Jaque

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Pasaban los días. No nos quedamos de brazos cruzados en absoluto, con toda la cautela del mundo nos pusimos en marcha a escondidas de la supervisión de mi hermano que parecía tener más trabajo de lo normal. No paraba de llamar de comisaría en comisaría para, según él, mantenerlos alejados de nuestros lugares de juego. Makoto, Yusuke y Futaba pudieron acceder desde el palacio a la sala de interrogatorios. Futaba poco a poco modificaba el algoritmo del móvil de mi hermano por si se enteraba de datos desconocidos para nosotros. Yo intentaba mantenerlo alejado mirándole de cerca a cada segundo que pasaba.

La etapa definitiva se estaba llevando a cabo viento en popa y por fin llegó el día en el que despertaríamos a Sae Niijima. Miraba el atardecer mientras leía un libro, Ryuji y yo no pudimos quedar con tanta facilidad pues el trabajo por aquellos momentos era casi interminable.

-Ya es hora. -Me sacaba de mis pensamientos Goro que con su maletín iba a todos lados. Salté de la cama yendo en su dirección. -Este será el último trabajo de los ladrones de corazones ¿No? -Sonriente me miró a los ojos.

-Me contento con que esta tarea será digna de ver. -Intentaba fingir mi sonrisa pero pronto mi cara se volvió larga.

-¿Pasa algo?

-Tengo un mal presentimiento. -Ni una mueca hizo Goro por su parte. Se veía que tenía todo calculado menos cómo parar mi intuición. -A lo mejor me estoy imaginando cosas, vamos.

Llegamos al Leblanc y subimos al ático tras saludar al jefe. Al parecer todos andaban con una cara seria y concentrada, la verdad no me esperaba menos, esta misión era bastante compleja y si algo salía mal, adiós al líder de los Phantom. Miré a Makoto que seguía pensativa, después de todo era su hermana de la que hablábamos. Según tenía entendido por cómo me la describió Goro, su lengua afilada clavaba estacas si se lo proponía, encima con la idea de 'hacer todo lo posible para ganar', no mejoraba el asunto.

-Has enviado la calling card ¿Verdad Makoto? -Preguntó Morgana.

-Así es, lo leyó en alto delante de mí. -Aclaró.

-Entonces, nos toca hacer el trabajo. -Salió Ren.

-¡Sí, es hora de darle caña al asunto! -Se divertía Ryuji.

Una vez en la última planta del casino observábamos una tensión bastante grande en el ambiente, intentamos zafarnos de varios enemigos con la intención de guardar nuestras fuerzas para el verdadero combate, subimos aquellas escaleras y sin quererlo, el tesoro había desaparecido de nuestras narices.

-¿No debería estar aquí el tesoro? -Preguntaba Nöir. Fue entonces cuando la vibración del lugar nos puso alerta. Un enemigo de grandes habilidades andaba cerca y según su intensidad no cabía duda de quién se trataba.

-¡Quedaos alerta! -Ordené mientras junto con los demás intentaba guardar el equilibrio.

Aquel pequeño establecimiento se transformó en la famosa ruleta de la suerte que a mi hermano le gustaba jugar, delante de nuestras narices se presentaba Sae con aquella sonrisa tan maquiavélica en una pantalla.

-¿Hermana? -Se quedó Queen sorprendida

-¿Qué clase de juego será esta vez? -Preguntó Crow intentando desafiarla. -Da igual con lo que vengas ya que siempre emergeremos victoriosos.

-Habéis cometido un grave fallo si creéis que esto me ha afectado de alguna manera. -Reía la aludida. -Cuando mi padre murió odié al asesino desde el fondo de mi corazón, morir para mantener la justicia es conmovedor pero la gente que hay detrás son los que tienen que limpiar tus desastres. -Se indignaba. -¿¡Sabéis cuanto tuve que sufrir!?

Persona 5 & RoyalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora