Una Segunda Oportunidad

By Gigi_Manzoni

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Kendall, una dulce niña es secuestrada a la corta edad de seis años, haciéndola ver a una temprana edad de qu... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
capítulo 5
Capítulo 6 (Sin Editar)
Capitulo 7 (Sin Editar)
Capitulo 8 (Sin Editar)
Capitulo 10 (Sin Editar)
Capítulo 11 (Sin Editar)
Capítulo 12 (Sin Editar)
Capítulo 13 (Sin Editar)
Capítulo 14 (Sin Editar)
Capítulo 15 (Sin Editar)
Capítulo 16 (Sin Editar)
Capítulo 17 (Sin Editar)
Capítulo 18 (Sin Editar)
Capítulo 19 (Sin Editar)
Capítulo 20 (Sin Editar)
Capítulo 21 (Sin Editar)
Capítulo 22 (Sin Editar)
Capítulo 23 (Sin Editar)
Capítulo 24 (Sin Editar)
Capítulo 25 (Sin Editar)
Capítulo 26 (Sin Editar)
Capítulo 27 (Sin Editar)
Capítulo 28 (Sin Editar)
Capítulo 29 (Sin Editar)
Capítulo 30 (Sin Editar)
Capitulo 31(Sin Editar)
Capítulo 32 (Sin Editar)
Capítulo 33 (Sin Editar)
Capítulo 34 (Sin Editar)
Capítulo 35 (Sin Editar)
Capítulo 36 (Sin Editar)
Capítulo 37 (Sin Editar)
Capítulo 38 (Sin Editar)
Capitulo 39 (Sin Editar)
Capítulo 40 (Sin Editar)
Capítulo 41 (Sin Editar)
Capítulo 42 (Sin Editar)
Capítulo 43(Sin Editar)
Capítulo 44 (Sin Editar)
Capítulo 45 (Sin Editar)
Capítulo 46 (Sin Editar)
Capítulo 47 (Sin Editar)
Capítulo 48 (Sin Editar)
Capítulo 49 (Sin Editar)
Capítulo 50
Capítulo 51
Nota de Autora
Epílogo

Capitulo 9 (Sin Editar)

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By Gigi_Manzoni


Seis años después

- Mami, mami, mami

Ellie se giró al escuchar la voz de Christopher, su pequeño hijo de cinco años, su pequeño ángel.

- Hola mi amor - le dijo ella ofreciéndole un gran abrazo cuando este corrió hasta donde ella estaba.

- ¿Te gusto el poema que recite para ti? - le pregunto su pequeño.

- ¿Qué si me gusto? Por Dios, me encanto.

Estaban en su recital de invierno en el jardín de infantes y Chris dijo el poema más bello que jamás había escuchado.

- ¿Dónde está la tía Leila? - le pregunto el pequeño rubio de ojos tan azules como el cielo.

- Tuvo que trabajar, pero me pidió que te diera un beso gigante.

Ellie le lleno las mejillas de besos y Chris no dejaba de reírse.

- ¿Vas a estar todo el dia conmigo?

- Claro que si - le respondió ella

Su jefa le había dado el dia libre ya que nunca era de andar pidiendo permisos para nada, pero Paige la conocía bien así que no tuvo que insistirle mucho.

Ella y Leila trabajaban en un catering service desde hacía ya cuatro años y eran unas empleadas ejemplares. Incluso tanto, que Leila recibió una promoción recientemente

La paga era buena, y además tenían comisiones jugosas cuando servían en eventos privados. No podía quejarse.

Había decidido sacar sus estudios mientras estuvo embarazada de Chris y se sentía tan orgullosa de que dos meses atrás había finalizado el bachillerato.

Se sentía muy bien porque le estaba dando un gran ejemplo a su pequeño.

Paso la tarde con su hijo en el parque y verlo a él feliz era su felicidad también.

- ¿Mami puedo ir al baño? - le pregunto el pequeño haciendo mil y unas caras graciosas.

Ellie no podía evitar aun sentirse incomoda de dejar a su hijo solo, aunque fuera para ir al baño, pero poco a poco iba superando ese temor.

- Te esperare justo aquí - le dijo ella poniéndose en la puerta del baño de hombres.

Chris entro al baño y en ese momento sintió un ataque de pánico.

- Ya saldrá - le dijo una mujer de una edad similar a la de ella mientras un niño un poco más grande que Chris entraba al baño y ella se cuadraba a la par de Ellie.

- Gracias - le sonrió Ellie con cortesía.

- Era más fácil cuando eran pequeños y una podía meterlos al baño de mujeres.

Chris salió unos minutos después como si nada.

- Tengo hambre mami - le dijo él frotándose la panza.

- Vamos - le dijo ella tomándole la mano y llevándoselo al restaurante.

Paso una tarde maravillosa en compañía del pequeño. Adoraba tanto a ese chiquillo.

Cuando nació creyó que le recordaría solo malos momentos, pero se equivocó; con el nacimiento de Chris, los malos momentos iban haciéndose solo recuerdos molestos y borrosos de los que no valían la pena recordar, solo contaba ese momento en que sostenía a su pequeño en brazos.

