Eternos finales © ✔️Libro #0

By Dawn_Maviz

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«Sping_off de RF» Ella sufrió mucho después de varios sucesos despiadados. Poco a poco fue creciendo y conoci... More

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PREFACIO
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[13∆]
Sping-off - 1.0 ~JANEK~
Sping-off - 1.5 ~JANEK~
Sping-off - 2.0 ~JANEK~
Sping-off - 2.5 ~JANEK~
[14∆]
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[16∆]
[17∆]
[18∆]
[19∆]
[S.O 1.0] Synanth
[S.O 2.0] Synanth
[S.O 2.5] Synanth
[S.O 3.0] Synanth Final
[20∆]
[21∆]
[22∆]
[23∆]
[24∆] Capítulo Final
[Epílogo]
[Agradecimientos]
[Aclaraciones]

[S.O 1.5] Synanth

65 19 201
By Dawn_Maviz

—Bueno, primero lo primero —comencé —Compramos comida, provisiones y nos vamos ¿entendido? —le recalqué a la princesa. Todavía no me acostumbraba a llamarla por su nombre. La noche pasó a una lentitud increíble, fue estresante sí, dormir con la compañía de quien mas te odiaba no era una buena idea. El fantoche no dejaba de golpearme y roncar mientras dormía, no logré conciliar el sueño, por lo que en cuanto el sol salió obtuve mi oportunidad para vengarme de quienes durmieron toda la noche. Aunque a pesar de todo, no me sentía débil, para nada, tal vez fue producto de mi nuevo cuerpo por así mencionarlo.

—Lo sé —dijo cansada —¡Ya relájate!

No dije más, continuamos caminando por la aldea que encontramos al salir definitivamente del reino. Era pequeña, pero tenía mercaderes por doquier y la aglomeración era abrumadora. Había gente extraña por todas partes.

—Esto es ridículo —espetó el fantoche, se hizo extraño que no dijera una palabra durante toda la mañana —¡Andar con ustedes es irritante. los dos aún son unos niños molestos!

—¡Tú mejor cállate! —le exigí. íbamos a entrar en discusión física y verbal nuevamente, pero algo nos lo impidió.

Alguien había tropezado con la princesa acción que la hizo molestaré, no por la torpeza de la persona, sino por el hecho de que al parecer lo hizo a propósito y sobretodo que no se movía de donde estaba parado.

—¡Oiga! ¡Tenga más cuidado!

El hombre cubierto por una capa, (que al parecer a todos les encantaba usarlas en ese momento) no le respondió, sino que hizo algo peor. Sacó un cuchillo.

—¡¡Cuidado!! —advertí. Gracias a mi velocidad me acerqué a ella y la empujé a un lado, tomé la mano del desconocido e intenté quitarle el arma, pero algo me tomó por sorpresa.

El dolor en el pecho.

¿En serio? ¿Este? De veras que preferí que Rufel fuera el siguiente elegido, por suerte no fue así.

—No te metas en esto —murmuró el hombre con una voz gruesa y espetante.

—¡Tú maldito! —exclamó el fantoche con intenciones de tocarlo, pero lo detuve con mi otra mano sobre su pecho, por suerte tenía más fuerza que él —¡Quita tu mano!

No me dio tiempo a responderle cuando una chica le puso un cuchillo en su garganta desde atrás, inmovilizándolo. Al parecer mis días a partir de ese entonces no iban a ser normales. Las personas que nos rodeaban se apartaron. Gracias a Varely quién reaccionó, tomó a la chica y se la llevó a uno de los callejones donde nadie las podría ver, yo hice lo mismo.

Tomé al fantoche y al joven de los brazos, con ayuda de mi fuerza me los llevé al callejón. Aparté a Rufel, y derribé al chico al suelo. Su capa había caído de su cabeza por lo que le pude ver el rostro detenidamente. Era un chico de mi edad, tal vez un año mayor. Tenía una coleta recogida hacia abajo que sostenía su cabello negro azabache, lo más escandaloso de todo eran sus ojos azules, nunca había visto unos ojos así. Pero no era momento de analizar aquello, procedí a lo que tenía que hacer. Mordí su cuello y lo dejé inmóvil. Su sangre no era desagradable, pero nada de que admirar. Me aparté rápidamente, a los segundos que lo hice, el chico se incorporó sobre sus rodillas, tal y como le sucedió a Varely, este empezó a expulsar una gran cantidad de sangre. Era otro más que moría.

—Lo siento —fue lo que murmuré.

—¡Señor, Nerack! —dijo la chica con quien venía con un tono preocupado. Se trató de acercar a él, pero Varely la sostuvo de ambos brazos y no le permitió moverse.

—¿¡Qué mierda me hiciste!? —exclamó el malhumorado y amargado. Lo distinguí así, por su manera desdeñosa de mirar y por su tono de voz —¡Idiota! —jadeó y se incorporó con torpeza.

—Lo siento —repetí —no tenía de otra... eres uno de nosotros —expliqué.

—¿En serio? ¿Por qué él? —espetó el fantoche —¿¡No ves que trató de matar a Varely?! —me reprendió. La chica de alguna manera se soltó de Varely y se acercó a su acompañante, analizó que estuviera bien. Intentó tocarle el rostro, pero este de inmediato le dio una bofetada a sus manos a lo que ella entendió el mensaje y se quedó quieta.

Vaya carácter.

—¿Está bien, señor? —murmuró insegura. Él no le respondió sino que empezó a asesinarme de miles maneras con su mirada.

—Te mataré —amenazó.

—Te lo voy a explicar todo, así que relájate niño —le pedí.

⪰+⪯

—¡Oye niño bravucón, ven a comer! —le exigí, pero ni siquiera me miró.

