May we meet again.

Door __Ink___

260K 14.1K 2.5K

Fanfiction basado en la pareja ficticia y televisiva del tv show "Los 100". Ningún personaje me pertenece, si... Meer

Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Agradecimientos.
Capitulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 31.
Capítulo 32.
Capítulo 34.
Nuevo fanfic Clexa.
Nuevo proyecto personal.
El reflejo de todas.

Capítulo 33.

5.8K 379 42
Door __Ink___

    Todo había acabado. Es lo que dijo Clarke cuando escuchó de nuevo el cuerno. El sonido que más ansiaba en aquel momento, el que anunciaba la victoria de los suyos, del ejército de Lexa contra Azgeda. Pero todo su alrededor parecía perdido, tan perdido que cualquiera que pasase por allí se preguntaría si realmente habían ganado. Cuando veía escenarios como aquel dudaba de aquello. Se preguntó si de verdad había algún ganador en una guerra como aquella o si simplemente se perdían vidas y ganaba el bando que tuviese más gente con fuerzas de seguir peleando. 

     A su alrededor todo estaba destrozado. Los gritos cesaron y sólo se escuchaban las cadenas con las que los suyos atrapaba a los supervivientes de Azgeda para llevarlos a Polis. Sólo se escuchaba el sonido del viento terminando de llevarse todas las vidas que había dejado aquella batalla. El camino en el que había tenido lugar estaba completamente ensangrentado. Apenas se podía pasar entre tantos cuerpos sin vida. Cuerpos derrotados por un sin sentido que al parecer, ya había logrado su final. 

    Raven le había anunciado por el walkie que los Skaikru estaban acercándose con los automóviles para ayudar a los heridos. Clarke sabía que su madre iría en el primer coche que saliese de Arkadia para comprobar que estaba bien después de la locura que había cometido, pero ella ni siquiera podía pensar en eso. Estaba conmocionada por todo lo ocurrido, por todas las vidas que se habían perdido y por la triste idea de que quizás, todo aquello era por su culpa, por aparecer en la tierra y ocupar un terreno que ya estaba ocupado. En ese momento sólo necesitaba a una persona. Pero estaba desaparecida. Muchos de los suyos la buscaban entre los cuerpos sin vida, asimilando que quizás su Comandante también había muerto. Tras minutos de búsqueda, Clarke comenzó a perder las esperanzas. Había recorrido parte del camino con otros de los guerreros de Lexa. Gritaban su nombre sin obtener respuesta y eso era lo peor, el silencio. La sola idea de perderla era algo que encogía el corazón de Clarke en un puño, pero algo le decía que no podía derrumbarse. No en ese momento. 

    Cuántos más metros recorría, más sentía que sus pies se negaban a continuar andando. Se había acostumbrado al olor a sangre y a los gritos de agonía de los supervivientes, a los que en seguida recogían para que los Skaikru se encargasen de su cuidado cuando llegasen. Los supervivientes heridos de Azgeda eran asesinados sin pensar. Ella misma tuvo que disparar a unos cuántos mientras recorría camino. Sabía que no tenían salvación y aunque la tuviesen, no la tendrían de su mano, no después de haber herido a su mejor amigo, de haber matado a Indra y a mucha más gente inocente, gente que no quería participar en una batalla, gente que sólo ansiaba la paz y que había luchado con uñas y dientes por ella. Si se hubiese visto desde fuerza, quizás, no se reconocería así misma, pero no podía hacer otra cosa. 

    Cuando vio la espada de Lexa, inconfundible para ella, entre varios cuerpos, tuvo que detenerse para controlar su respiración. Miró a su alrededor en busca de ella y avisó en seguida a los demás para que mirasen bien. Gritaron su nombre un par de veces, pero de nuevo, no hubo respuesta, sólo había sangre y más sangre y con esa sangre, su temor se hizo más profundo. Sus rodillas perdieron toda la fuerza que tenían y acabaron por doblarse para chocar contra el suelo. No podía más. Todo aquello era demasiado para ella. Había visto tanto que apenas lo soportaba, no soportaba la idea de no volver a ver a Lexa. Comenzó a sollozar en seguida, sintiendo como las lágrimas saladas recorrían todo su rostro herido. Sus manos comenzaron a temblar y ella sólo podía agarrar la espada con firmeza, aferrándose a ella, como si eso fuese lo único que quedase de todo. 