Leila se había convertido en su hermana, su soporte más grande.

- Mami, ¿Por qué yo soy rubio y tú no? - le pregunto Chris.

Desde hacía cinco años usaba en cabello oscuro; necesitaba dejar a la prisionera a un lado así que poco después de que Chris naciera lo pintó de un castaño bastante oscuro.

- Lo era cuando estaba pequeña - le contesto Ellie.

- ¿Mi papá también lo tenía como yo?

Ellie se tensó, últimamente Christopher preguntaba mucho acerca de su padre, cómo se llamaba, como lucia, donde vivía. Todo.

Ellie y Leila le dijeron que su padre estaba muerto; así sería más fácil de asimilar para el niño y tal vez no preguntara tanto, pero había pasado lo opuesto, Chris preguntaba cada vez más acerca de todo.

- Sí, también lo tenía.

- ¿Lo extrañas mucho?

En realidad, amaba estar lejos del padre de Chris, pero no podía decirle eso al pequeño. Pensaba en su primer amor como el padre de su hijo así que era más fácil hablarle de él a Chris.

- Bastante cielo - dijo ella con melancolía.

- El papá de Tommy Jordan me pregunto tu número de teléfono - dijo Chris comiéndose su helado.

- El papá de Tommy Jordan es un señor bastante insistente y muy molesto - se quejó ella.

Chris se rio y no dijo nada más.

Desde hacía seis años que no tenía ningún tipo de relación íntima con nadie y se sentía muy bien. Porque era lo que ella quería. Era su decisión.

- ¡Mami!

Ellie presto atención al grito que dio su hijo y la imagen de su pequeño con los ojos llenos de lágrimas al ver a un cachorro siendo atropellado por un automóvil.

Ellie detesto con todo su ser al conductor del auto, no solo por atropellar a ese pobre animal sino porque su hijo presencio semejante barbaridad.

Chris se bajó de su silla y corrió a socorrer al animal y Ellie corrió detrás de su hijo.

- Chris, espera - le pidió ella.

Christopher levanto al perro que parecía estar muerto y no le importo llenarse sus ropas de sangre.

- Mami tenemos que llevarlo al médico - le pidió su niño llorando.

La conductora del auto se bajó y parecía estar en shock.

- ¡Oh por Dios! Juro que traté de frenar, pero no pude - dijo la mujer tirándose al lado de Chris y ver al perro.

- Descuide - le dijo Ellie.

- ¿Es de ustedes? - le pregunto la mujer distinguida.

- No - le dijo Ellie de inmediato.

El cachorro se quejó y Ellie logro ver que tenía una placa con identificación.

- Se llama Jingle, hay un número de teléfono - dijo Ellie revisando la placa -. Llevémoslo a un veterinario y llamare al dueño de esta pequeña, estoy segura de que esta extraviada.

No muy lejos de donde estaban había una veterinaria local así que de inmediato tomaron camino hasta ella. Chris no quiso dejar a Jingle sola ni un solo segundo.

- Tendremos que llevárnosla - le dijo el veterinario a Chris -, te prometo que la cuidaremos muy bien.

- Vamos cariño - le dijo Ellie -. Llamaremos a quien sea que sea el dueño de esta linda.

Chris se fue con ella no muy convencido.

Marcaron el número de teléfono que venía en la placa de la cachorra.

- Hola - dijo una voz femenina. Era una niña.

- Hola - la saludo Ellie -. Me llamo Ellie Rainer, encontramos a una cachorra que traía una placa con este número de teléfono.

- ¡Jingle! ¿Dónde está ella? - grito la chica emocionada.

- ¿Hay algún adulto con el que pueda hablar? - le pregunto Ellie. No era correcto darle la noticia a una niña.

- Si, tío - gritaron al otro lado del altavoz -. Encontraron a Jingle.

- Buenas tardes - dijo una voz profunda y masculina.

Ellie se estremeció ante el sonido de esa voz.

- Buenas tardes - respondió ella varios segundos después -. Su cachorra está en la veterinaria del sureste del Central Park.

- ¿Qué paso? - le pregunto el hombre con voz tensa.

- Un auto la atropello.

- Diablos, ¿Está...?

- No, no está viva - lo tranquilizo ella de inmediato.

- Gracias a Dios. Podría decirme el nombre de la veterinaria donde está por favor.

Ellie le dio la información necesaria.

- Muchas gracias. ¿Esperara para cobrar la recompensa?

- ¿Recompensa? No, no quiero nada de eso - le dijo ella poniéndose roja por la vergüenza -. Solo venga pronto, tengo que irme.

- De acuerdo, muchas gracias ¿señorita...?

- Ellie, solo Ellie.

- Ok, Ellie. Gracias.

- Mamá, el doctor no sale - se quejó Chris.

- Ya lo hará cielo - lo reconforto ella.

Colgó la llamada y se dedicó por completo a su pequeño héroe.

- Linda, podrías firmar que trajiste a la cachorra por favor - le pidió la recepcionista del veterinario.

