¡Estaba colocándote un tatuaje! Lo dejaste terminar para ver su trabajo final. Era un caballito tan más infantil, pero no le dijiste nada. Tomaste tú uno y se lo colocaste en el brazo también, lo malo del tuyo era que le habías colocado una mariposa rosa... algo no tan masculino. La guerra de pequeñas estampitas comenzó. Llegaron a tener en todo el brazo, y hasta en la cara también. Mientras le colocabas entre risas, otro a Niall en la frente él...


...


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