Juegos salvajes

By MariaRihers

171K 11.6K 2.1K

Lionel es un chico cuyo pasado lleva tatuado en su piel. Literalmente. Los errores de otros, más concretament... More

Prólogo
¿Compañeros de cuarto?
La fiesta
Sueño y realidad
Charla a media noche
La fiesta de bienvenida (Parte I)
La fiesta de bienvenida (parte 2)
Buenas noches
Resaca
¡Que comience el juego!
Primer día de clase
Un simple hola
Intenciones
Monstruo
Aléjate de él
Ojos negros
Desgastandonos
Al cuerno
Los ojos del dragón
¿Decisiones tomadas?
Amigos de la infancia
Mi lugar favorito en el mundo
Haciendo arder el cielo
Tentación constante
Gracias por quedarte
Lo haría por ti
Sentimientos
Sentimientos II
Niña desordenada
Carta blanca
Touché
Ojos rojos
Confesiones que liberan el alma
La destrucción de Lionel Eisen
Adelanto capítulo 36 (Leed "nota autora" del final)
¡Nota importante!
Relaciones
Nota :v

Me gustas

3.9K 289 43
By MariaRihers

Capítulo dedicado a Mika1232 Espero que te guste ♥️

Algo raro estaba pasando.

Tras el sexo mañanero, todo parecía ir bien, mejor que bien y ahora Lionel ni siquiera me miraba a la cara y no comprendo el motivo. Cuando nos separamos antes de ir a nuestras respectivas clases todo iba sobre ruedas y ahora lo único que hay es silencio. ¿Alguien me puede explicar que ha pasado? Porque juraría que no estoy loca. Aunque una loca diría eso así que no sé.

Por mi mente se pasaban infinidad de razones, el problema era que ninguna parecía demasiado lógica así que decidí ir directamente a la fuente del problema.

—Ya me cansé de esta situación, ¿Puedes explicarme que te pasa? —anduve hacia su cama y me crucé de brazos mientras que lo miraba con una de las cejas alzadas.

— ¿De qué estás hablando?

—De ti, obvio. Desde que hemos vuelto estás de morros y en silencio, sin ninguna picardía ni tontería que decirme. Y ni siquiera te atreves a mirarme a la cara —en cuanto dije esto último posó sus ojos en los míos. —Así que dime, ¿qué está pasando? Creía que todo iba bien.

—Iba bien —dijo aunque no parecía creérselo demasiado. —Va bien —corrigió pero sentí que no lo pensaba de verdad.

—Una de las cosas que me gustan de ti es tu sinceridad así que por favor, no trates de mentirme.

—Te vi con Pablo hoy —dijo tras varios segundos de puro silencio. —Estabais sentados juntos y tu le estabas sonriendo y...

— ¿A caso estás celoso, Lionel? —tuve cierto miedo de preguntar pues no sabía por donde atacaría con su respuesta.

—No me gusta que se acerque a ti. Y si eso te parecen celos entonces sí, Cleo, estoy celoso.

—Solo se acercó para disculparse conmigo por una cosa que ocurrió el otro día —intenté quitarle importancia. —Escucha, me contaron todo lo ocurrido con Mónica, siento mucho que tuvieras que pasar por aquello pero tarde o temprano tendrás que personarlo —conforme pronunciaba aquellas palabras me senté en un hueco que había en su cama y apoyé inconscientemente mi mano en su pecho.

—Te lo agradezco pero no se trata de Mónica, esta vez se trata de ti —habló decidido ignorando la parte del perdón. Creo que ni siquiera se plantea tal idea.

— ¿Por qué de mí? —bendita curiosidad apareciendo en los mejores momentos.

—Conozco a Pablo desde que tengo uso de razón, nos criamos juntos. Fuimos muy buenos amigos hasta justo antes de llegar a la universidad. En una fiesta de despedida que nos hicieron, me emborraché tanto que me acosté con su hermana. Se lo dije, dejé que me pegase un puñetazo para que se sintiera mejor y las cosas parecieron solucionarse. Pero entonces me enamoré de Mónica y nuestra amistad pasó a un segundo plano, sé que me equivoqué en eso pero lo cierto es que si pudiera viajar en el tiempo y decidir, tengo claro que decidiría cometer el mismo error —vi como tomaba aire para seguir con su explicación. —Tras Mónica hubo otras chicas que me gustaron, que estuvimos de algo y al final Pablo acababa metiéndose en medio. Entonces no quise saber nada de él y nos fuimos distanciando hasta que un día no podíamos mirarnos a la cara —contó Lionel con cierta dificultad incorporándose en la cama y mirándome directamente a los ojos.

—Me han hablado de esa historia, no tan detallado pero lo sabía. Lo que no tenía ni idea es de que te habías acostado con su hermana.

—Si, eso es algo de lo que me arrepiento desde hace mucho. Lo que pretendo decirte con esta historia es que es siempre que me gusta alguien él va a intentar destrozarlo y ahora que estás tu no quiero que eso ocurra.

