Could be...

By Ig_cabezas

209K 7.7K 456

Todos venimos a este mundo con un propósito fijo, la pregunta ¿Qué hago aquí?, siempre tendrá su respuesta a... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Adelanto cap 12
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Adelanto cap 18
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Adelanto Capítulo 34
Capitulo 34
Capítulo 35
Mañana en Could be...
Perdón
Capítulo 36
Capitulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Perdonenmee
Capítulo 43
Capítulo 44
Avisoo
Capítulo 45
Sabado
Final
Epilogo
EXTRA 1
Noticias
Segunda Temporada
¡Segunda temporada!

Capítulo 7

5.6K 183 11
By Ig_cabezas

Una semana después...

Keiler's POV.

-no quiero, estoy bien aquí.-dije.

-Vamos, no seas aburrida.- habló moviéndome por los hombros.

-No tengo ganas de salir, mis domingos consisten en descansar en casa.- me tapé el rostro con un cojín del sillón.

-Yo si, estoy bastante aburrido aquí.- se quejó.

-Andate entonces.- solté, él me observó con los ojos entrecerrados. Suspiré.- bien, ¿a donde quieres ir?.- pregunté.

-Vamos a comer.- propuso.

-¿Qué?

-comida.- molestó, lo observé entrecerrando mis ojos.- ¿Pizza?.- preguntó.

-Hecho.- me levanté del sillón- iré a ponerme ropa, no iré con pijama.- subí la escalera para ir a mi habitación.

Como me había duchado en la mañana me quité el pijama limpio y lo cambie por unos jeans claros, polera blanca que dejaba ver un poco de mi abdomen unos botines café.

No me maquillé mucho, solo máscara de pestañas y bálsamo labial. Tomé mi bolso y bajé.

-¿qué estas haciendo?.- pregunté al ver a Taylor con los pies en el respaldo del sillón y su cabeza colgando. Se puso rápidamente de pie.

-nada.- se acercó a mi escaneandome de pies a cabeza- linda.- dijo, luego salimos.

Subí tras de él en su moto y me sostuve a su cintura con mis manos. Últimamente pasábamos más tiempo juntos, el chico no es tan estúpido después de todo.

Llegamos al mismo local que me trajo la primera vez, y nos atendió la misma señora, con la misma amabilidad de siempre. Estábamos conversando con Taylor de varias cosas cuando un rostro conocido apareció por las puertas.

Jodida madre....

Bruce entró con su particular sonrisa, junto con un chico que me parecía conocido, aparté mi mirada he intenté que nuestros ojos no se cruzaran, pero no resultó, terminó pasando al lado de nuestra mesa y frunció el ceño al ver a mi acompañante, aún así, no dijo nada.

-¿Qué pasó entre tu y Bruce?.- preguntó Taylor.

-No fue un rollo si eso es lo que crees.- dije mordiendo un trozo de pizza.

-¿entonces?.- su mirada se mantuvo en mis ojos. Lo miré riendo.

-¿de verdad pensaste eso?.- pregunté. Él solo rió pero sabia que su respuesta era un si.- no te diré, es un tema complicado.- hice una mueca. El suspiró.

-a veces me pregunto que es lo que escondes Keiler...- susurró.

-todos escondemos cosas, estoy segura que tu igual.- hablé. Puse otro trozo de pizza en mi boca.

-puede ser.- se encogió de hombros.

-¿podemos hablar un segundo?.- habló alguien a nuestra izquierda, no era necesario mirar para saber quien era.

-si no te das cuenta estamos comiendo.- dijo Taylor.

-Si no te das cuenta le hablé a ella, no a ti.- respondió Bruce.

-¿Qué quieres Bruce?.- pregunté antes de que comenzaran con una discusión.

-que hablemos, solo serán unos minutos, es importante.- se tocó la muñeca. Eso significaba que era sobre Frank o algo relacionado con eso, la muñeca era un signo que inventó Frank para comunicarnos cuando teníamos público para así evitar sospechas.

-¿me das un segundo?.- le pregunté a Taylor. Bufó y terminó asintiendo.- ya vengo.- me levanté y fui junto a Bruce.

-¿Taylor? ¿En serio?.- dijo mientras caminabamos. Parecía enfadado.

-si de esto quieres hablar me voy.- me detuve.

