Narra Raquel:
-Eres Raquel- dijo la araña como si no comprendiese del todo la pregunta- eres nuestra amiga, parte de nuestra familia, una más de nosotros- negué mientras alejaba el plato en la mesa.
-No Ángel, lo siento pero sabes que no soy una de vosotros- su rostro mostró sorpresa al oír mis palabras- lo intento de verdad, pero no soy una pecadora, no soy un demonio, no he tenido una vida antes, ni encajo aquí del todo... Puedo tratar de dejarlo todo atrás pero por mucho que lo intente sigo perteneciendo a ahí arriba...
-Los de allí arriba te abandonaron, te repudiaron lanzándote aquí, ¿se te olvida que estuviste a punto de morir?- noté una punzada de dolor al oír sus palabras, sabía donde debía atacar para hacerme daño y lo acababa de hacer.
-Aquí abajo han intentado matarme y secuestrarme dos veces- traté de defenderme ante su ataque, no quería discutir pero la cara que tenía me indicaba que él sí.
-También te hemos salvado- él se levantó, dejando la silla caer a sus espaldas mientras apoyaba las manos en la mesa inclinándose sobre mí para tratar de intimidarme, pero a pesar de la diferencia de altura, no iba a permitir que eso pasase por lo que me levanté yo también.
-¿Tú? ¿Cuándo?- él levantó una ceja ladeando una sonrisa.
-Que yo sepa, yo te libré de tu primer secuestrado y Charlie te curó de las heridas que te hiciste al caer- me mordí el interior de la mejilla con rabia al darme cuenta que en ese argumento tenía razón, su rostro mostraba enfado, no le agradaba por donde iba la discusión y a mí tampoco- al parecer los de aquí abajo no somos tan malos, porque ellos no se han preocupado ni por saber si seguías viva.
Apreté mis puños encima de la mesa mientras el enfado me recorría todo el cuerpo, le había contado en secreto mis dudas sobre si alguien en el Cielo se habría preocupado por saber si estaba viva tras la caída o como me había adaptado al Infierno porque confiaba en él, pero ahora estaba usando mis temores contra mí, los usaba como armas para poder ganar esta batalla y eso me dolía.
-Al menos allí no vendemos nuestra alma al primer demonio que nos halague un poco para conseguir drogas- las palabras salieron solas de mi boca y yo misma me sorprendí tras pronunciarlas, la cara de Ángel fue de sorpresa por unos segundos pero rápidamente cambió mostrando furia en sus ojos, quería disculparme, no lo había dicho en serio.
-Ahora lo entiendo todo- escupió, sus palabras estaban impregnadas de rabia- te crees mejor que nosotros, ¿no es verdad? Eres como todos ellos, elitista y una narcisista que se cree que está por encima de esos malditos demonios del Infierno, para ti solo somos escoria a la que estás utilizando para sobrevivir... Nos miras por encima del hombro... Abre los ojos serafina, aquí no todos tenemos la suerte de que nos traigan el desayuno en bandeja de plata, nosotros nos esforzamos por sobrevivir y hacemos lo que sea por hacerlo... Pero tú, con tu halo de luz y tu bondad- trató de imitar mi tono de voz a modo de burla- vienes simulando que eres la única con problemas, eres egoísta y una arrogante.
Sentí cada una de sus palabras como cuchillos que se clavaban en mi cuerpo, me dolía que pensase eso de mí cuando se suponía que éramos amigos, era uno de los mejores amigos que tenía desde que había llegado y ahora desvelaba lo que realmente pensaba de mí, aparté la razón y, por segunda vez en menos de 24 horas, me dejé llevar por mis sentimientos, aunque sabía que esta vez no sería tan agradable.
-¿Crees que yo habría querido bajar aquí? Traté de ayudaros y me castigaron, no quise caer, no quise que me atasen, no quería entrar en el hotel y menos tener que empezar una nueva vida en un plano completamente diferente. Crees que soy egoísta cuando todo lo que he intentado hacer es ayudar aquí apoyándoos y acompañándoos en cualquier mísero problema que pudieseis tener ¿Y aún quieres llamarme arrogante solo por considerar que no soy un demonio? Acéptalo, no lo soy, nunca lo voy a ser, me he criado y he adquirido las creencias del Cielo, no puedo cambiarlo y tampoco quiero... A diferencia de ti yo no estoy aquí por haber hecho cosas malas en la otra vida, estoy aquí por haber intentado que dejasen de asesinaros pero eso tú ya lo sabes... Así que no te atrevas a volver a llamarme egoísta- traté de irme a mi cuarto y alejarme de él para dar por concluida la disputa pero Ángel no parecía conforme, agarró mi mano cuando yo me dirigía hacia las escaleras.
-No Raquel, no te vas a ir dejándome como el malo cuando solo he estado apoyándote desde que entraste en el hotel- traté de soltarme.
-Suéltame- escupí mientras forcejeaba, en lo alto de las escaleras se encontraban Vaggy y Charlie observando la escena, Husk estaba con ellas por lo que entendí que había ido a llamarlas, todos tenían cara de confusión mientras se miraban los unos a los otros sin saber si debían intervenir- suéltame Ángel.
-No, vas a escucharme, he estado a tu lado desde que llegaste, te salvé cuando te intentaron se...- lo corté.
-No te atrevas a ir por ese camino, no has estado siempre a mi lado ¿O te tengo que recordar que casi abusaron de mí mientras tú estabas demasiado ocupado chupándole la polla a alguien la noche que salimos?- la cara de Charlie mostró sorpresa pues era algo que se había quedado en secreto entre Alastor, Ángel y yo- si no hubiese sido por...