    - Clarke. 

    Entonces levantó la mirada. Por un momento creyó que era un sueño, que era parte del estado de shock en el que seguro estaba, que se había desmayado y que despertaría en la enfermería de Arkadia con las peores de las noticias. Pero no. Era Lexa. A unos metros de ella, cojeando y avanzando como podía. 

    Cuando los suyos la vieron, simplemente, se arrodillaron, completamente conmocionados, como si hubiesen visto un fantasma. En cambio, Clarke, no pudo contener el impulso y sin pensarlo, se levantó, con toda la fuerza que Lexa le había transmitido de golpe y rápidamente, se tiró a sus brazos. 

   Fue el abrazo más sincero que había dado en mucho tiempo. No importaron sus heridas ni lo cansado que estuviese su cuerpo, la abrazó con todas sus fuerzas, como si de hecho, se le fuese la vida en ello porque por un segundo, la vida, se le había ido de las manos al pensar en que Lexa había podido morir. Pero no. Estaba allí. Estaba viva. Sentía sus brazos rodeando su cintura y su nariz aspirando el aroma de su pelo y se sintió terriblemente feliz por eso. 

    Lexa tuvo que cerrar los ojos para asimilar que la había encontrado. Que estaba de nuevo en sus brazos, que había sobrevivido. Todo dejó de importar en el momento en el que sus cuerpos se rozaron. Daba igual las vida que había tenido que quitar, la sangre que había perdido, la gente que había visto muerta, su gente. El mundo pareció desaparecer por completo y ya no estaban en el lugar donde todo se perdía. Ahora estaban lejos. En casa. En los brazos donde se hacía hogar y entonces Lexa se juró interiormente que nunca más permitiría que nada ni nadie la separasen de ella. Entendió que pocas personas tenían el poder de salvarte cuando todo estaba destrozado y que ese poder, era completamente de Clarke. 

    No pudieron separarse en un rato. Como si después de ese abrazo tuviesen que enfrentarse a otra batalla, como si las fuesen a alejar. Como si la vida dependiese de ese contacto. Creyeron perder el aliento debido a la fuerza que sus brazos estaban ejerciendo en la otra, pero apenas les importó. 

    Cuando se separaron un poco para comprobar el rostro de la otra, para asegurarse al cien por cien de que estaban bien, entonces, se prometieron entre miradas que nunca más iban a volver a pasar por eso. Clarke se estremeció cuando sintió la mano de Lexa limpiando la última de las lágrimas que le resbalaban por la mejilla. Suspiró tranquila porque ella estaba bien, porque estaba viva, porque había ganado, porque había cumplido su promesa y porque tendría la oportunidad de cumplir cientos de promesas más. 

    - Creo que después de esto te has merecido no deberle nada más a tu gente- la sonrisa de Clarke se curvó de una profunda sinceridad mientras apoyaba su frente a la de ella. 

    - Después de esto tendrás que volver a enseñarme que de verdad, la vida es algo más que sobrevivir. 

    Clarke asintió con la misma sonrisa que tenía segundos atrás, prometiéndole antes de besarla que sería así. 



    Raven dejó que la madre de Clarke se encargase entonces de Bellamy. Le había sacado la punta de la lanza, tal y como sabía que tenía que hacer, pero estaba demasiado mal. Su cuerpo estaba ardiendo, temblaba y parecía estar inconsciente. Su pulso estaba cayendo en picado y sentía que ya no podía hacer más, no sabía qué hacer más. Por suerte, Abby había llegado justo a tiempo mientras Kane con los demás y con todos los automóviles de Arkadia se acercaban al lugar de batalla para trasladar a los heridos. 

