Esta es mi historia de cómo mi devastada vida tomó forma gracias a la llegada de los ladrones de corazones y de una persona especial.
Una historia basada en el famoso videojuego Persona 5, si comentáis y votáis me haríais un gran favor, espero que d...
Se despidió como es debido el día antes de su partida, con el móvil estaba obsesionada con mil y una personas para poder hallar alguna pista sobre mi hermano y en aquel entonces, justo al lado del cine de Shinjuku me abordó Ren con Morgana a su espalda.
-Vaya... El protagonista de esta historia se nos va. - sonreí mientras guardaba el móvil.
-Ha sido un largo curso... - Asentí con la cabeza.
-La verdad, nunca pensé volver a resurgir de mis cenizas, sin embargo, gracias a vosotros he podido encontrar un camino que seguiré sin arrepentirme. - Susurré. - Gracias por todo Ren, gracias por todo lo que has hecho por todos nosotros... Hemos reído, hemos llorado pero sobretodo nos hemos divertido. Te seré sincera, mi camino no ha concluido, voy a encontrar a mi hermano cueste lo que cueste... Como si tengo que dar la vuelta al mundo para ello. Si tengo noticias de él serás el primero en saberlo. - De mi bolsillo Saqué un pluma de un ave de una longitud de 25 cm. - Toma. - Le dije. - Es una pluma con la cual puedes escribir tus historias en un futuro. Me ha ayudado mucho en mis informes pero a la vez me transmitió la fuerza de un fénix en mis momentos de bajón. - Lo cogió con gusto. - Recuerda... Hagas lo que hagas jamás te arrepientas de tus decisiones ni de tu pasado, porque cada pequeño detalle de tu vida es lo que te hizo convertirte en quién eres ahora. Y me preguntarás si esta frase podría aplicarse a mi hermano, y te diré que los días buenos nos traen felicidad, los días malos nos dan experiencias, los peores días nos dan lecciones y los mejores días nos generan recuerdos. -Sonrió ante mi pequeña lección de última hora antes de su partida. Continuó su camino mientras me venía una llamada de Makoto.
-¿Todo listo?
-Todo listo.
Por la mañana muy de mañana, estábamos en la calle arreglando una furgoneta que parecía haberse estropeado y que había alquilado con ahínco debido a que Morgana me insistió en ello.
Makoto conducía y yo iba de copiloto esperando junto con los demás a que llegara la estrella de la noche, todos parecían aburridos después de esperar durante tanto tiempo hasta que cierto rubio se levantó ilusionado de ver a su compañero una vez más.
-¡Ren! ¡Ren por aquí! - Le llamaba. Se acercó junto con Yusuke que pareció abordarlo poco antes. - Perdona por el mal aparcamiento pero el mecánico está reparándolo en estos momentos.- Señaló a Morgana que con su hocico sujetaba una llave inglesa.
-¿Te queda mucho? - Preguntó Ann.
-Hacer esto con patas no es tan sencillo. - Se quejó el gato. - ¿Y por qué tengo que estar a cargo del coche otra vez?
-Y yo que pensaba que habíamos terminado... - Suspiró Yusuke.
-Estamos de vacaciones. - Recalcó Haru.
-Y no hay más exámenes para que la presidenta se abrume. - Comenté divertida.
-Es por eso que queremos hacerte el favor de llevarte a casa. -Continuó Makoto.
-¿Tienes que irte en serio? - Insistió Futaba.
-Venga tío. Nadie te está obligando a irte ¿sabes? - Recalcó Ryuji. Ren lo miró apenado.
-Makoto... Están ahí. - Señalé el retrovisor donde había unos personajes altamente sospechosos en un coche negro mirándonos fijamente.
-Entendido. - Morgana entró en la furgoneta sentándose sobre el regazo de Ren.
-El coche está reparado, sólo he cogido prestadas algunas piezas... - Sonrió el gato. Makoto arrancó a la primera tras sus palabras.
-¡Venga! ¡Nos vamos! - Sonrió Ryuji.
El coche negro se quedó atrás y nosotros seguimos al frente mientras Haru leía algunas peticiones en la Phan-site.
-Si esto es más trabajo dejadme fuera. - Habló Yusuke.
-Sabes que quieres Inari. - Sonrió la niña.
-Me voy. - Ante tal desacuerdo quiso abrir la puerta para tirarse.
-Esto no podía ser más entretenido. - Comenté mientras ponía la radio.
Después de unas horas por fin veíamos el mar y la cercanía de un pueblo, la casa de Ren estaba cerca y nuestra gran aventura comenzaba a finalizar para dar paso a una nueva.
