Capítulo 9

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Estabas tranquilamente durmiendo cuando tu despertador sonó. Alargaste la mano, apagaste el despertador y, acto seguido, lo lanzaste contra la pared con todas tus fuerzas. Éste chocó contra la pared y cayó al suelo, haciendo un ruido horrible. Abriste un ojo y miraste la habitación, dejando tu mirada posada en el despertador rojo que estaba en el suelo. Te desperezaste y te levantaste de la cama a la velocidad de un caracol. Te acercaste al armario y sacaste unos vaqueros negros, una camiseta que te quedaba algo grande y unas converse.

Te diste la vuelta y, perezosamente, caminaste hacia el baño. Te quitaste el pijama, la ropa interior y te metiste en la ducha. Mientras te bañabas, se te vinieron a la cabeza los recuerdos de ayer en casa de los Cimorelli. Pensaste en Lauren y una sonrisa tonta se había formado en tu rostro al recordarla. Te terminaste de bañar, saliste y te vestiste rápidamente. Saliste del baño y fuiste corriendo hacia tu cama, tumbándote en ella.

Miraste la mesita de noche, en la cual estaban una pequeña lámpara y tres cajones. Como eras así de cotilla, empezaste a abrir los cajones. Al abrir el último te sorprendiste y no pudiste evitar soltar un grito de la emoción. Álvaro entró por la puerta sin llamar, alertado por tu grito.

— ¿Qué ha pasado? ¿Te están matando o algo? —te preguntó y tu negaste frenéticamente con la cabeza.

Tu hermano se acercó corriendo a ti y pasó una mano por tus hombros.

— ¿Entonces qué pasa? Me estás preocupando —te regañó.

— Acabo de encontrar los regalos que me hicieron mis amigos antes de marcharme —dijiste evitando que una lágrima brotase de tus ojos.

De repente tu móvil comenzó a sonar, te acercaste corriendo y descolgaste sin mirar quién era.

— ¿Hola?

— Echaba de menos hablar contigo —según oíste esa vozcomenzaste a llorar sin control alguno.

— ¿Lorena, eres tú? —preguntaste llorando a moco tendido.

— La misma que viste y calza —respondió y soltaste una risita.

— Joder, la llamada te tiene que estar costando mucho —le dijiste preocupada.

— No importa, por volver a hablar con mi mejor amiga hago lo que sea —te respondió.

— Me alegro de que, a pesar de que me haya ido de España, seamos siendo mejores amigas —dijiste volviendo a llorar.

— Te tenemos una sorpresa preparada —dijo misteriosamente.

— Dame alguna pista —le suplicaste.

— No, ahora me tengo que ir. Adiós, peque —se despidió.

— Adiós, peque —te despediste y colgaste.

En ese preciso instante el timbre de la puerta sonó. Miraste a Álvaro con una ceja levantada.

— ¿Se puede saber qué pasa hoy? —preguntaste mientras abrías la puerta y bajabas las escaleras.

— Y me lo preguntas a mí... —contestó y tú lo fulminaste con la mirada.

Llegaste a la puerta y la abriste, encontrándote con Lauren y Dani. Sonreíste de oreja a oreja y las abrazaste.

— Sentimos venir tan pronto, pero alguien tenía muchas ganas de verte —dijo Dani y miró a Lauren con una sonrisa pícara.

— Cállate, Danielle —le respondió Lauren pasando dentro de tu casa.

Las dos pasaron dentro y Ana se asomó por la puerta de la cocina.

— Tú —dijo señalandote—. Sube a tu cuarto, hay alguien esperándote —dijo señalando las escaleras.

Miraste confundida a tus hermanos y empezaste a subir las escaleras. Abriste la puerta de tu cuarto y lo que viste te volvió a hacer llorar....

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Holis,aquí está el capitulo 9

A partir de enero no podré actualizar muy seguido.

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Un beso

Ainhoa

Juntas Para Siempre (Lauren Cimorelli y tú #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora