Entrasteis, te despediste de tu hermana y Álvaro y tú fuisteis a las taquillas. En lo que fuisteis, se os cruzó Brittany, la típica chica popular y "puta". Se acercó a vosotros y cogió a Álvaro y ella le dio un beso en los labios. Tú alucinabas en colores y tu cara ahora estaba roja, y no porque te hubiesen lanzado un piropo precisamente. Brittany se fue y Álvaro se volteó a verte. Aunque por tu cara se asustó.
— No me mires así, que me asustas —se apartó de ti y se escondió detrás de la puerta de su taquilla.
— ¿Pero por qué no te has quitado cuando te ha besado? —tu hermano se puso pálido y se alejó más de ti.
— No podía —te acercaste a él.
— ¿Por qué no podías? —el primer día en el instituto y ya estabais peleando, como siempre.
— Porque me gusta —te pusiste pálida y te entró un ataque de tos.
Cogiste los libros y cerraste la taquilla de un portazo. Álvaro se asustó aún más y empezó a seguirte. Como no mirabas para donde ibas, chocaste con alguien. Caíste al suelo igual que esa persona.
Levantaste la mirada y tu corazón casi se salió de su sitio al ver a esa persona. Tu hermano llegó en ese momento y alucinó al ver a esa persona.
— Lo siento, ando despistada últimamente —se levantó y te tendió una mano, la cual aceptaste.
Al verla, se te aceleró el corazón de tal manera que hasta te dolía el pecho. Te sonrió y se agachó a recoger sus libros y los tuyos. Cuando los hubo recogido, te dio los tuyos. Estabas perdida en tu mundo, observando a aquella chica.
Empezaste a inspeccionarla por la cara, fijando tus ojos en los de ella, luego fuiste bajando la mirada hasta fijarla en su tronco y, por último, por sus piernas morenas. Álvaro agitó una mano delante de tu cara, haciendo que reaccionases.
— No pasa nada. Y gracias —consiguiste decir porque no te salían las palabras de lo nerviosa que estabas.
— De nada, por cierto, soy Lauren, Lauren Cimorelli —te dijo y te tendió la mano, tú se la estrechaste encantada de la vida.
Le dijiste tu nombre y ella volvió a sonreír, amabas su sonrisa porque era muy sincera.
— Yo soy Álvaro, su hermano —se presentó y tú bufaste por lo bajo.
Ellos se giraron y tú tosiste disimuladamente, haciendo que levantasen una ceja.
— ¿Sois mellizos? —os preguntó y vosotros asentisteis.
— Sí, lo somos, pero él es más mayor que yo por 5 minutos —ahora hablaste animadamente y miraste el reloj.
Faltaban 5 minutos para que empezasen las clases, no tenías ganas de ir, tenías ganas de seguir hablando con Lauren, aunque eso era imposible.
— Álvaro, tenemos que ir a clase —avisaste metiendo los libros en la mochila.
— Bueno, Lauren, luego si eso nos vemos —se despidió tu hermano.
— De acuerdo —dijo y cogió su mochila del suelo y se encaminó delante de vosotros.
— Adiós —dijiste y ella se giró y se despidió con la mano—, guapa —añadiste por lo bajo.
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Hola,aquí está el segundo capítulo.
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Un beso
Ainhoa♥