Miraba el techo cuando me tumbé después de despedirme de Ryuji. Los nervios a flor de piel hacían que no pudiera conciliar el sueño y el hecho de no poder dormir implicaba una pérdida de tiempo en contar ovejitas.
Me levanté a por un vaso de agua, mi hermano había llegado bastante tarde y el cansancio pudo con él. Cuando entré en mi cuarto observé el USB de Futaba, había indagado mucho en el contenido pero siempre que llegaba a una respuesta, ésa no existía. Siempre me encontraba en un callejón sin salida del cual no podía ver más allá.
De pronto recordé a Morgana y a aquella chica. Tenía que hacer algo con ella cueste lo que cueste, no era de las personas que causaban un problema pero aún así no se podía tomar a la ligera su presencia.
Al final acabé investigando sobre la vida privada de Haru, al parecer según algunos reporteros estaba comprometida con un niño rico de una empresa que la verdad no era de gran importancia, el supuesto esposo vestía con Smoking blanco y algún que otro lío se había metido por sus caprichos. La reputación bajaría si esto volviese a salir a la luz, y viendo la persona que es no venía mal guardar aquella información por si acaso.
Miré el reloj: Las tres de la mañana. Mis párpados comenzaban a pesar y con ellos mis energías. Era extraño, a pesar de tener poco fondo, el entrenamiento de Ryuji hizo efecto pudiendo hacer la maratón dentro de un palacio. Hablando del rey de Roma, solté una sonrisa cuando recordé su pequeña travesía por Shinjuku. Pude conocer a aquellos travestis porque estuvieron relacionados con un caso de mi anterior escuela, su ayuda fue suficiente para meter en chirona a un pedófilo que caminaba por los pasillos de ella.
Apagué la luz de la lámpara y me dormí nada más darme media vuelta, mis pensamientos y recuerdos seguían difusos, tan difusos que tuve un sueño con Sho que me decía que tarde o temprano daría con la verdad.
Llegó el día siguiente y como Makoto nos ordenó nos dirigimos a delegación a revisar los álbumes de alumnos de cursos anteriores, buscábamos el álbum de la clase de Makoto, pero al no estar ordenados ni tampoco señalizados por un problema de hace unos años, tuvimos que revisar uno por uno, alumno por alumno.
Estaba sentada junto a Ann y Makoto, Ryuji y Ren estaban delante revisando otros álbumes con miles de millones de alumnos, estábamos a punto de darnos por vencidos, era imposible encontrarla con tantas caras, de hecho, Ann confesó que todas las caras le comenzaban a parecer igual.
-Ya no puedo más. - Dijo harta la rubia.
-Tenemos que seguir. - Le dijo Makoto.
-Oye... ¿Esa chica va a primero? ¿En serio? - Preguntaba Ryuji. - Es guapa, es una pena que tengamos una pequeña diferencia de edad.
-¡¿Pero tú a qué estás?! - Se enfadó Ann quién le arrebató el álbum.
-No hace falta ponerse así... Estaba haciendo mi trabajo ¿A que sí Ren? - Buscaba apoyo el rubio.
-Lo que tú digas. - Suspiró.
-¿Pero qué ha sido del apoyo entre hermanos? - Ahora era el rubio el que estaba cabizbajo.
-Quiero recordar. - Interrumpió Makoto. - Qué estamos aquí no sólo por la ladrona que según ____ se llama Haru, estamos aquí para pasar desapercibidos, la policía está rondando por las cercanías desde hace semanas y hay que mantener el listón...
-Está aquí. - Salté mientras ponía el libro sobre la mesa e indicaba la foto.
-¿Así que es Haru al final?
-Eso fue rápido... Tanto tiempo callada... Pensaba que estabas tramando algo. - Bromeó Ryuji.
-¿Pero por qué ella estaba en el palacio?- Quiso saber Ann.
-Algo me dice que la culpa es de Mona sino cómo es que ella sabe del Metaverso, no tiene sentido. - Argumenté.
-Le preguntaremos mañana directamente. - Conjetó Makoto. - Es tarde, así que es muy probable que se haya ido ya a casa. Cerraré la sala y nos vemos mañana. - Sentenció.
