| one shoots |

By ennlangdon

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En este libro se encontraran recopilaciones de varias historias cortas creadas por mi. Los protagonistas var... More

Welcome.
- B U Z O N -
| 001 | Harry Styles
| 002 | Nash Grier
| 003 | Ashton Irwin
| 004 | Aaron Taylor-Johnson
| 005 | Luke Hemmings
| 006 | Nate Maloley
| 007 | Dylan O'Brien
| 008 | Matthew Daddario
| 009 | Jack Gilinsky
| 010 | Jack Gilinsky
| 011 | Logan Lerman
| 012 | Michael Clifford
| 013 | Sammy Wilkinson
| 014 | Jack Harries
| 015 | Sam Claflin
| 016 | Justin Bieber
| 017 | Kian Lawley
| 018 | Nash Grier
| 019 | Cameron Dallas
| 020 | Nate Maloley
| 021 | Evan Peters
| 022 | Jack Johnson
| 023 | Sebastian Stan
| 024 | Sebastian Stan
| 025 | Andrew Garfield
| 026 | Thomas Brodie-Sangster
| 027 | Nick Robinson
| 028 | Aaron Carpenter
| 029 | Zac Efron
| 030 | Josh Hutcherson
| 031 | Cameron Dallas
| 032 | Tom Holland
O N E
| 033 | Robbie Kay
| 034 | Paul Weasley
| 035 | Zac Efron
| 036 | Tom Hiddleston
| 037 | Hayes Grier
T W O
| 038 | Lucas Till
| 039 | Sam Claflin
| 040 | Grant Gustin
| 041 | Colton Haynes
| 042 | Blake Gray
| 043 | Shawn Mendes
| 044 | Hayes Grier
| 045 | Hayes Grier
T H R E E
| 046 | Stephen Amell
| 047 | Ansel Elgort
| 048 | Brandon Rowland
| 049 | Scott Eastwood
| 050 | Dave Franco
| 051 | Adam Levine
| 052 | Cameron Monaghan
| 053 | Cameron Monaghan
| 054 | Chris Collins
| 055 | Matthew Daddario
| 056 | Shawn Mendes
| 057 | Grant Gustin
F O U R
| 058 | Nicholas Hoult
| 059 | Dillon Rupp
| 060 | Mario Selman
| 061 | Dominic Sherwood
| 062 | Jake Paul
| 063 | Lucas Till
| 064 | Nick Jonas
| 065 | Ross Lynch
| 066 | Justin Bieber
| 067 | Ethan Dolan
| 068 | Chris Evans
| 069 | Mario Selman
| 070 | Daniel Sharman
| 071 | Derek Luh
| 072 | Sammy Wilkinson
| 073 | Andrew Garfield
| 074 | Robbie Kay
| 075 | Nick Robinson
| 076 | Jakub Gierzal
| 077 | Ross Lynch
F I V E
| 078 | Ian Somerhalder
| 079 | Francisco Lachowski
| 080 | Francisco Lachowski
| 081 | Crawford Collins
| 082 | Matthew Daddario
| 083 | Zayn Malik
| 084 | Zayn Malik
| 085 | Ian Nelson
S I X
| 086 | Shawn Mendes
| 087 | Shawn Mendes
| 088 | Herman Tømmeraas
| 089 | Herman Tømmeraas
| 090 | Taylor Caniff
| 091 | Jeremy Sumpter
| 092 | Chandler Riggs
| 093 | Max Irons
| 094 | Evan Peters
| 095 | Josh Dun
| 096 | Henrik Holm
| 097 | Henrik Holm
S E V E N
| 098 | Dane Dehaan
| 099 | Nat Wolf
| 100 | Martin Garrix
| 101 | Martin Garrix
| 102 | Dan Stevens
| 103 | Nico Millaregro
| 104 | Charlie Heaton
| 105 | Charlie Heaton
| 106 | Jared Leto
| 107 | Froy Gutierrez
| 108 | Skandar Keynes
| 109 | Brooklyn Beckham
| 110 | Justin Bieber
| 111 | Chris Pine
| 112 | Dave Franco
| 113 | Sebastian Stan
| 114 | Cole Sprouse
| 115 | Cole Sprouse
| 116 | Tarjei Sandvik Moe
| 117 | Tom Holland
| 118 | Thomas Brodie-Sangster
| 119 | Thomas Brodie-Sangter
| 120 | Nathaniel Buzolic
| 121 | Lucky Blue Smith
| 122 | Taron Egerton
| 123 | Gregg Sulkin
| 124 | Timothée Chalamet
buenas nuevas.
| 125 | Asa Butterfield
| 126 | Asa Butterfield
| 127 | Bill Skarsgård
| 128 | Tom Hardy
| 129 | Ben Hardy
| 130 | Rami Malek
| 131 | Rami Malek
| 133 | Harrison Oesterfield
| 134 | Freddie Highmore
| 135 | K. J. Apa
EL MILLÓN
| 136 | Noah Centineo
| 137 | Noah Centineo
| 138 | Harry Styles
| 139 | Aaron Taylor-Johnson
| 140 | Calum Hood
| 141 | Ashton Irwin
| 142 | Luke Hemmings
| 143 | Michael Clifford
| 144 | Aidan Gallagher
| 145 | Jeon Jungkook

