Fairytale (usuk)

By Epifania-chan

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"¿Sabes por qué no crees que en la magia? Es porque hubo un tiempo podías verla y sentirla cerca de ti. Pero... More

Nota
Capítulo 1: La invitación
Capítulo 2: Nuevos amigos
Capítulo 3: El reino de los seres mágicos
Capítulo 5: Fuego
Capítulo 6: Fantasma
Capítulo 7: Invisible
Capítulo 8: Dulces
Capítulo 9: Miedo
Capítulo 10: Adiós
Capítulo 11: Salto en el tiempo
Capítulo 12: Ilusión
Capítulo 13: Realidad 1/2
Capítulo 14: Realidad 2/2
Capítulo 15: Un paso más cerca de la magia
Capítulo 16: Amigo imaginario 1/2
Capítulo 17: Amigo imaginario 2/2
Capítulo 18: Alas rotas
Capítulo 19: El psicólogo
Capítulo 20: Lastima
Capítulo 21: Convivencia
Capítulo 22: Sinceridad
Capítulo 23: Problemas
Capítulo 24: Recuerdos
Capítulo 25: Una gran cruzada
Capítulo 26: Sonrisa
Capítulo 27: Reencuentro
Capítulo 28: Dos cosas sobre las despedidas
Capítulo 29: La librería
Capítulo 30: Una hermosa vista
Capítulo 31: Paz
Capítulo 32: Despedida
Capítulo 33: Cartas
Capítulo 34: Locura
Capítulo 35: Perdido en la oscuridad
Capítulo 36: La noche en la que las estrellas bajan a la tierra
Capítulo 37: ¿Quien eres?
.
Capítulo 38: Perdón
Capítulo 39: Ultima oportunidad
Capítulo 40: Encuentro
Capítulo 41: Al final del camino. Parte I
Capítulo 42: Al final de camino. Parte II
Capítulo 43: El juicio de Astreo
Capítulo 44: Un vistazo a la verdad
Capítulo 45: El deseo de una estrella fugaz
Capítulo 46: Un comienzo disfrazado de desenlace

Capítulo 4: Soledad

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By Epifania-chan

Cada dia Arthur se distanciaba más y más del mundo en el que vivía, soñaba despierto, fantaseaba con el mundo feérico, anhelaba formar parte de este.

Cada dia que iba al bosque era recibido como un rey, y siempre procuraba no comer y volver a su casa después de ocho horas. 

Ese dia en especial, Lukas había ido de visita, y ambos estaban sentados en una gran roca tomando te.

—Normalmente me mantengo alejado de los humanos, pero en verdad este logro sacarme de quicio- Soltó el noruego tras finalizar el relato sobre un joven que había conocido recientemente.

—Por lo que dices, creo que el solo queria ser tu amigo— Respondió Arthur un poco asustado y sintiendo pena por el danés del relato.

—Ya es de noche allá arriba— Soltó Lukas dejando su taza de te sobre la gran piedra que cumplía el rol de una mesa. —¿No deberías volver a tu casa?

—Debería—  Repitió Arthur encongiendose de hombros.

—¿Conoces la historia del joven que siguió la música de los duendes hasta un árbol y cuando volvió a su aldea habían pasado más de cien años?— Lukas se puso de pie, mientras recogía la piel de foca cuidadosamente doblada junto a la laguna.

—¿Conoces la historia de la foca que se enamoró de un marinero?— Preguntó Arthur mientras veía como su amigo mojaba los pies en el agua.

—No somos tan estúpidos.

—Tampoco los humanos.

En cuestión de minutos, millones de seres mágicos se acercaron a Arthur, algunos extrañados de que siguiera allí, teniendo en cuenta que siempre se iba mucho antes, otros incluso preocupados por este hecho, entre los del segundo grupo se encontraba Flying Mint Bunny.

—Arthur, Ya es hora de volver— Susurro el conejo acercándose al niño de ojos verdes. —Tal vez tus hermanos se preocupen.

—Si claro— Dijo el niño riendo ante aquel argumento. 