Con ésto dimos por concluida nuestra investigación, quise irme a casa a descansar de no ser por Ryuji quien me ofreció un pequeño entrenamiento antes de dar por sentado el día. Me cambié en el vestuario y salí afuera, era una típica tarde que era mejor pasarla en casa mientras escuchas música con los auriculares...
-¡_____! ¿Hace mucho que esperas aquí? - Me preguntaba Ryuji que venía ya vestido con su chándal de deporte.
-No... Qué va, acabo de llegar. - Respondí amablemente.
-Dentro de poco será el examen de educación física, espero que estés preparada.
-Con el mejor entrenador, espero por lo menos llegar al 10. - Sonreí positiva. - Eso me recuerda... ¿Qué tal va tu rodilla?
-Va bien, poco a poco se está volviendo a poner en forma como su propio dueño. - Dijo entusiasmado. - En fin, basta de cháchara. ¡Es hora de entrenar!
-¡Entendido!
Estuvimos dando 4 vueltas a sprint alrededor de la escuela, justo cuando acabé la última estaba jadeante pero a la vez bastante vigorosa por el logro obtenido, Ryuji siguió corriendo con aquel atardecer de fondo. Tras varios minutos comenzó a caminar puesto que parar en seco no era una gran solución. Estaba bastante cansado, de hecho, su respiración estaba bastante agitada. Le tendí una botella de agua que se la echó por la cabeza.
-¿Sabes? Cuando era la estrella del equipo de atletismo, solía ser un senpai. - Fardaba orgulloso. - Me llamaban el corredor profesional Sakamoto, la gente me ponía cartas en la caja de zapatos y me esperaban para ir a comer carne después de correr. Eso me trae recuerdos.
-Era una buena época sí... - Solté inconscientemente mientras miraba el atardecer. - Sin miradas furtivas, sin prejuicios... La 'créme de la créme'. Pero si te soy sincera, prefiero el ritmo de vida que llevamos ahora.
-No te lo voy a negar, ser Phantom Thieve es... Es... - Su entusiasmo no podía expresarse con palabras.
-Tranquilo Sakamoto-Senpai. - Bromeé. - No querrás caerte en mitad de la carrera. -Me senté en el bordillo para descansar las piernas.
-¡Eso no va a pasar! - Me aseguró.
-Que sí... Vicecomandante, ante todo te cubriré las espaldas. - Se rascó la cabeza mientras se sentaba a mi lado.
-Por cierto _____, tienes que decirle al profesor que vas a tomar el examen sino te pondrá el suspenso directo. - Comentó con un tono calmado. - ¡Hablando del rey de Roma! - Por casualidad salía a toda prisa nuestro profesor de educación física, como la mayoría de profesores de educación física era un poco rechonchete y con gafas. Sin previo aviso Ryuji me cogió de la muñeca para poder darle alcance lo antes posible.
-¡Espera, Ryuji! - No me escuchó, cuando tenía la idea en la cabeza era difícil cambiarle de parecer.
-¡Profesor, profesor! - El aludido se dio la vuelta un poco molesto, se notaba a simple vista que llevaba prisa.
-¿Sakamoto? ¿Qué quieres ahora? - Preguntó. Cuando posó su mirada en mí me miró de arriba a abajo. - Así que Akechi ¿eh?
-Venga dilo... - Me susurró el rubio.
-Yo... - Tartamudeé. - ¡Quiero hacer el examen de educación física! Quiero hacer un examen final, uno que me permita reiniciar mi nota.
-¿A qué viene tanto interés? Nunca has querido prestar atención a la clase de educación física.
-Le pido una última oportunidad, me he puesto en forma junto con Ryuji para poder sobrepasar mi condición física. Quiero aprobar educación física por primera vez en esta escuela.- Solté sinceramente. - Quiero cambiar mi perspectiva sobre que el ejercicio era algo imposible para mí.
-Entiendo... - Pensativo posaba su mano en la barbilla. - Está bien, te daré una oportunidad más, no la desaproveches. - Me avisó. Cuando desapareció por la calle principal salté de alegría. Esta conversación debía tenerla tarde o temprano en su sala de profesores, el hecho de tener un apoyo a mi lado también influyó bastante en las consecuencias.
Tras aquel pequeño momento de alegría nos sonó el móvil a ambos, no era coincidencia, se trataba del grupo de los Phantom.
