La serafina (Alastor y tu)

Por RaquelLovegood

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Raquel, una serafina castigada por desentrañar secretos celestiales, es despojada de su magia y desterrada al... Más

Cap. 1
Cap. 2
Cap. 3
Cap. 4
Cap. 5
Cap. 6
Cap. 8
Cap. 9
Cap. 10
Cap. 11
Cap. 12
Cap. 13
Cap. 14
Cap. 15
Cap. 16
Cap. 17
Cap. 18
Cap. 19
Cap. 20
Cap. 21
Cap. 22
Cap. 23
Cap. 24
Cap. 25
Cap. 26
Cap. 27
Cap. 28
Cap. 29
Cap. 30
Cap. 31
Cap. 32
Cap. 33
Cap. 34
Cap. 35
Cap. 36
Cap. 37
Cap. 38
Cap. 39
Cap. 40
Cap. 41
Cap. 42
Cap. 43
Cap. 44
Cap. 45
Cap. 46
Cap. 47
Cap. 48
Cap. 49
Cap. 50
Cap. 51
Cap. 52
Cap. 53
Cap. 54
Cap. 55
Cap. 56
Cap. 57
Cap. 58
Cap. 59
Cap. 60
Cap. 61
Cap. 62
🔥Cap. 63🔥
Cap. 64
Cap. 65
Cap. 66
Pag. 67
Cap. 68
Cap. 69
Cap. 70
Cap. 71
Cap. 72
Cap. 73 (Final)
🔥Capítulo Extra (El Celo)🔥
𝑺𝒆𝒈𝒖𝒏𝒅𝒂 𝒕𝒆𝒎𝒑𝒐𝒓𝒂𝒅𝒂

Cap. 7

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Por RaquelLovegood

Narra Raquel:

La puerta se abrió lentamente y apareció una alta figura, sostenía un fino bastón que acababa en una especie de micrófono. Su aspecto era inquietante, vestía de forma elegante e iba limpio, llevaba el abrigo planchado y el pelo perfectamente peinado, adornado por lo que parecían unas orejas de animal y unos pequeños cuernos en el centro, pero lo más terrorífico era su enorme sonrisa, era más grande que ninguna que recordase haber visto.

Sentí como sus ojos recorrían la sala y se posaban en mí, sus cejas se arquearon ligeramente a modo de sorpresa y su sonrisa se ensanchó aún más. Di un paso hacia atrás, sin duda el aura oscura que había sentido provenía de él, cada parte de su silueta se encontraba recubierta con un humo negruzco que lo bordeaba. Charlie lo saludó alegremente mientras Vaggy me miraba fijamente esperando a ver mi reacción.

-¿Pero qué tenemos aquí? ¿Una nueva huésped en el hotel?- se acercó directamente a mí con paso decidido, conforme más se aproximaba más pesado sentía que se volvía el ambiente, me puse detrás de Charlie sin pensarlo esperando que tenerla entre ambos aligerara la sensación de agobio- y al parecer es algo tímida...- se asomó por uno de los costados de Charlie- me llamo Alastor querida, encantado de conocerte.

Ahora que lo tenía casi delante vi que era más alto que yo, no mucho, apenas unos 7 o 8 centímetros, era sumamente alto pero lo que más asustaban eran sus ojos, grandes y rojos, parecían leer mis pensamientos, o al menos intentarlo, miré su mano extendida esperando que se la apretase, sería descortés rechazar un saludo tan formal por lo que debía estrechársela. Extendí la mía y agarré su mano, al tocarla una ráfaga de frío congeló cada una de mis vértebras y noté como me paralizaba, una sensación de ahogo me inundaba mientras seguíamos con las manos entrelazadas y notaba su mirada fija en la mía.

-Y tu nombre es...?- dijo alargando la s.

-Raquel- dije con un hilo de voz, el aire se había vuelto algo pesado y no sabía si estaba respirando.

-Raquel...- soltó mi mano y dio un par de pasos hacía atrás para gesticular energéticamente- bienvenida al Hotel de las Viejas Glorias, ¿Qué te trae por aquí? Imagino que no será la redención porque no noto ni una pizca de maldad en tu pequeño cuerpo- se acercó y me dio unos ligeros golpes en la nariz- así que cuéntame, estoy deseando escuchar todos los detalles de como alguien como tú ha acabado en el infierno- miré a Vaggy, la cual tenía el ceño fruncido hacia Alastor, por lo que fue Charlie la que salió al rescate.

