En Shibuya, con un objetivo en mente, sin dudas, sin desvaríos, con la mente clara y alta mirando nuestro objetivo con ganas de acabar con esto de una vez por todas. Fue Joker el que lideró el grupo, pasamos primero por unos caminos que parecían bifurcarse, y más adelante una característica esplanada se nos presentaba.
-Hay alguien muy fuerte en cuanto alcancemos la explanada. Joker ¿vamos? - Preguntó Mona.
Asintió en el acto preparándonos para la batalla. Justo delante de nosotros uno de esos guardias apareció de la nada, sin que Joker le quitara su máscara dejó ver su verdadera forma: Un ángel bien vestido portando en su mano derecha una espada de hierro y con la cabeza alta mirándonos por debajo como si para él no fuésemos nada.
-Tened cuidado. - Advertí.
-Huir de las celdas está prohibido. - Habló el ángel. - Regresad de inmediato a vuestra prisión. Aquellos que desean interrumpir el flujo de la sociedad deben ser castigados en este mismo momento.
-No tenemos tiempo para intercambiar palabras, aparta si no quieres desvanecerte. - Le ofrecí.
-Los pecadores deben ser destruidos. - Concluyó el ángel.
-Va a ser inútil razonar con ellos, en este punto habrá que abrirse paso a la fuerza. - Comentó Morgana mientras nos preparábamos.
Al acto salieron de sus lados otros dos ángeles del género opuesto al primero, la potencia destructiva de Panther con la fuerza física de Skull fueron claves para intentar acabar con ambos ángeles a la vez. Vista la robustez del árcángel y debido a que las otros ángeles se autodestruían para regenerar la vida de los otros dos no nos quedó más remedio que usar un ataque combinado.
Cuando se desvanecieron las sombras, gritos provinentes de abajo comenzaron a surgir. Parecía que poco a poco la gente se estaba dando cuenta de lo que estaban viviendo en la realidad.
-Han tardado demasiado. - Comentó Skull.
-Es increíble que no se hubieran dado cuenta antes sabiendo el peligro que les acechaba. - Se asustó Queen.
-El poder de la cognición. - Solté.
-Las cosas se van a poner peor de ahora en adelante. - Añadió Mona. - La ciudad entera ha parado de funcionar, y por ahora sólo pueden entrar en pánico.
-Si la gente no actúa por ella misma después de ver todo esto... Lo siento pero son inútiles - Se enfadó Panther.
-¡Vamos al templo! - Ordenó Mona volviendo a nuestra misión principal.
Después de atravesar aquella explanada observamos que las medidas de seguridad incrementaban a cada momento, se veía desde lejos que la intención de pararnos no venía de boquilla. A pesar de la cantidad de guardias no nos supuso ningún problema con las congelaciones de Fox y el aikido de Queen.
Escalamos hasta lo más alto detectando de nuevo otra persona que aguardaba en aquel lugar y que era diferente a los guardias anteriores, Oracle nos avisó antes de entrar para prepararnos pero Joker siguió al frente.
Al instante otro ángel apareció delante nuestra, de nuevo con sus alas perfectas y la gran espada característica como la del ángel anterior.
-¡Alto rebeldes! ¡No puedo dejaros continuar! - Decretó.
-¡Vamos! ¡Acabemos con esto ahora! - Habló Mona más motivado que nunca. - Más gente se dará cuenta de los ladrones de corazones si nos hacemos ver.
-¡Eso es exactamente lo que queremos! - Gritó Noir de acuerdo con aquellas palabras.
En esta batalla los disparos de Noir no se hicieron de esperar. De hecho tales críticos asentó que pudimos deshacernos de aquel ángel en menos de lo que canta un gallo.
-Son arcángeles de dios, supongo que habrá otros más adelante. - Concreté.
-¿Arcángeles? - Preguntó Fox.
-Uriel, Rafael, Gabriel y Michael. Esos son los guardianes que escoltan y protegen a ese dios al que vamos a derrotar. - Expliqué.
-Hemos derrotado a dos, tan sólo nos quedan los otros aunque el tiempo escasea... - Se quejó Queen.
Al acto volvimos a escuchar los gritos de abajo. Parecía que más gente se daba cuenta y además algunas personas desaparecían ante otras causándoles un verdadero terror. A pesar de todo continuamos con nuestro cometido.
Los guardias no paraban de llover y uno a uno íbamos derrotándolos, con la ayuda de Oracle a más de una sombra le hicimos cambiar de parecer. Las negociaciones fueron bastante útiles sobretodo cuando el enemigo era más fuerte, además Joker pudo atesorar a más personas en su máscara lo que nos abría más posibilidades.
