Bella.
Bajo las escaleras de la casa en pijama corto, solo me había parado a recoger mi pelo en un moño.
-Buenos días!- digo mientras bajo los últimos escalones al ver a Max en el sofá.
Olía a café asi que era un trabajo que me ahorraba.
-Buenos días!- dice Max.
Hecho café en mi taza de Spiderman y me siento en un sillón del salón.
-Qué tal has dormido?- dice Max rompiendo el silencio.
-Genial y tú?- doy un sorbo a mi taza de café y cojo la revista que max acaba de dejar en la mesa.
-Bien, como siempre.- se levanta y lava su taza mientras observa como miro con cara rara la portada de la revista.
-Lidia me ha mandado un mensaje diciendo que vendrá a recogerme para pasar el día en la playa.- comienzo a decir.- Te vienes? Creo que Dylan también viene.
Max me mira, nunca le había gustado la playa asi que la respuesta con más posibilidades de ganar era el No.
-Vale.- dice para mi sorpresa y por su cara, también para el suyo.
Max suelta una carcajada al ver como tiro la revista de coches al otro sofá y dejo mi taza sobre la barra de cocina.
-Por qué nunca la lavas?- dice resoplando.
-Hoy te toca lavar a ti.- doy con las uñas sobre el horario plastificado que habíamos pegado en la nevera y sonrío maliciosa.
-Mañana te toca a ti.- dice mientras subo las escaleras.
Le enseño el dedo corazón y los dos reímos.
Entro en el baño tras coger mi ropa interior de la habitación y me meto en la ducha.
Después de unos cinco minutos salgo envuelta en una toalla de la ducha. Pongo mi ropa interior por debajo y salgo del baño.
-Para que te duchas si vamos a la playa en diez minutos?- dice Max subiendo las escaleras.
-No todos somos tan guarros como tú.- digo antes de entrar en mi habitación.
Max suelta una carcajada y ruedo los ojos.
Cierro la puerta de mi habitación y tiro la toalla sobre la cama, no quería que Max me viese en ropa interior.
Te va a ver en bickiny...- me recuerda mi subsconciente que recuerda las palabras que suele decirme Nicol.
Busco un bickiny que ponerme y finalmente cojo uno sin mangas, color vidrio y con círculos blancos.
Cuando lo cojo pienso en lo estúpido que ha sido ponerme la ropa interior si ahora hiba a ponerme el bickiny.
Resoplo y cuando termino de poner el bickiny, lo tapo con un pantalón corto, mis Converse negras y una blusa negra de tiras gordas que tapa parte del pantalón corto.
-Ya estoy, nos vamos?- dice Max entrando en mi habitación.
-Se supone que estudiando segundo de Geografía deberías saber leer lo que hay escrito en la placa de la puerta.- digo divertida aunque haya sonado más borde de lo que quería.
En la puerta de la habitación había pegado una placa con un marco negro en la que había escrito en letras negras Prohibido entrar.
-Vale, vale.- dice rodando los ojos.- Nos vamos?
Le miro con cara de pocos amigos y resoplo.
Cuando volvamos hará lo mismo.
Cojo mi bolso con las cosas para la playa (una botella de agua, móvil, toalla, cartera y auriculares) y salimos de la habitación.
-Subid!- grita Lidia cuando nos ve.
Corremos hasta el coche y entramos en el.
-Hola! Qué tal?- dice Lidia que está sentada en el asiento del copiloto delante mía.
-Bella se ha levantado muy borde.- dice Max.
Lo fulmino con la mirada y Dylan, Lidia y Max.
-Idiota.- digo por lo bajo pero lo suficiente alto como para que me escuche el idiota que está sentado a mi lado con el que vivo.
Max.
-Yo me voy al agua.- dice Bella tras dejar su toalla tirada en la arena.
-Voy contigo!- dice Lidia levantándose de su toalla.
Bella se quita la camiseta, el pantalón y las Converse haciendo que solo quede en bickiny y aunque quiera apartar la vista de ella, me resulta imposible.
-Tío, se te va a caer la baba.- dice Dylan riendo.
Le miro con cara de pocos amigos y Bella me mira con una sonrisa pícara.
Dylan y yo vemos como Bella y Lidia caminan hacia el agua y se meten en ella.
-Qué tal viviendo con ella?- dice Dylan que se ha tumbado en la toalla de Bella.
-Supongo que bien.- me encino de hombros y miro hacia donde se encuentran Lidia y Bella.- Podría ser peor.
-Te gusta?
Dylan nunca con rodeos.
-No, claro que no. Solo somos amigos, compañeros de piso.
Dylan sube y baja un par de veces sus cejas y le miro con cara de pocos amigos aunque no pueda verme por las gafas de Sol.
-Está congelada!- grita Lidia antes de taparse con su toalla.
Bella viene detrás de Lidia.
-Levanta de mi toalla.- dice Bella divertida a Dylan.
Dylan se levanta y vuelve a tumbarse en la suya.