Arthur no respondió, solo observo su alrededor, la belleza que le rodeaba, todos sus amigos frente a él, la realidad en la que vivía era el sueño de muchos ¿Cuantos humanos tienen el privilegio de poder visitar el mundo de las hadas cuando les dé la gana? ¿Cuantos otros podían comportarse como iguales ante aquellos seres?, ¿Que tenia alli arriba que fuera mejor que esto? ¿Hambre? ¿Pobreza? 

—¿Por qué no puedo quedarme aqui? para siempre...— Soltó Arthur desviando la mirada un tanto avergonzado.

—Porque entonces podrías volverte polvo con solo pisar el mundo humano— Respondió Lukas para luego zambullirse en la laguna y desaparecer bajo el agua.

—No es que no puedas— Explicó el conejito sentándose sobre el regazo del niño. —Pero no es una decisión de la que puedas arrepentirte.

—No eres uno de nosotros— Susurro una anciana con una cabeza enorme y la boca plagada de dientes verdes. —Y nunca lo serás del todo, ¿Te quedarías a vivir aqui, aun sabiendo que siempre estarás fuera de lugar?

—¿Y qué hay de tu familia— Preguntó otro extraño ser.

—¿Eres consciente de que podrías volverte polvo?

Y así, miles de criaturas daban sus argumentos y opiniones intentando que Arthur recapacitara o pensara mejor lo que iba a hacer. El niño simplemente se encogió de hombros restándole importancia, hacía ya mucho tiempo que había tomado la decisión.

—¿Estás seguro?— Preguntó Flying Mint Bunny. —No es que no quiera que te quedes aqui por toda la eternidad, pero no es algo que puedas decidir asi como asi.

—No hay otro lugar en el que quisiera estar— Respondió Arthur sonriendo.

El extraño hombre de pies cuadrados y cabeza de cerdo se acercó con una copa dorada e incrustada de esmeraldas, esta vez no estaba llena de vino, sino de leche con miel.

—¿Por qué no me dijiste que eras un niño? Casi le doy de beber vino a un niño— Dijo el hombre con cabeza de cerdo riendo nerviosamente.

Arthur permaneció varios segundos observando la copa frente a él. Si bebía aunque sea un sorbo de su contenido  quedaría atado a la tierra de las hadas y jamas podria volver al mundo humano. 

Con sus pequeñas y temblorosas manos, sostuvo la copa frente a la vista expectante de todos los presentes. Cerró los ojos y comenzó a beber el contenido rápidamente, sin importarle que algunas gotas escaparan por los costados de sus labios.

Arthur dejó caer la copa vacía en el suelo y dejo escapar un sonoro eructo para luego limpiarse la boca con la manga de su camisa, esperaba sentir un escalofrío, una sensación electrizante, perder el conocimiento, lo que sea, pero no paso nada, se sentía exactamente igual.

—¿Eso es todo?— Preguntó confundido arqueando levemente la cabeza.

Miles de seres mágicos se precipitaron sobre él abrazándolo y riendo, diciendole lo felices que sentían, que ahora serian amigos por siempre, y cosas por el estilo, una nueva vida comenzaba para Arthur, y así el paso del tiempo comenzó a pasar por encima del niño, hasta que más de cuatrocientos años pasaron sin que él se diera cuenta.

—¿Que sucede Arthur?— Preguntó Flying Mint Bunny un día que vio a su amigo humano un tanto decaído.

—Solo... estaba pensando en todo el tiempo que llevo aqui— Respondió este rodeando sus piernas con sus brazos y apoyando su mentón sobre las rodillas.

—¿Que con eso?— Preguntó el conejo volando frente al rostro de su amigo.

—Aveces me siento extraño, no me malentiendas no es que me arrepienta de algo, cruzar los siete mares como un pirata... conocer seres como tu, o Lukas, o Vlad— Arthur sonrió nostálgicamente recordando cuando vio a su amigo rumano por primera vez el susto de muerte que le dio a Lukas no tenía precio. —Pero me di cuenta de que no importa a qué parte del mundo vaya, nunca encuentro a alguien como yo.