Por fin llegamos a otra esplanada con otro arcángel guardián, se desveló su identidad de inmediato pero éste en vez de llevar una espada llevaba un ramo de flores.
-Por favor no sigáis, os vais a hacer daño. - Nos avisaba. - Debe haber otra manera de solucionar esto, dios solo quiere el bien de todos sus hijos.
-¡Ni hijos ni mierdas! ¡Acabemos con ésto! - Exclamó Skull con media sonrisa.
-Lucharé para defender la realidad que dios protege.
Con el famoso ángel de la paz acabamos con mis técnicas de maldición y con el poder físico de Joker que lo llevaron a la perdición, una vez desvanecido volvieron a despertar más personas del mundo de la realidad y desapareciendo muchas otras.
Más adelante había otro ángel con un poder mayor que probablemente nos iba a tomar su tiempo.
-No tenemos tiempo que perder ¿Cuántos ángeles de esos quedan? - Se quejó el rubio.
-Para de quejarte y sigamos. - Le contestó Panther.
-Sin embargo Skull tiene razón, el próximo ángel nos debilitará y nos dejará sin fuerzas necesarias para luchar contra el santo grial. - Concordó Mona.
-No podemos separarnos eso sería muy...
-Continuad, yo me haré cargo de ese ángel. - Interrumpí a Queen.
-¿¡Phoenix!? Pero es muy arriesgado y es muy probable que alguna trampa haya. - Soltó Fox.
-No os preocupéis por mí, estaré bien... Si estáis a mi alrededor no podré utilizar mi verdadero potencial porque sé que os acabaré dañando de algún modo, además se necesita a un grupo grande para poder acabar con ese dios de pacotilla. - Argumenté.
-¡Entonces si Phoenix se queda yo también! - Intentaba Skull quedarse a mi lado hasta el último momento.
-¿Pero Phoenix no decía que nos adelantáramos? ¿Qué sentido tiene que te quedes? - Quiso saber Noir. Joker miró a Oracle que me analizaba fijamente.
-Es verdad que su poder es tremendamente descomunal comparado con el nuestro y que si no se tiene cuidado es capaz de dañar a cualquiera que lo atraviese.... Estará bien Joker, podemos confiar en sus palabras. - Indicó mientras ajustaba sus gafas de análisis.
-Entonces te lo encargo. - Accedió Joker.
-¡Pero Joker...! - Insistió Skull una vez más.
-Skull, estaré bien, cumpliré nuestra promesa no te preocupes. - Cuando ambos nos miramos pareció entenderlo al pie de la letra, tragó saliva y me señaló.
-¡En pie sigue la promesa! ¡¿eh?! - Me recordó una última vez.
-Qué bonito es el amor. - Comentó Panther sonrojando al rubio.
-¡No es asunto tuyo!
-Entonces nos adelantaremos. - Sentenció Joker que se llevaba al grupo. De pronto apareció detrás Michael, el último de los ángeles que quiso cerrarles el paso a aquellos Ladrones que se dirigían a la entrada, sin embargo, Syn apuntó con su mano a su próxima víctima y soltó de ella una bala de cañón que hizo desviar la atención del ángel hacia mí.
-Pecadores son los hijos del hombre y es por ello que deben ser eliminados. - Sentenció.
-Deja los parloteos y muestra a tus compañeros, sé que no estás solo. - Hablé mientras sacaba mi famosa arma con mi mano derecha. Tal y como pensaba los otros tres ángeles que derrotamos con anterioridad y otros que se autodestruían para darle todo su potencial a otros hicieron acto de presencia. - Esto va a ser divertido... - Susurré mientras Syn miraba con indiferencia a sus enemigos. - ¡Acabemos con...! - Dos espadas lanzadas de algún lado golpearon a uno de los pequeños ángeles que en el acto se esfumó como la ceniza.
-¡Siempre haciendo lo que te da la real gana! - Se quejó cierto pelirrojo mientras recogía las espadas. - Vas a realizar una masacre y ni si quiera tienes el placer de invitarme. - Comentó molesto. - Y encima el estúpido de tu hermanito me deja a cargo de su tesoro más preciado.
-Sho...
-¡Ni se te ocurra ponerte sentimental! - Exigió. - Vamos a hacer un baño de sangre que jamás olvidarán. - Ante tales palabras me puse a su lado cubriendo su espalda. - Espero que no se te hayan olvidado las técnicas que te enseñé en su día.
-Como para olvidarlo... - Comenté mientras desafiaba con la mirada a los ángeles.