-Ok, ven.- me guió a una mesa donde estaba el chico con el que entró. Este hizo un movimiento con su cabeza saludando. Hice lo mismo y me senté.

-¿Y bien?.- pregunté. Me quedé mirando al chico ¿por qué se me hacía conocido?

-Keiler, el es Shane Kamt, se unió a Frank hace poco.- dijo Bruce.

-¿Y?.- esperé a que siguieran hablando.

-Me mandaron a ti, para entrenarme.- habló él. Me reí.

-Estoy fuera y Frank lo sabe.- dije.

-Si, pero eres la única que lo puede entrenar, eres la que más sabe.- dijo Bruce.

-¿cuántos años tienes?.- pregunté frunciendo el ceño.

-24...¿Tu?.- se veía más joven.

-19.- me miró riendo.

-Esperen. ¿Frank me mando a entrenar contigo? De seguro ni siquiera disparas.- rió. Me reí burlandome.

-¿quieres apostar?.- pregunté.

-Cuando hablaban de la gran Keiler me imaginé a alguien más... Impotente.- dijo.

Flashback...

-Podrás ser de los hombres de Frank, pero el mismo tiene que venir a buscar el dinero. O simplemente lo botamos...

-Vendrá Keiler.- dijo mi acompañante

-Wow... Estoy temblando, debe ser alguien impotente.- se burló. Este no sabía que yo ya estaba ahí ya que mi cara y cabello estaban cubiertos.

-No te entrenaré. Punto.- me levanté.

-HEY!! Keiler!.- Bruce me tomó del brazo.

-Bruce, llévatelo, manténlo lejos de las oficinas, yo hablaré con Frank.- ordené.

-¿Por qué?.- preguntó extrañado.

-Bruce, confía en mi.- me fui de allí. Llegué a donde Taylor.- ya volví, lo siento.- me senté frente a él.

-No te preocupes.- dijo, vi que ya había terminado y yo ya no tenía hambre, tenía que llamar a Frank urgente.

-¿Nos vamos?.- pregunté. El asintió, luego de que él pagara nos fuimos.

El camino a casa era algo incómodo y el silencio se me hacía cada vez más molesto. Taylor no ha intercambiado palabras conmigo, solo llevaba la vista en la carretera. Necesitaba llamar a Frank y la velocidad con la que Taylor estaba conduciendo no me favorecía.

-¿Estás molesto?.- pregunté. Este me miro rápidamente.

-se suponía que comeríamos juntos, no que te irías casi veinte minutos con Bruce.- soltó. Boté aire.

-Lo siento, de verdad. Lo compensaré lo juro.- me disculpé. Me miró nuevamente y sonreí inocente.

-esta bien...No pongas esa cara.- habló. Lo había convencido.

-gracias.- besé su mejilla antes de acomodarme en mi asiento. Últimamente hacía bastante eso, bueno, han cambiado muchas cosas con Taylor, las cosas cambiaron por el simple hecho de que ahora lo puedo llamar mi amigo.

Saqué mi celular para enviarle un mensaje a Frank.

"Necesitamos hablar, repórtate en cuanto puedas. Es urgente"

Pulsé el botón de enviar y guardé el celular en mi bolsillo.

-¿hiciste el trabajo de ciencias para mañana?.- preguntó. Negué con mi cabeza.

-Lo haré en el desayuno.- me encogí de hombros.

Cuando estaba a punto de llegar frente a mi casa un auto familiar aparca allí.

Cuando le dije a Frank que se reportara lo que menos pensé es que estaría en mi casa. El coche se detuvo y bajé rápidamente.

-Debes irte.- le dije nerviosa este frunció el ceño.

-No, al parecer te abrieron la puerta, te acompañaré.- dijo dispuesto a bajarse.

-No.- le detuve.- enserio, tengo todo bajo control.- intenté parecer poco interesada. Este me observó por un rato largo para luego asentir.

-Cuidate, ¿si?.- acarició mi mejilla con su pulgar rápidamente. Asentí dándole una sonrisa.

Caminé hasta la puerta y esperé a que Taylor se fuera, vi desaparecer el coche por la calle y entré.

-Es la escena más romántica que he visto en mi vida.- habló Frank dramatizando con una mano puesta en el pecho.

-Callate.- le tiré un cojin.

-¿Qué tenías que decirme?.- dijo volviéndose serio.

-Desde que me fui dejas entrar a cualquiera Frank.- dije mientras le daba una cerveza.