    Octavia había salido junto con Raven de la tienda para dejar trabajar a Abby y a Jason sin molestías. Después de perder a Lincoln esperaba que no tuviese que perder también a su hermano, no después de que el que había sido su pareja hubiese dado su propia vida para salvarlo. Sería horrible tener que decirle adiós a dos personas tan importantes el mismo día. Lo único que la alivió, aparte de tener en ese momento a Raven cogiéndole la mano con suavidad, era la idea de que todo había acabado, de que habían ganado, aunque con sacrificios y perdidas importantes, perdidas que dolerían y que seguramente, jamás se olvidarían. 

    - Lo siento mucho...- susurró la mecánica. Octavia la miró a los ojos. Lo dijo de corazón. Sabía que aunque nunca había tenido relación con Lincoln, lo admiraba simplemente por el hecho de haber querido a Octavia como la había querido. -...Si alguien no merecía morir hoy, era Lincoln. 

   Octavia apretó la mandíbula y sonrió. Apartó la vista de Raven y la bajó hasta chocar con la imagen de sus manos unidas. Se acordó del beso de Lincoln, un beso de despedida que le deseaba lo mejor con la mujer que sabía que le iba a hacer feliz a partir de ahora y sin querer, sonrió amargamente. Hasta en esos momentos Lincoln mostraba el gran corazón que tenía, corazón que ella quizás le había partido. Eso era lo que más le mataba. 

    - Sabía que le querías- afirmó, apoyando la cabeza en su hombro. - Murió sabiendo que le querías y que nunca dejarías de quererle. 

    Octavia cogió aire, dejó que las palabras de la chica que tenía al lado la llenasen por completo. Tenían razón. Toda la razón. Nunca dejaría de querer a Lincoln. 

   Depositó un beso en la cabeza de Raven y le apretó la mano con más fuerza. Le daba fuerzas tenerla al lado. Había salido de Arkadia para ir hasta donde estaba ella, para confesarle lo que sentía y arriesgarse y ciertamente, si ella no hubiese estado allí en ese momento, no sabría qué había pasado. 

    - Todo esto es como un gran desastre- suspiró la morena, mirando al frente. 

   Los guerreros de Lexa iban y venían, andando de un lado para el otro, atendiéndose los unos a los otros y dejando a los médicos de Arkadia que los atendiesen también. Había una pila de armas en una de las esquinas, todas ensangrentadas. Los suyos, los Skaikru llegaron completamente derrotados de la batalla, dejándose caer en el suelo, tirando sus armas y con la mirada perdida. Habían visto demasiado, demasiadas imágenes que tardarían en salir de su cabeza. 

    - ¿Qué vamos a hacer ahora?- preguntó Octavia, pensando en que quizá, no había respuesta. 

    Todo desde que llegaron se había puesto en su contra. Habían acumulado el dolor y las perdidas de sus seres queridos por el hecho de que debían seguir luchando pero ahora, todo había acabado. Había pasado tanto tiempo que Octavia no sabía por donde debería de empezar. Ni siquiera se acordaba de que quizás la vida era algo más que sobrevivir. 

   - Ahora...- Raven le agarró el rostro y la obligó a que la mirase. -...Hay que reconstruir- sonrió. - Poco a poco y con mucho esfuerzo. Y quizás, algún día, todo vuelva a tener sentido. No el mismo sentido, pero uno parecido. 

   Octavia volvió a apretar la mandíbula y terminó por asentir, creyéndose las palabras de la chica que quería. Luego, se escondió en su pecho, abrazándose a su pequeña cintura, como una niña pequeña que había sido fuerte demasiado tiempo. Y Raven no pudo hacer otra cosa que envolverla entre sus brazos y comenzar a darle el cariño que necesitaba. Sabía que Octavia, por primera vez en mucho tiempo, necesitaba a alguien a su lado que la quisiese tal y como era al principio. No sólo era una guerrera, era una persona, alguien humano y era así como Raven la quería. 