| 132 | Cody Fern

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By ennlangdon

— Eres tan estupido.

Silencio.

— Completamente tonto.

— Si, Valenttine. Te escuché las primeras mil veces.

— ¿Como pudiste hacer eso?

— No lo sé.— observo su espalda tensarse lentamente.

— No lo sabes.— murmuro y abrazo aún más mis piernas contra mi torso. Había dejado de ser tan remilgosa con la idea de sentarme en la cama después de dos horas de estar de pie.— ¿Cody?

Él no gira. Únicamente puedo observar su espalda y los mechones rubios de la parte trasera de su cabeza, mientras este está sentado en el piso, levemente recostado en contra de las rejas.
De la celda de a lado.


— 3 meses antes —

— La idea del doble suicidio es más dramática.— Janelle echa su larga cabellera pelirroja hacia atrás.

— Si, pero menos probable.— Francia la mira con el ceño fruncido y ajusta sus bonitos lentes en su rostro.

— Vamos, Fran. Es mejor que la teoría de que sus padres, unos inexpertos adolescentes, lo dejaron en la puerta de un fabricante de metanfetamina.

— Ambas son improbables. Y bastante extrañas, a decir verdad.

— Pero sería mucho más traumante el ver como tus padres deciden cometer suicidio juntos sin importarles un bledo que pasaba contigo.

— ¡Oh! ¿escúchate aquella dónde fue su padre quien le disparó a su madre y luego se pegó un tiro en la cabeza?

— ¡Jesús! Esto es raro como el infierno.— cierro mi libro y las observo a ambas con el ceño fruncido.

Ellas apartan sus ojos de Cody y me miran con el ceño fruncido. Él está del otro lado de la pequeña Laguna mientras está rodeado de distintas partes mecánicas y tiene su motocicleta a un lado suyo.

Janelle suelta una pequeña risa y baja de la mesa en la que estaba tumbada mientras Fran y yo leíamos sentadas en la banca de esta.

— Tranquila, Val. Solo estamos tratando de montar unas cuantas hipótesis acerca del chico nuevo.— suelta y se deja caer en el césped verde y fresco mientras coloca sus lentes de sol sobre su rostro. Francia asiente cortamente y vuelve a su libro y a sus notas. Es mi turno de mirar a Cody.

Él no es un chico nuevo.

Aparto los ojos que tenía fijos del otro lado de la laguna y me obligo a colocarlos nuevamente sobre mi ancho libro. Fran y yo tratamos de tramitar una beca para una buena universidad y tener una oportunidad real de salir de nuestro pequeño pueblo, por eso trabajamos y estudiamos tan duro durante el verano. Janelle lleva unos pocos meses aquí... y tiene dinero. Mucho. Por lo que estudiar no está necesariamente señalado en su lista de sus prioridades.

Cody viene y va, por eso Janelle piensa que es aún más nuevo que ella por aquí. Francia viene y va pero dentro de su cabeza, así como también viaja mucho dónde su mamá debido a que sus padres están separados. Por lo que tampoco sabe mucho de Cody. Yo sé unas cuantas cosas.

Bastantes cosas.

Las chicas se van cuando el sol ya se ha metido y la caliente atmósfera que ofrecía la tarde es sustituida por un ambiente frío y ventoso. Ese me gusta más. Por eso estoy con mi sudadera varias tallas más grande, sentada en la misma banca de esta tarde con mi lámpara de baterías alumbrando mi lectura.

— Vas a morirte congelada.— escucho detrás mío y me encojo de hombros mientras paso la pagina de mi libro. Escucho los pasos acercarse y mi mente deja de procesar los párrafos que mi mirada repasa a través de los renglones.— Esa es mi sudadera.

— ¿La tengo puesta yo, no es así? — paso a la siguiente hoja sin siquiera haber terminado de leer la anterior.

