Capítulo 27.

116K 5.4K 2.7K
                                    



Capítulo 27. Llámame así de nuevo 

Ashley Greythorne


9 de octubre 2021

—¿A dónde vamos?

Carson presiona sus labios sobre mi frente mientras el ascensor asciende, el piso diecinueve es el penúltimo y es el que ha marcado, sin embargo, no sé qué se supone que hay ahí, ni siquiera sé qué es este edificio.

Podría ser de oficinas, de apartamentos, no tengo ni la menor idea.

Sin embargo, contando con que esta es la persona que cambió la fecha de la inauguración de un restaurante para que coincida con nuestra cita estoy desconcertada sobre qué esperar.

Una sonrisa estúpida se planta en mi rostro y la oculto girando la cabeza hacia atrás para vernos en el espejo del ascensor, su brazo me rodea la cintura mientras se distrae en su celular, yo nos observo. El contraste de altura y complexión es notable, si pudiera observar nuestros interiores probablemente también lo sería porque mientras él es dulce y comprensivo yo suelo ser impaciente e insoportable, hermética en cuanto a las emociones porque no puedo evitarlo, donde él es transparente para decir lo que siente.

Recargo mi mejilla en su hombro todavía mirando el espejo, su espalda se tensa y mira sobre su hombro para encontrar mi rostro.

—¿Qué estás pensando?

—No es tu problema, murciélago—Le hago una mueca odiosa y él ríe, su mano en mi cintura me obliga a alejarme para clavar sus ojos en los míos mientras ahueca mi barbilla con sus dedos.

—Ahora es mi problema todo lo que pueda hacerte sentir mal.

—No me siento mal, estoy bien, solo es curioso como hemos terminado aquí.

—Caminando.

—Gracioso—Ruedo mis ojos—. Hablo de nuestras emociones.

—Hemos tardado en llegar aquí, si me lo preguntas.

—¿Ah sí? —Asiente y el ascensor se detiene.

—Sin embargo, valió totalmente la pena—Presiona un beso sobre mis labios y yo doy un respingo porque cuando las puertas se abren no hay un pasillo con puertas, eso me recuerda al edificio donde vive mi cuñada; entramos directamente a un salón enorme de paredes blancas y unos pocos caballetes desperdigados por el lugar, las paredes están adornada por lienzos colgados hacia donde quiera que mires.

—¿Qué es esto? —Jadeo dando un paso fuera del ascensor mientras él entrelaza nuestras manos.

—Esto es una exhibición de arte.

—Pero no hay nadie...No me digas que...—Mis hombros se hunden mientras lo observo resignada—. Hoy decidiste alardear de ser millonario—Una risa trepa por las paredes de su garganta mientras vuelve a atraerme contra su costado para caminar hacia el salón.

—No precisamente, pero sé que preferirías estar en cualquier lugar con menos personas que una multitud, para tu mala suerte no es privado, hay unas veinte personas aquí para ver las obras.

—¿Pero?

—Pero desde el piso quince hasta aquí hay exhibiciones de diferentes artistas, quise que viniéramos a este primero sabiendo que habría menos personas o nadie preferiblemente— Se encoge de hombros—. Tenemos dos horas para que veas todo y luego deberíamos irnos para que la princesita no se duerma tarde—Presiona un beso sobre mi sien y yo suelto una risita antes de acercarme al primer caballete portando una pintura que no reconozco del todo, sin embargo, la técnica me parece familiar.

El placer de odiarnos ✓Where stories live. Discover now