— ¿Acabas de confesar que te gusto? —a pesar de tomármelo un poco de broma la idea de que Lionel me diga que le gusto hace que sienta mariposas en el estómago.

—Claro que me gustas ¿Qué te pensabas? —me sorprendió la seguridad de su voz y no pude evitar que una sonrisa se dibujase en mi boca. —Aléjate de él, Cleo, porque va a intentar destruir lo que sea que aun no existe entre nosotros y ese algo puede ser realmente maravilloso.

—Deja el tema Pablo, me acabas de decir que te gusto, tu, el chico que me llama ''grano en el culo''.

—El mismo, en carne y hueso.

—Tú también me gustas —dejé que aquellas palabras salieran de mi boca sin siquiera plantearme los pros y los contras que acarrearía. —No es como si me muriera por tus huesos pero si lo suficiente como para poder tolerarte.

—Es un gran avance para los dos —me atrajo a él haciendo que me sentase sobre sus piernas. —Empezamos encendiendo el fuego en aquella fiesta, apagando la llama con nuestras diferencias y reavivando la chispa con nuestra confesión.

—Tienes alma de poeta —dije acomodándome encima suya, —incomprendido pero enamorado de la vida —finalicé agarrando el cuello de su camiseta para acercarlo a mi y juntar nuestros labios.

— ¿Cómo podemos pasar tan rápido de un extremo a otro?

— ¿A qué te refieres?

—A todo en general. Pasamos de no aguantarnos a desgastarnos en poco tiempo, ¿Cómo es posible? —preguntó Lionel extrañándome que no supiera la respuesta.

—Porque creamos la química perfecta. No sé porqué pero así es, nos compaginamos físicamente a la perfección y estamos descubriendo que mentalmente también.

—La química perfecta —repitió como si estuviera degustando mis palabras en su boca. —Me gusta.

—Entonces, ¿ya se te han pasado los celos? —traté de bromear pero quizás fuera demasiado pronto.

—Me gusta como te queda el pelo rojo —ignoró completamente mi pregunta, quizás por no querer contestarla o quizás por no tener una respuesta mientras que su mano jugaba con un pequeño mechón de mi pelo enredándolo en su dedo.

—No me lo recuerdes, aun estoy cabreada contigo por eso —dije completamente seria. No me desagradaba mi melena color fuego, lo que si lo hacía era mi sed de venganza y obvio que pensaba vengarme.

—Me tiraste un cubo con agua helada, creo que estamos en paz.

—De eso nada, el tinte es algo permanente mientras que el agua solo duró unos instantes.

— ¿Me estás diciendo que quieres seguir con la apuesta? —la sorpresa en su rostro era evidente así que asentí en su dirección desvelando la respuesta. Mientras esperaba sus próximas palabras me dediqué a dibujar un pequeño camino de besos desde su cuello hasta su oreja.

—No trates de distraerme con tus labios —dijo pero no hizo absolutamente nada para detenerme —Juguemos entonces, Cleo, ahora la cosa se ha puesto más interesante.

— ¿Y eso por qué? —pregunté entre beso y beso mientras colaba mis manos bajo su camiseta.

—Porque tu cuerpo ahora está de mi parte —contestó con una sonrisa de vencedor pegándole un rápido mordisco a mi pecho por encima de la tela de mi jersey. —Y eso significa que vas a tatuarte mi nombre.

(...)

Al despertarme al día siguiente todo parecía ir en la dirección correcta.

No había nadie molesto, ninguno estábamos con mala cara aunque quizás eso sea porque Lionel aun no se había despertado. Por un motivo u otro a pesar de que nos acostásemos juntos yo siempre volvía a dormir a mi cama, sin importarme las protestas de Lio. Siempre he pensado que dormir con una persona te unía a ella y supongo que aun no estoy lista para unirme a Lionel de esa manera.

Aproveché que seguía durmiendo y me di una ducha rápida. Al salir envolví una toalla alrededor de mi cuerpo, aunque a estas alturas poca vergüenza había ya entre ambos, y me dispuse a echarme crema. Limpié con una mano el espejo del baño para poder verme y entonces tuve que contener el grito que amenazó con escapar de mis labios. En cuanto me vi, me di cuenta de la cantidad de mordiscos y chupetones que había en mi cuello y que descendían por mi escote, y cual masoquista dejé caer la toalla para encontrarme con un montón de marcas más sobre mi piel.

Por un segundo la imagen de Bella de Crepúsculo se pasó por mi cabeza y recordé las marcas que le dejó Edward tras su primera noche de sexo. Era exactamente igual, salvo que yo no tenía moratones sino chupetones, mordiscos y rojeces.

«—Lionel es más vampiro que Edward —apunté mentalmente».

Superé el tema en cuanto terminé de extender la crema por todo mi cuerpo y fui directa a mi armario para ver que podía ponerme para no dejar ninguna prueba de nuestros encuentros sexuales a la vista pero el drama volvió en cuanto me percaté de que salvo con un burka es imposible tapar todo.