-¿Por qué?.- preguntó.

-Shane Kamt, ni siquiera se llama así.- aclaré tomando un sorbo de mi cerveza.

-¿Cómo lo sabes?.- se acomodó en el asiento.

-Es de los hombres de Christopher, lo se por que me acordé de él, es el que quería votar tu dinero. Su nombre es Jay Herdey, 24 años.- concluí.

-De verdad te necesito mujer, mis hombres son unos inutiles.- se rascó la cabeza con frustración.

-¿Qué vas a hacer? Y por cierto, ya sabe quien soy. No necesito este problema.-pregunté.

-Yo me encargo, no te preocupes. Cambiando de tema, ya hice un chequeo de los expedientes de ese tal Mart. Ya limpié lo relacionado a la misteriosa chica que trabaja para mi.- se rió.

-ya no trabajo para ti.- me acomodé en el sillón.

-quieras o no algo te impide alejarte de todo esto Keiler.- dijo. Es verdad, siempre termino haciendo algo para ayudar a Frank. Sonreí.

-Igual me extrañas, no lo niegues.- lo molesté. Se levantó.

-Bájale al ego rubia.- desordenó mi cabello para dirigirse a la puerta.- adios. Cuídate y me avisas si ese chico te hace algo.- rió.

-Idiota! Adios.- me despedí.

Cerró la puerta, se fue. Era de noche y no tenía nada que hacer, Jack y Scott se habían ido a jugar y Grease estaba con sus primas. Subí a mi habitación, estaba dispuesta a quitarme la ropa para ponerme pijama pero unos brazos me rodearon y una mano tapó mi boca.

-Shh... No me mates.- reconocí la voz que estaba mezclada con un toque de diversión. Me soltó.

-¿ES QUE ERES ENFERMO? IMBECIL CASI ME DA UN ATAQUÉ.- grité enojada. Bruce aún reía. ¿Este es tonto?

-Lo lamento, tenemos que hablar.- dijo.

-No tengo nada que hablar contigo y por favor vete de mi casa.- respondí empujándolo.

-No, ya basta Keiler. Me escucharás te guste o no.- habló serio, tomó mis brazos evitando que lo siguiera empujando. Suspiré. Tenía razón debíamos aclarar unos puntos. Luego lo mandaría al polo norte si por mi fuera.

-Habla.- dije sentándome en mi cama.

-Perdón vale, tenía miedo, es mi hermana Keiler, es todo para mi. ¿Es tan difícil entenderlo? Se que me equivoqué, pero seamos sinceros, si te decía Jasper la mataría si o si, también es alguien de influencia, pudiste haberlo detenido, lo se, pero ¿realmente crees que no encontraría la forma para llegar a ella? Tiene 5 años Keiler, tiene toda una vida aún.- se notaba arrepentido y en parte tenía razón. Jasper hubiera llegado igual a su hermana. Pero, ¡Dios! Eran mis padres.

"Debes aprender a perdonar cuando debes hacerlo Keiler" las palabras de mi madre se hicieron notar en mi cabeza.

-Además, conmigo sigues enojada y a Jasper solo le diste un susto, ¿era más fácil perdonarlo a él?.- preguntó. No me había puesto a pensar en eso. Tiene razón. Joder, soy una pésima persona. Jasper había hecho mucho más que Bruce y aún así no hice nada.

-Te perdono. Fui injusta, tienes razón, lo siento.- le dije. El soltó una adorable risita.

-no te preocupes, tenías motivos después de todo.- se acercó y me envolvió con sus brazos. Le respondí el abrazo.

-eres un idiota.- le dije recordando el susto que me dio. Su pecho vibraba por su risa.

-Tu cara fue para grabarla.- continuaba riendo. Golpee su hombro y salí de mi habitación con la misión "ignorar a Bruce por un buen rato"- Hey, ¿a donde vas?.- preguntó. Seguí caminando sin tomarlo en cuenta.

Bajé las escaleras, entré en la cocina para prepararme algo, tenía hambre.

-¿Qué haces?.- preguntó. Seguí con mi sandwich y comencé a tararear una canción.- ¿me estas ignorando?.- tenía ganas de reír pero me aguante. Partí mi sandwich por la mitad y mordí un pedazo bajo la atenta mirada de Bruce, quien tomo la otra mitad para comerla.

Idiota...