— Mhm.— él toma el borde de la sudadera y jala de el hacia abajo únicamente para demostrar que en efecto la sudadera es varias tallas más grande que la que me corresponde. Lo miro fijamente y él me da una mirada divertida mientras se sienta a mi lado. Coloco mis manos sobre su pecho y él suelta la sudadera.

— Desaparece.— sonrío y él niega lentamente.

— ¿Por qué debería? — baja lentamente sus manos hasta colocarlas en mi cintura y jalar lentamente de mi hacia él.

— Cody, hablo en serio. Estoy estudiando.— él sonríe y deposita sus labios en mi cuello. Niego y tomo su rostro entre mis manos obligando a que me mire.— No estas escuchándome.

— No, la verdad es que no.— libera su rostro de mi agarre e inclina el rostro para juntar sus labios con los míos. Trato de colocar nuevamente mis manos en su pecho para alejarlo pero el plan rápidamente es descartado por mi sentido común.— ¿Quieres ir a mi casa?

Trato de recuperar todo el aire perdido y enfocarme. Se que no hay nadie donde él vive. No es la primera vez que voy. Se que tengo que decir que no y volver a mi propio hogar.

— Si.

— 2 meses antes —

— ¿Lo crees? — oigo y suelto un gran suspiro mientras termino de quitarme el suéter para después meterlo dentro de mi casillero.

— ¿Importa?

— Claro que importa, Valenttine.— no he levantado la mirada hacia él pero estoy segura de que ha fruncido el ceño.

— Cody...— cierro mi casillero y puedo observar las grandes ojeras que adornan por debajo de sus ojos.

— No lo hice.

— Todo el mundo cree que si. Todo el mundo habla de eso.

— Entonces lo crees.— observo sus hombros caer.

— No, Cody. No lo creo, es solo que... tú nunca dices nada y...

— Está bien, no tienes que decir nada.— la mirada furiosa y dolida que me da causa estragos en mi mientras se aleja y se pierde en el pasillo.

Suelto otro gran suspiro y niego lentamente. Esto se ha salido de control.

Hace dos semanas comenzó un pequeño rumor, que creció y creció. Es verdad que nadie sabe nada de Cody, nadie sabe por qué vive solo ni por que no tiene familia. Ni siquiera yo. Teniendo en cuenta el tiempo que habíamos estado pasando juntos.

Fue cuando comenzó a decirse que Cody había asesinado a su padre y por eso su madre no quería verlo.

Por supuesto que oí el rumor, como todos en la escuela. No hice caso por que no se oía muy diferente a lo que Janelle y Francia solían conspirar en sus ratos libres. Pero creció. Creció tanto que ya no solo eran murmuros y risas en los pasillos de la escuela. Escuchabas la acusación cuando entrabas en la pequeña tienda del pueblo. Cuando ibas a la vieja cafetería todos parecían estar hablando de eso e incluso en la pequeña farmacia al final de la calle oías los constantes murmuros.

Creció tanto que todos vimos como a mitad de la clase de Literatura de hace unos días, el director del instituto llamó a la puerta del salón de clases exigiéndole a nuestra profesora que Cody Fern saliera inmediatamente del salón y lo acompañara. Nadie ignoró ni se perdió el hecho del oficial de policía esperando fuera del salón.

Fui a verlo ese mismo día del incidente en Literatura. Él no estaba en casa y por más que espere en su portón él jamás apareció.

Ahora estaba molesto conmigo. Yo no creía los rumores, de eso estaba segura. Solo me sentía escéptica ante el hecho de que no sabía ni una sola cosa de él.
Joder, llevaba meses acostándome con él.

Jamás había tenido una relación de este tipo. Había tenido novios antes y todo había sido como de cuento, pero después llegó Cody y todo fue diferente.

Recuerdo todas las cosas que me gustan de él mientras cruzo el lago en camino hacia su casa.

Como en lo mucho que me gusta pasar los dedos por los mechones rubios de su cabello y lo suave que estos se sienten. También lo mucho que me gusta mirar sus ojos brillar mientras ambos estamos echados en la hierba observando el sol meterse. La manera en la que me quitaba el aliento el verlo sonreír después de contarle una historia tonta o divertida acerca de mi familia, sonrisa que se había presentado por primera vez desde que le dije que no era necesario que me hablara de su familia cuando yo le hablaba de la mía. Y ni hablar de los suaves y cálidas que se sienten sus manos cada vez que me sostienen cuando entramos al lago, ya que aunque había vivido toda mi vida cerca de el, jamás había aprendido a nadar, por lo que Cody tenía que rodearme constantemente para que no me hundiera. Esa era mi favorita.