-Como seas una molestia ya sabes dónde acabas ¿verdad?
-Lo mismo se te aplica. - Concreté, a lo que Sho sonrió divertido de la situación.
En el acto fuimos al frente, Sho saltó encima de sus oponentes y en un segundo les cortó las alas a aquellos ángeles que ayudaban a los grandes para evitar un efecto contrario a la masacre que imaginábamos. Mi cometido fue decretar con mi persona la vida de aquellos pequeños ángeles que tocaban la moral de manera inimaginable, tras ello sólo hacía falta un hachazo para ponerle punto final a sus vidas.
-¡Tsukuyomi! - Habló Sho mostrando a su persona.
-¡Syn! - Llamé a la mía. - ¡Hagamos ésto Sho! - Mi persona comenzó a esparcir aquella atmósfera la cual debilitada a muchos de los presentes. En nuestro caso la fuerza se apoderaba de nosotros hasta tal punto de poder perder la cordura en cualquier momento, pero ambos éramos fuertes de mente y en consecuencia de corazón.
Sho aprovechó la situación para soltar un pulso que dañaría a todos los presentes con 8 toques físicos que los debilitaría. A continuación unos tiros caídos del cielo pusieron fin a los ángeles que andaban tirados sin saber cómo poder levantarse una vez más. A pesar de todo volvían a salir y salir como si hordas de enemigos se trataran.
-¡Podría tirarme todo el día arrancando alas pero me gustarían nuevas experiencias! - Se quejó Sho.
-El que los genera digamos que está bien servido de escudos. - Comenté mientras señalaba a Uriel con mi hacha. Acto seguido Sho activó aquel ambiente que hacía caer a todos a sus pies, con la cruz de su rostro iluminada varios ángeles se arrodillaron ante tal poderío y dando la oportunidad a Sho de asestar una serie de estocadas con ambas de sus espadas de dientes de sierra. Quisieron herirlo de gravedad por detrás de no ser por Syn y yo que le protegimos a ambos de tales acciones.
-Una vez que se mata al líder la plaga cae. - Sonreía Sho mientras lamía su espada. Finalizamos con los ángeles y con Uriel cuando mis dedos producieron un chasquido generando una onda expansiva. Solo quedaban tres ángeles más que comenzaron a elevar sus parámetros físicos por el temor que nos tenían.
Rafael, uno de los ángeles fue el primero en atacar al frente, quiso acabar con quienes habían destrozado en un segundo a Uriel.
-¿Así que ahora bajas el culo del cielo a enfrentarte a mí? - Se divertía el pelirrojo.
-¡Pecadores, pagarán! - Repetía el ángel una y otra vez.
Esquivé entonces un rayo salido de la nada proporcionado por Gabriel, el ángel que sujetaba una flor en vez de una espada para luchar.
-Convertiré esos pecados en bondad. - Me advertía formándose encima de mí una nube eléctrica. No lo esquivé, de hecho quise que me diera para demostrarle con quien se metía.
-Que te quede claro, peores juegos eléctricos me he enfrentado en la vida y además estoy con alguien con experiencia eléctrica. - Sonreí. - Permíteme llevarte al cielo de dónde has venido otra vez. - Solté mientras me dirigía de frente a la sombra, pudo esquivar el primer golpe y el segundo... Pero no el tercero, ni el cuarto, ni el quinto, ni el sexto... Para acabar mi arco me permitió ponerle sentencia final a su razonamiento.
-¡Blasfemos insolentes! - Gritó Michael que veía nuestros delitos.
-¿Quieres acabar junto con tus hermanos? - Se burló Sho con malicia.
-¡Sho, acabemos con ésto! - Exigí mientras me disponía a dirigirme a él.
-¡Lo sé, lo sé...! - Protestó siguiéndome el ritmo.
-¡Las alas negras de la perdición os traerán problemas! - Soltaba el ángel mientras se disponía a defenderse. No le dio tiempo en absoluto a cometer ningún movimiento de sus espadas, el Tsukuyomi se encargó de decapitarlo mientras Syn le disparaba al corazón además de desgarrarle las alas con sus vendas que tanta tirria le traían.
-¿Eso es todo? ¿No hay nada más? ¡Pero menuda panda de inútiles! - Se asqueaba Sho.
-¡En guardia! - Ordené una última vez cuando noté acercarse una persona más fuerte que las anteriores. Sho observó con detalle aquella luz que se generó sin previo aviso delante nuestro, de lado pude observar sus ganas de pelear. Cuando la luz se desvaneció y las cosas tornaban a ser de un color nítido pude ver que lo que se nos presentaba delante era un ángel que parecía ser el guardián de aquellos que nos habíamos enfrentado antes.