Cuando terminé de explicarle todo, él sólo intentó matarme, sí, eso hizo. Quiso clavar su cuchillo en mi garganta, pero por alguna razón algo lo detuvo, en breve el arma iba a llegar a mi cuello, esta se rompió. Eso me sorprendió bastante, nunca había visto cosa igual. El bravucón se quiso ir, no obstante al decirle que no podía negar su “deber”, nuevamente algo lo detuvo y se vio obligado a seguirme. Así que terminamos acampando en el bosque, era de noche en aquella ocasión. Varely compró varias verduras y algunas carnes para preparar un estofado.

—¡No comeré tú comida! ¡No me hables! ¡Por tu culpa ahora estoy atrapado en esto! — murmuró pero sonó más a un bramido.

—No eres el único que piensa así —conviné —¡Yo tampoco quería esto! Sólo por ser un imbécil me metí en esto —aseguré —Pero no me puedo quejar, lo hecho, hecho está. Así que deja el rencor en el pasado y ven aquí —exigí.

—¡Vete al diablo!

Fruncí mi entrecejo ya harto.

—¡Muérete de hambre entonces!

—Yo se lo puedo llevar —ofreció la señorita Gawer. Cuando su acompañante estuvo obligado a seguirnos su amabilidad salió a flote. Era una chica dulce y amigable, no como el niño amargado. Era chistoso que le dijera &niño&, la chica me informó que era cinco años mayor que yo, je.

—Está bien, llévale esto —le sonreí y le di un tazón.

—Deben tener paciencia —me informó—.Con todo lo que paso hasta yo estaría enojada, esto prácticamente los está sacrificando.

Sin decir más tomó el tazón y se fue hacia su niño amargado, quién estaba a unos metros de nosotros. Lo que dijo en ello tenía toda la razón, esa era un condena para todos.Lo peor es que no teníamos ni siquiera la culpa.

—Lo es —coincidí —No sé qué es esto, no es como si la humanidad mereciera ser salvada —alegué —¿Por qué simplemente dejan de estar protegiéndola y salvándola? ¿Para que somos tan importantes? ¿Para que serviremos? —murmuré —Lo único que hacemos mejor es destruir.

—Tal vez sea la peor raza, pero aun así si no fuera por nosotros este mundo ya se hubiera derrumbado —intervino la inocente princesa. Me reí.

—Cómo sea... Sólo acabemos con esto.

—Esto es ridículo —espetó el niño amargado.

Todavía me faltaba encontrar a los dos restantes, esa tarea me tenía hastiado, realmente era un tortura buscar y buscar por cada rincón. Pasaron días y días, sin tener nada, no lograba conseguirlos. Intenté invocar aquel ser desquiciado que vivía en mi interior, pero nunca me respondió, llegó un momento en el que llegué a pensar que todo era una mentira, que sólo eran alucinaciones mías. Hasta creí que todo era invento mío, estaba equivocado. Lo confirmo porque ese día que casi me rendía en esa búsqueda, fue cuando la conocí.

—¿Hasta cuándo tenemos que seguir con esto? ¡Es fastidioso! —espeté.

Caminábamos por un lugar desolado, sólo habían casas abandonas, y el calor era sofocante.

—¿¡Por qué mejor no te callas!? —me ordenó el fantoche —¡Todo esto parece una jugarreta de mal gusto!

—Aveces me pregunto por qué no te he matado —murmuró Nerack. Ese niño amargado sí que daba miedo.

—¡Ni siquiera lo intentes!

Estaba seguro de que me iba a matar allí mismo, pero algo lo detuvo: nos detuvo. Se escuchaban estruendos de aquí por allá, algo pasaba. Se oían pasos, pero no logré distinguir de dónde provenían. De pronto, un montón de hombres con armaduras de color rojo hizo aparición, pero no se fijaron en nosotros, estaban rodeando a una persona a la cual no lográbamos distinguir.

—¿No deberíamos ayudar? —ofreció Varely con su tono preocupante.

—Es su asunto, no nos metamos en problemas —alegó el fantoche.

Suspiré indeciso.

—No creo que sea lo correcto.

No me pude contener, como siempre: No debía meterme en donde no me llamaban, pero siempre era impulsivo. Tomé una roca del arenoso suelo y la lancé a uno de los guardias que rodeaban a la persona, de inmediato todos se fijaron en nosotros. Tragué saliva con total nerviosismo.

—¡Oigan! ¡Idiotas sin bolas, vengan y atrápenme! —me burlé.

Al parecer la persona acorralada captó mi acto por lo que aprovechó y escapó del circulo, corrió hacia nosotros, unos pasos más y estuvo en nuestro grupo. Los guardias iban a por ella, pero yo me interpuse en el camino. Por suerte, Varely dio la señal a todos para que comenzaran a correr, incluyendo a la persona desconocida.

—¡Oye, idiota! ¿¡Te quedarás ahí parado a esperar que te den una paliza!? —el fantoche fue el único que se quedó —¡Corre! —me ordenó y huyó a toda velocidad.

—Bueno, chicos, fue un placer engañarlos —les guiñé un ojo al montón de guardias y en breves segundos salí corriendo. No tardé mucho en encontrarme con los demás, estaban ocultos detrás de una casa abandonada, nos escondimos allí y esperamos a que los guardias se rindieran en nuestra búsqueda.

—¡Tú de verdad que me tienes harto! —espetó el niño amargado, tal y como lo hizo el fantoche en un principio, me tomó del cuello. Pero en breve segundos me soltó y su expresión estaba ceñuda y exaltada —¡No entiendo por qué algo me impide golpearte! —exclamó confundido.

—¿Honor? —inquirí bromeando.

