Capítulo 31

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Despertaste en una cama que claramente no era la de ese patético sótano. Te intentaste levantar pero un dolor de cabeza insoportable y una mano te hicieron detener tu acción. Llevaste una mano tuya a tu cabeza y la masajeaste debido al dolor. Luego dirigiste tu vista por esa mano hasta su propietario. Unos ojos grises y un cabello revuelto hicieron que enseguida entrases en confianza. Era Vitolo.

— ¿Dónde estoy? —preguntaste completamente desorientada.

— Estás en casa de las chicas de Fifth Harmony —te respondió él.

— ¿Cómo es que he acabado aquí? —volviste a preguntar.

Vitolo hizo presión en tu abdomen, indicando que te tumbases en la cama con la espalda recostada contra el cabecero de la cama.

— Álvaro, Chema y yo conseguimos ir a rescataros —respondió él con evidente gesto de furia.

— ¿Qué pasó? Anda, explícamelo —rogaste y él asintió con la cabeza.

— Cuando volvimos vimos que la puerta había sido forzada y tirada, así que empezamos a buscaros por toda la casa, pero no estabais y luego nos dimos cuenta de que Zeus estaba en el suelo. Lo cogimos y Dinah, Normani, Amy y Ally fueron a llevarlo al veterinario. Mientras Christina, Lisa, Katherine y Ana llamaban a la policía y ellos nos dijeron que hasta cuarenta y ocho horas después del secuestro no podían hacer nada. Así que nosotros decidimos ir a buscaros y lo primero que se nos ocurrió fue mirar en la casa de Austin, ya que nos encontramos su collar al lado de Zeus. Y os encontramos antes de que Kallen, Austin, Shawn y Matty os llevasen hacia algún sitio, así que les noqueamos y la policía se está haciendo cargo de ellos.

Te quedaste atónita por lo que te acababa de decir; él, Chema y tu hermano os habían salvado a las cuatro. Sonreíste calurosamente hacia él y lo abrazaste. Vitolo correspondió al abrazo rápidamente.

— Muchas gracias, Vitolo —dijiste contra su hombro.

— No me las des sólo a mí, debéis dárselas también a Chema y a tu hermano —te soltó y tú asentiste.

Te separaste de él e intentaste volver a levantarte pero el dolor de cabeza no te dejó hacerlo.

— ¿Qué quieres? —preguntó.

— ¿Están las otras chicas aquí? —devolviste la pregunta.

— Claro que sí, pero debes descansar.

— Vitolo, yo quiero saber cómo está mi novia.

Él dudó en un principio pero al final aceptó.

— De acuerdo, si te mareas sólo llámame —te dijo y asentiste con la cabeza en señal de que le habías escuchado.

Abriste la puerta y saliste del cuarto, caminaste por el largo pasillo y te detuviste delante de una puerta. Tocaste dos veces suavemente y escuchaste un "adelante" procedente del interior. Abriste la puerta y viste a tu novia allí tumbada en la cama. Ella te sonrió enormemente y tú le devolviste la sonrisa encantada.

— Hola, amor —ella te saludó.

— Buenas, mi vida —le devolviste el saludo.

— ¿Cómo andas?

— Bueno, me duele mucho la cabeza, pero bien, ¿y tú?

— Bueno, bien.

— ¿Qué te pasa?

— Que me duele la espalda de la descarga —te aclaró y tu bajaste la mirada triste.

— Joder, lo siento, mi amor —murmuraste y ella negó.

— No te preocupes.

Te quedaste un rato charlando con ella hasta que te acordaste de que esos cuatro psicópatas os iban a llevar ante su jefe. Miraste atentamente a la nada con los ojos muy abiertos y te levantaste precipitadamente de la cama. Lauren te observó muy confundida.

— ¿Qué pasa? —te preguntó.

— Necesito hablar con Vitolo —le dijiste mientras te acercabas a la puerta.

— ¡Espera! Voy contigo —se levantó y caminó a tu lado hasta la puerta.

Salisteis fuera y empezasteis a caminar en busca del chico de ojos grises. Cuando fuisteis a pasar por delante de una puerta y justo en ese momento esta se abrió. Vosotras os sobresaltasteis y os girasteis en busca de la persona que había abierto esa puerta. Sonreíste alegre al ver que eran las dos cubanas. Te acercaste a ellas y las abrazaste al igual que Lauren.

— Hola, Camren —saludaste a las dos.

— Hola, enamoradas —devolvió el saludo LaurenJ.

— ¿A dónde ibais? —preguntó Lauren.

— Íbamos a buscaros pero vosotras habéis venido a nosotras —dijo Camila y tú te reíste ligeramente.

— ¿Y vosotras adónde vais? —os preguntó LaurenJ.

— A ver a Vitolo, creemos que cuando nos rescataron vieron a su jefe —dijiste mientras descolocabas tu pelo.

Camila y LaurenJ se miraron entre ellas y luego os miraron a vosotras.

— Os acompañaremos —dijeron las dos y tú asentiste con la cabeza.

Fuisteis caminando rápidamente hacia el cuarto de Vitolo, abristeis la puerta y entrasteis. Allí estaba sentado el muchacho, quien estaba acariciando a Zeus. En cuento sintió vuestra presencia, levantó la cabeza y sonrió.

— Hola de nuevo, chicas —dijo mientras hacía que Zeus subiese a la cama.

— Hola, Vitolo. Veníamos a preguntarte una cosa —dijiste y él te miró fijamente.

— ¿Qué queréis?

— Como nos salvaste de que esos idiotas nos llevasen ante su jefe tuviste que ver quien era el propio jefe, ¿no? —dijo Lauren y él apartó la mirada rápidamente.

— Claro que lo sé, pero no os va a gustar saber quién es.

— Dímelo por favor, lo necesitamos saber —dijo LaurenJ.

Él bajó la mirada al suelo y se quedó así por unos momentos. Luego alzó la mirada, dejando ver sus ojos grises más oscuros de lo normal. Te sorprendiste pero le seguías mirando fijamente.

— El jefe de Shawn, Austin, Kallen y Matty es nada más y nada menos que Simon Cowell —dijo Vitolo.

Vosotras abristeis la boca de par en par, estupefactas ante tal sorprendente noticia. Miraste hacia las dos cubanas y te diste cuenta que estaban peor que vosotras, ya que él era especial para ellas y el resto de Fifth Harmony. Se miraron entre ellas y luego miraron al joven.

— No puede ser... —dijeron ambas al mismo tiempo.

— Lo es... —respondió él.

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Hola, aquí el capítulo 31.

El chico de multimedia hará de Vitolo.

Espero que os haya gustado el capítulo.

Votad y comentad si queréis que la siga.

Un beso.

Ainhoa

Juntas Para Siempre (Lauren Cimorelli y tú #1)Where stories live. Discover now