-Veo que habéis derrotado a todos y cada uno de mis hermanos... El castigo será la muerte y la desesperación del limbo. - Sentenció. - Mi nombre es Metatrón, el ángel que acabará con la blasfemia que hay hoy aquí..
-¿¡Más alas que cortar!? ¡Perfecto!
-¡Espera Sho! ¡Sus habilidades no son como los anteriores! - Comenté.
-¿Y qué esperas....? ¿Que me quede de brazos cruzados? - Al momento corrió en dirección al ángel que parecía hacer frente a las espadas de Sho. Visto que parecía ser un fracaso sacó su persona que intentaba repetir el proceso del usuario sin resultado. Al final el ángel quiso finalizar su existencia con un mazo de juez divino, tuve que intervenir sacándole de ahí.
-¡Piensa un poco! - Comenté. El pelirrojo echó pestes por no lograr su cometido en un momento dado.
-¡Acabaré con él! ¡Juro que esas alas las arrancaré con mis manos! - Comenzaba a hervirle la sangre al pelirrojo.
-Hay que distraerle y darle el toque final en el momento justo, el problema va a ser la primera parte. - Le dije mientras conservaba mi posición observando rigurosamente al oponente.
-¿Entonces cuál es el plan? - Me sorprendió que el pelirrojo me hiciera caso por primera vez, pensé que me lo habían cambiado en mitad de la batalla sin darme cuenta.
-Es débil a los ataques demoníacos... Esas son las debilidades de la mayoría de los ángeles, puedo reducir su vida a la mitad con el arma del segador y luego tú acabar con él a espadazos.... No tiene debilidades físicas el problema es que tiene buenos reflejos. - Maquiné.
-Entonces hagámoslo.
-Te he dicho que necesitamos una distracción. - Le recordé.
-Hagámoslo. - Repitió confiado. Suspiré ante tal terquedad.
Intentamos poner en marcha mi plan pero parecía imposible, se movía de tal manera que ninguno llegaba a alcanzarle, la desesperación comenzaba a hacerse presente, encima sus palabras sacadas de la biblia nos irritaban cada vez más.
-¡Es inútil! ¡Tan cobarde es ese estúpido ángel que huye nada más nos acercamos! ¡Te juro que cuando te tenga en mis manos te degollaré como hice con tus compañeros. - Amenazaba Sho.
-Sin una distracción no avanzaremos. - Repetí.
-¿Y qué distracción quieres hacer Miss detective? - Se burlaba. Sonreí al notar una presencia familiar en las cercanías.
-¡Probemos una vez más! - Con confianza me lancé al objetivo.
-¿¡Vas a cometer el mismo error!? - Saltó Sho quién me siguió por detrás. - ¿No decías que necesitábamos una distracción?
A pocos pasos del ángel una nube se formó en lo alto de él, una nube eléctrica por donde navegaba un mono sobre una nube, a todo pulmón desde abajo Skull nos observaba y con superioridad un trueno de gran potencia dejó patidifuso al ángel que no se lo vio venir.
Sin perder más tiempo Syn sacó la famosa hoz de la muerte creando el decreto demoníaco que lo dejó casi en las últimas, Sho que venía detrás con los nervios a flor de piel cumplió sus amenazas desvaneciéndose aquel ángel en el viento.
-Que te quede claro, podría haberlo vencido yo solo. - El ego de Sho se hizo presente cuando Skull apareció a nuestro lado.
-Gracias Skull. - Comenté.
-Te dije que estaría ahí pasara lo que pasara. - Murmuró.
-Vienen más sombras... - Comenté mientras miraba las profundidades donde los guardias se alzaban y corrían a nuestra dirección.
-Continuad. - Exigió el pelirrojo.
-Pero Sho eso es...
-Cómo vuelva a ver plumas delante de mis narices las cortaré de cuajo. - Hacía referencia a mis hombreras oscuras.
-¡No hace falta ser tan borde! ¿¡sabes!? - Me defendió Skull. - Además viene una gran horda de enemigos, tú solo no...
-No me compares contigo rubito. - Interrumpió Sho, algo que le sentó muy mal por el mote.
-Más te vale no morir o seré yo quién arrebate tu vida. - Le advertí, algo que le hizo gracia.
-¿Quieres probar suerte? - Insinuó Sho.
-Vamos Skull, estará bien... Después de todo fue mi compañero de celda. - Le cogí de la mano al rubio mientras Sho actuaba de tapón contra el paso a nuestro objetivo.