Llegamos a casa de Ren. Cuando comenzamos a huir de aquellas sombras nos dispersamos por todos lados y salimos cada uno por nuestra cuenta para que que no nos pillaran a todos a la vez, gracias al entrenamiento de Ryuji llegué más lejos que la última carrera que hice, cuando pude salir del palacio me dirigí al Leblanc.
-Hey ____. - Me daba la bienvenida Ann. Estaban también Futaba, Yusuke, Makoto y Ren que acababa de llegar.
-No me había sentido tan exhausto desde que desperté por primera vez a mi persona. - Se quejaba Yusuke que estaba sentado en una silla.
-¿Qué has estado mirando desde hace rato? - Preguntaba Ann a Makoto molesta porque estaba todo el rato con el móvil.
-Lo siento, no me gusta esperar. - Se excusó. - Al parecer las noticias de Okumura se han avivado. - De repente entró por las escaleras el rubio que estaba agotado de correr.
-¡Maldita sea! ¿Por qué narices solo me perseguían a mí? Esto es por culpa de la bella ladrona que abrió esa estúpida puerta. -Se desahogaba. No le culpo, aún seguía bastante molesta con Mona por su comportamiento.
-Esa puerta tiene un escaner biológico. ¿Cómo es que pudo abrirla? - Pensaba Futaba en alto.
-Porque ella es familia del CEO. - Respondí molesta.
-¡¿Qué?! - Me miraban sorprendidos.
-¿No la reconoces Makoto?
-Yo... Bueno... - Tartamudeó.
-Estuvo con nosotros en Hawai también... Al principio pensaba que me confundía, pero el tono de voz, su inocencia y el escaner lo desvelaron todo. Ella es Haru Okumura. - Sentencié. - Además su frente es... característica.
-¿Es una amenaza? - Insistió Ren.
-No puede usar su persona, aún no... Puedo distinguir en el Metaverso la fuerza de una persona. Cada persona requiere de una energía mínima y Haru no la tiene.
-¿Nos habrá traicionado Mona? - Salió Futaba.
-No lo creo... - Respondió Ren.
-Opino lo mismo. - Correspondió Makoto. - Si lo hubiera hecho, nos habría amenazado con por ejemplo exponer nuestras identidades.
-En todo caso ¿Cómo es que Morgana está relacionada con ella? - Preguntó Ryuji.
-Algún encuentro inesperado, no lo sé. - Repondí.
-Por cierto. - Interrumpió Makoto. - Mañana haremos trabajo escolar... Todos, tenemos que pasar desapercibidos al menos por unos días para que la policía no note nada sospechoso, mañana os quiero ver en la sala de delegados.
-Futaba y yo intentaremos buscar información sobre comidas Okumura. - Declaró Yusuke. - Podríais comprobar si es ella en la escuela.
-Eso es lo que quería decir, _____ sabe quién es, con las fotos que hay en la sala de la delegación podrían confirmar lo que nos ha dicho.
-Entendido, entonces mañana todos a delegación - Suspiró Ann. - En fin vámonos, _____ ¿Te vienes? - Preguntó Ann mientras Ryuji y ella recogían sus cosas.
-Tengo que hablar con Ren de algo importante, otro día será, además voy a ir andando, necesito despejar la mente unos momentos.
-¿Seguro que estarás bien? La noche no es muy segura últimamente. - Se preocupó Makoto.
-Podemos esperarte si quieres. - Se ofreció Yusuke.
-No os preocupéis, estaré bien. - Le sonreí a todos para que se quedarán tranquilos.
-Entonces nos vemos mañana en la delegación. - Gritó con optimismo Ryuji que salía caminando del Leblanc.
Cuando todos se fueron y las habladurías se desvanecieron me senté en la silla en la que Yusuke se sentaba para poder descansar las piernas.
-¿Te sirvo algo? - Me preguntó Ren a punto de bajar a la barra.
-No hace falta, me voy a ir de inmediato, es bastante rápido lo que te voy a decir pero me gustaría que los demás no lo supieran aún. - Ren se sentó en su cama y fue todo oídos.
-Adelante, te escucho.
-Creo que mi hermano nos tiene en el punto de mira, hace días que no sé de él y cuando se comporta de manera evasiva significa que su caso está a punto de resolverse. El caso que ahora investiga no es más ni nada menos que nosotros: los ladrones de corazones.
-¿Es por eso que estabas nerviosa al entrar cuando Makoto dijo sobre activar el navegador? - Asentí con la cabeza. - ¿Y tienes algún plan?
-Hay una pequeña probabilidad de salvarnos, mi hermano tiene tendencia de ir directamente al meollo de la cuestión cuando tiene a su presa entre la espada y la pared, sin embargo, no ha hecho ningún movimiento.
-¿A dónde quieres llegar?
-Mi hermano trama algo, aún no sé el qué, me cuesta un poco más que a los demás seguirle en sus pensamientos... Pero eso no significa que nunca los acabe sabiendo. En un futuro, que espero que sea muy lejano nos pedirá algo a cambio de no desvelar a la banda.
-No creo que eso acabe ahí ¿verdad?
-Solo he conseguido llegar hasta ahí. - Ren asintió mientras se ajustaba las gafas. - Propongo que actuemos con naturalidad.
-Eso implicaría que la banda quede expuesta. - Seriamente dijo el líder.
-Lo sé, pero es peor cambiar nuestra rutina. Detecta con mucha facilidad cuando algo o alguien ha sido visto, es por eso que es mejor que nos pille, una vez que nos diga lo que quiere actuaremos en consecuencia. - Dije segura.
-Está bien, lo haremos a tu manera, lo único que quiero es que no se vea perjudicado alguien del grupo. - Asentí con la cabeza.