-DEJA DE IGNORARME.- gritaba sentado en mi cama, supongo. Reí en silencio, estaba en el baño cambiándome de ropa luego de darme una ducha rápida.- SE QUE TE ESTÁS RIENDO.- gritó.

Salí pensando que Bruce se había ido ya que hace más de diez minutos que había un silencio sepulcral y ademas escuché cerrar la puerta de abajo. Abrí la puerta de mi Walk-in-closet, iba a soltar la toalla ya que llevaba solo mi ropa interior y unos labios se apoderaron con ferocidad de los mios.  No se había ido, me había tendido una trampa y vaya que trampa. Terminé respondiéndole el beso, joder, besaba tan bien, no sabía si era eso o mis labios ya parecían vírgenes por no haber besado a alguien hace tanto tiempo ya. Me incliné por la primera.  Sus manos me tomaron por la cintura acercándome a él, las mías pasaron a su nuca, retrocedió hasta que mi espalda tocó la fría pared, un escalofrío recorrió mi columna y al parecer ambos teníamos ganas de más.

Nos separamos, Bruce pasó a dejar un camino de besos hasta mi cuello, centrándose solamente en ese espacio, un pequeño ruido salió de mis labios y al parecer eso provocó aún más el momento.

Sin dificultad desabotoné su camisa y la deslicé fuera de él, cayendo al suelo del espacio al rededor de nosotros, donde también terminó mi toalla. Recorrió mi cuerpo con la mirada y sonrió.

Volvió a atacar mis labios, ahora mis piernas rodeaban su cintura, sus labios  bajaron e hicieron un camino por mi pecho, luego volvieron a mi cuello donde seguramente tendría una marca por la mañana.

-Detente.- susurré y puse una mano en su pecho, no quería detenerme pero debía hacerlo. Bruce poco a poco fue calmándose, junto nuestras frentes.

-Ok, ok... Esto fue demasiado rápido.- su voz estaba agitada y una sonrisa se dibujaba en sus labios. Reí.

-Si, es mejor que nos calmemos.- dije, solté un suspiro. ¿Cómo llegamos a esto? Beso mis labios nuevamente, esta vez fue lento. Desenrollé mis piernas de él para bajar. Cuando nos separamos Bruce recogió mi toalla y luego su polera, yo estaba embobada viendo como sus músculos se contraían cuando se agachaba.

Malditas hormonas!!

En este momento estaba sintiendo cosas que hace bastante tiempo no había experimentado, no crean que me refiero a enamorarme de Bruce, no, no soy de las  que se enamoran así de facil. Pero si sentía una cierta atracción hacia el individuo que estaba frente a mi. Es sexy, eso no puedo negarlo.

-por mi te quedas así pero... No quiero que te resfries.- dijo. Saqué mi pijama que era un pantalón de chandal gris y una polera blanca. Me lo puse.

-¿ahora si?.- le pregunté. Este asintió. Ambos reimos.- puedes ponerte la polera, de verdad.- le dije cuando la dejó sobre mi cama. Este rió.

-Se que me prefieres así.- soltó. Negué con mi cabeza riendo. Tal vez debería sentir vergüenza por lo que paso entre nosotros pero no lo sentía asi. Y él tampoco, me comienzo a dar cuenta de que somos bastante parecidos. Fui al baño para secarme el pelo, me miré al espejo y mi rostro reflejó sorpresa al ver la considerable marca rojiza de mi cuello.

-BRUCE! Juro que te mato.- le dije, este se acercó, al ver la marca lo vi sonreír por el espejo.- ¿Cómo taparé esto mañana?.- era más una pregunta al aire.

-Déjalo así y ningún idiota se te acercará.- dijo celoso.

-Gracias, pero exhibir un chupetón no es algo lindo, prefiero evitar comentarios.- dije. Este rió.

-Qué linda eres.- mordió suavemente mi mejilla y volvió a la cama.

Es increíble como algo puede cambiar tan rápido, hace unas horas lo odiaba y ahora terminamos besandonos.

Me sequé el cabello y luego me cepillé los dientes, Bruce todavía no se iba, sino que estaba acostado viendo televisión.

-¿Tu no piensas irte?.- le pregunté con una ceja alzada. Este rió.

-Que pesada, pero para tu desgracia si me iré, le prometí un cuento a Chloe.- dijo, Chloe es su hermana.

