Persona 5 & Royal

Todo Sobre Mí

-Está bien, voy de camino con... - Suspiraba el rubio mientras miraba hacia atrás. Le seguía el mismo pelirrojo que no se había dignado a cruzar unas palabras con él. - En fin, nos vemos allí. - Abatido colgó el móvil y lo puso en sus pantalones. Deceleró para llegar a mi altura, seguía inconsciente y recargada en los brazos de Sho que firmemente no me dejaban caer. -Ya estamos cerca. -Se limitó a decir.

Aquel lugar y aquel momento eran lo suficientemente incómodos como para poder iniciar una conversación, además Ryuji no sabía siquiera por dónde empezar para sonsacarle lo que solamente él sabía: de dónde venían mis cicatrices que tantos dolores de cabeza me habían dado intentando llegar al culpable.

-Entonces...

-No pienso contestar ni una pregunta. - Seco y tajante interrumpió a Ryuji. - Limítate a hacer tu trabajo, bastantes penurias me caerán en cuanto lleguemos a nuestro destino.

Si algo era de lo que carecía Sho era de tacto, jamás trató bien a nadie salvo conmigo en su época, ahora se encerraba con todo el mundo y no me extrañaba, a pesar de todo, las palabras 'bastantes penurias me caerán en cuanto lleguemos...' indicaba que hablaría lo que hiciese falta para poder calmar ese barullo de dudas que habían en la cabeza de todos.

Finalmente, después de interminables minutos llegaron a su destino. Mi casa seguía encendida a cal y canto a pesar de las horas que eran, parecía una luciérnaga en el barrio, no sólo eso, murmullos provenientes de dentro de la misma se podían escuchar desde fuera.

Ryuji fue el primero en llamar a pesar de ser Sho el que se encontraba delante de la puerta. Un 'ya están aquí' se escuchó desde dentro por parte de una voz femenina, aquella voz fue la que abrió la puerta de par en par.

-¡Bienve...! - No le dio tiempo a termina debido a la presencia del pelirrojo que con cara de pocos amigos espantó a Futaba en un abrir y cerrar de ojos escondiéndose detrás de Ren que cerca de ella se situaba.

Sho entró de mala gana, al llegar al salón donde ya habían preparado un colchón me depositó con delicadeza con ayuda de mi hermano que me observaba con ojos de preocupación.

-¿Habéis llamado a un médico? - Quiso saber el pelirrojo mientras se apoyaba cruzado de brazos en la pared.

-Está en camino. - Contestó la presidenta que se hacía a un lado sus cabellos poniéndolos tras la oreja.

Sho se apoyó en el marco de la puerta que daba justo a la entrada de mi habitación, Ryuji quién entró después se quedó de pie y parado sin apartar la vista de mí.

-_____-chan está... - Comenzó a decir Haru preocupada, sin embargo, sus dudas fueron intervenidas por el timbre de la puerta, esta vez fue mi hermano quién abrió.

-Nunca esperé que me llamaran a esta hora. - Soltó una doctora con pinta de gótica que llevaba en sus manos unos papeles y un maletín.

-Usted es... - Se sorprendió Makoto al verla de nuevo.

-Ella es la que revisó a Futaba hace tiempo. - Concretó Ren quién se cruzaba de brazos.

-¿Y la paciente es...? - Preguntó la doctora.

-Es mi hermana, _____ Akechi, está recostada en ese colchón de allí. - Puntuó mi hermano. Al ver la gran carisma que irradiaba Goro se quedó sorprendida la doctora.

-Usted debe ser Goro Akechi ¿Me equivoco? - Recobró la compostura al instante. - Mi nombre es Tae Takemi, un placer.

-¿Entonces es ella la que nos imparte los medicamentos? - Comprendía Yusuke mientras que dibujaba en su libreta un boceto de ella.