-Tranquilo, buscaré la mejor solución para no perjudicar a nadie. - Con esto me levanté para recoger mis pertenencias. - Me voy ya, eso era lo que te quería comentar, siento no haberme dado cuenta antes.
-Tranquila, está bien. La verdad es que tu hermano pasa mucho por este café y noto a veces que nos quiere acorralar, intentaré disuadirlo lo más que pueda mientras se toma un café. - Sonreí ante su propuesta.
-Juega al ajedrez, al parecer escucha mejor en situaciones de concentración. -Ren asintió con la cabeza y con una despedida salí del Leblanc.
Refrescaba por la noche, la luna llena estaba en lo alto y el viento azotaba los árboles, ajustando mi coleta de caballo y un suspiro me dirigí a casa.
-Has tardado mucho.
-¿¡Ryuji!? - Pregunté sorprendida, encontrármelo de repente hizo dar un vuelco a mi corazón, necesitaba preparación mental para verle y que apareciera de manera abrupta hizo que tartamudeara un par de veces. - ¿Qué haces aquí? Te dije que te fueras a casa.
-El problema era Ann... Dijo que no me lo perdonaría si regresabas a casa sola, además dijo algo de que te haría mucha ilusión. - Ann iba acabar conmigo con estas cosas. -¿A qué se referirá? -Murmuró. -Venga vamos, que nos queda mucho trayecto si nos vamos andando. - Suspiró.
Caminamos por la calles de Tokio, los transeúntes no paraban de ir de un lado para otro a pesar de ser tarde, Tokio no dormía.
-Y... ¿De qué has hablado con Ren? - Preguntaba el rubio que miraba al frente.
-Era información sobre mi hermano... Todo va sobre ruedas. - Le mentí, no quería preocupar a nadie, además si se lo contaba a Ryuji y se da el caso de que mi hermano nos pilla, él no es un buen actor al igual que cierta rubia que me sé.
-Entiendo.... - Comentó en un susurro. - ¿Y qué tal estás... Con respecto al palacio?
-Yo... Pues.. - Me di cuenta en ese entonces de los recuerdos que tuve en el palacio, de hecho le dije a Ryuji que se lo contaría en cuanto volviéramos. - Me vino una imagen a la mente en cuanto observé a aquel pobre robot desplomándose.
-¿Qué imagen? - Curioseó.
-Estaba haciendo mi tarea o algo, no recuerdo muy bien el qué, justamente pasaba por mi lado un niño que portaba unos papeles en la mano, estaba temblando, tenía miedo y tenía la mirada vacía... Como todos. - Declaré, me paré en seco al decir la última frase.
-_____¿Estás bien? - Se aproximó a mi lado, menos mal que estábamos en un callejón.
-Como todos... - Repetía mientras tocaba mi cabeza. Unas bocanadas de aire fueron suficientes para calmarme. - Perdona, estaba a punto de recordar algo pero... Creo que no he podido.
-Tranquila, estoy aquí por si te mareas o te pasa algo. - Se preocupaba. Era muy tierno cuando se preocupaba por los demás, siempre ha sido así, cuando se trataba de sus compañeros los defendía a muerte a pesar de no saber la situación actual.
-Como te iba diciendo. - Seguía mientras reanudamos la marcha. - Ese niño colapsó y se cayó al suelo... Lo último que recuerdo fueron miradas posadas sobre él y unos señores que se lo llevaban a rastras.
-¿Cómo eran los señores? ¿Recuerdas sus caras? - Preguntó como si fuera la clave del asunto. Hice lo que me pedía, intentaba indagar sobre mis recuerdos, aquellos hombres, aquel lugar, aquellos niños con mirada vacía...
-Los señores... - Comenté mientras intentaba recordar. - Los señores y... Todo parecía estar en blanco y negro...-Comenté en un susurro. - Blanco... - Dije de nuevo...-Los señores iban de blanco.
-¿Eran doctores? Dijiste que tenías cicatrices, a lo mejor fueron ellos los que te las hicieron. - Intentaba ayudarme, comenzaba a sentir un punzal en mi cerebro que no permitía que me acordara de más, al notar aquello, Ryuji paró. - No pasa nada, por lo menos has podido recordar algo más. - Decía positivo. Asentí con una sonrisa, el punzal se iba desvaneciendo a medida que el viento golpeaba mi rostro y la tranquilidad que se respiraba nos invadía. Por fin llegamos a mi casa.
-Gracias por acompañarme Ryuji.
-No es nada, no podía dejarte sola con los tíos que hay de noche.
-¿Te has cruzado con unos travestis que están en Shinjuku? Parecen muy amigables, de hecho se dedican a...
-¡No los he visto en mi vida! - gritó Ryuji horrorizado.
-Ryuji... No me digas que te va ese rollo. - Solté preocupada para picarle.
-Que no es eso, lo juro, ellos fueron los que me secuestraron y Ren y Morgana me dejaron abandonado junto con ellos...
-Pero si me dijiste que no los habías visto. - Recalqué. Se calló y miró a otro lado. Ante tal momento me reí.
- Oye ¿Sabes lo que he sufrido yo? ¿Sabes lo que es estar con esos tipos? - Mis risas pasaron a carcajadas. - ¡No puedes reírte! - Era imposible tomarle en serio en esa situación, ante mi continua carcajada que no tenía pinta de parar el rubio se unió a mí. Es la típica risa floja. - Me alegra haberte hecho reír. - Ante tal confesión me puse roja. -Siempre estás seria y con preocupaciones, reírse de vez en cuando nunca viene mal. Nos vemos mañana mentora. - Me dijo mientras retomaba su camino. Con tartamudez le devolví la despedida y una vez hecha entré a mi casa.