-Bien, tendrás que irte ya, yo tengo sueño y lo más probable es que la pequeña Chloe te esperé.- dije. Este asintió y ambos bajamos. Antes de abrir la puerta se despidió besándome.

-Nos vemos mañana, me llamas cualquier cosa, ¿oíste?.- dijo. Asentí.

-Nos vemos.- respondí. Cuando ya se había ido me aseguré de cerrar todo, una vez todo listo me fui a dormir.

Lunes. Como odio los malditos lunes. Tenía sueño ya que Bruce se fue tarde anoche. Hablando de Bruce... ¿cómo se supone que lo saludaré?

Me levanté para ducharme y hacer mi aseo personal, al salir me puse un sujetador blanco a juego con mis bragas. Tomé unos jeans algo sueltos y los doble abajo, un top blanco y mis adidas.  Me maquillé naturalmente y con un poco de base tapé la marca que Bruce dejó en mi cuello.

Guardé lo necesario para hoy, un cuaderno, un lápiz, celular y mis gafas.
Bajé para tomar desayuno, consistía en un café y una manzana. Al terminar tomé las llaves de mi moto, mi coche no tenía gasolina y si iba en el tendría que pasar a cargarlo, no se me antoja hoy.

De paso tomé el casco, mi chaqueta la miré pero negué, hoy hacía calor. Me aseguré de cerrar todo y me fui.

Taylor's POV.

-quiero retirarme de la apuesta.- le solté a los chicos bajando de mi coche, luego me apoyo en él.

-Bro, te rindes. Sabía que no lo conseguirías.- dijo Noah.

-No es eso, solo.... Ya no quiero hacerlo.- dije.

-Espera ahí.... ¿Te gusta Keiler?.- preguntó Josh.

-¿qué? No...- dije, la verdad me estaba convenciendo mismo, lo admito, Keiler se ha vuelto alguien importante pero no lo diría en voz alta.

-Osea que das por hecho que ya no te dará oportunidad alguna.- habló Josh. Ignoré el comentario.

-Les pagaré la apu...

-¿Apostaste acostarte con Keiler?.- Bruce apareció frente a mi.

-¿A ti que te importa?.- solté. Se rió secamente.

-que bajo caíste Taylor, apostar por una chica no te hace mas hombre, que cobarde eres.- dijo. ¿Y este que se cree? Me reí.

-Entiendo niño... quieres ser héroe de una chica que ni siquiera te toma en cuenta.- este se rió.- ¿pero sabes?  Terminará en mi cama.- recibí un golpe de su parte, mi labio estaba sangrando. Golpeaba fuerte. Todo el instituto estaba viendo mi respuesta, me lancé sobre él y mi puño paró en su mejilla, luego otro y otro. Pero al parecer daño no le hacían ya que como pudo con su rodilla golpeó mi estomago dejándome sin aire, aprovechó el instante para lanzar un golpe tras otro.

-BRUCE!!.- una melena rubia apareció a nuestro lado. Bruce estaba cegado golpeandome, debo confesar que estaba a punto de no poder mantenerme de pie.- BRUCE YA BASTA!!.- lo empujó por su pecho y este al fin me soltó.- ¿QUÉ LES PASA? ESTÁN A PUNTO DE MATARSE.- nos gritó, ambos mirábamos el piso como dos niños a los que estaban regañando. 

-Que tu gran amigo te cuente, bien merecido te lo tenías imbecil.- habló Bruce enojado. Keiler frunció el ceño y me observaba. Joder, ¿qué le digo?

-SE LES PERDIÓ ALGO.- gritó Keiler a los espectadores, estos rápidamente despejaron el lugar.- ¿y bien?.- me preguntó.

-nada.- me encogí de hombros. La risa seca de Bruce me hizo tensar la mandibula.

-Que cobarde.- dijo. Keiler se volteó para ver a Bruce.

-¿Qué paso? Y no me respondas con un nada.- habló la rubia cruzando sus brazos. Fulminé a Bruce con la mirada, si este idiota le decía, toda amistad con Keiler se iba a la basura.

-A Taylor le gustan las apuestas, con sus amigos apostó acostarse contigo Keiler.- soltó. Jodido idiota. Keiler giró lentamente su cabeza hacia mi.

-¿eso es verdad?.- me preguntó.

-Keiler... Yo....fue a inicio del año...