—Gra-Gracias... —dijo aquella voz aguda y tímida. Miré a la persona que habíamos rescatado, tenía un capa que cubría su rostro. En serio que odiaba esa vestimenta. Se la quitó de encima y mostró su rostro. Casi me desmayo al verlo.

Era una hermosura.

Su cabello era negro, mucho más que del niño amargado. Era largo y liso, tenía pecas debajo de sus ojos, extrañamente violetas, era atractivos. Tenía un rostro inocente e ingenuo, daban ganas de protegerlo con tu último aliento.

Definitivamente me había enamorado.

—N…-No tienes porqué agradecer —me aclaré la garganta —No deberías dar las gracias tan pronto, debe haber un motivo por el cual esos sujetos te perseguían, así habla de una vez —volví a ser yo.

—Eres un tarado —me regañó la princesa.

—Mi nombre es Naomi... —se presentó la chica —No hice nada malo si es por eso que desconfías... —se dirigió a mí —El motivo por cual me perseguían era que esas personas tenían tiempo molestándome —comenzó a decir —. He tratado de irme pero hoy justamente cuando lo iba a hacer ellos aparecieron y trataban de violentarme. Quería hacer todo lo posible por escapar de aquí.

—Si eso es cierto no hay nada por lo cuál discutir, es mejor que te vayas de aquí lo más pronto —alegué —a todo esto ¿por qué no lo hiciste al principio? Antes de que empezarán a molestarte.

—Tenía a mi madre —dijo con un hilo de voz —Enfermó y hace poco fue que murió — mencionó con esa expresión triste —Sólo pido que me dejen acompañarlos hasta salir de aquí, así no podrán acercarse a mí —pidió —Ayúdenme.

Suspiré en derrota.

—Está bien —accedí.

—¿¡Que!? ¡¿Estás loco?! —acusó el fantoche.

—Sólo será hasta salir de aquí, no nos cuesta nada ayudarla.

—En serio que eres fácil de influenciar.

—¡De verdad se lo agradezco! —dijo Naomi con una sonrisa que me enamoró aún más, pero no lo demostré. Mi pecho empezó a doler.

¿Qué?

¿Ella?

¿Por qué? Ni siquiera la conocía, ¿era posible? Más sorpresas no dejaban de aparecer, lo más extraño, es que ella sí parecía ser uno de nosotros. ¿Era destino? Nunca tuve respuesta. Quería continuar hablando con ella a más profundidad, pero fuimos rodeados por los mismos guardias. Nos habían encontrado.

—Carajo —murmuré. Todos intentamos correr con ayuda de nuestra velocidades, pero se me había olvidado algo muy importante.

Eramos seres inhumanos.

Podíamos acabar con todos ellos.

Eso hicimos.

En cuestión de segundos, todos los que nos perseguían estaban en el suelo, inconscientes. Yo no tomé partido, lo hizo el niño amargado, fue tan veloz que me sorprendió.

—No era necesario correr —dijo y sacudió el polvo de sus manos —Después de todo no somos normales —alegó. Aún tenía ese tono que lo hacía sonar como si todo le molestara, lo cual no deducí.

—Cierto —dije —. Somos inhumanos —repetí y me sentí un completo idiota. —Pero se suponía que deberíamos ser discretos hasta que llegara el momento —le recordé.

—Llegará de todos modos—dijo cortante.

—¿Ustedes qué son? —inquirió Naomi. Por un momento se me había olvidado que ella estaba ahí. Me pareció muy extraño que no hubiera reaccionado de manera histérica y sorprendida, más bien fue todo lo contrario, estaba relajada, parecía como si supiera de ello desde hace mucho.

—Es una historia larga y aburrida, ¿estás dispuesta a oírla? —dije fastidiado, en serio que me cansó repetir el mismo monólogo. Después de media hora, finalmente terminé de contarle toda la increíble historia.

—¿Es broma? —fue lo que dijo.

—Supongo que ahora no quieres estar ni cerca de nosotros —dije decepcionado, aunque aún si no quisiera estar con nosotros, no podía irse. También era una prisionera.

—En realidad no —confesó —No estoy de ese modo —aseguró —Sé que puede ser imposible y una locura que pida esto, pero ¿no es posible que sea uno de ustedes? —indagó. Eso me tomó por total sorpresa.

—¿No te asustaría, arriesgar y condenarte por salvar la vida de un montón de gente que ni siquiera merece la vida?

Ella frunció el entrecejo ante mi aclaratoria. Cada vez me sorprendía más.

—No todo el mundo merece morir.

La admiraba sinceramente, no sabía si estaba loca o sedienta de reconocimiento, o, simplemente tenía un corazón bondadoso, pero de una cosa estaba seguro: Ella pertenecía a nosotros. Ella era un verdadero eterno.

—Estoy condenado a ser el líder de ustedes —me referí a todos —Sé quién es y no uno de nosotros. Y usted, Naomi —la miré directamente a esos ojos violetas —Lo eres. Incluso más que yo —confesé.

—De verdad que cuestiono esa manera de localizar —intervino el fantoche —Empiezo a creer que eliges a gusto —acusó.

—No empieces —supliqué —.Estaba sin que la cabeza me doliera a causa de tus ofensas y desconfianzas —alegué cansado —Muy bien, Naomi. Veamos si es verdad que eres uno de nosotros.

Ella no se movió y se quedó totalmente quieta cuando yo hacía el procedimiento. Al clavar mis colmillos en su suave cuello algo diferente sentí, no sé cómo describirlo, fue algo excitante y apetecible. Con ninguno de los del grupo sentí semejanza. Su sangre era tibia, sin sabor y espesa. Era mucha tentación de disfrutar de ella, eso quise, pero no lo pude hacer. A los minutos ella sucumbió y cayó al suelo sobre sus rodillas. Tal y como los otros.

—Confirmado —dije limpiando el resto de sangre sobre mis labios.

