Bella.
Ato los cordones de mis botines de aguja y me miro en el espejo. Hago la raya del ojo un poco más negra y ya estoy lista.
-Ya estoy.- digo con desgana mientras camino hacia el salón.- Te sueltas mucho cuando Mickey no está.- digo divertida.
No tengo muchas ganas de salir pero me había convencido mientras colocabamos la comida en los estantes de la cocina.
Si, así es Nicol.
Nicol me da con su bolso de mano azul en el culo y suelto una carcajada.
Esta vez soy yo quien conduzco. No tenía pensado beber mucho, aunque eso no quería decir que no lo fuera a hacer.
Estaciono el coche en una plaza libre después de buscar una maldita plaza durante más de diez minutos y entramos en la discoteca.
-Voy a por mi amiga, vale?- dice Nicol en cuanto entramos.
-Yo voy a por una copa. Estaré en la barra.
Solo una, nada más.
Nicol se despide con la mano y yo camino hasta la barra que está en la esquina de la sala principal.
Me siento en una silla alta blanca y espero a que el chico de la barra me traiga mi Ron con Coca Cola.
-Te invito yo.- dice una voz masculina detrás mia cuando el chico me da la copa.
Me giro confusa. Reconocía de algo su voz pero no estaba segura, puedo empezar a tener una obsesión por el chico.
En cuanto veo sus ojos azules, me doy cuenta de que no estoy obsesionada con el chico.
El chico me da dos besos y se sienta en la silla vacía que hay a mi lado.
-Qué haces aquí? Me sigues?- digo divertida tras beber un poco de mi copa.
Esta copa me durará todo el tiempo que pase aquí.
-Por qué te hiba a seguir?- me mira con una sonrisa perfecta.
-Porque eres de los que repiten con la misma chica varias veces cuando les gusta.- le miro con una sonrisa pícara y observo mi copa que ya estaba por la mitad.
-No te voy a negar que me gustas pero si el resto.- dice Tom sin expresión alguna.
-Estás ligando conmigo?
Tom suelta una carcajada y coge mi copa. Bebe lo que queda en ella y le golpeo el hombro.
-Te he invitado a una copa.
-De la cual has bebido mitad.- le interrumpo divertida. Me agrada su compañía.
-Y te invito a bailar.- se levanta de la silla y me estiende la mano.
Suelto una carcajada.
-No estamos en uno de los bailes de secundaria. Estamos en una discoteca del quinto coño de Barcelona pero aún así, acepto.- lo cojo de la mano y lo llevo hasta la pista de la discoteca.
-Buenos días, princesa!- es lo primero que escucho cuando abro mis ojos.
¿Esto es un sueño?
Me siento en el sofá y observo como Tom deja una bandeja de madera con zumo de naranja, café y fruta sobre la pequeña mesa de cristal.
-Buenos días.- subo mis manos para frotar mis ojos pero me detengo cuando recuerdo que estoy maquillada.- Me gustaría saber por qué he dormido en el sofá de un desconocido.- digo divertida.
Tom suelta una carcajada.
-Este desconocido se llama Tom, tiene 20 años, ha vivido durante un par de años en Madrid y está estudiando en la Universidad su último año de carrera de Enfermería.
-Vale, el desconocido ha pasado a ser conocido.
Tom y yo reimos y empezamos a desayunar.
-Estabas borracha y tu amiga ya se había ido. Por eso te traje a mi casa.- explica el chico con el pelo despeinado.
Al final me pasé bebiendo. ¡Aplausos por mi control al beber alcohol!
Cuando terminamos de desayunar, Tom recoge la bandeja y entra en la cocina.
-¿Puedes darte la vuelta un momento?- digo mientras ajusto la cámara del móvil para que no se note el marco de la puerta de la cocina.
Tom se gira y pulso el botón para hacer la foto.
-Gracias.- digo divertida.
El chico suelta una carcajada.
-A que ha venido la foto?- pregunta desde la cocina.
-1. Me encantan los chicos despeinados y mucho más sin camiseta y 2. Quiero una foto del chico con el que pasado parte del fin de semana.
Tom y yo reímos.
-Me puedes llevar hasta mi coche?- digo entrando de nuevo en la cocina.
-Vale, pongo una camiseta y te llevo.
Tom estaciona el coche delante de la discoteca de anoche que ahora está cerrada y justo al lado del Mercedes.
Ha sido un buen fin de semana en parte, gracias a el. Era disvertido pasar tiempo con el.
-Bueno... tengo que irme. Aún tengo que preparar mi maleta.- suspiro al pensar que me tendré que sentar sobre la maleta otra vez mientras alguien intenta cerrarla.
-No vives aquí?- dice con el ceño fruncido.
-No, vivo en la otra punta de Barcelona. En la casa que has estado el otro día es la de mi mejor amiga Nicol.- miro por la ventanilla del coche, había empezado a hacer sol.
-Ah. Bueno, espero que vuelvas a hacerle una visita.- dice divertido.
-Claro.- le sonrío y cojo mi bolso de mano.- Me voy, gracias por traerme.
-De nada. Chao.- dice con la misma sonrisa.
Salgo del coche de Tom y entro en el de Max.
Hace sol pero al mismo tiempo, hace frío.
Miro hacia mi izquierda, el coche de Tom sigue al lado del Mercedes. El chico hace un gesto para que pare y se baja del coche.
Mi bolso de mano se cae del asiento del copiloto, me giro para recogerlo y siento el aire frío en mi espalda.
Coloco el bolso en el asiento del copiloto de nuevo y me giro encontrando los ojos azules de Tom.
-Qué pasa?- digo confusa pero con una sonrisa.
-Se me ha olvidado darte una cosa.- dice el chico.
-El qu...
Tom me coge por la nuca acercándome a él y me besa. Es un beso lento, odiaba los besos lentos, me mataban. Abro mi boca y nuestras lenguas empiezan a jugar desesperadamente.
A los pocos minutos, nos separamos por falta de aire.
Waow, ha sido el mejor beso de mi vida sin duda.
-Me lo puedes repitir?- digo divertida.
Tom suelta una carcajada.
Da un beso corto en mis labios y me mira.
-Espero que nos veamos pronto.- dice antes de cerrar la puerta del coche dejándome sorprendida.
Durante unos veinte minutos conduzco despistada, pensando en el beso que de repetía una vez tras otra.
-¿Donde estabas? ¡Estaba a punto de salir a buscarte al ver que no llegabas!- dice Nicol en cuanto abro la puerta de la casa.
¿La bronca de mamá me la hecha mi mejor amiga?
-Me ha besado.- dejo caer mi cuerpo en el sofá y miro fijamente la pared roja del salón.
¿Como un beso podía causar tal lío en mi mente?