Capítulo 30.

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Capítulo 30. Un mal destino

Carson Daventhall 


10 de noviembre 2021

—En el hipotético caso de que una tortuga y una jirafa se junten ¿crees que salga caparazón de tortuga con cuello de jirafa o cabeza de tortuga con cuerpo de jirafa?

Alzo las cejas parpadeando desde mi lugar en el sofá y Ashley ríe sentada en el suelo cerrando su resaltador.

Desde hace una semana hemos estado pasando tiempo en la sala, a ella le gusta sentarse en el suelo y, a riesgo de sonar sumamente perturbador, a mí me gusta la manera en que luce como niña feliz coloreando textos con sus múltiples resaltadores, teniendo en cuenta la adulta arisca que es tengo que atesorar estos momentos.

—En primer lugar ¿por qué una jirafa estaría con una tortuga? En segundo ¿Cómo se supone que sucederá ese apareamiento? Y en tercero ¿por qué siempre apareas animales extraños? —Ella vuelve a reír sonoramente echando la cabeza hacia atrás antes de mirarme.

—El hecho de que el orden te diga lo que debes hacer, no significa que esto realmente vaya a hacerte feliz. Por ejemplo, Aaron o Astrid, el orden dice que su realidad es con el sexo opuesto, sin embargo, evidentemente eso no iba a hacerlos felices.

—Buen punto—murmuro volviendo la vista a la portátil en mi regazo.

—Segundo, todo en la naturaleza puede suceder, porque ¿Quién diría que las vacas solo pueden tener un hijo en cada parto? Los perros y gatos son más pequeños y pueden tener más de cinco.

—Yo lo explicaría en que el hijo de la vaca nace técnicamente siendo adolescente en tamaño, los perros y gatos nacen pequeños, como bebés humanos—murmuro distraídamente.

—Dime que no acabas de comparar bebés de perro con bebés humanos—Me encojo de hombros mirándola resaltar otro título en su documento.

—Al menos me entendiste.

—Tienes un punto. Tercero, esta se responde con la primera respuesta, porque los animales seguro que también pueden ser completamente felices con otra especie, por ejemplo, yo soy feliz con un murciélago—Ruedo mis ojos—. Ahora, ¿Cómo crees que se llamaría la nueva especie? ¿Torturafa? O tal vez ¿jiratuga?

—Ambos suenan horribles, princesita—Me arroja el resaltador azul y lo atrapo en el aire antes de devolvérselo.

—No acepto críticas a mi Torturafa, imbécil—Sacude la cabeza negando antes de ponerse de pie para encaminarse a la cocina, continúo mirando mi portátil mientras tecleo redactando la asignación.

No puedo evitar levantar la vista para verla moverse alrededor de la barra, toma un tazón para llenarlo de helado y regresa.

No pensé que encontraría a alguien que le gustara el color verde como a mí, pero Ashley incluso elige el helado de pistacho solo porque es verde. La segunda opción es porque le gusta, pero estoy seguro de que es por la primera razón.

Vuelvo la vista a la pantalla parpadeando cuando las letras comienzan a desdibujarse en mi visión por el cansancio, las últimas semanas del semestre son una odisea, por eso he optado por estudiar en la sala a pesar de que la mayor parte del tiempo me distraigo con ella, de lo contrario mi tiempo reducido en trabajar y estudiar no dejaría brecha para ello.

Ashley se sienta a mi lado en el sofá y la miro esperando para saber qué quiere, pues no volvió a su lugar en el suelo para continuar su trabajo.

—¿Hablaste con mi hermano? —Ahogo una sonrisa notando cual es el rumbo de su pregunta.

El placer de odiarnos ✓Where stories live. Discover now