Capítulo 12.

82.5K 4.6K 1.5K
                                    


Capítulo 12. ¿Tregua?

Ashley Greythorne


24 de agosto 2021

—¿Cucaracha o gusano?

—Cucaracha...—frunzo los labios con disgusto desviando la vista hacia él —. ¿Qué? Pueden volar y son difíciles de matar.

—Los gusanos pueden convertirse en mariposas.

—No todos y no especificaste cual gusano sería—Aaron se encoge de hombros y yo resoplo—. Fuiste tu quien preguntó, ahora no finjas que te da asco—Finjo una arcada mientras me inclino para tomar un cuchillo y cortar un trozo de pastel.

—No se puede hablar de nada contigo—resoplo inclinándome esta vez por una cuchara, relamo mis labios antes de sentarme frente a la barra para mirar mi plato con atención.

—Astrid me dijo que estabas ebria.

—En primer lugar ¿Por qué hablas tanto con Astrid? —mascullo presionando el lápiz de mi iPad contra mi barbilla mientras observo la cocina como si fuera a encontrar algo nuevo en ella, pero encuentro una taza que seguramente Carson dejó fuera de su lugar esta mañana.

Evidentemente lo he estado evitando, ayer llegué tarde en la mañana por lo que tuve que irme directo a mi clase y él ya no estaba, en la noche opté por ducharme temprano y encerrarme en mi habitación antes de que llegara, de todas formas, traje a Aaron conmigo— mas como obligarlo a venir— para evitar tener que estar a solas con él.

Hoy me desperté tarde y aunque estoy segura de que él se levantó en su nueva hora habitual—antes que la mía para tomar el baño primero—, lo escuché irse mas tarde que su hora normal sin razón alguna, tal vez estaba terminando algún trabajo.

O intentando atraparme cuando saliera.

He tenido que ocuparme para poder cambiar el rumbo de mis pensamientos que constantemente me llevan a lo que sucedió entre nosotros el sábado en la mañana junto a lo poco que recuerdo del viernes en la noche.

No es que haya funcionado de maravilla, pero prefiero seguir enfocando mi mente en las pinturas del siglo diecisiete que caer en la tentación de buscar una explicación a lo sucedido.

—Eres nuestro tema favorito de conversación, Barbie, no te preocupes —Vuelvo a escuchar a Aaron mientras resoplo extendiendo una de mis manos hacia el tazón con uvas frente a mí, alzo la vista para verlo sentado en el sofá.

—Es el único tema lo suficientemente interesante en sus vidas, no te preocupes, lo sé.

—Cuanta modestia se respira en esta casa —Muerdo otra uva antes de limpiarme las manos en la servilleta y tomar el bolígrafo azul.

—Fuiste tu quien empezó admitiendo que hablas de mi con Astrid.

—Nos preocupamos por ti.

—No es necesario, eso fue el viernes pasé el fin de semana en Keaton en caso de que fuera afectarme debió hacerlo en esos dos días—Afortunadamente las luces, el alcohol y pasarme de mi hora de sueño el viernes no afectaron lo suficiente mi sistema, sin embargo, es evidente que otras cosas sí.

Por ejemplo, el show con Carson y el hecho de haber despertado en su habitación.

—Por algo no me dijiste que estuviste de fiesta ¿Qué has hecho? —Muerdo el interior de mi mejilla con algo de fuerza.

No se lo dije porque sabe lo que sucede cuando lo he estado antes, hago estupideces, pero ¿Qué tipo de estupideces puedes hacer mientras vives con un hombre? Exacto, Aaron sospecharía la manera en que me convertí en una persona necesitada de ¿cariño? Frente a Carson.

El placer de odiarnos ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora