Capitulo 56:
Abro paso entre la multitud y vuelvo a sentarme en nuestra mesa.Observo a Matías entre la multitud, se destacaba por tu altura y era imposible perderlo.Me sonreía desde lo lejos y eso me indicaba lo bien que la había pasado.
— ¡Joder! ¡Es la meeeejor! — Río.Estaba borracho hasta la cabeza.
— ¿Ah sí? ¿Que te dijo cuando te vio? — Palmeo su hombro.
— Quería que la tragara la tierra pero luego saco de su bolso una pastilla, la partió por la mitad, puso una mitad en su boca y la otra en la mía, estaba deliciosa.— Reía sin sentido.
— ¿La tomaste, sin saber que era? — Estaba enojada.Jamás habíamos roto esa regla.
— Bueno, sí, pero.. A la mierda Justin, es la profesora. — Intento pararse pero cayo nuevamente hacía atrás.— ¡Voy a necesitar tu ayuda, tengo que ir al baño!
Me paro y se sostiene de mi hombro al caminar.Olía pésimo, el olor mezclado con cigarrillo y alcohol barato era detestable.Empujo la puerta con mi mano y entramos.
Matías se para frente al espejo y se sostiene del lavamanos.
— ¡Joder! ¡Veo doble! — Ríe.
— Somos hermanos gemelos, idiota. — Lo miro desde el reflejo.
— Ahhhhh, eso lo explica todo.— Abre la perilla del agua, y enjuaga sus manos.Pasa su mano mojada por su frente y suspira. — Vamos
Vuelve a sostener de mi hombro y caminamos hacía la salida.Papá nos matarían.Unas cuantas chicas nos pregunta con quien nos iremos y le respondo que nadie nos acompañara esta noche, están sorprendidas pero al ver el estado de Matías, lo entienden.
El frío de la noche nos envuelve en la desierta calle.Esperamos por un taxi y finalmente llegamos a casa.
Abro la puerta con sumo cuidado, en silencio.Mamá percibe que llegamos y le digo que estamos bien para que vuelva a dormirse.Llego a la puerta de nuestra habitación y siento a Matías en su respectiva cama, cae riendo y esta aliviado por estar en casa.
— ¡Oh recuerdo a tu chica en esta cama! — Ríe.
— ¿Ella? ¿En tu cama? ¿Cuando? — Respondo furioso.