Segundo curso

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Y así finalizó mi primer curso, con varias magulladuras y enemistades, pero con el tiempo las amenazas de Kamoshida al club de voleibol cesaron y su enfado pasó a ser un recuerdo de una investigación fallida. Ryuji seguía enfadado conmigo y los demás... siguieron con sus vidas. Mi hermano consiguió un nuevo caso como detective sobre los accidentes de tren, venía a las tantas pero aún así sacaba el 100% de sí mismo. Hice nuevas amistades con compañeras que se sentaban a mi lado, más bien se aprovechaban de mi inteligencia para que les dijera las respuestas, pero era lo único que tenía, nada más. En mi diagonal frontal izquierda estaba Ryuji que venía muy de vez en cuando, su pelo rubio resaltaba y cada que venía me era difícil concentrarme.

-¡_____...!¡______...! -Me llamaban, seguía con los ojos cerrados después de la clase de cultura japonesa y sin amago de abrirlos. -¡Akechi! -Murmuré perezosamente para después ocultar mi rostro entre mis brazos para evitar que la luz interrumpiese mi siesta. -¿Ese no es Ryuji? -Aquellas palabras me levantaron de golpe buscando con la mirada la cabellera rubia. Al no visualizarlo y debido a las risas por parte de mis compañeras me senté de nuevo en mi sitio cubriendo mi rostro. -¿Te sigue gustando ese delincuente vulgar? No sé qué le ves exactamente...

-No es de tu incumbencia. -Protesté en un murmullo.

-Como la enfades no podrás conocer a su hermano, me han dicho que es un detective muy guapo ¿Cuándo nos lo presentas? -Preguntaba otra compañera.

-Nunca... -Respondí.

-Qué humor tienes, en todo caso ¿os habéis enterado del nuevo estudiante de traslado?. -Asomé mi cabeza cual tortuga para enterarme de aquel rumor. -Al parecer es alguien que ha cometido un crimen. _____ ,a lo mejor te gusta debido a que te gustan los chicos malos. -Sonrió burlonamente.

-Esto me recuerda al dicho el cual dice que el que mata un perro le llaman mataperros de por vida.

-Pero Ryuji no te habla... -Como un jarro de agua fría me vinieron esas palabras. Me levanté indignada, cogí mis cosas y me fui de ahí, además tenía que entregarle papeles a Makoto. Crucé la puerta y allí estaba en la biblioteca leyendo libros complejos una vez más. Le entregué los papeles y sin decir nada me fui, aún recordaba la conversación que tuvimos aquel día y eso me hervía la sangre. Sonó la campana que indicaba el final del recreo, me fui a clase y me senté mirando el hueco vacío de Ryuji.

Llegaron las doce del mediodía, por la puerta había un señor bien uniformado que parecía ser el secretario del director, junto con él, con una camiseta amarilla y el uniforme sin estar bien puesto se hallaba Sakamoto que balbuceaba barbaridades sin que le oyese el otro.

-Veo que has atrapado al criminal. -Decía la profesora de inglés.

-Estaba con otro delincuente a las afueras de la academia en horario de clase.

-¡Ya te he explicado que estaba en un castillo! -Replicó el rubio, a lo que todos se rieron menos yo.

-Sakamoto, unas pérdidas de clases más y quedarás expulsado, tú verás. -Avisó el secretario mientras pegaba un portazo

-Siéntate Sakamoto, estamos en mitad de clase. -Decía la profesora de inglés mientras se daba la vuelta para escribir en la pizarra.

Notaba algo diferente en él, no sabría decir qué había cambiado pero le notaba menos abrumado que otros días que entraba oprimido a clase sin ninguna gana de vivir, se puso con el libro de inglés mientras buscaba con su móvil algo con respecto a los castillos. Intenté hilar rumores, pero solo se me ocurría aquel del que Kamoshida parecía un rey en su castillo. Me volvía a comer la cabeza por tonterías, me calmé pensando que debía ser algún juego de móvil o algo así.

Persona 5 & RoyalWhere stories live. Discover now