—¿Qué me pasa? —preguntó con su voz reseca y débil

—Es normal, dentro de un rato se te pasará —informé.

—Eres un pesado Synanth —mencionó el niño amargado.

Ahí exploté. Ya no lo soportaba.

—¿Es que será que no tienes nada mejor que hacer? —indagó molesta. Varely se me adelantó y explotó primero — ¿No se aburren de estar todo el tiempo desconfiando e insultando a nuestro supuesto líder? —acusó —¡Idiotas! ¡Somos un equipo! ¡llevamos tiempo viajando en esta travesía! ¡Ya debe haber confianza y compañerismo! —alegó — Ya me tienen aburrida, ¡todo el tiempo me exasperan!

—Al fin alguien me entiende —me mofé, sabiendo que tenía razón, pero aun así lo hice. No lo pude evitar —Gracias, Varely, pero no gastes tu saliva, de todos modos no te harán caso, y tranquila, no me afecta —aseguré —Bueno... Naomi bienvenida al equipo con más desconfianza del mundo —le sonreí y le ofrecí mi mano para ayudarla a levantarse.

—Les ayudaré en lo que pueda. Se lo agradezco totalmente.

—Encontrar al cuarto fue fácil —dije animado —Ahora vámonos de inmediato de aquí.

—¡Alto! ¡No pueden irse! —habló uno de ellos. No me había dado cuenta hasta que fuimos rodeados por un montón de guardias. Quise hacer lo mismo que hice con los guardias anteriores, pero eso equivalía a llamar la atención y por como iban las cosas, no era alegable mostrarnos antes de tiempo. Así que decidí mantenerme quieto, aunque el querido niño amargado quiso hacer lo opuesto, logré detenerlo antes de que hiciera una locura.

—De acuerdo señores, cooperaremos —accedí antes de que Nerack hiciera movimiento alguno.

—¿¡Qué!? —exclamó Varely incrédula.

—¡Sólo confía en mi! ¡Coopera! —mascullé.

⪰+⪯

—Bonito lugar —dije.

Estábamos en la sala de un trono, era muy oscura y algo tenebrosa. No tenía ni la más remota idea de dónde nos habían llevado, sólo sé que ese fue el mejor momento de mi vida, también el más gracioso e interesante.

—¡Cállate! —exclamó el niño amargado —¡No tienes ni la más mínima idea a dónde nos metiste!

—¡¿Y qué lugar es este si se puede saber!? —indagué ya irritado.

—Estamos en la boca del lobo —dijo el fantoche —Este reino es enemigo de todos, es Kathyn —mencionó con una voz que la sentí extrañamente miedosa.

—¡Nah! Seguro que el rey es alguien pasivo —dije relajado. Cuán equivocado estaba.

—Así que estos fueron los que causaron el alboroto, ¿cierto? —dijo un chico, mejor dicho, un joven. Tenía más o menos mi edad o la del niño amargado, lucía joven. Al parecer era el rey. Caminó hacia su silla y se sentó en ella con una pierna sobre la otra. Qué elegancia la suya. Limaba sus uñas sin mirarnos. Era un presumido. Qué bien.

—Correcto, su majestad —confirmó uno de sus guardias que estaba a su lado.

—Ya veo —murmuró el presumido. Finalmente levantó la vista hacia nosotros, pero se centró más en mi —¿Saben qué es lo que les voy hacer? Hace días que no me entretengo, así que espero que matarlos valga la pena —su sonrisa fue torcida. Fue una mala idea dejarnos atrapar, todos tenían razón. Ya no valdría la pena ocultarnos, no era necesario. En realidad, iba actuar. Rompería las cadenas que nos sujetaban a mi y al grupo para escarpar sin perder fuerza innecesaria, pero algo me detuvo de mi acción.

El palpitar.

El dolor en mi pecho.

¡No podía ser posible! ¡De todas las personas posibles! ¡Tenía que ser una broma de mal gusto! Ese tipo parecía ser un presumido y mimado, ¿Cómo rayos cargaría con ello? No parecía ni siquiera una buena persona, darle un poder de esa magnitud pudo haber sido un gran caos, tal vez peor de lo que se acercaba. Pero yo no tenía ni voz ni voto para objetar la elección que ni me correspondía.

Algo saqué de aquello.

Lo iba a torturar.

Todo lo hice rápido, lo más arriesgado posible.

Rompí las cadenas que me retenían, golpeé a los guardias en sus nucas para dejarlos noqueados. El rey se levantó de su puesto para defenderse, pero yo fui más rápido. En cuestión de segundos ya estaba adsorbiendo la sangre tibia y espesa de su cuello. Lo solté en cuanto sus piernas sucumbieron, terminaron en el suelo sobre sus rodillas, me puse de nuevo donde estaba y esperé a lo peor. El presumido al dejar de morir logró recuperar el aliento, y se levantó del suelo. Limpió la sangre que manchaba sus labios, chasqueó los dedos y más guardias vinieron a rodearnos.

—¡Aparten a esto malditos de mi vista! ¡Llévenlos a la celda más oscura! ¡Están condenados a morir de la peor manera! —bramó. Y ahí todo comenzó. Los guardias nos llevaron a la celda más oscura del calabozo. Si cómo no. Si hubiera sido oscura en aquel momento no hubiera visto las expresiones más aterradoras y amenazantes que vi en mi vida. Todos querían asesinarme, excepto las mujeres que nos acompañaban, por suerte, ellas no me odiaban.

Yo estaba sentado en una esquina del suelo sucio y apestoso, ellos de igual forma, pero estaba lo más apartado posible, no quería tener discusiones o que tan siquiera me hablaran ya sabía lo que pasaría.

