El resto de la noche, Clarke no pudo pegar ojo. Su cabeza no paraba de dar vueltas respecto a lo que estaría ocurriendo p no en Polis y respecto a lo que el Comandante le había dicho. La vuelta de Wanheda había sido algo que escapaba a la premeditación, algo que había surgido de casualidad, sin tener tiempo apenas de replanteárselo correctamente, pero no podía arrepentirse. Era hora de que Wanheda ocupase el lugar como embajadora del décimo tercer clan. Era hora de que Wanheda se ocupase de los suyos.
Durante su insomnio, no pudo evitar preguntarse qué alcance tendría el problema que ahora, Wanheda iba a compartir con la gente del cielo y los altos cargos de Polis respectivamente. Durante su conversación con Aden, éste no mencionó nada de que fuese algo que tuviese que ver con la perturbación de la paz que se había creado, era un problema que afectaba directamente a Polis. ¿Acaso alguien se había levantado contra ellos? ¿Y si era así, por qué el Comandante no había mandado su ejecución? ¿Que tenían que ver los Skaikru con todo aquello?
Por suerte, faltaba poco para averiguarlo.
Los rayos del sol ya atravesaban el cristal de la ventana de la habitación de Clarke. El Comandante le dijo que él mismo advertiría a sus líderes a primera hora de la mañana de que más tarde, tendría lugar una nueva reunión. Por lo que se celebraría en poco tiempo. Así que decidió salir de allí una vez se había lavado la cara y se había vestido de nuevo.
Cuando salió, el sol le golpeó la cara. Un aire tímido, cargado de frío le dió los buenos días. Llenó sus pulmones de aire, dejando que su entorno la despertase por completo para que pudiese enfrentarse a todo lo que se tenía que enfrentar. Entonces observó cómo Octavia, que se estaba encargando de uno de los caballos, se acercaba a ella.
- He visto entrar hace media ahora a Kane otra vez con el Comandante- le comunicó, dejándole claro que ya la estaban esperando. - ¿De que va esto, Clarke? Lincoln me ha dicho que anoche te dejó traspasar las murallas de Arkadia.
- Así es- asintió. - Wanheda ha vuelto.
La sorpresa de su amiga no tuvo comparación con la de Bellamy, que pasaba justamente por allí y tuvo que detenerse al lado de su hermana para asimilar lo que había escuchado decir a Clarke. La mirada de su amiga se llenó de orgullo, y en seguida le dio su aprobación, asintiendo con la cabeza. No sabía que es lo que estaba pasando y qué tenía que ver Arkadia con todo eso, pero la vuelta de Wanheda significaba que su amiga volvería a tomar parte del control de la situación y todo se arreglaría.
- ¿Que has hecho qué?- preguntó Bellamy, con un gesto de sorpresa dibujado en su rostro. Necesitaba escucharlo con mayor claridad, necesitaba escuchar como su amiga había vuelto a tomar una decisión de tal importancia sin contar con ellos o al menos, con él
- Anoche Wanheda se comprometió a ayudar a Polis- le aclaró. - Voy a reunirme con ellos ahora.
- ¿Desde cuando nos involucramos en asuntos de Polis? ¿Por qué piensas que Kane ha dicho que no? ¿No crees que tendrá algún motivo, maldita sea?- el tono de Bellamy se iba alzando con cada frase que decía. La vuelta de Wanheda significaba posiblemente la marcha de Clarke de allí y no podía llegar a entenderlo. Sabía que su amiga había pasado unos meses malos, pero había estado rodeada por su gente, por sus amigos, ¿y ahora quería volver a involucrarse en asuntos que no tenían que ver ya con ella?
- Llevo involucrada desde que pisé tierra, Bellamy- éste bajó la cabeza al escuchar aquello. Desde que Clarke había pisado tierra, muchas cosas habían cambiado y eso no le parecía excusa para lo que había hecho.
Luego negó con la cabeza y se marchó de allí, no sin antes lanzarle una mirada cargada de reproches a Clarke. No sin antes dejarle claro su desacuerdo ante lo que había hecho. Cosas cómo esas le hacían pensar que su amiga prefería a los terrestres antes que a su gente. Había pasado cuatro meses en Arkadia y ya estaba pensando en volver a meterse en temas que no le pertenecían, en temas que hasta el propio Kane había rechazado.