—¿No fuiste tu el que quiso esto? ya dejaste de pertenecer al mundo humano hace mucho tiempo. Y de todas formas, ¿Eso es malo? es como si fueras único ¿no es eso genial?

—No lo pensé de esa forma, la verdad es que lo único que siento cuando pienso en eso es soledad— Confesó Arthur con la mirada perdida. 

—Dudo que puedas volver a tu casa después de tanto tiempo...— Susurró el conejo pensativo, mientras observaba al niño que parecía a punto de llorar. —Pero... ¿Que tal si traes a alguien aqui? Un ser humano como tu, que te haga compañía, incluso puedes elegirlo.

Al oírlo el rostro de Arthur se iluminó completamente y se puso de pie casi de un sato. 

—¡Eres un genio Minty!— Grito emocionado mientras sostenía al conejo entre sus manos y empezaba a dar vueltas alegre.

—Arthur me estas mareando...

—Traeré a otro niño para que seamos mejores amigos y....

—¿Niño?— Preguntó el conejo sorprendido. —¿Cuándo fue la última vez que te viste en un espejo?

—¿Eh? ¿Por qué preguntas?— Respondió Arthur confundido soltando al conejo para que éste pudiera volar.

—Arthur, tu... como lo digo.... mejor sigueme.

Antes de que el ingles objetara algo el conejo comenzó a volar sin dejar al niño con más alternativa que seguirlo.

—¡Espera Minty! ¡Ve más despacio!— Pedía Arthur mientras esquivaba las ramas de árboles que se cruzaban en su camino. Luego de un largo trecho al humano se le dificultaba la respiración y le dolían las rodillas.

—Ahí estabas— Exclamó alegremente mientras se acercaba al conejo que se encontraba sentado frente a un estanque. —Temía haberte perdido de vis...

Al quedar frente al estanque paro en seco, sintio un escalofrio recorrer su cuerpo. Luego de observar durante unos segundos, se sentó en la orilla y se acercó más, para asegurarse de que aquello era su reflejo. LLevó su mano a su mejilla izquierda e incluso luego de palpar su propia piel le costaba creer lo que estaba frente a el. El reflejo que el agua le devolvía de si mismo no era el que él recordaba, era un hombre hecho y derecho.

—Vaya— Susurró sin despegar la vista del agua. —Creo que lo sabía, hace mucho tiempo dejé de sentirme como un niño...

—Es curioso que te veas como si tuvieras veintitrés años, de hecho tienes más de cien...

***

—Entonces... ¿Para qué es esto?

Preguntó Arthur observando detenidamente el objeto que el conejo sostenia en su boca.

—Es una varita mágica— Respondió Minty dejándola sobre la mano de Arthur. —La hicimos para ti con una estrella que cayó.

—¿Acaso olvidaste que tu no puedes caminar por el mundo de los humanos? Esto te ayudara, pero no olvides que tienes un número limitado de deseos.

—¿Porque iria al mundo de los humanos?— Volvió a preguntar Arthur observando la varita, no era más que un pequeño palo de de piedra con una estrella brillante en la punta.

—¿No te sentías solo? ¡Úsala para encontrar un amigo! o amiga— Y tras decir eso, el conejo rio por lo bajo.

—Pero... eso fue hace varios días.

—¿Cambiaste de opinión?

—C-claro que no, solo que realmente no se que clase de persona debería buscar.

—No lo olvides, la palabra mágica es "Hoata"

Tras decir eso el conejo se fue, Arthur se quedó varios minutos examinando su nueva varita magica, preguntandose si de verdad servia.

—¡Llevame con Vlad!— Exclamó mientras agitaba la varita, pero nada pasaba  —¿Hoata?

Luego de pronunciar aquella extraña palabra una extraña luz comenzó a emanar de la estrella en la punta de la varita. seguida de un extraño humo blanco. 