   Fue entonces cuando Monty y Jasper llegaron en uno de los últimos coches procedentes de Arkadia. Se acercaron a sus amigas corriendo, felices porque estuviesen vivas y éstas, inmediatamente, se abrazaron a ellos. Era un abrazo lleno de sueños y de un futuro que tendrían que vivir a partir de entonces. Todos se alegraban de comprobar que seguían en pie, que pese a las pérdidas pasadas, parte de los 100, seguían juntos. Pero cuando se separaron, los chicos no pudieron evitar preguntarse dónde estaban los demás. Sabían que Bellamy estaba herido y que quizás Abby ya lo estaba atendiendo. Sabían que Clarke se había escapado de Arkadia junto con Raven porque ellos mismos le habían ayudado a lograr su cometido, pero desde donde estaban, no había ningún rastro de Clarke. 

    - ¿Dónde está ella?- preguntó Jasper, temiéndose lo peor. No se perdonaría que le hubiese pasado algo a su amiga o Lexa. Todo aquello había sido su culpa y la de Bellamy. 

    - No tenemos noticias de ninguna de las dos- contestó Raven. - Hace unas horas le informé de que ibáis a venir, pero no obtuve respuesta. 

    Jasper y Monty se miraron, entendiéndose perfectamente entre ellos. Jasper tuvo que bajar la mirada en seguida y sentarse donde sus amigas estaban antes. Su amigo asiático en seguida le puso una mano en el hombro y lo apretó con suavidad, intentando transmitirle un poco de ánimo. No podían perder las esperanzas porque quizás, sólo estaba herida esperando que alguien de los suyos la recogiese para llevarla de vuelta al campamento. Quizás, si no había respondido era porque tenía cosas más importantes que hacer. Quizás, simplemente, se estaban poniendo en lo peor porque después de observar su alrededor, era imposible ser optimista aunque la batalla hubiese acabado y con ello todos los desastres que habían acontecido desde que pisaron tierra. 

     Raven pasó un brazo por la cintura de Octavia y agachó también la mirada. Ella no perdía la esperanza. Sabía que Clarke y Lexa seguían vivas, aunque ninguno de los guerreros de la Comandante las hubiesen visto desde que terminó la batalla. 

    Fue entonces cuando uno de los coches de Arkadia que habían vuelto después de ir al lugar donde se había librado la pelea aparcó cerca de ellos, obligándolos a mirar inmediatamente para ver si traían algún herido y así poder ayudar. Pero las dos personas que se bajaron del coche estaban casi en perfecto estado, y aunque Clarke tenía que ayudar a Lexa a caminar por la herida que tenía en la pierna, ellos en seguida corrieron a abrazarlas. Incluso Jasper abrazó a la Comandante, aunque sabía que no tenía ningún derecho, le dio igual. Se alegraba casi tanto de verla viva como de ver a Clarke y para su sorpresa, Lexa le correspondió el gesto, mostrando su perdón hacia el joven. 

    - ¿Y Lincoln?- preguntó Clarke en cuanto se hubieron saludado. - Lo mandé con Bellamy. 

    Octavia agachó la cabeza, apretó la mandíbula y le regaló un gesto de negación a sus amigos. Lexa cerró los ojos por un momento y luego, desvió su mirada al cielo. El sol se había impuesto en aquel lugar, dejando ver un buen día por delante, pero parecía demasiado gris, lejos de la realidad. El pecho de la Comandante se encogió en un puño y lamentó muchísimo la perdida de alguien como Lincoln. En numerosas ocasiones le había demostrado su pasión por lo que creía correcto, su honradez, su sinceridad y su fuerza como guerrero y sobre todo, como persona. Si alguien debería de haber vivido para ver el mundo que habían construido con su propia sangre, ese era Lincoln. 

    - Bellamy está dentro con tu madre- comentó Raven, intentando cambiar de tema y apretando a Octavia contra ella, que agarraba la mano de Clarke. - Estaba muy mal. Hice todo lo que pude. 