- Has hecho lo correcto- Octavia le puso una mano en el hombro y se lo apretó con una sonrisa. Clarke le devolvió el gesto y caminó a paso firme hacía el bunker donde tendría lugar la reunión. No tenía tiempo para pensar en porqué su amigo había reaccionado o así. No tenía tiempo para pensar en qué motivo era lo suficientemente bueno como para que éste se marchase y la dejase allí de pie junto con su hermana como si tal cosa.
De nuevo, los dos guardias le impidieron el paso en cuanto vieron a la chica acercarse.. Clarke apretó la mandíbula, y sin decirles nada, esperó a que entendiesen que tenían que dejarla pasar. Al parecer, los guardias tenían órdenes de abrirle la puerta, porque no tardaron mucho en hacerlo.
En esa ocasión, la rubia no se detuvo a escuchar ninguna conversación. Continuó con sus pasos firmes, cargados de fuerza hasta cruzar la otra puerta y encontrarse con la mirada de su madre bastante decepcionada. Kane, en su lugar, tenía los codos apoyados en la mesa y sostenía su propia frente. Parecía frustrado y decepcionado de igual forma. Clarke mantuvo su firmeza pese a encontrarse con aquella escena de parte de dos de las personas que más le importaban en Arkadia. Su desaprobación era algo que no le importaba en absoluto ya que antes no necesitaba de las ordenes de ambos para saber lo que era mejor o no para su pueblo.
Aden estaba de pie, apoyado en la pared, en silencio y en ese momento, mirando a Clarke con una sonrisa.
- Wanheda- saludó.
- Hei, heda- le devolvió el saludo.
- Podemos comenzar la reunión- Aden le dirigió una mirada a sus guardias para que se marchasen de allí y esperasen en la puerta. En su lugar, entró Titus, el guardián de la llama de Polis, la confianza más grande que podía tener un Comandante y la persona a la que posiblemente, más cariño tenía Lexa.
Entonces, Kane levantó por fin la cabeza, listo para empezar con lo que tenían que tratar.
- Wanheda- Titus se detuvo frente a ella y le hizo una pequeña reverencia. Clarke sonrió y le dio la mano, dándole la bienvenida y mostrándole su alegría al verle de nuevo. Aunque a Titus nunca le agradó la presencia de la Skaikru en Polis debido al amor que sabía que sentía Lexa por ella, al final, se había convertido en una persona importante también para Clarke.
- No has debido hacer esto, Clarke- le advirtió su madre, sin esperar más tiempo, cómo si esa frase hubiese estado agarrada a su garganta, esperando para salir, intentando contenerse hasta que no pudo más.
- Ya está hecho- Aden le hizo callar inmediatamente, poniendo sus manos encima de la mesa de metal. Kane negó con la cabeza y, acariciándose su barba, comenzó a mirar a Clarke de una forma extraña, era una mirada paternal, de completa protección, una mirada que le transmitía un profundo sentimiento de desaprobación ante lo que había hecho. - Clarke Kom Skaikru ha obrado sabiamente al volver a alzarse como Wanheda- prosiguió Aden, colocándose al lado de ésta. - Polis os vuelve a pedir ayuda, ésta vez con Wanheda de nuestro lado.
Abby miró a Kane y negó disimuladamente con la cabeza, mostrándole su opinión en cuanto a lo de negarle la ayuda de nuevo. El canciller cerró los ojos durante unos segundos y reflexionó en silencio. Sabía que Abby quería proteger a su hija y que lo que quería de él es que hiciese algo para impedir lo que estaba apunto de avecinarse, pero no podía seguir haciéndolo de esa forma. Debían de haberle prestado a Polis su ayuda desde el primer momento, sobre todo teniendo en cuenta el tratado de paz que Aden estaba llevando a cabo desde la muerte de Lexa, y ahora que Wanheda se había levantado y se había puesto de su lado, no podían negarsela.