Las comisuras de mis labios se curvan hacia arriba con ese pensamiento fresco en mi mente. En especial hace unas semanas, cuando Francia pasaba unos días con su mamá y Janelle fue invitada con su padre a un evento fuera del país. Mis padres pasaron unos días con mi abuela por lo que si no hubiera sido por Cody me hubiera vuelto literalmente loca. La alternativa fue completamente dulce cuando prácticamente pasaba días completos con Cody. Eso incluía el estar juntos por las noches y salir en las mañanas y saltar hacia el lago, Cody inmediatamente me envolvía en sus brazos y aunque el lago no era terriblemente profundo me permitía envolverlo con mis brazos y piernas.

Toco repetidamente con mis nudillos la madera de la puerta. No hay respuesta por lo que suelto un gran suspiro.

— ¡Cody, se que estas ahí! ¡Vamos, si creo en ti. Solo que todo es tan...raro! — grito cuando ya he tocado en una tercera ocasión. Un suspiro de frustración se escapa de mis labios y me pregunto si debería irme y darle su espacio o sentarme en las escaleras del porche y esperar a que abra la puerta. Por suerte no tengo que pensarlo mucho por que oigo el característico sonido que hace su vieja puerta de madera cuando tienes que forcejear con ella para lograr que se abra.

Mi sonrisa cae y es sustituida por una mueca de confusión. Hay una chica detrás de la puerta. Estoy segura de que la he visto en la escuela. Ella trata de atar su cabello rubio oscuro con una liga mientras acomoda uno de los tirantes de su vestido verde de verano. Cuando alza la vista finalmente se da cuenta de que estoy ahí.

— Oh, hola. No te he visto ahí. ¿Vienes a ver a Fern? Puedo llamarlo por ti, me parece que está vistiéndose.— un nudo se aloja en mi garganta de manera casi dolorosa. ¿Qué?

— Yo...no...solo...— mi lengua parece atrofiada. Ella sonríe suavemente hacia mi mientras se coloca su bolso.

— Oye, te conozco ¿Eres Valenttine, verdad? Estabas en mi clase de Historia Mundial — únicamente asiento por que no es que tenga la lengua paralizada, es que tengo un nudo en mi garganta. Y acabo de darme cuenta que son lágrimas retenidas.— Lo sabía. Eras genial en los debates. ¿Estas segura de que no quieres entrar?

Niego lentamente tratando de que la mueca que mis facciones quieren hacer se transforme en una sonrisa. Trago el nudo y me alejo varios pasos.

— No, no. Lo siento, no quería... interrumpir. Tengo un... un trabajo escolar con Cody. Pero pasaré más tarde, digo...vivo a unos metros.— una risa incómoda y un poco triste se escapa de mi.

— Oh, no te preocupes.— ella cierra la gran puerta y baja las escaleras del porche.— Si te soy honesta, él me sorprendió mucho. Ya sabes todo lo que se dice de él, pero la verdad a mi me parece una idiotez. Y bueno, yo creí que ustedes estaban juntos. Fue una pequeña sorpresa para mi enterarme que no.

Odio que sea tan amable. Odio no poder abofetearla por ser una perra. Odio que Cody haya estado con ella.

— No, no lo estamos.— bajo la mirada y trato de respirar lentamente.— Será mejor que me vaya.

No escucho su respuesta por que ya he comenzado a dar grandes zancadas hacia mi casa. Mis padres están en el trabajo por lo que puedo llorar con toda la libertad que quiero cuando he cruzado finalmente la puerta. 

Mi pecho duele por que él jamás me prometió nada, jamás acordamos el ser nada. Pero él simplemente me hacía sentir especial. Me hacía sentir querida de una manera diferente.

Y al parecer no era a la única.

— 1 mes antes —

— ¿Iras al recorrido? — Fran provoca que aparte los ojos de la lectura que ni siquiera estaba siguiendo.

— No lo creo. Tengo que trabajar.

— Oh, claro. Tu trabajo en la vieja tienda.

— Oye.— frunzo el ceño mientras cierro mi libro.— Necesito el dinero y la tienda no está tan mal. Solo tiene un par de años.

— Un par.— Fran ríe mientras guarda sus cosas en su bolso.— Te perderás la oportunidad de darle un vistazo a la Universidad.

— Lo sé, pero aplicaré para muchas más, así que espero estar bien.— Francia asiente hacia mi y me da una de sus cortas sonrisas.— Te traeré unos cuantos folletos.

— No podría pedirte nada más.