—¡¿Por qué, por qué, por qué, por qué, por qué?! —exclamó el niño amargado — ¿Sabes que tengo ganas ahora? —inquirió hacia mi y golpeó las barras de metal con tal fuerza que se doblaron —¡Te quiero pulverizar! ¡Nos podemos ir de aquí ya y tú lo que quieres es empeorar las cosas!

Lo fulminé con mi mirar.

—¡Ya te dije que ese rey es uno de nosotros! ¡No lo puedo abandonar! ¡No nos podemos ir! —recalqué.

—¡Imbécil! —gruñó —¡Matarán a todos!

—Te recuerdo que no nos pueden matar fácilmente. De hecho, no creo que puedan.

—A nosotros no, a ella —señaló a Gawer —Te recuerdo que ella es humana.

—Y yo —intervino el fantoche

—Sé que te importa, pero todo a su momento —alegué.

—Ella es lo más importante, no puedo permitir que muera aquí. No a mi cuidado —justificó.

—Señor, no se altere por mi. Estaré bien, sabe que puedo luchar —lo tranquilizó ella.

—Cállate, usted sólo me obedece a mi —la regañó —Tengo mis razones para estar de este humor.

De acuerdo, exploté.

—¡Esa no era manera de tratar a una persona que se preocupa por ti, mucho menos cuando te importa! —murmuré. Lo miré a esos ojos azules penetrantes y llenos de orgullo. —No le hables así, ella solo trata de ayudarte —dije molesto.

—Tú no tienes derecho ni objeción de decirme cómo debo tratar a mis protegidos.

—Eres un canalla, pensé que al menos eras alguien de buen corazón, pero veo que estás más podrido —declaré con desdén.

—Por favor, cálmense los dos —intervino Gawer —Señor Synanth, esto es nuestro trato normal, no debe preocuparse en defenderme.

—Qué pésimo trato —solté ironizando —. No tienes la libertad que debes tener —mencioné. —De igual forma, Nerack Fire es un imbécil niño.

—Será mejor que te calles —advirtió él.

—Calmémonos por hoy, ¿si? —esta vez intervino Varely —No es momento de discutir. Synanth, ¿cómo saldremos de está?

—Se me ocurrirá algo —aclaré —No debemos llamar la atención. Ya tenemos al quinto  el problema es como hacérselo saber y que lo acepte.

—¿Por qué tus elecciones son tan peligrosas y confusas? —cuestionó el fantoche.

—Lo mismo me pregunto.

—Estamos condenados.

—Tengo una duda, ¿somos inmortales? —inquirió Naomi.

Iba a contestarle esa gran duda que yo también tenía, pero seis guardias hicieron aparición, uno de ellos saco unas llaves que las introdujo en la cerradura y comenzó a abrirla.

—Espero que todos estén listos para morir en la guillotina —se rió con malicia.

Nuevamente nos sacaron como si fuéramos bolsas de excremento. A empujones nos llevaron a lo que parecía un patio lleno de personas alrededor gritando y lanzándonos cosas. Nos querían muertos, gracioso. A mi fue el primero que tomaron y dirigieron hacia la guillotina, de verdad que le tuve terror, su filo era abrumador. El rey mimado estaba parado a un lado con una sonrisa torcida, sus ojos estaban brillantes con ese amarillo que resaltaba. Qué irónico, ojos tan impresionantes para alguien impresionantemente estúpido.

—¡Estás acabado! —dijo al terneme al frente —Hoy me destacaré —rió —Especialmente contigo enano insolente.

Aja, otro más.

—¿Enano? ¿¡Enano!? ¡Enana tú verga! —me reí ante lo último.

—¡Dame una espada! —le ordenó al guardia a su lado, realmente lo ofendí. Perfecto. —Acabaré con esta cucaracha yo mismo. El guardia que estaba a mi lado, me tomó los hombro e impidió que hiciera cualquier movimiento. Un juego muy sucio y tramposo, pero las personas no dijeron nada, no les importaba que su rey fuera un cobarde y más con la manera en la que pensaba acabar conmigo. Yo me encontraba relajado ante lo que iba a suceder, en cambió el rey tenía su espada caminó hasta estar lo suficientemente cerca de mí, puso el filo de su espada en mi cuello y su sonrisa torcida que lo distinguía se hizo presente. —Últimas palabras.

—Será un placer ser tu amo —me mofé.

Eso lo molesto más, este se me abalanzó hacia mi garganta. Pero al intentar clavarla el armar salió volando sus manos y se destruyó en el aire. De inmediato le dieron otra pero ocurrió lo mismo, lo hizo por tercera vez sucedió lo mismo. Las armas terminaron destruidas y él en la confusión.

—¿Qué demonios? ¿¡Qué es lo que pasa?! ¿Por qué no lo puedo matar?

—No lo sé, tal vez entre nosotros no nos podamos matar —mencioné relajado.

—¡Habla de una vez! ¿Por qué me has mordido?

Suspiré.

—Larga historia, pero por desgracia es mi obligación contarla…

Y otra vez hice lo mismo. Al terminar de decir la última palabra sus rostro terminó en confusión y desconcierto.

—¿Cómo? ¿Estoy condenado a salvar a la humanidad?

—Así es —afirmé —Únete y olvidemos lo que pasó hace un momento, será mucho más fácil —sonreí.

—¡Llévenlos al calabozo!

⪰+⪯

—¿Qué son estás auras de matanza? —dije divertido. Me querían asesinar, lo sabía, pero todo debía tener su tiempo y ellos debían entender. Naomi era la única que tenía la mirada pacífica a igual que su entorno, era agradable estar a su lado.

—¿Estoy alucinando o qué? —exclamé realmente sorprendido.

