El placer de odiarnos ✓

Capítulo 28.

Capítulo 28. Feliz cumpleaños.

Ashley Greythorne 

14 de octubre 2021

—¿Por qué no has venido?

—Estoy ocupada, canguro, no quieras hacer un drama—Aaron resopla al otro lado de la línea mientras yo continúo resaltando palabras clave en mi libro de biología.

—¿Ocupada en qué?

—¿En serio? —Mi ceño se frunce a pesar de que no puede verme.

—En serio, Astrid me tiene la existencia podrida preguntándome por ti—Frunzo los labios.

—¿Quién te mandó a hacerte su amigo también?

—Gemela equivocada, una disculpa—resoplo dejando el resaltador a un lado mientras fijo la vista en un punto vacío de la cocina.

He estado evitando hablar con mi gemela por ciertos factores, la primera es que no quiero contarle sobre la cita y sé que ella ha estado esperando que responda sus llamadas para obtener detalles, teniendo en cuenta que fue ella quien les dijo a mis hermanos sobre Arbeen no quiero que también sea una soplona en cuanto a lo que tengo con Carson.

Por supuesto que debe haber sospechado cuando dormí con él la noche en que estuve enojada con ella en Shelford, sin embargo, no hemos hablado sobre ella y la convencí de que solo me debía un favor así que quedó allí.

Y honestamente se me hace difícil guardar secretos con ella.

Creo que he olvidado la tensión entre nosotras, sobre todo luego de la boda, probablemente porque el hecho de que me contara la verdad sobre Melody mintiendo hizo que derivara en todo esto con Carson, lo cual no quiere decir que no siga enojada por sus mentiras y su forma de tratarme antes de irse.

Con mi madre ha sido distinto, creo que ella no está enojada porque tenga una relación con Carson, lo que la desconcierta son dos cosas: no haber sospechado antes y el hecho de que vivamos juntos. Creo que tiene miedo de que decida quedarme aquí y casarme o no sé qué solo porque ya vivimos juntos, puede que ella incluso esté pensando en embarazos no deseados.

En mi mente suena tan descabellado como parece sonar para ella.

—¿Pero vendrás este fin de semana? Si lo haces ven a verme.

—¿Qué vas a darme a cambio de eso? Si quieres que vaya es por algo—Vuelvo a tomar mi resaltador y lo escucho resoplar.

—Juntarte con el hombre de los favores te ha hecho una jodida aprovechada.

—No puedes obtener todo sin dar un beneficio a cambio, mucho menos algo tan importante como mi presencia, hurón hambriento—murmuro poniéndome de pies para trasladarme a la sala—. ¿Y sabes qué? No quiero, la última vez que fui a verte casi terminé en la cárcel, tendrás que ir a verme a la casa.

—Porque no me hiciste caso, te dije tres veces que llamaras a tu padre para que fuera por ti, pero no, la niña quería irse sola en la noche—Ruedo mis ojos con un resoplido—. Además, ya no puedes terminar en prisión porque Bonnie se fue.

—¿Cómo que se fue?

—Se fue de Keaton ¿tu madre no te lo dijo? Una de sus tías vino por ella y a su abuela la llevaron a un asilo.

—¿Una de sus tías?—Mi ceño se frunce mientras llevo el resaltador a mi barbilla con desconcierto.

—Si, dijo que tal vez necesita pasar tiempo con ella para ayudarla a recordar...vamos no intentes sentirte mal ahora.