- ¿Cuáles son los términos de vuestro acuerdo?- preguntó Kane dirigiéndose a Aden, intentado escaparse de la mirada de Abby, cargada de sorpresa y de decepción también hacía él. Clarke miró también al Comandante, y luego, cuando éste le dio la orden a Titus para que lo explicase, lo miró a él.
- El sujeto en cuestión deberá ser traído con urgencia a Arkadia- respondió. Abby negó con la cabeza al volver a escuchar lo que ayer había escuchado. No podía dejar que pasase aquello. No podía permitir que su hija formase parte de algo que tuviese que ver con Polis de nuevo.
- ¿El sujeto?- preguntó Clarke.
- El problema viene de una sola persona- contestó Aden.
- ¿Una sola persona está causando problemas a Polis y necesitáis justamente la ayuda de Arkadia?- Titus asintió. - ¿Por qué? ¿Qué tiene Arkadia que no tiene por ejemplo la Nación del Hielo?- Clarke estaba cada vez más confusa. Había algo que no cuadraba en todo eso.
- Vosotros sois la razón por la que el sujeto da problemas- explicó Aden. - Si no queremos un levantamiento, si no queremos que la paz que hay formada se rompa, sólo Arkadia puede hacerse cargo de esto.
Clarke frunció el ceño y buscó respuestas en la mirada de Kane que rebosaba culpabilidad. Él parecía entender las palabras del Comandante y Titus, al igual que su madre, y se estaba cansando de ser la única que no entendía absolutamente nada. Quería llegar al final. Que le explicasen todo.
- Wanheda deberá ir hasta Polis a recoger al sujeto para traerlo aquí- dijo Titus al cabo de unos segundos, diciéndolo con calma y lentitud, esperando una respuesta no muy negativa por parte de los otros líderes de Arkadia.
- No- saltó de repente su madre. - No pienso dejar que os llevéis a mi hija de nuevo.
- Escucha, Abby- Kane le puso una mano en el hombro a su Segunda, intentando calmarla para que pudiese entender que una vez su hija se había comprometido, no tenían otra opción. Pero Abby, lejos de querer entenderlo, negó con la cabeza. Aun así, Kane lo intentó y comenzó a hablarle de manera calmada. - Clarke les ha ofrecido nuestra ayuda. No nos podemos negar y sabemos que la única forma de traer a esa persona aquí es cómo dice Titus.
- Los embajadores de los doce clanes me esperan en Polis- comentó Aden, caminando de un lado a otro con las manos tras la espalda, y mirando después a cada uno de los presentes, intentando darles a entender cuál era su postura. - No puedo ausentarme más tiempo, eso supondría más preguntas. Y no queremos eso. Alguien de Arkadia deberá ir por el sujeto. Diremos que ha sido uno de nuestros prisioneros al que ya le hemos hecho justicia y que podrá volver a casa.
- ¿Y no pueden hacerlo uno de tus guerreros?- preguntó Abby.
- Ambos sabemos que esto ya lo sabe demasiada gente como para que descubran lo ocurrido más- le contestó Titus.
La mente de Clarke comenzó a dar vueltas entre las palabras que salían de la boca de Titus, Aden, Kane y su madre. Todo era como una lavadora de frases que iba a explotar y ella, no conseguía entender nada. ¿Por qué tanto secretismo? ¿Por qué ocultar a ese alguien de la gente de Polis y de los doce clanes? ¿Por qué no también de Arkadia? Algo no le estaba gustando de todo aquello, pero con cada segundo que pasaba, más ganas tenía de llegar al meollo de todo aquel asunto.
- Iré- afirmó Clarke una vez su cabeza se hubo calmado, sin poder tomar otra opción.
- Estupendo- comentó Aden. - Partiremos esta noche.
Abby se acercó a su hija y la llevó a una de las esquinas de la sala, dónde podía hablar en susurro con ella sin que Aden o Titus las escuchasen. Mientras tanto, Kane habló del tema del transporte con ambos, dejándoles claro que tendrían que llevarse uno de los todoterrenos que utilizaban para explorar los alrededores de Arkadia. Si querían dejar claro que con ellos viajaba alguien del pueblo celeste, era necesario que Polis viese a Clarke desde el principio, o por lo menos, que se diesen cuenta de la presencia de algún Skaikru, y llevando ese tipo de transporte, lo sabrían nada más verlos de lejos.