— También podrías divertirte un poco con Max.— me da una sonrisa encarnada mientras menciona al chico que es mi nuevo compañero de Biología y que mis amigas han transformado en un prospecto solo por que él es una persona muy amigable.

— Adiós.— río y ella rueda los ojos.

— Janelle me mando a decirte que si no saltas sobre el, ella te lanzara. Y si no lo haces después de eso, ella tomará los pedazos sobrantes.— asiento y suelto una risa por que suena a algo que mi pelirroja amiga diría.

— No saltare hacia Max.— Fran entrecierra los ojos y se encoge hombros.

— Yo se que lo harás, Val.— canturrea mientras agita su mano hacia mí y se aleja.

Me permito perder la vista en el lago unos cuantos minutos mientras en movimientos cortos y lentos guardo mi libro. Tomo todos mis materiales entre mis brazos y me dirijo hacia mi casa.

— Es temprano.— giro bruscamente ante la cercanía del ruido. Nunca había visto a Cody que con una mueca de cansancio de esa manera.

—  ¿Qué haces aquí?

— Solo pasaba por aquí.— asiento por que es raro oírlo después de casi un mes de no haber hablado con él. Estoy a punto de darme media vuelta y seguir mi camino hacia casa pero él se coloca justo enfrente mío. 

— ¿Qué?

— No... no te he visto en un tiempo.

— Simplemente no quería seguir con esto, Cody.

— ¿Con esto?

— No quiero seguir durmiendo contigo.— su ceño se frunce y trata de acercarse a mi pero doy un paso hacia atrás.

— ¿De que hablas?

— No quiero que tener tomar número para estar contigo, eso es todo.— suelta una risa cínica y niega.

— Mira...

— Esto no tiene sentido, Cody. Tienes tus secretos y lo entiendo. Jamás te presione al respecto. ¿Tuviste una infancia jodida? Me da igual. Si quieres contármelo o no está bien para mi. Todos cargamos nuestro propio equipaje.— me encojo de hombros y me niego a mirarlo directamente a los ojos.— Solo me niego a seguir siendo un nombre en una lista de chicas de la escuela con la que has estado.

— No es así...— niego y comienzo a caminar nuevamente.

— No es mi problema. Y jamás te pedí explicaciones.

— ¿Podrías esperar un jodido segundo? Las cosas no son así, Valenttine.— vuelve a colocarse en frente mío pero esta vez sujeta mis hombros.

— ¿No dormiste con ella? ¿La chica rubia de segundo año? ¿No lo hiciste aun cuando la noche anterior me dijiste que yo era lo que más te gustaba de este triste y alejado pueblo? ¿que yo era lo único que parecía mantenerte centrado y feliz? — él no dice nada y yo suelto el aire retenido.— No te preocupes, no me lo creí de todas formas.

Por supuesto que me lo creí.

Pero debo de mostrar que soy realmente fuerte mientras alejo sus manos de mis hombros y reanudo mi camino hacia mi casa.

— Puedes acostarte con quien te venga en gana, Cody. No te mortifiques por ello.— doy grandes zancadas esperando llegar más rápido a mi casa.

Cuando lo he logrado cierro la puerta más fuerte de lo normal y maldigo cuando me doy cuenta de que he llamado la atención de mis padres.

Mi padre solo está en la sala de a lado y me mira escéptico.

— ¿Todo bien, cariño?

— Si, si. No te preocupes. Estudiaba con Francia.— sujeto los libros en mis brazos y comienzo a avanzar.

— Mm, vaya. He visto que pasas mucho tiempo con ese muchacho Fern.

— Vamos a la escuela juntos.

— Los he visto varias veces en el lago y se que dejaste de ir a práctica de porristas con las chicas, así que me pregunto dónde has estado todas estas tardes.

— Papá...

— Aléjate de él, Val. No es bueno para ti. Es un chico demasiado perdido.

— Papá, esos son solo rumores inventados por chicos estupidos e inmaduros que...

— A mi no me importan los rumores. Solía conocer a su padre, no era muy diferente a lo que ese muchacho es ahora.— me quedo estática y me permito dejar los libros de mis brazos en el sillón.

— ¿El padre de Cody? ¿Tú....

— Su familia siempre ha vivido en esa casa. Era un tipo problemático y por supuesto que lo siguió siendo cuando dejo embarazada a esa chica que se quedaba en su casa por un programa de intercambio escolar.

— ¿Su padre no está muerto?

— Lo dudo mucho. A menos de que el alcohol y las drogas o alguna pelea no lo hayan matado, el sujeto era muy bueno para huir.— suelto el aire retenido.