-Oh, Alastor... Es verdad, tu caballero de brillante armadura- sus palabras eran mordaces y seguía reteniendo mi muñeca, una sonrisa asomaba en sus labios mientras la ira seguía cegando sus ojos- es curioso que lo idolatres tanto, al final ha conseguido su objetivo y sin trato ni nada...- mi cara mostró confusión mientras intentaba soltarme.
-Ángel...- advirtió Husk desde lo alto de la escalera.
-Oh, claro, es verdad... Que no lo sabes...- hizo una pausa mientras apretaba más su agarre- no sabes porque Alastor se acercó a ti desde un inicio... Claro, es que sois tan ingenuos los de ahí arriba... La protagonista de la historia y la única que no se ha enterado de ella...
-He dicho que me sueltes- le grité mientras notaba como su agarre se apretaba cada vez más conforme preparaba la bomba, intuía que lo que iba a decir no me iba a gustar y por ello necesitaba escapar lo antes posible.
-No le interesas Raquel, ¿Acaso creías que iba a sentir algo por un ser como tú? Si sois completamente opuestos... Una serafina y el Demonio de la Radio, venga ya, como si fuese una película mala, esas cosas no pasan en la realidad... Así que acéptalo, no te quería a ti, quería tu alma- noté sus palabras como si me hubiesen dado la estocada final, todo a mi alrededor se volvió negro conforme sentía que me descomponía en mil pedazos.
Narrador omnisciente:
-Así que acéptalo, no te quería a ti, quería tu alma- las palabras retumbaron en la sala estableciendo un silencio que heló la sangre de todos los presentes, la serafina dejó de forcejear mientras asimilaba las palabras, cualquier rastro de color se borró de su rostro y todos aguardaron a que realizase algún movimiento, el gato miró a la araña negando con la cabeza, se había pasado y todos en la habitación lo sabían, había una línea invisible que no se debía cruzar y Ángel había decidido ignorarla.
La serafina volvió a enfocar la mirada en su "amigo" tras unos segundos en los que se había quedado con la mirada perdida, él se asustó al ver una rabia que nunca antes había mostrado, si bien había habido ocasiones en las que ella se había enfadado con él, ninguna se había podido comparar con la ira que reflejaba en estos momentos.
-TE HE DICHO QUE ME SUELTES- le gritó, sus ojos brillaron mientras las palabras salían de su boca, su voz no solamente había resonado por todo el hotel sino que desde la calle se había podido escuchar el grito, sus alas se elevaron tras ella asustando a la araña quien soltó su agarre y se alejó unos pasos cayendo al suelo por el sobresalto. Raquel seguía teniendo la misma altura y mantenía los pies en el suelo pero en estos momentos imponía como si hubiese multiplicado varias veces su tamaño- NO TE ATREVAS A VOLVER A TOCARME- sus ojos dorados brillaban mientras analizaban a Ángel con desprecio, se giró con rabia y corrió escalera arriba aún con sus alas intactas a su espalda.
Todos se miraron con confusión mientras analizaban lo que había sucedido en los últimos minutos, Charlie trató de ayudar a Ángel a levantarse mientras miraba a Vaggy esperando que ella le ayudase a decidir qué debía hacer, esta solo miraba a la araña con disgusto, sentía que había atacado los puntos más bajos de su adversario y solo había ido a hacer daño, por lo que debía sentirse orgulloso.
Sin embargo, orgullo era lo que menos sentía, viendo la situación en frío se dio cuenta de lo mucho que la había cagado y lo equivocado que estaba con las palabras que le había dirigido a la serafina, esta le había confesado la felicidad que tenía por la noche anterior y él se lo había pagado usando la carta más sucia de la baraja...
-El jefe te va a matar- dijo Husk desde la escalera, había bajado algunos escalones pero seguía a mitad de camino observándolo con los brazos cruzados, Ángel tragó saliva dándose cuenta que no solo había enfadado a la serafina sino que era cuestión de tiempo que el demonio llegase y se enterase de la discusión, tomando represalias contra él.
-Ha sido un golpe muy bajo, Ángel- dijo Vaggy con los brazos cruzados.
-Ahora no Vaggy- Charlie intentaba calmar la situación mientras acompañaba a la araña a un sofá para que se sentase- explícanos porqué ha empezado todo- él se mordió la lengua sin saber si debía mencionar algo del breve affaire que habían tenido Raquel y Alastor, Husk desde el lugar en el que estaba le negó con la cabeza imaginándose lo que la araña pensaba- estábamos conversando y me ha confesado que no se sentía parte de nosotros... Que no es una demonio- Vaggy bufó.
-Es que no es una demonio- Charlie la mandó callar.
-Sigue, por favor- suplicó tomándole la mano a su amigo.
-Dijo que no formaba parte del Infierno, que ella era una serafina y no podía deshacerse de eso, dijo que no iba a poder desvincularse nunca del Cielo porque en el fondo seguía perteneciendo allí- Charlie asintió.
-En el fondo cariño- apretó la mano de Ángel mientras hablaba- tiene razón... Sigue siendo una ángel aunque pretendamos cambiarla...
-Pero ya no es la misma, todos lo hemos visto- Vaggy negó.
-Que haya hecho pequeños cambios no quiere decir que haya abandonado lo que creía... Sigue formando parte del Cielo y eso no es fácil de dejar...- Ángel se sentía como un estúpido pues había creído que los sentimientos que Raquel le estaba compartiendo se convirtiesen en ataques hacia él...
-La he cagado- hundió su cabeza entre las manos y Charlie le abrazó tratando de mostrarle apoyo.
-Lo arreglaréis, confía en mí- dijo, pero la araña solo pensaba en todo lo que le había dicho y lo mucho que le gustaría poder volver en el tiempo al momento del desayuno.