Capítulo 4.

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Capítulo 4. Ningún héroe

Ashley Greythorne 


8 de agosto 2021

—Buenos días, cariño

—Mamá canguro es muy intensa—mascullo contra la almohada cuando escucho sus pasos dentro de la habitación acercándose.

—Mamá canguro se preocupa por ti—Frunzo mis labios girando en la cama hasta que puedo ver a mamá trayendo una bandeja, es bastante temprano en la mañana del domingo, pero mamá sabe que a esta hora ya estoy despierta.

—Buenos días—susurro cubriendo mi boca con mi palma ante el bostezo que no puedo evitar.

Llegué anoche a Keaton city, un poco tarde por lo que mamá no me vio cenando y esa es probablemente la razón por la que ahora la bandeja se encuentra llena en lo que se supone que es mi desayuno y lo que ella sabe muy bien que no voy a poder comerlo todo.

Keaton city es nuestro hogar, todos los hijos de Tatiana y Thomas Greythorne nacimos y crecimos aquí, en una casa distinta, pero en la misma comunidad. Mis padres vivían en Saint Naldens, por eso el bufete está allá, pero luego de casarse decidieron que un nuevo comienzo en otro ciudad era lo mejor, por eso este siempre ha sido nuestro lugar.

Me siento en la cama cruzando mis piernas estilo indio mientras recargo mi espalda contra el respaldo de la cama moviéndome hacia la izquierda para darle espacio a mamá que se desliza a mi lado luego de dejar la bandeja frente a mí.

—¿Qué tal la adaptación?

—Bien, mami, me preguntaste anoche—Salgo de la cama rápidamente encaminandome al baño para cepillar mis dientes y lavar mi cara antes de regresar.

—Pero prácticamente estabas durmiendo mientras hablábamos—Rio entre dientes encogiéndome de hombros mientras me deslizo a su lado en la cama.

—Estaba cansada, pero es lo que dije, estoy bien, todavía es un problema los ruidos del vecindario en las noches, pero ya me estoy acostumbrando—Asiento distraídamente haciendo de mi cabello un desordenado moño que pronto está soltándose otra vez.

— ¿Qué tal les va en la convivencia?

—Es un desastre, eso no va a cambiar.

—¿Por qué no? Tal vez solo necesitan unas semanas—La miro alzando las cejas y sacudo la cabeza.

—Lamento matar tus esperanzas, mami, pero vamos de mal a peor, si estabas pensando que nos haríamos "mejores amigos por siempre" solo por vivir juntos ve deshaciéndote de esa idea—mascullo tomando la cuchara para comer de la avena en el tazón, tiene frutas a un lado así que opto por mezclarlas todas para luego ir encontrándolas junto a la avena.

—Mis esperanzas continúan ¿vendrán juntos a la boda?

—No, sabes que vendré el viernes, él tiene clases todo el día los viernes o al menos esta semana se la pasó todo el día fuera, no tengo idea—Me encojo de hombros con desinterés.

Ayer estuve algo ocupada, terminé mis tareas para poder estar libre al venir aquí y fui a la galería para hacerle unas preguntas al dueño sobre la historia de algunas de sus obras, todavía no defino completamente cual será mi enfoque para mi trabajo de grado, sin embargo, no creo que pueda perder más tiempo, necesito compaginarlo con mis estudios actuales mientras estos no me consuman por el momento.

El placer de odiarnos ✓Where stories live. Discover now