- De acuerdo. Chris tenemos que ir a casa a cambiarte esa ropa - le dijo a su hijo. Estaba lleno de sangre

- Ok - dijo Chris sin darle mucha guerra. Debía estar cansado.

No podía esperar a los dueños de Jingle, Chris tenía que tomar una larga y caliente ducha.

Ellie detestaba los taxis, no le gustaban los autos pequeños, prefería los subterráneos, en donde había muchas personas, pero a como andaba Chris era preferible subirse a un taxi y llevarlo rápido a casa.

- Mami, nosotros nunca usamos taxi - le susurro Chris

- Esto es una emergencia mi amor - le respondió ella con otro susurro.

- Jingle se pondrá bien, ¿Verdad mami?

- El medico estará haciendo hasta lo imposible para que se ponga bien - le respondió Ellie, no podía prometerle nada.

- ¿Podemos venir a verla mañana?

- Mañana tengo que trabajar, pero te prometo que vendré después del trabajo

- Gracias mami.

Llegaron a casa y Leila ya estaba ahí. Esa mujer se ponía más guapa con cada parpadeo, era todo lo opuesto a Ellie; Leila se maquillaba, irradiaba sensualidad, atraía las miradas de los hombres donde fuera que estuviera, su ropa era lo último que salía a la moda; claro a como se lo permitía su presupuesto

- Hola tía - grito Chris emocionado al ver a Leila con el cabello teñido de un rubio platino precioso.

- Mi príncipe azul llego a casa... ¿Por qué estas lleno de sangre? - pregunto ella aterrada, sus ojos verdes se abrieron demasiado debido al pánico.

- Una señora atropello a una cachorrita y este héroe de acá la cargo hasta que la llevamos a una veterinaria - le explico Ellie.

- ¡Mi héroe! - grito Leila llenando de besos a Chris.

Ellie aprovecho que Leila estaba con Chris para prepararle el baño a este.

Estaba cansada, había sido un dia largo, así que decidió tomarse una copa de vino en compañía de su hermana la rubia, una vez que Christopher se fue a la cama.

- Me gusta ese color - le dijo Ellie cuando iba por su segunda copa.

- Me inspire en una vieja amiga - respondió Leila con una sonrisa pícara.

- Chris me pregunto hoy otra vez por su padre - le conto con aire ausente.

- ¿Y qué quería saber esta vez? - le pregunto Leila mientras le frotaba el brazo.

- Si era igual de rubio que él, que yo lo había amado.

- Es un niño curioso, vas a escuchar más preguntas que solo esas.

- Lo sé, es solo que a veces no sé qué responderle.

- Una mentira de vez en cuando no está mal.

Ellie se quedó en silencio por varios segundos y decidió que era hora de ir a la cama.

- Trata de descansar cariño - le dijo Leila.

- Trata de no quedar ebria.

Su hermana se carcajeo.

Tenía años de no tener pesadillas, y ahora que estaba experimentándolas nuevamente costaba demasiado distinguirlas de la realidad.

Estaba en una cama sucia llena de sabanas llenas de sangre. No había nadie a la par de ella.

- Hola mi preciosa Kendall... sabía que nos volveríamos a ver.

Ese maldito hombre rubio de ojos azules y mirada amable estaba junto a ella y sostenía en brazos a su hijo

- Devuélveme a mi hijo - le pidió ella entre sollozos.

- Pero es mío también.

- No, no, no lo es. Es de Gabe, es de Gabe - insistía ella mientras trataba de quitárselo de las manos.

- No puede ser hijo de un muerto - se burló Jaime.

- No, Gabe no está muerto, no lo está.

Jaime estaba carcajeándose.

- No, no, no, no... Gabe, Gabe, Gabe - grito.

- Tranquila Ellie.

Ellie trato de despejar su mente, pero todavía estaban frescos los recuerdos de la pesadilla.

- Estoy aquí hermana.

Estaba hiperventilando y llorando.

- Esta muerto, está muerto - sollozo.

- Shhh, tranquila, cariño tranquila - la abrazo Leila.

- Mami - sollozo Christopher

Ellie escucho la voz de su pequeño y su mente se aclaró por completo.

- Mi amor - lo llamo ella a la cama con él.

- Mami - lloro su pequeño - ¿Estás bien?

- Si mi amor, es solo una pesadilla - lo abrazo ella.

- ¿Quién es Gabe? - le pregunto él.

Había dicho el nombre de su amor en voz alta y Chris lo había escuchado.

- Era el nombre de tu padre - le respondió ella varios segundos después. Leila le sonrió.

- Gabe - dijo Chris con una gran sonrisa en los labios.

- Gabriel - le dijo Ellie al ver la felicidad de su hijo.

- Me gusta el nombre de mi padre.

- A mí también me gusta.

Desde hacía seis años que no mencionaba el nombre de Gabe, en voz alta al menos y escucharlo en los labios de su pequeño fue maravilloso.

- Vamos a dormir enano - le dijo Leila llevándoselo de regreso a su cuarto.

- Te amo mami - le dijo Chris dándole un beso en la mejilla.

- Yo también te amo a ti mi amor.


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