El Trickster

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No sentía nada, no oía nada, no veía nada... Estaba flotando en un limbo sin saber qué hacer o qué decir. Caía poco a poco sin notar un final, a pesar de todo ello la angustia parecía haber desaparecido del todo: Sin problemas, sin necesidades, tan sólo ir con la corriente como todos los demás.

-¿Dónde estoy? - Pensaba. Pues mis labios no reaccionaban cuando quería.

Intenté pensar en lo que había sucedido minutos antes, tan solo recordaba estar en Shibuya con una aglomeración de gente que no parecía percatarse de algo... Mis recuerdos seguían confusos y por más que intentaba indagar parecía que había un bloqueo en mi mente que me impedía pensar en lo que pasó después.

-La misión ha sido un fracaso... - Pensé en aquellas últimas palabras de cierto gato. - ¿Por qué un fracaso? - Necesitaba recordar algo, parecía que esto de recordar se había convertido en mi día a día. - Goro... ¿Dónde estás?

Mis párpados que levemente seguían abiertos podían pasar sobre ellos un pequeño rayo de luz al que ni me inmuté, tan solo me dediqué a mirarlo. No podía recordar nada... Así era la sumisión de no poder pensar ni tampoco tomar decisiones, solo ibas hacia donde la corriente te llevaba.

-Sho... ¿Dónde estás...? Ryuj... - Solamente fue pensar en él para sentir un malestar en mi cuerpo por intentar ir en contra de la corriente. - Los demás... ¿Dónde están? - De nuevo el dolor de mis piernas y mis brazos se hacía presente, era como si unas redes me sujetaran fuertemente en aquel lugar de sumisión.

Mis ojos pudieron responder además de mis labios que comenzaron a reaccionar... Sin previo aviso voluntariamente moví mis brazos y después mis piernas... Parecía haber despertado de un sueño de más de miles de años. Una vez pude moverme libremente aquella luz que apareció en un inicio me deslumbró dejándome de pie delante de dos personas que no me esperaba.

A la derecha estaba el fantástico detective con su maletín y su traje bien puesto y cuidado con mucho detalle. Al otro lado estaba el famoso militar de mis recuerdos con cicatrices y unas katanas a los lados. Me miraban como esperando algo de mí, aquellas miradas que esperaban mi próximo movimiento. Sonreí de lado, jamás pensé que estaría con las personas que más marcaron mi vida además de los Phantom y... Ryuji.

-No tenéis que decir nada. - Hablé al fin. - Sé cuál es mi próximo movimiento y lo llevaré a cabo junto con los ladrones fantasma. - Ante aquellas declaraciones ambos sonrieron y se dieron media vuelta, se iban por caminos separados pero seguros con el paso que llevaban, veía desde lejos su espalda que con seguridad iba al frente dejándome atrás. - Gracias.

Comencé a abrir los ojos lentamente, estaba tumbada al parecer en una especie de litera. Me senté lentamente pues seguía con una fatiga tremenda después de todo lo ocurrido.

Miré cada rincón de aquella habitación azul, con una reja al frente y con una gran puerta que no parecía abrirse desde dentro. A un lado de la misma estaba la zona donde podía verse el comedero.

-Necesito salir de aquí. - Murmuraba. Sin embargo mi cuerpo seguía cansado. Sin previo aviso los párpados comenzaron a pesarme cayéndome en un sueño profundo.

La presencia de algo que no parecía ser trigo limpio  en algún lugar de aquella estancia pareció traerme de vuelta, me puse alerta cuando mostró sus verdaderas malignas intenciones, sin embargo, aquello fue efímero, se esfumó no dejando rastro de su presencia. Visto la ausencia de peligro pude notar gracias a Syn las personas que parecían haberse esfumado delante de mis narices en Shibuya.

-Menos mal... - Susurré. Me senté de nuevo en aquella supuesta cama y noté como cada uno de ellos recobrarba la verdadera fuerza de levantarse en contra de las masas. Una a una iban saliendo de aquellas celdas o eso pensaba, ya que suponía que habíamos llegado al mismo destino.

Persona 5 & RoyalWhere stories live. Discover now