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Capítulo 2.

Ryan.

Mamá se fue a la cama temprano, Riley salió hace media hora para ir con sus amigos a una fiesta de universitarios y yo estoy buscando un pijama para Samantha.
No puedo recordar cuando fue la última vez que ella estuvo aquí, solo sé que no lucia como ahora, tan físicamente desarrollada. Al salir del walking closet la encuentro sentada en mi cama, sus ojos se encuentran con los míos y por alguna razón que no puedo comprender, me hace sentir nervioso ¿Qué ocurre conmigo? Es solo Sami.

-Aquí tienes. Lo he usado solo un par de veces.

Ella me sonríe.

-Gracias, Ryan. Iré a cambiarme.

-Bien.

Ella se levanta y entra en mi cuarto de baño. Mientras tanto enciendo la televisión y busco algo en Netflix. La mayoría de mis recomendaciones son documentales, de todo tipo, entre asesinos seriales y sobre la vida animal. Así que Riley no está alejado de la realidad, me gusta mucho ese contenido.
Pero no sé qué le gustará a Sami, así que esperaré que ella venga y decidamos juntos.
Sin perder tiempo, me quito los zapatos, calcetines y apago la luz para que pueda proyectarse mejor la imagen que emite la tv. Varias veces observo la puerta del baño, esperando que ella termine de cambiarse, pero al final termino subiéndome a la cama y apoyándome en las almohadas. Mis dedos juegan con los mandos de la televisión y admito que me siento ansioso ¿Porqué?

-No te burles de mí —La observo a penas emite sonido —Me queda un poco grande.

Sonrío mirándola y maravillándome por lo bonita que ella se ve con mi ropa. La camiseta le queda varias tallas más grande a diferencia del short, que deja al descubierto gran parte de sus muslos. Intento no mirarla demasiado, para no incomodarla.

-No voy a burlarme de ti, te vez muy bien.

-Vale —Sonríe caminando hacia mí —¿Puedo...?

-Sí, por supuesto ¿Desde cuando me pides permiso? —Le sonrío y doy golpecitos en la cama, para que ella se suba.

-Hace mucho tiempo no estaba aquí —Responde subiéndose y acostándose a mi lado.

-Mucho tiempo.

-Sí... Bueno, te esperaré. Puedes ir a cambiarte.

-No uso pijama, por lo general duermo solo en bóxer —Le explico —Pero no te asustes, me quedaré vestido en esta ocasión.

Ella asiente y luego toma el mando de la televisión. Durante unos minutos navegamos en la plataforma hasta que encontramos una película que nos llama la atención a ambos.
Sami se acomoda a mi lado, casi rozando su brazo con el mío a pesar de que mi cama es grande y sobra mucho espacio. Le resto importancia, no pasa nada.

-¿Me das una barra de chocolate? —Pide e inmediatamente alcanzo las que dejé sobre mi velador.

-No olvides dejarme algunas —Bromeo y ella me sonríe.

-Abre la boca.

-No. Sólo estaba... ¡Ah! —Ella me pellizca el brazo y aprovecha de meter una barra dentro de mi boca.

-¿Te gusta?

-Sí, claro que me gusta —Mastico el chocolate —Pero no tenías porqué pellizcarme.

-Es que vi en tus ojos que querías una.

Se ríe y aunque aún me duele el brazo, río también.

-Pon la película, Sami.

Y así es como observamos el drama que comienza a desarrollarse. La película atrapa desde un comienzo, comenzando con las escenas de un matrimonio que está en decadencia. El marido de la protagonista es muy trabajólico y apenas le presta atención, lo que ocasiona que la mujer se sienta desplazada y poco amada.
La entiendo, el trabajo en exceso nunca será bueno. Mientras observamos, siento el cuerpo de Sami removerse, ella se inclina hacia a mí y sin decir una palabra acerca otro trozo de chocolate a mi boca. Dudo al principio, pero al final me acerco y dejo que me alimente con barras de chocolate. En una ocasión, mientras observamos una discusión de la pareja protagonista, lamo su dedo en mi intento de alcanzar el trozo de chocolate. Me paralizo, y sé que ella también.

𝐓𝐖𝐈𝐓𝐓𝐄𝐑 𝟑 - 𝐍𝐇 𝐁𝐘 𝐍𝐀𝐓𝐇🥀Where stories live. Discover now