Al parecer Ren y Makoto se encontraron con Haru. Le ofrecieron entrar en la banda e indagaron el motivo de sus aspiraciones para ser una ladrona: Al parecer quería salvar a su padre. En cuanto a Morgana se lo encontró cuando vio inesperadamente un gatito desolado por la calle. La proximidad de personas cuando se activaba la entrada al Metaverso era una repercusión muy grave que tendríamos que tener en cuenta desde ya.
Al día siguiente nos dirigimos a Mementos después de clase, Makoto propuso que esperáramos a aquella pareja puesto que inexplicablemente se estaban resolviendo peticiones en el foro de los ladrones sin una votación unánime.
-Te vas a disculpar en cuanto Mona vuelva. - Exigió Panther.
-Ya he tenido esta conversación con Phoenix, no hace falta que me lo repitas. - Gruñó Skull.
-Tenemos que estar pendientes de la bella ladrona. - Puntuó Queen.
-No tiene mucho poder... Créeme. - Hablé. Mi enfado con Mona perduraba, menos mal que unas horas alejado de él hizo que recobrara la paciencia en la mayor medida de lo posible.
-Así que haremos una vigilancia por aquí. - Analizó Fox mientras enmarcaba con sus dedos cada rincón de la entrada de Mementos.
-¡Será mejor que nos preparemos para una larga jornada! - Se entusiasmó Oracle. Estuvimos esperando varios minutos pero la paciencia para algunos era ínfima, casi inexistente...
-¿¡Se van a presentar hoy?! - Se quejó Skull. - Es decir, ¿Qué hora es?
-¡Espera un momento! - Gritó Fox al gato y a la chica que pasaban por la entrada.
-¡Estáis perdiendo el tiempo bastante! - Molesto habló Mona. Ahora recuerdo por qué andaba irritada con aquel gato.
-¿Tenéis negocios con nosotros? - Preguntó Haru.
-¿Habéis sido vosotros los que habéis cumplido las peticiones de la web de los Phantom? - Preguntó Queen. - ¿Incluso estáis dejando comentarios? Sería conveniente que no los aceptárais tan a la ligera. - Avisó.
-La policía puede rastrearos sencillamente, sobretodo con una IP bastante reconocida en el mundo de las altas fortunas. - Comenté. - Si eso pasa, todos estaremos en un riesgo bastante... Considerable.
-¡Esa no era nuestra intención! - Se asustó la mosquetera. - Pero eso sería mi culpa... No soy muy buena con las máquinas... Lo siento mucho. - Se disculpó. Hablar con Haru era como hablar con un ángel, no te podías enfadar con ella.
-¿¡Por qué te disculpas!? - Saltó Morgana.
-Nos lo dicen por nuestro buen, es de bien nacido ser agradecido.
-¿Por qué no pones por delante todo lo que nos ha ocurrido en el pasado? - Propuso Queen al gato que estaba enfurruñado con los brazos cruzados.
-Entonces... ¿Estáis aquí por mí? - Susurró Mona. - ¿Me necesitáis después de todo? ¿Es eso?
-Eres vital para nuestro equipo. - Intentó Joker convencerle.
-¿En serio? - Le quitó importancia el rubio.
-¡Ryuji! - Le llamé la atención en un susurro.
-Nosotros también lo sentimos Morgana, no habíamos acogido tus sentimientos como es debido. - Arrepentida bajaba la cabeza Ann.
-Lady Ann...-Susurraba Morgana.
-Chicos ¿No tendríamos que usar nombres en clave? - Se preocupó Haru.
-Ryuji no sabía lo que decía..., quería pedirte disculpas. - Continuó Panther. Prestamos atención al rubio que parecía nervioso por ser el centro de atención.
-Bueno, es como... Que fue error mío. Es decir, me da igual si no eres humano o si eres inútil ¿sabes? - Quisimos hacer todos un 'facepalm', y eso que de camino a casa estuvimos ensayando métodos para que Skull le pidiera disculpas a Mona de la manera más amable posible.
-Qué idiota... - Suspiró Oracle.
-Todo lo que dijo Ann fue hecho trizas. - Recalcó Fox.