— ¿Qué hay de su madre?

— Lo último que supe fue que su familia natal no la quería de regreso si ella venía acompañada de un pequeño. Así que lo tuvo aquí y lo dejo con los padres del padre de Cody en cuanto tuvo la oportunidad, volvió a su país casi al instante.

— ¿Por que yo no lo había visto hasta hace unos meses? — mi padre suelta un gran suspiro y me parece que sabe que ya no hay marcha atrás.

— Solías jugar mucho con él cuando eran pequeños. Al final la madre de Cody y su familia decidieron que si querían tener alguna relación con el muchacho y vinieron para llevárselo a su país, se lo llevaron un par de años hasta que él por supuesto se convirtió en un adolescente y las cosas dejaron de ser tan fáciles, entonces lo regresaron a aquí.

Niego con la mirada perdida y cruzo los brazos sobre mi pecho. ¿Por qué Cody nunca...?

—¿Por qué nunca me lo habías contado?

— Quiero que te mantengas alejada, Valenttine. Es por tu propio bien.— dice y desaparece nuevamente por la cocina. Me permito suspirar una vez más e irme a mi habitación.

Me estremezco cuando entro y en la ventana hay un papel incrustado en la orilla. Estoy tentada a dejarlo ahí sospechando de que se trata, pero al final no puedo evitarlo y tomo la hoja doblada en cuatro.

Efectivamente es uno de los dibujos de Cody. Garabatos tan bien delineados que no puedo evitar el pasar mis dedos por cada uno de sus contornos. Cody suele dibujar aunque nunca seria o profesionalmente. No tiene lienzos ni pintura, tampoco cuadernos de dibujo ni lápices en varios colores. Pero tiene un bolígrafo con el que dibuja en todas las esquinas existentes.

Un nudo se aloja en mi garganta cuando recuerdo la ocasión en la que desperté a su lado hace unas semanas y él se había dedicado a dibujar los distintos tipos de flores y plantas que crecían por fuera de su ventana alrededores de toda mi espalda desnuda.

Eran esas flores las que estaban delineadas en el pedazo de papel que sostenía entre mis dedos. Él lo había dejado aquí.

Me siento a un lado de mi ventana, observando la cercanía del lago y sintiéndome verdaderamente confundida.

— El día del incidente —

— Max no apartará los ojos de ti.— sonríe Fran a mi lado.

— O cualquier parte de su cuerpo.— Janelle me da un codazo en mi costado izquierdo.

— La verdad es que estoy muy cansada de decirles que Max es solo una persona muy amigable que...— ellas ya han dejado de oírme cuando la gran decoración de nuestro baile de fin de año se hace presente ante sus ojos.

Janelle tiene esa idea de la mujer fuerte y empoderada que no necesita a un hombre a menos de que sea para dormir con él. Por lo que ha hecho que la tres vayamos juntas, hasta que aparezca alguien que le interese, por supuesto.

En cierto momento de la fiesta, Janelle ya ha cambiada en cuatro ocasiones de pareja de baile y Francia sigue dando tímidas vueltas con un chico de su clase de informática. Yo solo me siento muy cansada.

Me he encontrado buscando a Cody en más de tres ocasiones ya. Me regaño cada vez que lo hago pero simplemente no puedo evitarlo. También es como si ignorara el hecho de que Cody probablemente jamás se aparecería en un baile escolar.

Mi celular vibra y tengo que salir de la fiesta para escuchar el otro lado de la línea decentemente.

— ¿Hola?

— ¿Valenttine? — una voz adulta y desconocida me hace fruncir el ceño. Aparto el celular de mi oído y compruebo el nombre agendado. Cody.

— ¿Quién habla?

— Se que es un poco tarde. Pero aquí un chico rubio y pálido que ha estado bebiendo de una manera preocupante. Solo hay cuatro números en su teléfono celular y este es el que más interacción tiene. ¿Lo conoces?

Suelto una maldicion y me alejo más del repicar de la fuerte música de la graduación.

— Si, lo conozco. ¿Dónde está? — el hombre del otro lado se presenta como el cantinero de un bar a las afueras del pueblo que llevaba a cabo su buena acción del día notificándome que Cody estaba borracho como el infierno y comenzaba a hacer muchas tonterías.

— Yo me daría prisa, linda. Un hombre a entrado hace unos minutos y el muchacho parece que quiere empezar una pelea con él.

— ¿Qué? ¿Una pelea? ¿Por qué rayos él haría eso? — me dirijo al estacionamiento del lugar y agradezco que hayamos venido en mi auto. Y seguramente Janelle y Fran tendrán quien las lleve. Subo apresuradamente mientras trato de recordar la dirección que el hombre me dio.