—Maldita sea —susurré para mí misma enfundándome mi pantalón vaquero favorito, — ¿Cómo se supone que me ha hecho esto sin que me diera cuenta? Porque realmente ni siquiera me enteré.

— ¿Qué estás susurrando con ese tono de enfurruñada? —oí la voz del moreno al otro lado de la habitación por lo que me giré para poder mirarle mientras le contestaba.

— ¿Enfurruñada yo? Imposible —contesté dejando que una pequeña sonrisa se asome por la comisura de mis labios. —Quizás se me esté pegando de alguien por pasar demasiado tiempo con ese alguien —dejé caer mientras avanzaba hacia él casi a cámara lenta. Lo vi sonreír al darse cuenta de mis intenciones y en cuanto estuve a su lado vi como la mueca de su rostro se iba transformando conforme miraba mi cuerpo.

—Si que fue salvaje el sexo de anoche —dijo con cierto orgullo en su voz. Alzó uno de sus brazos indicándome que me acercase a él pero me negaba sabiendo a ciencia cierta cual sería su próximo movimiento.

—Estarás contento —le regañé —Ahora ni siquiera tengo nada que ponerme para que no se note la forma de tu mano por casi cada centímetro de mi piel. Quizás deba dejarte yo alguna marca para que sepas lo que se siente —sonreí con cierta malicia al crear tal imagen en mi mente. Lo cierto es que no era tan mala idea.

—Claro que sé lo que se siente —respondió y después se incorporó dejándome ver su torso. Fue imposible controlar la sorpresa en cuanto vi los arañazos cubriendo gran parte de su pecho y, en cuanto se giró, también vi las marcas de mis uñas en su espalda.

—Somos unos salvajes —declaré mientras mordía mi labio sin apartar la vista de las marcas que había dejado en su cuerpo.

—No, nena, nuestros juegos son salvajes —me corrigió y sin darme cuenta, me agarró del cinturón y tiró de él hasta lograr que me cayera en su cama. —Me gusta como hueles —cambió completamente de tema dejando un tierno beso sobre mi escote, —y me gusta despertarme y que estés semi desnuda —prosiguió descendiendo sus besos a lo largo de mi cuerpo, —aunque ambos sabemos que completamente desnuda me gusta aun más —el cosquilleo en mi piel que producían sus labios era adictivo así que no quería negarme disfrutar de ellos. En cuanto sus hábiles manos desabrocharon mi cinturón y comenzaron a tirar de mi pantalón para deshacerse de él lo detuve de inmediato.

—No —dije completamente sería y deseando poder mantener mi decisión.

— ¿No a qué? —preguntó con una traviesa sonrisa dibujada en sus labios. — ¿Dices que no a que te haga disfrutar? —sus manos se establecieron en mi cintura y se deslizaron a su antojo por toda mi piel desnuda, — ¿o me dices que no a que simplemente te toque?

—No a todo —me mantuve firme mientras apartaba sus manos de mí, deseando que me lo pusiera fácil. —He quedado con mi padre en menos de media hora, no me lo pongas difícil.

—En media hora nos da tiempo de hacer muchas cosas, por ejemplo podría hacer que te corras al menos dos veces.

—Te creo —aseguré, —pero, no querrás que mi padre nos pille ¿no? Verás que es militar y tiene licencia de armas.

—No me asusta un trozo de metal —dijo y por la sinceridad, y el cambio radical en su expresión, supe que lo decía enserio. ¿A caso no es la primera vez que ve un arma? Y aun fui más lejos con mi curiosidad; ¿A caso le han apuntado alguna vez con un una?

Mientras me levantaba, con una enorme falta de gana, lo miré directamente a esos ojos negros disfrutando del instante de calma que se había creado entre los dos, un instante que no duró demasiado pues mi mente nunca se detenía.

Me di cuenta de que a pesar de sentir que conocía a Lionel de toda la vida, lo cierto es que no lo conocía en absoluto, la única certeza que tenía con él es la reacción de mi cuerpo al suyo.

¿Y cuando eso podía salir mal?

Continue Reading

You'll Also Like

182K 15.5K 42
«¿Serías mi novio falso en una boda?» La pregunta del millón, o más bien la pregunta absurda de Claire Davis. Al verse en apuros debido a una rivali...
77.4K 4.7K 23
"Mírame solo a mi Jungkook" "¿Acaso no lo hago Taehyung?" "No,solo la miras a ella" Porque amarte es lo más bonito y doloroso que me ha pasado. #kook...
932K 25.4K 31
Cuando las personas que más amas, te rompen, es difícil volver a unir esos pedazos. Victoria Brown, creía que cuando amas, la brecha para perderte a...
214K 19.3K 41
freen- becbec sabes algo, No importa que pase el día de mañana, yo siempre estaré a tu lado becky- porqué siento que tus palabras suenan como una de...