- Escúchame, Clarke- le comenzó a susurrar su madre, acercándose a ella. - Esto no te conviene. No tenemos porqué participar en esto.
Abby parecía no entender que la decisión la tomó anoche y que después de eso, no había vuelto atrás, por lo que en seguida, su hija negó con la cabeza, desechando por completo el consejo de su madre.
- Ya me has alejado suficiente tiempo de Polis. Voy a volver- contestó decidida. - Y voy a averiguar qué es lo que lleváis tanto tiempo ocultándome.
Se apartó de su madre y volvió a ponerse al lado del Comandante, lista para ultimar los detalles de su marcha. Abby cerró los ojos y se apoyó con una mano en la pared que tenía en frente. Sabía que su hija no llegaría a perdonarla por lo que había hecho en mucho tiempo, pero esperaba que cuando fuese a Polis, todo lo que estaba apunto de echársele encima, le hiciese abrir los ojos y entendiese de una vez, que lo único que quería hacer desde el principio era proteger a su hija, a cualquier precio.
Cuando volvió a salir de aquella reunión, los amigos de Clarke la esperaban fuera. Después de que Bellamy y Octavia les contasen que Wanheda había regresado, quisieron en seguida hablar con la rubia para ver qué había pasado. La Skaikru no tardó mucho en contar a sus amigos lo que sabía, lo que había ocurrido y a dónde tendría que ir ahora.
- ¿Así que vuelves a dejarnos?- preguntó Bellamy, que parecía realmente ofendido al escuchar lo de su marcha a Polis.
- Ya estamos- susurró Octavia a la vez que se sentaba al lado de su novio y de sus amigos. Estaba realmente cansada de su hermano cuando se ponía en contra de todo lo que hacía Clarke o de todas las decisiones que tomaba. A veces eran tan sobreprotector que ni ella misma lo aguantaba. ¿Por qué no se limitaba a aceptar lo que Clarke hacía y apoyarla, como hacían todos los demás?
- Es algo importante, Bell- le aclaró, con seguridad, suavizando el gesto en un intento de suavizarlo a él - Volveré.
- Eso dijiste la última vez y estuviste meses fuera mientras nosotros nos teníamos que buscar la vida aquí dentro- de nuevo comenzó a alzar el tono, mostrando una firmeza que sorprendió a sus amigos. Todos sabían que Bellamy era mucho de echar en cara cosas, pero no a Clarke. No cuando todo lo que había hecho, había sido por ellos, aun así, prefirieron guardar silencio y esperar a que los dos solucionasen lo que fuese que les pasase ya que no era la primera vez que los veían en una situación así.
- Por si no lo sabes, estaba intentando hacer posible lo que hoy tenemos.
- Pues genial, Clarke. Lo conseguiste. ¿Qué se te ha perdido en Polis, eh?- Alzó los brazos, cabreado y luego volvió a mirarla con reproche. Por su noto de voz se veía que estaba igual de decepcionado que Kane y su madre con la decisión que Clarke había tomado. Pero algo desde el principio le dijo que tenía que formar parte de aquello y ahora que todo era un misterio, necesitaba averiguarlo. Todo lo que había pasado parecía girar en torno a ella. Todos los cuatro meses anteriores, todo Polis. Tenía que volver.
- Sabes que se me ha perdido en Polis- le contestó con suavidad de nuevo, intentando mantener su calma. Bellamy bufó y volvió a marcharse de allí, sin más. Odiaba cuando su amigo hacía aquello. Cuando no quería escuchar algo simplemente se iba, no te daba la oportunidad de seguir explicándote. Le daba igual. Le daba igual lo que sintieses o el sentimiento de rechazo que pudieses tener. Clarke bajó la mirada durante unos segundos y suspiró.
- Lexa está muerta, Clarke- le dijo Raven, intentando suavizar al cosa. No le importaba que su amiga volviese a Polis, pero no quería que sufriese porque sabía que no iba a encontrar lo que buscaba.
