Tyler's POV.
Al terminar de leer el mensaje mi celular se apago, lo estaban controlando ellos.
Joder.
Mis nervios estaban en su máxima expresión. Entré rápidamente a Boxing buscando desesperadamente a Henry.
-HENRY!.- lo llamé mientras me dirigía a él. Llamé la atención de algunos de los que estaban entrenando pero me dió igual.
-¿qué paso?.- preguntó un poco preocupado.
-Se llevaron a Keiler.- solté. Su rostro cambió.
-¿quién?.- preguntó aún más preocupado.
-Uno de los hombres del tipo que buscamos. De Dmitry.- dije. Henry se mostraba sorprendido.- necesito un teléfono, apagaron el mio.- hablé rápidamente. Este me pasó el suyo.
Llamada telefónica.
-¿hola?.- contestó Bert.
-Bert, soy Tyler, Dmitry se llevó a Keiler.- dije.
-¿de que estas hablando Tyler?.- preguntó.
-Estábamos en Boxing, salió y se la llevaron.- contesté.
-Ven para acá. Veremos que hacer.- ordenó.
-Ok, adios.- corté la comunicación.
Fin llamada telefónica.
-Gracias.-le dije a Henry entregándole su celular.
Salí rápidamente del lugar. Al llegar a mi moto fui detenido por Noah. El amigo de Keiler.
-¿qué le pasó a Keiler?.- preguntó.
-la secuestraron, ¿puedes encargarte de su moto?.- respondí, cuando asintió le pasé las llaves para luego irme.
Keiler's POV.
Desperté con un dolor de cabeza horrible, sentía un fuerte pito en las orejas que hacia que me mareara, mi boca estaba seca y mi mejilla se sentía hinchada. Mi cuerpo dolía, estaba en una habitación de aspecto viejo, en las paredes resaltaba la humedad, mi piel de gallina demostraba el frió que se estaba apoderando de mi.
Recuerdo que estaba esperando a Tyler fuera de Boxing y luego pusieron un paño sobre mi nariz, después todo se volvió negro.
Llevaba solo mi polera corta, mis pantalones y mis zapatillas, mis brazos se sentían helados. Por la ventana podía ver que estaba oscureciendo. Con mis manos froté mis brazos para darme un poco de calor, estos dolieron. Al dirigir mi mirada a ellos vi que tenia marcas que comenzaban a tomar un color morado. Solté un bufido. La puerta se abrió dejándome a ver a un tipo de cabello negro con una estúpida sonrisa en su cara.
-Al fin despiertas hermosa. Levantate.- ordenó. Luego de soltar un suspiro lo hice. Solté un suspiró cuando sentí un fuerte dolor en el costado derecho a la altura de mis costillas. Te tomó con escasa delicadeza clavando sus dedos en mi brazo. Me llevó por un angosto pasillo, al pasar por al lado de un mueble pude ver mi aspecto en un pequeño espejo que este tenía, mi mejilla estaba un tanto roja y de mis labios salían caminos de sangre que se habían secado en el tiempo que estuve dormida. Tensé mi mandibula.
Llevé mis manos a borde de mi pantalon, chequeando cuidadosamente si tenía alguna de mis armas, no di con ninguna. Por dentro de mi pantalón a la altura de la cintura había un pequeño bolsillo, en este siempre guardaba una navaja. Aproveché el momento en que el chico se distrajo para revisar, efectivamente estaba ahí. No la saqué.
Tocó dos veces una puerta, literalmente me empujó dentro provocando que me tropezara pero logré equilibrarme para no caer. Cerró la puerta dejándome sola, o eso creía.
-Keiler Warren.- miré hacia delante y el pelo blanco de Dmitry resaltaba en el lugar. ¿Qué hace aquí?
-creí que estabas en Rusia.- dije. Este rió.
-creíste mal, por un momento pensé que serías más astuta Keiler, fue fácil agarrarte.- dijo.
-cuando envías a otras personas a hacer el trabajo sucio es siempre fácil.- ataqué con una sonrisa falsa.
-tienes carácter.- dijo. Examiné la habitación buscando escapatoria.- no tienes donde ir, Frank no vendrá por ti y para salir tiene que matarme.- reí de forma sarcástica.
-A Frank es a la persona que menos espera, ¿quién sabe?, tal vez salga de aquí y lo envió a hacerte compañia.- sonreí. En este momento lamentaba haberme sacado el brazalete que me había puesto Bert. Se levantó de donde estaba y se acercó a mi.
-¿esperas a alguien?.- preguntó.
-son un poco torpes, tomará tiempo que lleguen.- respondí encogiéndome de hombros.- ahora, ¿qué quieres?.- pregunté retrocediendo un paso.
-llamaremos a Bert, dirás que traiga el "anexo A" y te podrás ir. No quiero sorpresas cuando vengan.- dijo. Marcó un número y la confusa voz de Bert se hizo presente.
Llamada telefónica.
-¿quién es?.- preguntó.
-Hola Bert, tanto tiempo sin vernos.- habló Dmitry.
-¿dónde está Keiler?.- preguntó.
-Está justo a mi lado. Quiere decir algo, ¿no es así?.- me observó esperando respuesta. Tomé aire.
-Quiere el Anexo A.- hablé.- te diga lo que te diga, nunca se lo des.- solté. Luego sentí un fuerte golpe en mi mejilla, caí golpeando mi cabeza con el borde de la mesa, mi vista estaba borrosa. Luego todo estaba negro.
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Desperté con un grito de dolor, estaba en la misma habitación de antes, mi pierna dolía como el demonio, intenté moverla pero el cuchillo clavado en ella me lo impedía. Intenté respirar un poco pero todo mi cuerpo dolía, mi cabeza había parado de sangrar. Habían pasado ya dos días, he sido constantemente golpeada por no pedir lo que ellos querían, no comía nada desde aquel día en la mañana.
Flashback.
-Llamaré de nuevo y pedirás el anexo oíste.- habló Dmitry entre dientes agachándose para estar un poco a mi altura. Estaba tirada en el suelo luego de otro golpe que me había dado, más fuerte que el de un día atrás, cuando llamó por primera vez. Saqué fuerzas de algún lugar y arrebaté el celular de sus manos para lanzarlo a la pared, cuando cayó este se rompió.- veremos que tan valiente eres ahora.- dijo clavando el cuchillo en ni pierna.
Fin flashback.
Estaba completamente débil, cuando tosía todo mi cuerpo dolía, necesitaba un poco de agua pero no me la darían si no cooperaba. Sentía mis muñecas quemadas por el cordel que las ataba ya que intenté soltarme para sacar el cuchillo de mi pierna. Había perdido mucha sangre, mi piel estaba pálida y me mareaba cada cierto tiempo.
-T...termina c...co...con esto ya.- hablé. como pude, mi voz apenas se escuchaba, mi garganta estaba seca. Escuché su risa.
-Solo si pides lo que necesito,vamos Keiler, han pasado dos días y aún no te encuentran, solo tu puedes terminar con esto.- habló Dmitry.
-N...no.- me dejé caer nuevamente en el frío piso. Mis ojos se abrieron de golpe al sentir agua helada recorrer mi cuerpo, comencé a tiritar, luego me encogí al sentir otro golpe en las costillas. Mi respiración era irregular.
¿Cómo es posible que aún no me encuentren? Son la jodida CIA.
-En unas horas será tu última oportunidad, si no lo haces dejaré que los chicos se encarguen de ti y créeme que se van a entretener contigo.- soltó.