-Raquel necesita ayuda, ella no es una pecadora- Alastor se apoyó sobre su bastón y se inclinó en nuestra dirección esperando que continuase- ella viene del cielo, Alastor, es, era? bueno, pertenecía allí- la cara de Alastor no atisbaba ni un pequeño gesto de sorpresa, lo cual me indicaba que al igual que yo había presentido su aura conforma había entrado por la puerta, él había hecho lo mismo conmigo.

-¿Y se puede saber qué hace un ángel en nuestro querido infierno? ¿Te has perdido?- la ironía de sus palabras me dolía, se notaba que sabía que eso no era verdad y solo lo decía para molestarme. 

-La echaron- una voz que provenía casi del suelo se hizo oír- porque fue una chica muy mala- rio, sinceramente, esa pequeña me daba algo de miedo, no sé que le pasaba por su cabeza.

-Uuuh, así que otro ángel caído, como no teníamos suficiente ya con Lucifer... Aunque siemre es un placer tener algo... Novedoso- miró su reloj y levantó el bastón de suelo- bueno, no es que no me apasione conversar con vosotros, soléis ser una compañía sumamente grata pero debo ocuparme de un programa radiofónico, así que con vuestras disculpas... Ya hablaremos- estas últimas palabras las dijo en voz alta pero vi que sus ojos se clavaban en mí. Cuando desapareció por el pasillo noté como Vaggy relajaba su postura, al parecer le daba la misma mala sensación que a mí, por lo menos sabía que no me estaba volviendo loca.

-¿Él es siempre así?- pregunté mirando el pasillo por el que había desaparecido.

-No- una voz masculina provino de la barra- hay veces que es mucho peor- dijo antes de darle un trago a una botella verde.

-Pero no te preocupes, eres nuestra invitada así que no te puede hacer nada aquí- dijo Charlie poniéndome una mano en el hombro- es inofensivo, como la mayoría de los que estamos aquí- esto último lo mencionó mirando de reojo a  Niffty, la cual estaba intentando asesinar a un escarabajo que corría por el hotel- ¿hay algo que necesites?

-Igual algo de ropa- miré mis pantalones y mi camisa- no es que esta no me guste pero no acostumbro a vestir de colores oscuros y mucho menos a llevar pantalones.

-Te puedo prestar algo- dijo Ángel- la mayoría de mi ropa es blanca.

-Es blanca porque llevas cosas transparente y tu pelo es blanco, capullo- dijo Vaggy- es un ángel, no puede salir a la calle vestida como una cualquiera- Ángel levantó las manos y se recostó en la silla.

-Vale vale, solo intentaba ayudar- dijo mientras empezaba a fumar.

-De todos modos, tenemos que hacer algo con tu aspecto- dijo Charlie mirándome de arriba a abajo- no quiero decir que haya nada malo en él ni nada por el estilo... Es solo que es un poco... Angelical- intentó excusarse mientras buscaba las palabras- y aquí si te ven con ese aspecto van a intentar... Hacerte cosas no muy buenas y no queremos eso... Así que igual deberíamos intentar demonizarte un poco, así podrás salir del hotel sin problemas ¿Qué te parece?

Lo que decía tenía sentido, ya había tenido problemas en la calle cuando caí a causa de mi aspecto, aunque estaba sangrando dorado, lo cual tampoco creo que ayudase mucho... Sentía las miradas de todos sobre mí y me fijé en ellos, ninguno tenía rasgos completamente humanos, excepto Vaggy, todos se asemejaban un poco a algún animal y menos tenían los ojos dorados o iban vestidos de colores claros, lo que decían tenía sentido. Amaba ser serafina pero si quería sobrevivir en el infierno, debía dejar todo eso atrás y centrarme en mi nueva vida, lo cual conllevaba en abandonar lo que me unía al mundo celestial, empezando por mi aspecto.

-Está bien- dije y Charlie soltó un gritito de emoción.

-Traeré mi set de maquillaje- Ángel se levantó y fue a su cuarto, tardó un poco antes de volver con una gran bolsa llena de productos- lo primero que deberíamos hacer es cambiar el color de esos ojos, nadie tiene ojos dorados aquí abajo- sacó unas cajitas y se las pasó a Charlie- tengo lentillas negras y rojas, ponle unas a ver si le funcionan.