-¿Así que es eso? ¿Para vosotros solo soy un inútil gato? - Se mosqueó Mona.
-Sería bueno que dejáramos acabar la frase... - Opiné.
-Os lo tenéis muy creído pero ¿podréis sostener ese argumento? - De repente se transformó en Furgoneta. - ¡Intentad atraparme entonces! ¡Sube bella ladrona! - Se montó sin dudarlo. - Si no podéis hacer esto, ya podéis olvidaros de mí. - Se fue en dirección a Mementos.
-Y por ahí se van... - Dije mientras les observaba irse.
-¿¡Pero ese gato sabe cuánto nos ha hecho esperar!? ¡Adelante, haremos ésto! - gritó el rubio tomándolo como un desafío, se fue corriendo a perseguir al gato.
-¡Pero será posible! - Se sorprendió Queen. - ¡Ésto no es a lo que hemos venido!
-Nos encontramos en Mementos, en uno de los largos laberintos persiguiendo a un gato con la rabieta de un niño de cinco años... - Me quejé.
-¡Oracle, Phoenix, rastreadlos! - Exigió el líder. Yo al frente seguí el poder de la persona Zoro que tenía Mona mientras Oracle analizaba las posibles rutas. Pudimos llegar a una zona sin salida.
-¡Estás atrapado ahora! - Vociferó Oracle.
-¡Hmph! Qué ingenuos ¿En serio creéis que me habéis capturado? - Se burló la furgoneta. Sin previo aviso aceleró para intentar atropellarnos.
-¡Cuidado! - Resaltó Skull.
-¡En serio! ¿¡Qué narices le hemos hecho para que nos intentará atropellar!? - Se ofuscó Panther.
-¡Dejad de quejaros y vamos a por él! - Ordenó Makoto.
De nuevo se metió en un callejón sin salida.
-¡Bien, le hemos atrapado! - Gritó Fox.
-¡Mona! ¡¿Vas a escucharnos?! - Intentaba razonar Panther.
-¡Que os calléis! ¡Que no quiero hablar con vosotros! - Se mantenía encerrado en su propia burbuja. De repente aceleró de nuevo intentando atropellarnos.
-¡Así no acabaremos nunca! - Resalté. De pronto unos estrepitosos ruidos resonaron por todo el lugar.
-¿Qué ha sido eso? - Preguntó Panther.
-Viene de por ahí. - Señaló Oracle el lugar con el dedo. - ¡Vayamos a mirar! - Joker corrió lo más rápido que pudo para llegar lo antes posible a un cruce, la furgoneta estaba tendida en el suelo cuando llegamos.
-¡Ese idiota se ha estrellado! - Gritó Skull.
-¿Alguien puede explicarme cómo? No hay obstáculos en los alrededores y ha ido en línea recta. - Recalqué.
-Phoenix, calladita. - Me ordenó Queen.
-¡Mona! ¿Estás bien? - Quiso saber Oracle. Cuando le socorrimos se transformó a su su forma de gato.
-¡Tienes que escucharnos Morgana! - Exigió Skull.
-No tengo nada de qué hablaros. - Se defendía el gato.
-No es necesario seguir siendo cabezota... Eso no lleva a nada bueno. - Recalqué.
-No puedo rendirme de esta forma, tengo que proteger mi orgullo. - Explicó.
-Oye ¿Qué es eso de ahí? - Preguntaba Haru mientras señalaba a un punto en concreto, todos se giraron menos yo que observaba con determinación la transformación de Morgana y su huida con Haru.
-¡Vaya...! - Se deprimía Panther.
-Hemos caído en el viejo truco... - Se redimía Fox.
-En fin, regresemos, ya no hay nada más que hacer aquí. - Sentencié mientras me dirigía a la salida de Mementos, mis compañeros me siguieron por detrás un poco decaídos por no haber logrado el objetivo.
-Maldito Morgana...-Susurraba Ryuji entre dientes.
Aterrizamos en las calles de Shibuya, la gente seguía sus pacíficas vidas y nosotros intentando traer de vuelta a Morgana, pensaba que la larga jornada había terminado, sin embargo, no pude ignorar unos gritos de ayuda.
-¿Escucháis eso? - Pregunté.
-Es como si... Morgana estuviera en peligro. - Concordó Ann.
