El día de antes fuimos de compras Ann, Makoto y yo. Quería demostrarme que había superado mis demonios y que había aceptado las marcas que mi pasado me había dejado. La razón por la que no me gustaba hacer educación física y sobre todo el verano provenía de estas marcas que me dejaron magullada durante mucho tiempo tanto física como mentalmente. La primera vez que tuve que cambiarme en el otro colegio con las niñas, me miraban con unos ojos de juicio que me aprisionaban por dentro. Fue aquella la primera y la última vez que hice educación física a pesar de tener buena base en cuanto a artes marciales se trataba.
Cuando Ryuji me animó a volver a ponerme en forma tuve que aceptar que ese pensamiento tenía que quitarse de mi cabeza por completo, y aquí estaba, buscando bikinis de mi talla. Normalmente lucía bañadores, sin embargo Ann me insinuó que a los chicos le gustan las carnes, cuando me lo dijo me precipité a la zona de bikinis del centro comercial. Ya no sé si era por mi o era por Ryuji en cuanto a cómo me vestía, quería que se fijara en mi, pertenecíamos al mismo equipo y todo eso pero tenía que ponerme en serio si quería llamar su atención y de ese modo que dejara de soltar barbaridades de otras chicas. Pero eso era complicado lo mirara por donde lo mirara.
Llegamos al Leblanc, allí estaban sentados en una de las mesas los chicos, Ann iba cargada con millones de bolsas, parecía ser su día a día, Makoto y yo la seguimos detrás y en cuanto a Futaba, el jefe nos dijo que estaba arriba esperando.
Me precipité a sentarme al lado de Yusuke que estaba enfriando sus manos alrededor de un vaso de agua con hielo.
-¿Qué tal ha ido? - Me preguntó.
-Hemos recorrido la misma tienda 40 veces.-Respondí. Ryuji sonrió.
-Estás hablando de Ann ¿Qué te esperabas?
Comenzaron a sonar voces en el piso superior, Ann y Makoto se habían adelantado para ponerle los bikinis a Futaba, parecía estar agonizando , además de eso soltaba indirectas a las cuales los chicos les hizo sonrojar en un par de ocasiones.
-Será mejor que vaya para saber qué están haciendo. -Incómoda subí a la habitación de Ren.
Un calor de más de cuarenta grados hacía en la playa, fuimos a un vestidor para poder ponernos el bikini y no tenerlo pegado por el sudor durante el trayecto. El lavabo podía mejorar su aspecto... Pero no quedaba otra. Ann salió con su bikini floral, Makoto con uno blanco, Futaba con uno amarillo y yo con un bikini negro. Dudé en salir, me sentía vulnerable pero tenía que hacer frente a mis miedos, no podía quedarme de brazos cruzados y dejar que los juicios de la sociedad me consumieran. Tomé una fuerte bocanada de aire y salí junto con mis gafas de sol.
El sol iluminaba mi rostro, casi no podía ver lo que había en frente de mí. Distinguí a Yusuke que llevaba una chaqueta, Ren vestía al igual que Ryuji con un bañador, el del primero era azul y el del segundo era de color rojo. Ann y Makoto sonreían y Futaba estaba detrás de Ren erguida y aún con un poco de dudas.
Yusuke me enmarcó entre sus largos y finos dedos.
-Belleza en toda regla.
-¡Ahora que estamos todos es hora de coger sitio en la playa y pasárnoslo en grande! -Gritaba Ryuji de par en par animado.
Echamos una partida al voley-playa, Futaba quiso ser árbitro así que le dimos ese placer, Makoto Ann y yo contra Ren,Yusuke y Ryuji.
-¡Nada de contenerse! -Decía el rubio mientras sacaba desde atrás.
No fue un partido muy igualado, digamos que las técnicas de Aikido de Makoto dejaban atontados a todos los presentes, estuvo a punto de arrancarle la cabeza a uno de sus contrincantes si no fuera porque se apartó a tiempo.
Estuvimos buceando y flotando sobre la playa un buen rato, de hecho Yusuke me aseguró que había visto un gran número de corales y arrecifes en una zona rocosa de la playa.
