Capítulo 29.

94.5K 4.2K 1K
                                    


Capítulo 29. Eres débil...

Ashley Greythorne


4 de diciembre 2021

A Carson no le gusta la navidad.

Sin embargo, es una consecuencia de que antes la amaba, pero cuando su madre murió solo se volvió dolorosa para él, lo mismo este año.

Estuvo con Jenna el año pasado, pero ahora ella tampoco estaba.

A veces me preguntaba como todavía sonreía luego de haber perdido a tantas personas que quería y que lo querían, no es de extrañar que siempre diga que está solo, aunque ya no lo he escuchado decirlo.

Así que, a pesar de que estará con mi familia para la fecha de navidad, decidí que podíamos celebrarla solos antes de eso.

Los primeros días de diciembre el frío ya comienza a sentirse en Saint Naldens cuando llegamos a su departamento. La universidad cerró ayer, viernes, así que tenemos casi una semana antes de que tenga que irme con mis padres a Keaton, cosa que normalmente hacía desde noviembre en mi anterior universidad, pero esta es diferente.

Meto mis manos en los bolsillos de mi abrigo cuando salgo del auto y comenzamos a caminar al interior del edificio, en cuanto entramos a su departamento suelto un resoplido deshaciéndome del abrigo.

—Si en esta choza hace más frío que afuera voy a incendiarla—Lo señalo con mi dedo índice temblando y él ríe.

—La humedad puede jugarte una mala pasada, pero no hace más frío que afuera—Entrecierro los ojos hacia él dejando mi mochila en el sofá antes de acercarse, sus brazos rodean mi cintura y por instinto hago lo mismo con su cuello preguntándome la razón. Pero él no necesita razones para abrazar o besar.

Las últimas semanas me he dado cuenta de ello, él había dicho que Jenna dijo que su lenguaje del amor eran los regalos, pero estoy casi segura de que también es el contacto físico.

—¿No tienes que ir al bufete?

—El lunes, tu hermano todavía no sabe que estoy aquí para explotarme—Rio contra su cuello antes de que me levante para enredar mis piernas en sus caderas.

—¿Entonces? ¿Qué vamos a hacer? Todavía es temprano.

—Vamos a salir.

—¿A dónde? —cuestiono mientras camina conmigo hacia la habitación.

—Segunda cita.

—La segunda fue el mismo día que la primera.

—¿Ah sí? —Asiento efusivamente ahuecando sus mejillas con mis manos para presionar mis labios en los suyos—. Bien, tercera.

—¿A dónde iremos? No tengo un vestido.

—No necesitas uno—Sacude la cabeza bajándome hasta que mi espalda se encuentra con la suave superficie de la cama.

—¿A dónde iremos? —repito empujando su cabello lejos de su frente.

—Ya lo verás.

—¿Vas a decorar este lugar? —cuestiono luego de unos segundos.

—No es necesario, pasaré la navidad con tu familia.

—Si, pero estarás al menos dos semanas aquí, ¿sin ninguna decoración navideña? —Se encoge de hombros sin responder y yo casi suelto un resoplido—. ¿Ni siquiera un pino pequeño?

El placer de odiarnos ✓Where stories live. Discover now