— Vaya, el chico a tirado el primer golpe. El hombre no esta contento. Ahora que lo pienso ellos se parecen un poco...— la llamada se corta repentinamente y noto que he perdido la señal en el celular.

Trato de hacer mi camino hacia el bar lo más rápido que puedo. Finalmente logro parar mi automóvil fuera del local y bajo a toda prisa.

Hay varias personas paradas fuera del lugar mirando curiosamente hacia el bar. Trato de hacerme lugar entre ellas para entrar al establecimiento y efectivamente distingo la rubia cabellera de Cody. Lo extraño de esta situación es que un hombre lo tiene sujeto de la chaqueta y le da un gran golpe en la cara. Cody no se queda atrás y se zafa de su agarre para regresarle el golpe con fuerza.

— ¡Cody! — logro gritar mientras me abro paso entre la pequeña multitud que ambos han creado.

Cody está notablemente ebrio, pero por suerte puede oír mi grito y gira la mirada que se encuentra rápidamente con la mía. Desafortunadamente eso hace que el otro hombre rubio lo lance con fuerza y está caiga al piso. Suelto un sonido de exasperación y corro en su dirección. El hombre a aprovechado para colocarse a un lado de Cody y golpearlo en el piso.

Trato desesperadamente de alejar al hombre ya que Cody parece caer inconsciente, pero este parece no inmutarse y de un seco y certero manotazo logra tirarme al piso. Mi cabeza timbra y mi pecho se oprime por la desesperación de no poder ayudar a Cody y que nadie a nuestro alrededor tampoco tenga la intención de hacerlo.

Un nuevo grado de desesperación se aloja en mi cuando veo que la sangre de Cody comienza a correr en grandes cantidades. Miro eufórica a mi alrededor y no lo pienso cuando tomo una botella de vidrio con el logo de una marca de cerveza y en un duro golpe la estrello en contra del hombre.

Este también emana una aura de ebriedad bastante notable, por lo que se balancea violentamente y cae al piso. Estoy a punto de correr hacia Cody pero la multitud es echa hacia un lado y un oficial de policía ve el momento exacto en el que dejo caer la botella de vidrio rota al suelo.

Mientas la policía se acerca a nosotros me coloco de rodillas para asegurarme de que Cody respire. Este lo hace lentamente y logra mirarme mientras trato de limpiar la sangre de su rostro con la manga del abrigo que logre colocarme en mi auto.

En ese mismo momento un oficial de policía nos toma cada a uno de nosotros. No muestro partícula resistencia una vez que he sido colocada dentro de la patrulla con Cody y el otro hombre es llevado en otro auto.

Cody ya está más despierto, pero me permito el pretender que no me doy cuenta cuando esté se recuesta levemente en mi y yo trato de seguir apartando la sangre de su rostro. Estos serán unos moretones muy feos.

Cuando llegamos a la pequeña estación de policía del pueblo, somos sacados de la patrulla y cada uno de nosotros es introducido en celdas diferentes aunque juntas. Espero ver al otro hombre entrar pero nadie pasa por la puerta con él. Giro a mirar a Cody que ya se ha dejado caer contra los barrotes de la celda.

Suspiro.

(...)

— Despierta, Val.— oigo a lo lejos y me sorprende el haberme quedado dormir en la improvisada cama qué hay dentro de la celda. Cody está mirándome pero sigue sentando en el piso de su celda.

— ¿Qué hora es?

— Pasa de medianoche. No importa, los oí hablar por teléfono. Tu padre viene en camino.

— Joder.— suelto el aire retenido y me incorporo de la cama. Su rostro ya expone los grandes moretones y heridas que la pelea le ha causado.

— Ve el lado bueno, quizá te castiguen una buena temporada, pero saldrás de aquí.

— Tú no te quedarás aquí.

— Nadie vendrá por mi. Seré procesado o alguna basura legal por el estilo.

Me siento en el piso de mi celda justo enfrente de él. Me envuelvo más en mi abrigo.

— Eso no pasará.

— ¿Por que fuiste? — bajo la mirada y él suelta un gran suspiro.— Creí que hoy era el baile.

— Lo era. Un hombre del bar me llamó. Dijo que era de los únicos números en tu agenda.— él asiente lentamente.

— Lo eres.— varios segundos de silencio nos alberga hasta que me acerco más a su celda.

— ¿Quién era él, Cody? — lo observo moverse incómodo y levantarse del suelo. Se da media vuelta y pasa las manos por su cabello varias veces.