-¿Cuáles te gustan más?- me preguntó la rubia tendiéndome las dos opciones, miré la caja, las rojas parecían algo llamativas así que le señalé las negras... Ángel estuvo enseñándome a ponérmelas mientras Charlie y Vaggy observaban atentamente aprendiendo ellas también- ¡Te quedan genial!- gritó cuando ya pude ponérmelas sin ayuda- ahora... necesitamos hacer algo con eso- señaló mi ropa- es mejor y más discreto que el vestido blanco, pero necesitamos algo que disimule el cierre de tus alas- la miré con confusión- ¿No has visto tu espalda?- me acompañó hasta un espejo y me hizo girarme mientras levantaba la espalda de la camisa.

Ahogué un grito, una serpiente de hierro se enroscaba en mi columna, exactamente en el espacio por el que debían salir mis alas, con razón sentía dolor pues se clavaba en la carne provocando que a su alrededor hubiese sangre seca. Probé a extraer las alas y vi como la serpiente salía de mi espalda y pasaba a enroscarse en el nacimiento de estas, cuando intentaba agitarlas se apretaba un poco más, evitando su movimiento, me daba asco que estuviese ahí, quería que se fuera, así que me giré a Charlie.

-Intenta quitarlo- susurré.

-Raquel, no sé yo- dijo ella- parece que está muy cogido y no creo...

-Por favor- le supliqué y ella asintió con duda, agarró una parte de la serpiente y estiró tratando que se soltara pero no parecía moverse, noté como agarraba con más fuerza y volvía a tirar, estaba vez sí que noté que se movía, pero para enredarse más, provocando que se me incrustase más en las alas, por lo que grité de dolor. Charlie se soltó de golpe y yo caí al suelo mientras notaba el reajuste de la serpiente, ahora ya no era solamente molesto, sino que además dolía, guardé mis alas notando como de nuevo se clavaba en mi piel, pero esta vez más profundo.

-Lo siento Raquel, lo siento de verdad- se acercó poniéndome una mano en el hombro e intentando abrazarme pero sin saber muy bien como hacerlo para no dañarme, Vaggy apareció detrás de ella también.

-No es tu culpa- dije- he sido yo la que ha insistido, no te preocupes...- le sonreí un poco- no sé como he sido tan tonta como para pensar que Sera habría puesto un objeto tan simple que se pudiese quitar solo con la fuerza.

-Vaya espectáculo- una voz apareció detrás de nosotros.

-¿No se suponía que estabas con tu programa?- dijo Vaggy molesta.

-Se suponía pero he oído gritos de dolor y sabéis que a eso no me puedo resistir- sonrió y se acercó a mí- y dime querida, a qué se ha debido ese... Maravilloso aullido- me tendió una mano para ayudarme a levantarme, todos mis sentidos me decían que lo rechazase pero los omití y la acepté.

-Mandarme aquí no fue el único castigo que me impusieron en el cielo- empecé- también me ataron una especie de serpiente que me prohíbe volar o usar mi magia- él sonrió- Charlie estaba intentando ayudarme a quitármelo pero no hemos podido y se ha ajustado más, por lo que estamos peor que al inicio.

-¿Un invento del cielo hecho para castigar? Eso no es muy santo por su parte- rio- ¿Me permites verlo?- asentí y con la ayuda de Charlie me levanté la camisa dejando que viese mi columna con la serpiente enroscada- interesante y ¿Esto impide que vueles?- asentí y volví a sacar mis alas para que viese como se limitaba su movimiento a causa del grillete- es increíble este objeto que posees en tus apéndices alados- rio- tal vez yo pudiese ayudarte.

Volví a guardar mis alas y me giré mientras reacomodaba la camisa.

-¿Ayudarme? ¿Puedes quitármelo?- él sonrió como si no dudase de ello.

-Por supuesto, puedo encargarme sin problemas, es un pequeño favor que te podría hacer- él extendió la mano.

-Alastor, no- dijo Vaggy detrás mío.

-No le hagas caso, ella no entiende tu situación, piensa en lo libre que serías si te deshicieses de eso- su sonrisa se ensanchaba un poco más conforme iba hablando.

-Pero... Es un favor, querrás algo a cambio- una de las pocas cosas que había leído en los libros del cielo sobre los demonios es que les gustaba hacer tratos y que nunca debías fiarte de estos.

-Por supuesto que te pediría algo a cambio, pero que es una pequeña deuda a cambio de la libertad de moverte y volar por todos los círculos de infierno o poder hacer esa magia que seguro que te mueres por utilizar- me acercó más la mano y repitió- así que... ¿Tenemos un trato?

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