Capítulo 38

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Saliste como exhalación del hospital y empezaste a caminar a paso ligero, buscando con la mirada a Kallen. Estabas demasiado enfadada como para que viniese él a tocarte las narices. Seguiste caminando a ese ritmo y, de repente, te pareció verlo a lo lejos. Echaste a correr hacia él y, cuando le tocaste el hombro varias veces y se giró, le soltaste un puñetazo en la mandíbula.

Kallen cayó al suelo de la impresión y también de la fuerza del golpe.

- ¿Se puede saber qué narices te pasa? -te espetó limpiándose la sangre que le salía del labio.

Te fijaste en que le habías partido el labio.

- Eres un insensible... has dejado embarazada a mi hermana y me preguntas que qué me pasa... -apretaste tus puños fuertemente-. ¿Por qué lo has hecho? ¿Tenías algún motivo para pagar tu enfado con ella? -le preguntaste con los ojos llorosos.

Kallen bajó la mirada hacia sus pies ya que tenías toda la razón del mundo.

- No..., pero creía que esa servía la mejor manera de vengarme de ti -masculló entre dientes.

- Pues ahora tú también te harás cargo de ese bebé, quieras o no.

- No lo voy a cuidar. Sólo violé a tu hermana para vengarme de ti, pero no la voy a ayudar a cuidar del bebé.

Este muchacho era más testarudo que una mula. Le agarraste de la camiseta y lo acercaste a ti.

- Mira, Kallen, no me toques las narices, vas a hacerte cargo del niño -le replicaste bastante enfadada.

- Vale, vale -se rindió por lo que le soltaste.

Pero había sido mala idea hacerlo, porque él te empujó y tú caíste mal, doblándote la muñeca al apoyar la mano para evitar la caída. Él echó a correr, perdiéndose en la lejanía. Empezaste a soltar maldiciones por lo bajo. Escuchaste unos pasos veloces yendo en tu dirección, por lo que giraste la cabeza. Corriendo venían LaurenJ, Dani, Camila y Vitolo. Cuando te vieron en el suelo te ayudaron a levantarte y te preguntaron qué había pasado.

- Kallen no quiere hacerse cargo del niño -murmuraste sobándote la muñeca.

- Qué maldito -dijo Camila.

Dani no hablaba casi, y eso te pareció raro, ya que siempre estaba hablando. Ella te miró fijamente, sus ojos verdes estaban un poco más oscuros de lo normal.

- ¿Estás bien? -le preguntó Vitolo.

- Bueno, todavía estoy impactada porque mi mejor amigo ha violado a Ana... no le veía capaz de hacer eso -dijo medio traumada.

Te acercaste a ella y la abrazaste, pasando tus manos por su cuello. Ella apoyó su cabeza en tu hombro y sollozó.

- Tranquila, sé que es tu mejor amigo pero tiene que pagar por lo que ha hecho, y lo sabes -razonaste y ella asintió.

- Tienes razón, tiene que pagar por todo lo que ha hecho.

Se separó de ti y te sonrió. Os encaminasteis de vuelta hacia el hospital y os encontrasteis a todos de pie en la sala de espera.

- A tu hermana ya le han dado el alta, ahora saldrá de la habitación -te contó Ally.

Tú asentiste con la cabeza y te sentaste en una silla para relajarte. La mano te dolía demasiado, apenas la podías mover pero eso te daba igual mientras pudieses estar al lado de tu hermana. Al poco rato salió Ana de su habitación vestida con una sudadera azul, unos vaqueros pitillos y unas vans.

Fuiste de vuelta a casa a paso rápido. Ahora le tendréis que contar a vuestros padres que son abuelos. Te imaginaste diciéndoselo y te entraron unos escalofríos terribles.

Entrasteis en casa y viste a tus padres sentados en el sillón. Tu padre estaba leyendo la prensa de ese día y tu madre estaba viendo la televisión. Cuando se percataron de vuestra llegada os miraron fijamente. Estabais Álvaro, Ana, Vitolo, Carles, Lauren, Camila y LaurenJ.

Vitolo, Carles, Camila y LaurenJ se marcharon hacia la cocina inventándose la escusa de que tenían mucha hambre y sed, por lo que os quedasteis sólo tus hermanos, tu novia y tú.

- Hola -os saludó vuestro padre.

- Hola, papá, os tenemos que decir una cosa, a los dos -dijiste y tu madre dejó de prestarle atención a la televisión.

Tus padres se miraron entre ellos entre asustados y confundidos. Luego os miraron a vosotros y os indicaron que siguieseis.

- Estoy embarazada -soltó de repente Ana.

A tu padre se le cayó el periódico de las manos y a tu madre se le cayó el mando de la televisión. Ambos parecían impactados. Claramente un padre no se imaginaba que su hija de dieciséis años estuviese embarazada.

Tu padre recogió el periódico del suelo, lo dejó encima de la mesa. Luego se encaró contra vosotros, estaba bastante confundido. Lo que te dijo a continuación era tan impactante que tuviste que ahogar un gemido de llanto.

- Nos volvemos a España.

Lauren abrió los ojos como dos platos y se le cristalizaron rápidamente. La miraste y se te partió en corazón en millones de cachitos igual que a ella. Intentaste abrir la boca para hablar pero te resultó muy difícil. Finalmente lo lograste.

- ¿Cuándo nos vamos?

- La semana que viene.

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Hola, aquí está el capítulo 38.

No he podido actualizar antes porque tengo demasiados exámenes.

Espero que os haya gustado el capítulo.

Votad y comentad si queréis que la siga.

Un beso.

Ainhoa

Juntas Para Siempre (Lauren Cimorelli y tú #1)Where stories live. Discover now