— Mi padre.— murmura y frunzo el ceño confundida. Quizá lo estaría más si mi padre no me hubiera contado esa historia, pero aún así es extraño oír que su padre en realidad pasa el tiempo cerca del pueblo.— Mi madre no vive en el país y mi padre es el idiota que sigue causando estragos en mi vida.

— Cody...

— Por eso jamás te conté nada. No podía dejar que tú te acercaras a toda esta jodida situación.— no me mira pero puedo imaginarme sin problemas como su ceño se frunce y sus ojos se cierran con fuerza.—Por eso me sentí tan mal cuando creíste los rumores de los imbeciles de la escuela.

— Yo no creí en los rumores...

— Y también me siento idiota por lo de esa chica.— me interrumpe.— Estaba jodido y molesto, así que hice la misma mierda impulsiva que mi padre solía hacer.

— Tienes que dejar de comparte con él, Cody. Si no jamás podrás cambiar nada.

Pasan varios minutos de eterno silencio. Me siento confundida y un poco abrumada. Los sentimientos por Cody me abruman.

— ¿Puedes venir un momento? — le pregunto en un murmuro. Por un momento creo que no vendrá, pero se da la vuelta lentamente y vuelve a dejarse caer en el piso delante de mi. Solo con los largos barrotes separándonos. Tomo su mano entre estos.

— La mierda que hicieron tus padres no tiene por qué definirte ¿de acuerdo?

— Es muy tarde. Ya lo hace. Todo mundo cree...

— Pero a mi no me importa todo el mundo... Me importas tú.

— Eso sería nuevo.

— Siempre me has importado, idiota.—él suelta una leve risa e introduce su mano entre los barrotes para acariciar lentamente mi mejilla. 

— Mereces algo mejor, Val. Mucho mejor.

— ¿Crees que podría tomar yo esa decisión? — encarno una ceja y coloco mi mano libre sobre la mano que tiene en mi mejilla.— En el momento en el que dejes de arrastrar a tus padres contigo, créeme. Serás todo lo que necesito.

Las comisuras de sus labios vuelven a alzarse lentamente y suelta la mano que yo tenia tomada por en medio de los barrotes y también la sube a mi rostro para tomarlo con ambas manos. Junta nuestras frentes y puedo sentir su respiración.

— Tú padre jamás lo permitiría.

— ¿Hagamos un trato, quieres? — su ceño se frunce pero asiente lentamente.

— Por estos próximos diez minutos no vamos a preocuparnos por nuestros padres. Por lo que piensan o lo que pueden llegar a hacer. Así como tampoco lo que hicieron o como nos afectaron ¿de acuerdo? — lo observo dudar pero finalmente vuelve a sonreír.

— Me parece bien.

— Genial.

— No puedo creer que lo hayas golpeado con una botella.— ríe y me acerca más a él en lo que es posible dentro de este espacio. Suelto una risa y asiento.

— No sabía que más hacer.

— Joder, dulce, inteligente pero que sabe pelear duro, justo mi tipo.— golpeo su hombro y suelta una carcajada y no puedo evitar soltarme a reír también. Cuando nuestras risas paran él vuelve a mirarme.— ¿No estarás con él idiota de Max Thomas, verdad?

Encarnó una ceja y suelto su mano.

— ¿Qué si lo hiciera? — veo su ceño fruncirse lentamente.

— Se que no tengo nada que reclamarte después de lo qué pasó, Valenttine. Es solo que me siento impotente y molesto con el simple pensamiento de ese idiota tocándote.

— Se les llama celos.— él rueda los ojos y la expresión me hace querer tomarlo del cuello de su camisa y estampar mis labios con los suyos.

— Puede ser ¿y qué hay con eso? — vuelvo a reír y tomo su mentón entre mis dedos.

— Nunca he estado con él.— trata de disimularlo pero claramente puedo ver como da un suspiro de alivio.

Me mira fijamente y recuerdo lo mucho que amo ver lo azules que son sus ojos. También vuelvo a tomar su mano y enlazo nuestros dedos. Por que a pesar de que estamos en celdas distintas y separados por unas gruesas piezas de metal, jamás lo había sentido tan cerca.

— — — —
alo.
Tomo un rato pero quedo larguito 🌸

Hay unas cuantas ideas en mi cabeza así que espero no demorar mucho. También se viene pronto la segunda parte del OS de Rami Malek.

Gracias por hacer parecer al millón de lecturas como algo real y que definitivamente no se ve a años luz ✨

gracias por todo. no olviden hacerme saber que opinan de las historias.

nos vemos.

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