Una Nueva Brisa

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Seguía a mi hermano por detrás sumida en mis pensamientos, recordar dos realidades una mejor que otra no era tarea fácil de llevar, sobretodo cuando una de ellas tenía un sabor amargo pero dulce final y la otra todo lo contrario. Hasta el nueve de enero podríamos vivir esa vida idealizada que Maruki creó para nosotros, pero aquello era un arma de doble filo ya que siempre cabía la posibilidad de enamorarse de la idealizada realidad.

-¿Otra vez pensando? -Preguntó Goro que me observaba de reojo.

-Es normal teniendo en cuenta nuestra situación. -Comenté.

-Puede que el numerito con Maruki haya servido para mantenerte con los pies en tierra pero a mí no me la cuelas con tanta facilidad. -Juzgó de nuevo por su cuenta. -Me gustaría saber lo que realmente querías en ese momento ¿Habrías aceptado la propuesta de Maruki?

-Yo... No lo sé. -Evadí la pregunta, aquello hizo reír a mi hermano.

-Está bien ... tienes una semana para decidir esa conclusión final y resolver todas las dudas que tienes en tu cabeza. -Sin una palabra más aceleró el paso.

-Solo una semana ... -Repetí en un susurro. -Supongo que tendré que echar un vistazo a esta nueva realidad que nos ha preparado Maruki.

Al llegar a casa nos pusimos en marcha, mi hermano comenzó a entrar en el ordenador y en sus archivos. Yo, sin embargo, estuve registrando un mapa sobre el desplazamiento del señor del palacio durante este último año. Remarqué entonces la academia Shujin y su departamento antiguo de investigación de psciencia cognitiva.

-Mañana me pasaré por Shujin, a lo mejor hay algo en su expediente el cual pueda darnos una pista.

-Para agilizar el proceso ... -Propuso mi hermano concentrado en el ordenador. -Sería de gran utilidad hacer un informe cada día durante una semana, el 8 de enero por la noche pondremos toda la información en conjunto ¿Estás de acuerdo? -Suspiró.

-Como quieras.

Se sentía distante hablar con mi propio hermano, probablemente por el cascarón tan toca-narices que había formado a su alrededor o para no atraer a nadie que le haga daño. Lo miré por unos instantes sin decir nada, una mirada inquisitiva intentando telepáticamente acercarme a él.

-¿Pasa algo? -Preguntó dándose cuenta de una mirada en su nuca.

-Nada de nada. -Aclaré mientras me dirigía a mi cuarto, una vez allí cerré la puerta y me tumbé boca arriba mirando el blanco techo. -¿Por qué se siente tan extraño verle? -Pensé. -¿Por qué tengo la sensación de que Goro no debería estar aquí? -Me vino a la mente las palabras de Yoshizawa: "Yo maté a mi hermana". -Si tan solo supiera sus recuerdos desde que nos separamos... -Sacudí la cabeza. -Tengo que centrarme en la investigación que mi hermano me ha encomendado, hay que devolver la verdadera realidad a la normalidad, no puedo decaer en mis decisiones ahora.

A la mañana siguiente me levanté temprano para ir a la escuela cogiendo las llaves de la misma antes de salir: Mi posición como vicepresidenta me daba ciertos privilegios. Mi hermano no andaba por las cercanías, parecía haberse levantado desde hace tiempo puesto que su café con leche estaba frío a más no poder.

La acumulación de personas en el metro era abismal y no solo eso, el ambiente era más raro de lo habitual, todas y cada unas de las personas que estaban en el vagón parecían inusualmente felices, ni una queja a la ida del trabajo, ni de sus vidas, ni de nada. Se veía que Maruki había hecho sus obligaciones bien y a tiempo, pero ... ¿Es esta la realidad que necesitábamos?

Por fin llegué al frente de la puerta de Shujin donde un hombre con pinta de los cuarenta y pico años esperaba a alguien. Al entrar por la entrada principal salía de la misma Makoto.

Persona 5 & RoyalWhere stories live. Discover now