Si me lo hubieran preguntado en persona no me creerían, pero a a través de los barrotes, a sólo unos pasos de nosotros, con sólo el impedimento de los barrotes, estaba el rey mimado con una aura de relajación y de entendimiento. Creo que usar las habilidades me hizo alucinar, pero era así.

—Escucha, rata enana —comenzó —He decidido participar en tu teatrito, y no por salvar a la humanidad y mucho menos por apoyar —aclaró —Mi objetivo es básico, deseo ser popular y que mi nombre pase a la historia.

No pude evitar reírme.

—¿Es-esto es en serio? —no podía pronunciar las palabras debido al ataque de risa que tuve.

—No me importa tu opinión, imbécil —frunció el entrecejo, entonces dejé de reír.

—Cómo sea, no me importa tu objetivo —alegué —Solo cumplamos con está tonta misión para salir rápido y no tener que soportarnos.

—Algún día acabaré contigo.

—Bienvenido al equipo —dijo el fantoche.

⪰+⪯

—Tanto alboroto por nada… —me reí —Eres gracioso, rey presumido.

—¡Cállate!, aún estoy molesto por eso.

—Sí, sí cómo digas —lo tranquilicé —por cierto, ¿cuál es tu nombre?

—¿En serio no sabes quién soy? —indagó ofendido —Se nota que no sales. Mi nombre es Huben, idiota.

Habían pasado días desde que dejamos el reino de Kathyn. El rey presumido no fue de tanta molestia, de todos era el que más se estaba divirtiendo con esto, pero llegó la hora en la que debíamos parar. Yo debía hablar con aquel espíritu, debía saber el rumbo de nuestras vidas ya que todos estábamos reunidos.

—Escuchen —los llamé a todos —Iré a investigar lo que sigue, no me tardaré.

Sin oír ninguna queja me fui de nuestro punto y me alejé lo más posible entre la oscuridad de los árboles. Sí, todavía seguíamos acampando en los bosques, por suerte, a ninguno le era molestia. Cuando estuve lo suficientemente lejos detuve mi paso. Respiré profundo y esperé a que sucediera, pero pasaron minutos, no sucedía nada.

—¡Oye, levántate o despierta, no sé, haz lo que sea! —ordené y golpeé mi pecho. En cuestión de segundos aquel espíritu salió de mi cuerpo en su misma aura fantasmal y transparente. Estaba frente a mi con su semblante cansado e indiferente. Sin embargo, no me importó quería salir de toda esa travesía innecesaria. —¿Ahora qué? Ya estamos completos, cumplí una parte de la misión, ¿qué es lo que sigue?

—Cálmate un poco —me ordenó.

—Cómo digas… ahora dime —exigí con los brazos cruzados contra mi pecho.

—Llegó la hora de que se separen —dijo sin más —…y experimente sus habilidades en su ambiente correspondido.

No lo podía creer.

—¿Es una maldita broma? —exclamé —Primero me dices que los reúna y cuando lo hago, ¿quieres que los separe?

—Deben aprender a usar sus habilidades por sí mismos, es lo mejor —explicó — y tu como el primero debes encontrarles ese lugar.

—¿Por qué todo lo tengo que hacer yo? ¿No pueden ellos simplemente buscar su lugar?

—No —zanjó —Es tu obligación como el líder.

Suspiré harto.

—¡Quisiera lanzarme por un precipicio ahora mismo!

—No morirás.

—Jaja, gracioso —espeté —¿Cuánto sería el tiempo de experimentación?, ni siquiera de cuál es la habilidad de cada uno, ¿cómo rayos les encontraré su lugar? —pregunté, eso era sólo que pasaba por mi mente.

—Será por los próximos cinco años, en cuestión con sus poderes; Pídeles que te lo muestren y sabrás de una vez cuál es lugar: será como una premonición.

—Tengo otra pregunta, ¿no necesitamos vivir de sangre? ¿o algo por el estilo?—pregunté. Somos seres no humanos, debemos tener una fuente de algo, ¿no?

—Pueden usarla como sustento sí, pero no es necesaria, ustedes pueden alimentarse de lo que sea, ya que su fuente de vida es todo lo que la naturaleza les puede ofrecer, yo los cree así. Los tuyos son los que crean especies, sí. Pero viven de lo que sea.

—Ya veo... —analicé. Todavía no le encontraba la lógica, pero al menos eso me aliviaba, por lo menos no tenía que estar cazando personas para alimentarme —Si eso es todo, te puedes ir, o meterte ¡lo que sea! —exclamé.

Él se introdujo de nuevo en mi cuerpo sin decir una palabra. Se me hacía extraño que no me reprendiera o dijera algo, pero nunca llegué a preguntarle. Toqué el puente de mi nariz con impaciencia, no sabía cuánto tiempo toleré aquello, era demasiado trabajo para mi gusto. Ni siquiera era mi responsabilidad, yo no debía estar allí, pero el destino me condenó.

—Ahora tengo que buscar su lugar —murmuré molesto —. Puede que sea el líder ¡pero no soy su nana! —exclamé.

—¿Ya sabes que es lo que hay qué hacer? —dijo ella en cuánto estuvo al frente de mi.

—Mejor no preguntes, estoy demasiado estresado con esto —murmuré.

—Es complicado lo que sigue, ¿cierto? —indagó.

—Si te dijera que tengo que buscarles su lugar de entrenamiento por decirlo así, luego separarnos por unos cinco años para finalmente encontrarnos y eliminar “la amenaza” la cual aún no conocemos… entonces es complicado —expliqué.

—Eso no tienen ningún sentido —afirmó sorprendida.

—¡Lo sé! ¿¡Por qué las peores cosas me persiguen!?

—Ten calma. Cuando menos lo esperes habrá terminado todo esto, y volveremos a ser libres —me sonrió.

—Varely, gracias —le correspondí la sonrisa.