    - Bellamy es fuerte- admitió Lexa, intentando tranquilizar a los amigos de éste. - Saldrá de esta. Estoy segura. 

     - Tú deberías ir a que te miraran la pierna- le advirtió la rubia. 

    - Puede esperar. Hay gente que necesitan más la ayuda que yo. 

    - Déjame al menos que te la mire yo. 

    La Comandante asintió, sabiendo que Clarke no iba a parar hasta que Lexa diese su consentimiento, así que con cuidado se sentó y dejó que la rubia le rasgase un poco la tela de sus pantalones para ver la herida. Sabía perfectamente que se debía a una bala. La desesperación del ejército de Azgeda era tan grande que al final, optaron por coger las armas de los Skaikru y disparar contra los demás. Por suerte, esa bala sólo le había rozado y no parecía muy profunda. 

    Jasper se arrancó entonces un trozo de tela de su enorme camiseta y se la dio a Clarke para que pudiese atarla al rededor de la pierna de Lexa, evitando que perdiese más sangre. La Comandante ni siquiera mostró un gesto del dolor al sentir el torniquete que le había hecho. En esos momentos su dolor era más interno que externo, sobre todo cuando observó como uno de los siguientes coches que llegaban del lugar de batalla, llevaban el cuerpo de Indra con sumo cuidado. Kane era uno de los que la sostenían con todo el respeto que podía tener. Había tenido el honor de conocer a Indra y sabía la importancia que tenía para los suyos como guerrera y como persona. 

    La Comandante en seguida se acercó al cuerpo sin vida de quien había sido como su familia para ella. Kane y otro de los Skaikru la colocaron con delicadeza en el suelo, en una pequeña manta que habían dejado, justo al lado del cuerpo sin vida de Lincoln, que estaba ligeramente tapado. Como pudo, Lexa se agachó en medio de ambos. Colocó sus dos manos en el pecho de los dos y agachó la mirada, susurrando sus palabras de despedida. Fue entonces cuando todos los demás se acercaron a donde estaba la Comandante, rodeándola, excepto Clarke, que se había agachado en frente de ella. 

    - En paz, abandonad esta orilla. Que el amor os lleve a la próxima, que la calma ampare vuestros viajes hasta la travesía final a la tierra..- cogió aire, sintiendo como las lágrimas amenazaban por desbordarse de un momento a otro, y cuando hubo cogido toda la fuerza posible, les dedicó sus últimas palabras como Comandante y sobre todo, como amiga y persona. - ...Mebi oso na hit choda op nodotaim-  "Que volvamos a vernos" susurró en un tono tan respetuoso como cariñoso, demostrando lo que lamentaba haberle dedicado esas palabras a dos de las personas más apreciadas para ella. 

   Octavia tuvo que cerrar los ojos y abrazarse a sus amigos, demostrando que no era tan fuerte como creía, demostrando que era humana. Apenas podía creerse que dos de las personas que la hicieron como era, una guerrera que debía aguantar todo tipo de dolor, estuviesen delante de ella sin vida. Ya no iban a tener la posibilidad de ver por sí mismos como el mundo por el que tanto habían luchado, se hacía realidad. Y eso quemaba y dolía a partes iguales. 

    Lexa se levantó segundos después con ayuda de Clarke y después de decirle un último adiós a sus seres queridos entendió lo que venía a continuación: reconstruir. 

Ga verder met lezen

Dit interesseert je vast

401K 21.9K 39
Una espera de 5 años de un amor, un amor que para ella estaba más de todo. Y por eso esperaba que su amor volviera a ella.
6.8K 332 23
BTD | Después de los juegos, pensé que sería libre. Ese fue mi primer error. El segundo fue enamorarme de él.
209K 11.6K 150
Karlie es una chica de 23 años, que es una típica chica Upper East Side, es miembro de una de las familias mas poderosas del país. su padre es dueño...
43.3K 4.3K 27
Después que un nuevo virus se expandiera alrededor del mundo dejando incontables muertes a su paso, Estados Unidos entró en alerta roja e inició el p...