-¡Hay que encontrarlo y rápido! - Ordenó Ryuji.
En grupo nos adentramos a un callejón donde provenía la voz de Morgana que se iba debilitando poco a poco, de pronto encontramos a Haru y a otra persona bien vestida y repeinada que miraba a Morgana, el cual, estaba malherido en el suelo.
Aquel hombre estaba llevándose a Haru por la muñeca y Morgana estaba cada vez en peores condiciones, cuando atiné la vista lo reconocí de inmediato. Era el supuesto esposo de Haru, al parecer aquella información que busqué sobre él y viendo sus actos de ahora, me llevaron a la conclusión de cuán era su veracidad.
-¡Por favor..., déjame ir! - Exigía Haru.
-¡Okumura-san! - Gritó Makoto viendo su prometido nuestra presencia.
-¡Mona! - Alzó la voz Futaba quién lo puso en su regazo a salvo.
-Por favor... Salvad a Haru... - Soltaba en pequeños maullidos. Ryuji quiso actuar pero lo detuve en el acto.
-No recurramos a la violencia. - Solté.
-Pero este hijo de... - Explicó Ryuji.
-¡Ryuji! - Le llamó la atención Ren, esto hizo que parara sus actos. A continuación me puse al frente de todos para poder hablar con aquel repeinado que tenía delante de nuestras narices.
-Eres Sugimura ¿Verdad? - Aquel muchacho no se esperaba que alguien le reconociera. - Hijo de padres ricos, de buen lustre y bastante egoísta, haces todo lo posible para conseguir lo que quieras sin pensar en las consecuencias... Creo que sería bueno que soltaras a mi amiga si no quieres que algunas acciones tuyas salgan a la luz y te arruinen tu imagen o lo que es peor... la imagen de tu compañía. -Aquel personaje se echó para atrás junto con sus maquiavélicas intenciones de dañar a Haru, finalmente la soltó.
-Así que éstas son las personas con las que has estado juntándote ¿eh? Pienso decírselo a tu padre verás cómo se lo toma.
-¿Vas a seguir hablando o quieres que ponga unos párrafos más a tu historial? -Le pregunté firme, mi determinación hizo que diera otro paso atrás y se fuera por donde había venido.
-Será mejor ir al Leblanc. -Declaró Ann quien miraba con preocupación a Morgana que estaba en una situación lamentable. Escuché a Haru agradecerme por detrás.
-No te preocupes, no puedo hacer caso omiso ante situaciones así. -Le expliqué. -Si te vuelve a molestar, ya sabes donde encontrarme. -Le transmitía tranquilidad.
Llegamos al Leblanc, Ren puso una mesa en medio para poder depositar a Morgana y de ese modo curarle con mayor facilidad las heridas, el gato no paraba de retorcerse por el dolor. Haru, sin embargo, se había quedado dormida en el sofá. Tras los mútiples quejidos del gato por fin terminamos de curarlo y Haru despertó.
-Perdonad... Me he dormido. -Declaraba con aquella dulce voz.
-¿Has descansado lo suficiente? -Preguntaba Makoto preocupada, en aquel momento Mona se miraba cabizbajo.
-¿Mona? -Le llamaba Haru.
-De todos modos, es como os he contado antes, no puedo dejar que os juguéis la vida por alguien tan inútil como yo. -Explicó Morgana. -Para se francos, ni si quiera sé si volveré a ser un humano. Esto no es un trato justo por eso pensé que debíamos seprarnos.
-¿Quién ha dicho que somos ladrones de corazones solo por ti? -Intervino Yusuke. -Yo me uní para expandir mis horizontes.
-No tienes por qué evitar la situación. -De nuevo el pesimismo invadía a Morgana. -Nos vamos a separar.- De pronto Haru puso a Mona en su regazo.
-Deberías dejar de mentir. -Declaró. -¿Te acuerdas de lo que dijiste cuando te encontré colapsado en el Metaverso? Que eres un ladrón fantasma y que ibas a ser más fuerte para que los demás te reconozcan. Te gusta estar aquí ¿Verdad? -Le preguntó mientras le achuchcaba. Se zafó como pudo el gato para volver a ponerse de pie encima de la mesa.
-Por supuesto que no. -Negó.