⪰+⪯

—¿No tienen ni una queja? —pregunté pero ninguno me fulminó con su mirar mucho menos me insultó —¿Seguros? —insistí.

—Con todo lo que hemos pasado, ya no tengo necesidad de quejarme —alegó el niño amargado.

—Mentiría si dijera que no me irrita, pero no puedo quejarme más —coincidió el fantoche.

—Ya dije todo lo que hay que hacer —afirmé —¿Quién quiere ser el primero en mostrar su poder?

—Quiero ser la primera —intervino Varely.

—Procede…

—Gawer, necesito hablar contigo —dijo el niño amargado. Ambos se apartaron de nosotros cuando estuvieron lo suficientemente lejos él habló —: Debe irse a casa y avisar a mi padre de mi travesía.

—¡No! —se apresuró a decir —Yo planeo estar con usted hasta que esto termine, no lo puedo dejar solo —declaró.

—No iré con rodeos —suspiró cansado y finalmente la miró a los ojos —Es peligroso que estés a mi lado, además serías un estorbo y no podré estar tranquilo mientras estés a mi lado —dijo sin tener compasión.

—Por lo menos déjeme acompañarlo hasta que le encuentren su lugar —pidió resignada.

—Sólo hasta que lo encuentren —concluyó y volvió con los demás junto con ella.

—Ya tuve la premonición, o algo así... —dije con emoción. Tener aquella premonición fue emocionante —Debido a tu poder Varely, debe ser en un bosque, ya que manipulas la naturaleza y todo lo que le rodea. Pero ese bosque no es uno cualquiera sino el más peligroso y olvidado por el ser humano: Se encuentra al extremo del país, debes estar preparada para esto —expliqué.

—Estaré lista.

—Perfecto —sonreí —Mañana a primera hora partiremos a ese lugar.

Ella asintió.

—Podré sobrevivir, después de todo soy anormal.

—Varely, yo la acompañaré por los cinco años y hasta que termine esto, se lo prometo — intervino el fantoche.

—No —dijo ella —No hace falta Rufel, es un bosque peligroso, no podrás sobrevivir. Lo mejor es que vuelvas a casa y le digas todo a mi padre.

—No, no la puedo dejar sola.

—No es un pedido que te hago, es una orden, Rufel. Por favor no pongas las cosas difíciles.

Él suspiró en derrota.

—Como usted lo desee.

Al amanecer el fantoche tomó rumbo a Jumbel, se despidió de Varely y de nosotros, no sin antes darme un golpe en el estómago que me sacó todo el aire pero a los breves segundos me recuperé como si no hubiera pasado nada. No perdimos tiempo cuando empezamos nuestro viaje hacia el bosque prohibido y olvidado. Los días pasaron y finalmente llegamos a ese lugar.

Era un sitio selvático y lleno de vegetación, pero a la profundidad no se podía distinguir nada, solo se veían ramas extrañas. Al menos el agua de los arroyos se veía limpia, aunque de todos modos me preocupaba dejarla en ese lugar tan espantoso.

—¿Estás segura de esto? Puedo traer al fantoche —dije seguro.

—No, podré con esto —dijo decidida —Es mi deber después de todo.

Suspiré preocupado.

—De acuerdo —accedí —Hasta aquí llegamos, es lo hora de desperdirnos…

—Logren desarrollar su habilidad —nos sonrió —Nos volveremos a ver…

Asentí.

—Lo tendremos presente. Adiós, Varely

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—Muy bien presumido, muéstrame tu poder —ordené.

—No sé qué hacer, lo único que he logrado hacer desde que soy esto es correr más veloz —declaró fastidiado.

—Haz algo… no sé… derriba un árbol —sugerí.

—¿Golpear un árbol? ¡Golpearé el maldito árbol!

Molesto, se dirigió a uno de los arboles que tenía cerca, lo pateó aunque no sucedió nada, lo intentó con sus manos pero al apenas tocar el tronco este se desintegró en un instante. Terminó siendo cenizas.

—Qué locos son los poderes que nos ortogaron—mencionó divertido.

—Me quitaste la palabras de la boca... —me reí. En breves segundos imágenes vinieron a mi mente, ya sabía qué lugar sería el suyo —¡LISTO! —grité.

—¿Te pico algo o qué? —acusó el niño amargado. Mi grito lo sobresalto.

—Ya sé cuál es tu lugar —mencioné e ignoré el comentario del niño amargado. —Es en un volcán.

—¡¿Cómo?! ¿¡Quieres matarme antes de que llegue la amenaza o que?!

—¡No! No morirás —aclaré —Ese es tu ambiente natural. Te hará desarrollar tus poderes de mejor manera.

—Sólo espero que estar ahí no me mate .

—Ese volcán se encuentra al otro lado de este bosque, no está muy lejos —afirmé — Vámonos antes de que llegue el anochecer.

—Como te odio, Synanth.

—Gracias. —me mofé.

Horas después, llegamos al enorme volcán que era rodeado por árboles y mucha más vegetación, al menos iba a poder crear un refugio donde podría descansar. También abundaban los animales, él tendría todo a su disposición.

Alguien suertudo.

No nos acercamos muchos a aquel lugar porque hacía demasiado calor, y los géiseres expulsaban demasiado vapor como para ser seguro estar cerca.

—Aquí te dejamos —sonreí satisfecho.

—¡Quita es tonta sonrisa de tu cara antes de que te la rompa! —exclamó —Si llego a morir créeme que mi fantasma te atormentará por toda la vida.

—Ya te lo dije, eres indestructible, nada te mata —volví a recalcar —¡Nos vemos en cinco años!

—Espero que mueras —murmuró.

—No puedo, soy el líder —me reí.