Aquel humo le provocó un poco de tos, Arthur se restregó los ojos para aclarar su vista, mas no tardó mucho en notar que ya no se encontraba en el bosque encantado, rápidamente reconoció la arquitectura del lugar en el que se encontraba, estaba en el castillo Poenari, hogar de uno de sus mejores amigos.

—¡Que demonios fue todo ese humo?— Escucho una conocida voz detrás de el, al darse la vuelta, Arthur se encontró con su nocturno amigo escondido detrás de una columna apretando una mano fuertemente contra su pecho. —¿Arthur? ¿Que haces tu aqui?

Pregunto ya más calmado tras reconocer a su amigo.

—¿Te parece que estas son horas de visita para un vampiro?

—Lo siento mucho— Se disculpó el ingles mientras sonreia. —Solo estaba probando algo.

—¿Que estabas...

—Adiós Vlad, ¡Hoata!— Antes de terminar la frase, nuevamente el humo blanco inundo la habitacion, cuando este se disipó Arthur había desaparecido. Vladimir se quedo un largo rato petrificado, pensando que había sido eso.

Bien, no necesitaba decir su deseo en voz alta, con pensarlo y recitar la palabra mágica bastaba, y ademas tenia una cantidad limitada de deseos ¡No debía desperdiciarlos! 

—¿Que deberia hacer?— Se preguntó Arthur a si mismo mientras jugaba con la varita. 

¿Que clase de persona debía elegir? Veamos, los adultos no podían ver seres mágicos, así que si o si tenía que ser un niño, además debía ser soñador e imaginativo, sino aun siendo un niño sería imposible que pudiera verlos, ¿Que más? ¡Cierto! ¿Que tal si el niño tenía casa y familia? No podía simplemente secuestrarlo de su hogar, tenía que estar solo y no tener casa, y si tenía una familia que sean malos con el. Y por ultimo, que fuera agradable, no queria tener que convivir con un idiota. Entonces sería: Un niño o niña solitario, soñador, alegre e imaginativo.

Luego de enumerar las condiciones, Arthur pronunció la palabras magica, nuevamente, la luz y el humo comenzaron a rodearlo.

No podía acostumbrarse a eso, el humo se colaba en su garganta y le daba tos. ¿Donde lo habia llevado la varita? Miró a su alrededor, estaba en un frío y oscuro callejón. ¿Acaso algo salio mal? ¿Cómo podía encontrarse un niño en un lugar así? 

Entonces lo escuchó, una vocecita, casi un susurro, aunque no podía comprender que era lo que decía, Arthur comenzó a seguir el sonido de la voz, adentrándose más y más en aquel callejón, pensando en que hacer o decir cuando lo encontrara, incluso pasó junto a una pareja que tenía relaciones sexuales sobre un contenedor de basura, a medida que se acercaba lo escuchaba mejor, el niño o la niña, estaba llorando. 

—¡Oye! ¿Te encuentras bie...

Arthur no pudo terminar la frase, lo que vio frente a el lo dejo helado, ruinas negras, quemadas y deshechas de lo que de seguro tiempo atrás fue una gran casa, lo único que permanecía intacto era el marco de la puerta, frente a este había un tapete que decía "Welcome" y sentado sobre el primer escalón de una escalera que no llevaba a ningun lado, habia un niño pequeño, con su cabeza escondida entre sus rodillas.

Arthur no entendía cómo esa simple escena podía transmitirle tal sentimiento de tristeza, con pasos lentos se acercó al niño con la intención de consolarlo, mas el pequeño parecía no darse cuenta, seguía allí, absorto en su llanto. Incluso cuando le tocó el hombro, el niño, al que aun no podía verle el rostro, parecía seguir sin percatarse de su presencia. Entonces lo recordó, el no pertenencia a ese mundo.

—Deseo que pueda verme— Exclamó Arthur agitando la varita, nada paso. Suspiro sintiéndose estúpido recordando que debía hacer. —Hoata.












Me pregunto si todas las referencias son fáciles de captar, o debería hacer una especie de glosario para aclararlas,  es eso o arriesgarme a que piensen que estoy loca, más que nada por cosas como Jimmy pies cuadrados  ;-;










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