- Por eso vuelvo- la rubia se acercó a sus amigos, sentándose en el suelo, en frente de ellos y cogiendo la mano de Raven entre las suyas. Sabía que desde la muerte de Finn, Raven se había unido de forma especial a ella, forjando una amistad que muchos no entendían. Sabía que sufría por Clarke y que no quería volver a perderla y seguramente, de los que estaban allí sentados, era la persona que Clarke más tenía en cuenta, aunque para ella todos eran igual de importantes. - Polis nos ha dado la oportunidad de vivir en paz con los demás. Hace meses que no sabemos de guerras o batallas y muertes absurdas. ¿Y cuando ellos vienen a pedirnos ayuda les giramos la cara? ¿Les giro la cara? Wanheda dio la cara por vosotros en Polis hace meses, y ahora también debía darla.
Jasper y Octavia, asintieron. Raven también sabía que tenía razón. En ningún momento pensó que no. De hecho, era una de las personas que más conocían a la rubia, y sabía que haría cualquier cosa por su gente. Era lo que llevaba haciendo desde que pisó tierra y si Clarke pensaba que ayudar a Polis era una forma de seguir manteniendo la paz que con tanto esfuerzo habían conseguido, ella la apoyaría.
- Iré contigo- le dijo Raven, en seguida. Clarke sonrió y negó con la cabeza.
- Tienes la pierna mal y te necesitan aquí. Eres la única mecánica de gravedad cero que tenemos.
- Yo iré- Octavia se levantó y le sonrió a su amiga, dándole después la mano para que Clarke, con una sonrisa también, se alzase.
- Es un consuelo, desde luego- dijo Jasper irónicamente, ganándose una colleja por parte de Octavia, que pilló su indirecta a la primera de cambio.
- Tranquilo, que si por si acaso se le ocurre querer pasar unas vacaciones en Polis la traeré atada y amordazada- le guiñó un ojo a su amigo y éste rodó los ojos. Sabía que Octavia era la que más identificada se sentía con los terrestres, por lo que en su opinión, debería acompañar a Clarke un autentico Skaikru. Alguien como él. Sería la primera vez que visitase Polis, pero la rubia ya parecía bastante conforme con la idea de que Octavia la acompañase en su pequeño y corto viaje.
- Deberías hablar con tu hermano- le recomendó Lincoln. - Y calmarlo.
- Estará pagándolo con un tronco. Lo que os vendrá muy bien porque así esta noche tendréis leña para calentaros- contestó Octavia con una sonrisa bufona, intentando quitarle un poco de leña al fuego, pero Clarke apenas pudo sonreír ante su comentario. Realmente lo pasaba mal cuando Bellamy se ponía de aquella manera con ella sin razones lógicas.
- No sé por qué se molesta tanto con las decisiones de Clarke- comentó Raven, negando con la cabeza.
- Lo tiene loco- admitió Octavia, guiñándole un ojo a su amiga, que rodó los ojos inmediatamente. De lo que no se había dado cuenta la rubia, era de que en su rostro se había dibujado una sonrisa.
- Somos buenos amigos- aclaró Clarke.
- Creo que Jasper tiene más posibilidades con la mítica Wanheda que Bellamy- todos se echaron a reír, incluida Clarke, que no pudo evitar imaginarse con su amigo. Realmente Jasper no le atraía en absoluto, le tenía un cariño especial porque había estado a su lado desde el principio, pero nada más. Posiblemente nunca podría sentir nada por él. Seguramente, nunca podría sentir nada por Bellamy, o al menos no tanto cómo lo había sentido por Finn, al menos, no tanto como lo había sentido por Lexa sin darse cuenta.
Bueno, nos vamos acercando por fin a Polis y a ese "misterioso" problema. ¿Con qué creéis que tendrá que ver?
Gracias por sus comentarios, por sus visitas, por sus favoritos y por hacer esto tan entretenido. Vuelvo a recordar que podéis entrar en un grupo de WhatsApp para ir comentando la serie, ir leyendo spoilers y demás, sólo tenéis que dejarme un comentario en el capítulo comunicándomelo y nos pondremos en contacto por mensaje privado.
Un saludo y de nuevo, muchas gracias!! :3