-Yo me estaba mintiendo a mi misma también. -Declaró Haru. -Pero cuando formé un contrato con mi persona lo entendí todo..., hacer esto porque mi padre estaba haciendo algo horrible era hablar de una manera superficial. La verdad es que...
-No quieres casarte ¿verdad? -Cuando dije aquellas palabras me miraron sorprendidos.
-No...
-¿Cómo que casarte? -Fue Ann la primera en preguntar.
-Él es mi prometido, mi padre quiere que me case con él para beneficiar a la empresa pero... Es como dice _____-chan..., no quiero casarme con él. Pensaba que los adultos al tomar decisiones nunca se equivocaban y fui una estúpida, estaba atada a nociones vagas y permanecía callada ante mi matrimonio. Pero no lo toleraré más ¡No toleraré más a ese cretino!... Así es como me siento. -Sentenció en un suspiro, aquella mirada dulce se dirigió al gato.
-¿Por qué me miras a mí tan repentinamente?
-Mona ¿Cuál es la razón por la cual insistes en convertirte en humano? -Preguntó Haru.
-Pues..., al principio pensaba que este equipo era solo temporal hasta que recuperara la memoria. -El gato me dirigió una mirada. -Pero no estaba haciendo ningún progreso en encontrar el qué soy o por qué he nacido, esa angustia poco a poco me consumía y quiero confesar que al encontrar a _____ me hizo sentir aliviado. Teníamos el mismo problema pero notaba que ella hacía progresos y yo... me quedaba atrás. No fue justo decirte eso en el Metaverso así que... Lo siento. -Le miré acatando sus palabras pero su discurso no había terminado. -Quería también una razón por la cual quedarme en los Phantom, no tengo a nadie a quién salvar, a quién vengar... Algo como yo no tiene motivos para estar aquí. -Confesó. -Es por eso que para mi... este equipo es....
-¡Venga dilo, no te cortes! -Le animó Ann.
-¡Es el único sitio al que puedo pertenecer! ¡Quiero permanecer aquí para siempre! -Soltó.
-Eso fue refrescante... -Admiró Yusuke.
-Deberías haber dicho eso desde el principio. -Suspiró Ryuji.
-Pero si seguís conmigo nunca sabréis a qué tipo de problemas nos enfrentaremos. -Intentaba escabullirse Morgana.
-Esa es la experiencia de ser un ladrón fantasma . -Hablé. -El cansancio de ir de un lado para otro en los palacios, encontrar enemigos cada vez más fuertes, fortalecernos en equipo, apoyarnos en equipo, conseguir reformar la sociedad. Se necesitan riesgos para fortalecernos Morgana, no todo va a pedir de boca en ocasiones. -Razoné. -En cuanto a las disculpas, las acepto, intentaré ayudarte en todo lo que pueda a recuperar tu memoria. -Declaré. -Al igual que todos los aquí presentes.
-¡Espero que estéis seguro de todo esto!
-Nosotros queremos quedarnos contigo Morgana. -Se sinceró Ann.
-Entonces.... Bueno... -Comenzó a decir arrepentido. -Siento haberos preocupado y las cosas que hice que Haru os dijera. Este es el lugar donde pertenezco, lo tengo claro. Intentaré trabajar duro para pagar mis deudas, es tarde para cancelar nuestro contrato ¿Entendido? -Se dirigió a Ren.
-Hagámoslo juntos. -Declaró el líder.
-Bueno... ¿Al final dirías que nuestro encuentro fue predestinado? -Propuso Ann.
-¡Eso es! ¡Encuentro! -Concordó Morgana. De pronto Ryuji miró el móvil.
-¡Oh mierda! ¡El último tren sale dentro de poco! -Sobresaltado dijo el rubio.
-Tengo que irme también. -Dijo Yusuke quien se levantaba de la silla.
-Ya somos tres. -Hablé.
-Continuemos esto otro día. -Propuso Makoto.
-Yo... -Comenzó a decir Haru que tímidamente quien no sabía a dónde ir.
-¡Quédate aquí con nosotros! -Le propuso Futaba. -Yo me encargaré de los preparativos.
Nos fuimos del Leblanc tras sus palabras, esta vez iba a ir en metro, no me arriesgaba a salir por la noche a aquellas horas.