-¿inicio de año? ¿Apostaste que te acostarías conmigo en casi un mes? No soy de la chicas con las que sueles tratar Taylor.- me interrumpió.

-La iba a cancelar.- excusé. Esta rió acercándose a mi.

-Aléjate de mi.- me dijo. Por un momento pensé que me golpearía. Luego se fue con Bruce. Fruncí el ceño por eso. Los chicos me llevaron a donde la enfermera para que me curara las heridas.

-¿POR DIÓS TAYLOR, QUÉ TE PASÓ?.- exclamó la señora. ¿Como es posible que se arme una pelea fuera del instituto y solo los estudiantes se percataran?

-Una pelea.- respondí. Los chicos se fueron dejándome ahí. Lexa por su parte sacaba algodón y alcohol. Me observó e hizo una mueca. ¿Tan mal me había dejado? Sentía latir mi mejilla izquierda, el labio inferior hinchado al igual que mi ojo derecho, este último no era mucho.

Minutos después tocaron la puerta, primero apareció Bruce, quien al verme soltó un bufido, y luego Keiler, quien ignoró totalmente mi presencia.

-¿no me digan que tu.- me señalo.- y tu.- señaló a Bruce.- fueron los desquiciados que pelearon?.- más bien era una afirmación, suspiró frustrada.- los jóvenes de hoy.- suspiró.

Continuó limpiando mi mejilla y al parecer le faltaba más tiempo para acabar conmigo.

-Keiler, ¿Puedes curar a Bruce?.- la chica suspiró y asintió.- ¿sabes hacerlo verdad?.- volvió a asentir.- bien, ahí están las cosas.-contigo terminó en un momento, iré por unos papeles.- dijo para luego salir.

Bruce se sentó en una silla situada en una esquina, podía ver su perfil y estaba sonriendo.- ya le faltaba a esto una enfermera sexy.- dijo hablando bajo, probablemente pensando que no lo escucharía.

-cállate.- le dijo Keiler en el mismo tono. Bruce suspiró. La rubia le puso alcohol al algodón y lo puso en el labio del idiota.- Te aguantas.- le dijo cuando el idiota se apartó por el dolor.

Ya quisieras estar en el puesto de Bruce y sea Keiler quien te cure...

Aparte esos pensamientos de mi cabeza. Bruce sonreía y Keiler no se inmutaba ni con eso ni con mi mirada, recorrí su cuerpo, esos jeans le quedaban fatales, todo le quedaba genial.

-al parecer lograste taparlo.- dijo Bruce riendo.

Keiler's POV.

-Si sigues te limpiarás solo.- le dije. Este no era el mejor momento para sus comentarios. Sus manos se pusieron en mis caderas, lo miré a sus ojos.

-¿estás enojada?.- preguntó. No estaba enojada, estaba molesta, por un lado pensé que podía confiar en Taylor y por otro no quería que Bruce se metiera en problemas, se como es cuando se enoja y esos golpes pudieron haber pasado a mayores.

-Listo.- dije apartandome, boté los papeles en el basurero que estaba al lado de Taylor, este me observaba atento pidiendo alguna palabra hacia él, pero no le daría el gusto. En ese momento llegó la enfermera.

-Bien, terminaré contigo Taylor y luego llenaré sus pases para ir a clases. Keiler también traje uno para ti.- dijo.

-No se preocupe, yo me iré ahora.- hablé y salí sin esperar una respuesta, dejando a las dos personas que casi se matan ahí adentro. Bueno, prácticamente en este momento no quería estar en la misma parte que ninguno de los dos.

Continue Reading

You'll Also Like

114K 5.5K 48
Una historia que promete atraparte desde el principio hasta el final. Camila es una chica humilded, Ignacio Besnier es el heredero de un imperio empr...
Ojos Violeta By Nix

Teen Fiction

555K 38.2K 41
Azul es diferente a los demás de su instituto por sus ojos violeta, por lo cual es objeto de burlas por parte de sus compañeros siendo llamada "rarit...
94.7K 16.1K 42
¿Y si es muy tarde para empezar de cero? Cuando Gia Davies se muda a Nueva York, está huyendo. Se ha dado cuenta de que su carrera no le gusta, su re...
4.7M 327K 50
• Del odio al amor no hay un paso, sino muchas locuras • Si te despiertas una mañana con un dolor de cabeza espantoso, un pedrusco encajado en...