Capítulo 33.

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Capítulo 33. una buena elección

Carson Daventhall 

11 de diciembre 2021

Las veces en las que deseamos morir definitivamente no somos conscientes de lo que estamos pidiendo.

La mayor parte del tiempo deseamos esto por estupideces, sin embargo, no es nada anhelante cuando estás al borde de ello y te das cuenta de todas las cosas que estarás dejando sin hacer, las personas que estás dejando atrás, lo deseos por los que ya no vas a luchar.

Levanto mis manos frente a mis ojos soltando un sonoro suspiro tal vez de alivio por estar vivo, o tal vez de frustración porque he tenido que pasar por esto para darme cuenta de que en realidad no debería haber deseado morir las veces que lo hice.

Mi cuerpo se siente como si flotara, pero la mayor parte del tiempo la herida en mi costado se siente como algún ruido sordo, no dolor en sí, pero la consciencia de que está ahí y el tirón cuando rio o me muevo no me deja tranquilo.

El golpe en mi cabeza es una historia diferente, duele cada vez que la muevo contra la almohada. Pero me recuerdo que prefiero esto a tener que estar bajo tierra en un ataúd.

Esto también me recuerda las palabras de esa mujer junto a las de Ashley echándose la culpa por lo sucedido y mi ceño se frunce porque eso es algo que tendré que sacar de su mente en los próximos días.

Escucho la puerta de la habitación abrirse y no puedo evitar desear que sea Ashley nuevamente, pero ella es rencorosa y ahora está enojada así que probablemente no volveré a verla hasta mañana, lo que hace que la frustración burbujee un poco más dentro de mí porque no tenía ni siquiera una hora, pero tampoco puedo ser egoísta.

Sé que le molesta mi elección de ver a mi padre ahora, sé que tiene razón y tal vez no debería verlo en este estado, pero necesito deshacerme de esto de una vez por todas y nada me asegura que realmente vuelva si no lo dejo entrar.

Los ojos marrones de mi padre me devuelven la mirada cuando llevo la vista hacia él.

El recuerdo de esos mismos ojos viéndome con lastima cuando mamá murió o viéndola a ella con algo parecido al asco cuando encontró los resultados de sus exámenes me hace querer haberle hecho caso a Ashley.

—Carson...

—¿Qué estás haciendo aquí? —cuestiono desde mi lugar mientras él lleva las manos a los bolsillos de sus pantalones grises. Una camisa de botones color blanca usando gemelos y una corbata color negro.

—Vine a ver como estás—Cruza sus brazos sobre su pecho mientras me observa.

Trato de no fruncir los labios con disgusto mientras lo observo de vuelta.

Mi parecido con él es indiscutible, cosa que realmente me gustaría cambiar si pudiera, sin embargo, no puedo evitar sentirme mejor por el hecho de que nuestro parecido solo es físico y nada más.

—Carson, realmente me preocupé...

—¿Cómo lo hiciste cuando mamá murió? No necesito tu pena, George—Me encojo de hombros evitando llevar una mano a mi costado, en su lugar rasco la piel alrededor de la intravenosa para distraer mi molestia por si presencia.

—No siento pena por ti, eres mi hijo.

—Escucha, hice mi vida, la única vez en la que te necesitaba fue cuando mamá estaba mal y decidiste irte, entonces sé honesto conmigo ¿qué haces aquí? ¿Pensaste que moriría y podrías quedarte con lo que tengo? —Él aprieta los labios en una delgada línea tensa, luego pasa una de sus manos por su cabello y las líneas en su frente se profundizan cuando hace una mueca—. ¿Es tu conciencia?

El placer de odiarnos ✓Where stories live. Discover now