Los peces no paraban de nadar de una lado para otro, de hecho Ryuji quiso alcanzar uno que parecía embobado, pero el tiro le salió por la culata cuando absolutamente todos se alejaron de él sin previo aviso. Me quedé mirando a Futaba que estaba mirando el cielo encima de una colchoneta inflable y sin previo aviso me encontraba bajo el agua. Por la espalda me atacó Ann que con ayuda del otro rubio se las ingeniaron para hacerme una ahogadilla, salieron corriendo en cuanto les perseguí. Makoto se divertía con la situación, de hecho sin que se diera cuenta me posicioné justo debajo para que sufriera lo que sufrí yo en su momento, no sé si hice lo mejor o cometí el peor error de mi vida ya que la miss presidenta del consejo no pareció hacerle mucha gracia... O eso me decía su rostro de asesina en serie.
Después de un tiempo descansamos en la playa, comimos de todo menos saludable sobretodo Futaba que se llevó de casa su ramen instantáneo.
-¿Y bien ahora qué hacemos? -Preguntaba el rubio entusiasmado del próximo movimiento.
-Nosotras hemos alquilado una "banana" -Soltó Ann.
-Espera... ¿Sin nosotros?
-Lo siento, pero solo eran 4 plazas, de hecho es hora de que vayamos yendo. -Seguimos las indicaciones de Ann y nos fuimos con ella a la banana.
Futaba no hacía más que caerse a pesar de estar en primera fila, Ann quiso tirar a Makoto sin éxito, de hecho fue ella quién acabo con las coletas hundidas, yo fui después con ella, al parecer Makoto seguía resentida por lo de antes. Después de una intensa hora llegamos a la orilla cansadísimas, fuimos a donde deberían estar los chicos pero solo encontramos a Morgana que cuidaba las cosas.
-Se han ido a robar corazones. - Dijo indignado.
-¿Robar corazones? -Preguntó curiosa Futaba.
-Asumo que la idea ha sido de Ryuji. -Solté. -Voy a por unos smoothies ¿Alguien quiere?
-¡Yo uno de chocolate! -Soltó Futaba.
-¿Chocolate en pleno verano? Admiro tu atrevimiento Futaba-chan -Se reía Ann. - Yo uno de fresa.
-A mí no me apetece, muchas calorías he tomado ya. -Dijo Makoto.
-¿Hay de sushi?- Preguntó Morgana.
-Y de sardinas. -Bromeó Futaba.
-Puedo traerte de coco si quieres...-Propuse.
-_____-chan, eres más buena que los andares. -Se flipó Morgana.
Me dirigí al puesto de batidos, una cola tremenda me tocaba esperar, parecía interminable, de hecho unas cuantas personas se fueron por lo que tardaban... Por fin me tocó, pedí uno de chocolate, uno de fresa, uno de coco y uno de mango. Me lo dieron en un recipiente de manera que sería más sencillo cargar con los cuatro.
Desde que salí de aquel puesto tuve un mal presentimiento, noté que alguien me seguía. Al principio pensaba que era normal, había mucha gente, no dudaba que alguna que otra persona se dirigiera al mismo lugar que yo, sin embargo, las dudas comenzaban a disolverse cuando tras cinco letargos minutos seguían detrás de mí.
Mientras tanto Ann, Makoto y Futaba estaban siendo atosigadas por otros personajes que parecían sacados de un libro. Al parecer Makoto intentaban convencerles de que no estaban solas, que ya estaban siendo acompañadas. Los tíos muy pesados quisieron agarrar a Ann del hombro de no ser por Ren y los demás que aparecieron justo a tiempo.
-Creo que _____-chan está tardando mucho... -Se preocupó Ann.
-Dijo que iba a por unos Smoothies. Seguro que hay mucha cola en el establecimiento.-Intentaba ser positivo el rubio.
-Sería mejor que alguien fuese a echar un vistazo ¿Tú qué opinas? -Makoto preguntó a Ren que parecía pensativo.
-Ryuji ve tú. -Ordenó.
-¿Yo? ¿Por qué?
-¿Aún sigues sin pillarlo? -Suspiró Morgana.
-Tal y cómo dije: 0% encanto y gentileza. -Continuó Futaba.
-¿Darme cuenta de qué? ¡Y dejar de insultarme cuando os da la gana! - Se quejó.
Al final mis sospechas resultaron ciertas, acabé entre la espada y la pared por culpa de unos niñatos de unos años mayores que yo intentando persuadirme para que fuera con ellos. Uno era moreno y el otro era más pálido....parecía el conde Drácula.
-¡Eh chica!¿ Por qué no te vienes con nosotros a pasar un momento inolvidable?
-Lo siento pero estoy con unos amigos. -Me negué. Quise salir de allí pero esos cabezas huecas me tapaban la única salida que tenía.