Bella se tumba en su toalla rosa y al poco tiempo se levanta.
-Yo no puedo quedarme aquí quieta!- dice levantándose.- Me voy a dar un paseo.
Coge su toalla y tapa parte de su cuerpo con ella.
-Te acompaño.- me levanto de mi toalla y camino con ella hacia el agua.
Bella.
Hiba delante de Max caminando por la orilla del mar, esto me relajaba.
-No sabía que te hubieras hecho un tatuaje.- dice Max rompiendo el silencio que había entre nosotros.
Observo mi tobillo derecho y observo el tatuaje del diente de león que se va deshaciendo.
-Bueno, se trata de que no sea muy visto.- digo divertida.- Siento haber pagado mi mal despertar contigo.- digo mirando la arena.
-No importa, yo tampoco me levanto con muy buen pie.- dice riendo.- Y como es que te lo tatuaste?- dice volviendo al tema del tatuaje.
Me encojo de hombros aún sabiendo la respuesta.- Acompañé a Nicol ha hacerse un tatuaje de un infinito en la nuca formado por un frase de 50 Sombras de Grey y en el folleto que le enseñó de viajes el hombre, salía este. Me gustó porque me recordó a una frase de Bajo la misma estrella, está escrita debajo del tatuaje.
Max levanta mi pierna derecha para ver el tatuaje y suelto una carcajada ya que los niños que pasaban para meterse en el agua nos miraban.
-Todo se acaba, el café se enfría, el cigarro se acaba y las personas cambian.- lee Max.- Esa frase me la dijiste una vez.- suelta mi pierna y seguimos caminando.
Recuerdos, no soys bien recibidos!
-Si, un día que estaba enfadada, creo.- miento.
-Si, creo que sí.
No sé si preferiría que me hubiese corregido o su respuesta para dejar correr el tema.
-Qué tal Nicol?- pregunta Max.
-Bien, vive en la otra punta de Barcelona.- digo con una sonrisa forzada.
-Y como es que no te has odio a vivir con ella?- dice Max.
Por qué no cierras la boca qué tanto he besado?
-Podía escor pero pensé que sería mejor venir a vivir aquí, tendría más tranquilidad (algo que tengo) y me gusta más la Universidad a la que voy a ir.- miro a Max que mira la arena mientras caminamos.- Y así Mickey podría pasarse las noches a dormir sin que me molestara.- digo divertida.
Mickey me caía bien aunque los dos no parábamos de pincharjos mutuamente.
-Ah. Supongo que si no escogieras esta Universidad no te volvería a ver.- Max me mira y por un instante nuestras miradas no se esquivan hasta que decido ser yo la primera en hacerla.
-Seguramente.- miro el mar y suspiro. Sinceramente, no sabía que me había llevado a firmar el contrato del alquiler de la casa con él: si las ganas de volver a estar con el o el hecho de que sino lo hacía tendría que irme a vivir con Miriam y mi hermano.
Bella.
La alarma de mi despertadorsuena por toda la habitación, no me gustaba para nada el ruido que me anunciaba el día de clases que me esperaba durante el resto del día pero me apetecía desconectar y averiguar como era la Universidad a la que iría.
Apago la alarma y salgo de la habitación para entrar en el baño.
Cuando término de ducharme seco mi pelo y lo dejo liso con pequeñas ondas que no lo hacían tan aburrido. Pongo maquillaje en mi cara, lo habitual, nada exagerado y camino de nuevo hasta mi habitación.
Me visto con un mono vaquero, una camiseta de manga corta blanca y ajustada, unas francesitas azul marino y una chaqueta del mismo color. El primer día de Universidad quería ir presentable aunque seguramente, mañana iría lo más cómoda posible.
Había preparado ayer por la noche antes de cenar mi bolso con los libros y el cuaderno que necesitaría. Cojo mi horario con las clases a las que debía asistir mientras bajo las escaleras y Max centra su mirada en mi.
-Puedo hablar o debería callarme? Lo digo por si te has levantado como ayer.- dice divertido.
-Me he levanto de buen humor, no me jodas el día antes de ir a la Universidad.- digo divertida.
Dejo mi bolso negro sobre el sillón en el que solía sentarme y me sirvo una taza de café.
-Después no vendré a comer a casa.- dice Max.- Puedes volver andando?
-Si, papá. Nadie me meterá en un callejón a oscuras y me violará.- digo riendo.- Yo tampoco vendrá a comer a casa, voy a comer a casa de Lidia, bueno y de Dylan.
-Vale, hija. No traigas a ningún tío a casa o lo caparé.- dice poniendo voz de viejo.
Empiezo a reír hasta que los ojos me lloran, seco mis ojos desoaxios para que no se vaya el maquillaje a la mierds y lavo las tazas de café.
-Vamos?- dice cogiendo su mochila azul.
Asiento y tras decir mis cosas del sillón y de la cocina, salgo detrás de Max de la casa.