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—Ya deje a dos en el camino, ahora solo me quedas tú y Naomi —Hace un día me enteré que Naomi tiene el mismo poder que yo. Lo cuál fue una sorpresa para mi, obviamente mejor, me agradaba estar cerca de ella, y a ella no le molestaba mi compañía. Así que esperé que estuviera a mi lado.  —Nerack, serás el último en encontrar tu lugar, necesito ver qué poder tienes.

—No planeo mostrártelo —sentenció —sólo te diré que domino el fuego y hielo.

—¿Cómo lo sabes?

—Exploré.

Ahora entendí las veces que se apartaba del grupo e iba a estar solo.

—Ya sé cuál sería tu lugar perfecto.

—¿Tuviste una premonición o algo así?

—No, sólo conozco una montaña donde sería el sitio perfecto: Esa montaña es la más extraña, porque es la más alta y tiene dos capas, en el medio tiene un volcán que te puede servir para dominar el fuego y la segunda capa está en la punta de la montaña, ahí hay nieve y hace un frío tremendo, es para que puedas desarrollar el hielo.

—De acuerdo, ¿y en dónde queda esa montaña?

—A tres días de aquí.

—Entonces nos iremos mañana a primera hora.

—Cómo digas... —coincidí —Dentro de poco saldré de esto... —dije aliviado.

Todo iba a terminar pronto, al menos se haría una pausa de cinco años, los cuales quería que pasaran lentos, no quería enfrentarme a esa “amenaza” tan pronto. Vi que Gawer tenía una mirada triste, algo pasaba allí pero no era mi asunto, no podía entrometerme. Al salir la luz del sol nos depertamos y nos alimentamos. No duramos mucho cuando empezamos a caminar hacia aquella montaña. Nos tardaríamos tres días, lo cuál era fastidioso y abrumador.

Pero al menos tenía la compañía de mi hermosa Naomi, aunque era muy callada, de vez en cuando hablábamos. Luego me di cuenta que Gawer seguía con la misma mirada ida y triste, de verdad que tenía mucha ganas de hablar con ella, aunque no era mi asunto ni mi problema me tuve que contener. Pasaron los dos días y por fin llegamos, aunque no del todo. Estabamos a una distancia donde se podía ver la silueta de esa enorme montaña, muchas historias leí de ella, historias realmente aterradoras. Anteriormente personas intentaron escalarla, pero todas morían al llegar a la mitad, o eso decían.

El niño amargado se detuvo a mitad de camino, enseguida todo lo hicimos. Ya sabía lo que vendría.

—Synanth, hasta aquí me acompañaras. Yo seguiré solo —me dijo —Sólo te pido un favor —se volteó y me miró con esos ojos fríos —Lleva a Gawer a Fawer.

—¿No quieres que esté contigo? —indagué sorprendido.

—No puede estar conmigo —fue lo último que dijo y se fue a paso apresurado. Me dejó con la palabra en la boca junto con las mujeres. Ahora entendí el sentimiento de la señorita Gawer, ella no lo quería dejar solo. Sin embargo, no me atreví a preguntarle

—Vámonos, Gawer —le dije ya que se había quedado quieta sin apartar la vista de su &señor& —Gawer… —la llamé.

—Adiós, señor Nerack —dijo.

No me pude contener más.

—¿Estás segura de dejarlo solo?

—Es su deseo, y lo que desee él lo deseo yo —alegó.

Fruncí el entrecejo.

—No me vengas con eso ¿acaso eres un objeto o algo así? —indagué —No, no lo eres, por lo tanto ¿quieres quedarte con él, cierto?

—Pues sí, pero soy su premio y debo obedecerlo.

—¿Premio? —repetí confundido.

—Los Fire tiene una tradición —comenzó a decir —…cada vez que conquistan algo debe obtener un objeto o persona y tenerlo a su cuidado y como su sirviente, o como le plazca usarlo. Hace mucho tiempo el padre de el señor Nerack conquistó mi aldea y me tomó a mi, ya que no tenía mis padres él me acogió y me presentó ante el príncipe Nerack y este me tomó como premio, me dio nombre, y me mantuvo a su lado y cuidado —finalizó —Es algo que agradezco mucho.

—¿Y no crees que deberías hacer lo mismo? —sugerí —Si de verdad te sientes agradecida no te apartes y ayudalo en lo que necesite.

—¿Cree que sea lo correcto?

—En mi opinión lo dejaría sin dudarlo: sería libre —me reí —pero si es lo que deseas te apoyo totalmente.

—Es lo que deseo —sentenció.

—Entonces vete antes de que se aleje lo suficiente —la apresuré. Ella me sonrió y se fue corriendo hacia su &señor& —El amor… —me reí —Me dan ganas de vomitar.

Escuché una risa aparte de la mía.

—Eres extraño —dijo ella.

—Al fin hablas... —me reí —Tú y yo tenemos el mismo poder, así que lo mejor sería que encontremos nuestro lugar y entrenáramos juntos, si te parece —ofrecí.

—Está bien, me agrada tu compañía. Me ruboricé. ¿Quién diría que algo bueno salió de todo aquello? Ella fue lo más puro que pasó por mi vida. Ella fue mí esperanza. —Naomi, continuemos…

⪰+⪯

Una copa de vidrio con liquido en ella fue lanzada a una pared cercana, con el impacto se destrozó y esparció fragmentos de vidrios por toda la habitación.

—¡Maldito seas! ¡No dejaré que te entrometas! ¡No con tu Synanth!

Holiwis My Ghost. Espero que se encuentren bien y estén disfrutando el sping-off.... Lo he hecho lo más breve y resumido posible, ya que amigos míos es mas largo y con mas descripciones, pero para no abrumarlos con tanto, decidí ponerselos así. Me alegra mucho que lo estén disfrutando. Besos y Abrazos ❤️❤️

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