-Apesar de estar llena de cicatrices tienes carácter.
-Una chica dura de roer... -Dijo su compañero.
-Por favor, solo quiero pasar. -Insistí. Sin previo aviso bruscamente me cogió del brazo para acercarme más a él. Su aliento apestaba a alcohol y gracias al cielo que pude guardar el equilibrio para que no se cayera ningún Smoothie.
-Tú te vienes con nosotros. -Exigió. El otro se puso detrás de mí cogiéndome de los hombros. Iba a darles una lección a los dos que jamás olvidarían sacrificando los Smoothies pero un rubio con cara de pocos amigos se nos presentó delante de nuestras narices.
-¿¡Se puede saber por qué narices no la habéis soltado aún!?
-Ryuji... -Murmuré.
-Tío... Tranquilízate... Ni que fuera tu novia. -Soltó uno. Al escuchar la palabra novia me sonrojé.
-Dejadla en paz u os juro que os mato.- En aquel momento pude apreciar la máscara de calavera de Ryuji, claro que fue fugaz, tan pronto como lo vi, tan pronto se desvaneció. Los chavales un poco molestos se dieron cuenta que aquel rubio iba en serio y que no querían problemas. Me dejaron marchar y justo cuando lo hicieron fui al lado de Ryuji. -¿Estás bien? - Me preguntó. -Podías haberles dado una paliza si quisieras.
- Si lo hacía los Smoothies correrían peligro. -Argumenté. Observó el envase curioso.
-De fresa,chocolate.... Coco...y el amarillo de qué es. -Pregunté.
-Mango. -Lo cogió sin preguntar y le pegó un gran sorbo.
-Es la primera vez que lo pruebo, no están mal. -Lo devolvió a su sitio y seguimos caminando hasta llegar donde los demás.
-_____, ¿Qué ha pasado? -Preguntó Futaba.
-Había una cola de mil demonios y además de eso me topé con unos mujeriegos que tenían ganas de fiesta. Menos mal que Ryuii llegó a tiempo.-Expliqué mientras les pasaba los Smoothies a los demás.
-Uuuh.... ¿Un rescate en el último momento? -Gritaba Futaba.
-Gran reunión príncipe azul.-Murmuraba Ann quién sonreía a Ryuji de manera pícara.
-¡No era para tanto! Hablaban más que hacían. -Se quitaba Ryuji importancia.
El atardecer se hizo presente, encontramos a Futaba de cuclillas al borde de la playa, al ver que no se movía cuando la llamamos decidimos acercarnos a ella. Se había quedado embobada mirando al frente y pensando en sus cosas. Justo al ponernos a su alrededor comenzó a hablar.
-Desde hace años he estado en una habitación encerrada sin tener contacto con el mundo exterior culpándome de la muerte de mi madre, gracias a vosotros he conseguido superar ese miedo, es por eso que quiero ayudar a los Phantom Thieves y que me ayudéis a descubrir quién fue el responsable de la muerte de mi madre. -Se erguió decidida.
-¿Segura que fue asesinada? -Preguntó Ann.
-Cada segundo que pasa tengo menos duda, además, ____me lo desveló en mi palacio. -Me miraba en busca de apoyo.
-Es verdad. No es normal la muerte de tu madre, ella murió a través del Metaverso. Lo poco que investigué me indicaba eso. -Expliqué.
-Entonces decidido, Futaba será nuestra nueva guía más útil que Morgana. -Exclamó Ryuji.
-¡¿Quieres pelear atontado?!
-¡Adelante! ¡Estoy preparado!
-¡No es momento para peleas! -Les detuvo Ann.
-Entonces si voy a formar parte de la banda necesitaré un nombre en clave... Acepto propuestas. -Comentó Futaba.
-No te andas con rodeos por lo que veo. -Pronunció Makoto. -¿Nave?
-Negativo.
-Googles. -Dijo Ryuji.
-Feo.
-Faraón.-Le dijo Ren.
-Me gusta pero no me convence.
-Que exquisita...-Decía Morgana.
-Miss detective ¿Alguna propuesta? -Preguntó la chiquilla.
-¿Qué te parece Oracle?
-¡Bingo! Me lo quedo.
-Entonces recojamos que ya se está haciendo tarde. -Dijo Makoto.
Aquel día fue el comienzo de un nuevo camino, pero mi camino iba a torcerse tarde o temprano, lo intuía en el fondo.